Partida Rol por web

Tras la reacción de Belisama me quedo pasmado, en parte por lo que impone esa mirada. No sabía qué quería decir aqullo y miré con expresión interrogante a Laiduth, pero parecía estar muy ocupado. Instintivamente miré hacia atrás por si alguno de los presentes sabía la respuesta.

Laiduth frunce el ceño, pero no dice nada. Parece demasiado concentrado. El resto parecen tan atonitos como tu

Entonces, Belisama vuelve a repetir las mismas palabras, y te sigue mirando...

Vuelvo a mirar a Belisama tras darme cuenta de que no recibiría ayuda de nadie.

¡Mierda!.. ¿Qué hago ahora?... Mi madre siempre decía que, cuando no sabes que decir, mejor no digas nada... pero no creo que este se el momento de callarse... tengo que hacer algo...

Acerqué mi cabeza a la de Belisama y, titubeante, le dije lo único que sabía en el idioma en el que hablaba - ...Aleih dar selka...

Belisama te mira durante unos instantes (o eso crees, ya que no tiene pupilas), y, de repente, gira su rostro y mira al vacio

Acto seguido, suspira. Y entonces, sus ojos se cierran. Momentos despues, Belisama cae al suelo, y el fuego desaparece. Llegas en el momento justo para cogerla antes de que golpee con sus huesos en la madera

Casi en el mismo momento, Laiduth cae al suelo, inerte. Por el rabillo del ojo puedes ver su expresion: Una verdadera mueca de terror

El lugar queda en silencio

Me quedé por un instante mirando la escena sin saber que hacer, que decir ni que pensar, un instante que pareció una eternidad. Cuando finalmente reaccioné volví la cabeza mirando a la concurrencia allí reunida. - ¡Brannagh!, ¡Ayuda a Laiduth! - Yo me levanté con Belisama en brazos y salí corriendo de la tienda. Me dirigí a un lugar algo apartado del pueblo, para evitar cualquier riesgo a mis vecinos, en el que había una gran roca en el suelo. Allí coloqué a Belisama sobre la roca. - Vamos, vamos, vamos... - Saqué atropelladamente la piedra de fuego del laberinto de su bolsita y, tras mirarla un instante, se la coloqué en la frente a Belisama como ya había hecho antes, tratando de concentrarme en su completa recuperación.

Belisama frunce el ceño cuando colocas la piedra sobre su frente, y se remueve. Entonces abre los ojos, y notas que las pupilas vuelven a estar ahi. Te mira unos segundos sin reconocerte. Entonces murmura

... Que...???

Y subitamente se estremece de dolor. La piedra brilla

Al ver como Belisama parecía volver en sí me sentí aliviado, pero quité rápidamente la piedra de su frente cuando la vi estremecerse. En realidad no sabía si eso era una buena o una mala señal. Esperé un poco a ver su reacción pero sosteniendo la piedra cerca de ella.

No sé si esto servirá de lago o no... estas piedras parecen tener mucho poder y yo no hago más que jugar con ellas y con la vida de la gente...

Belisama abre los ojos de nuevo, y deja de retorcerse. Tras unos segundos, en los que respira pausadamente y recuperando el aliento, te mira, y habla

No la apartes... Me reconforta...

Una vez has acercado la piedra de nuevo hacia ella, se te queda unos segundos mirando, como intentando reconocerte

Eres... El arquero, no???...

... Arzhel???

Pregunta, dudando de si se acuerda o no de tu nombre

Belisama: No la apartes... Me reconforta...

Al escuchar las palabras de la mujer me calmo un poco y vuelvo a acercar la piedra con cuidado a su frente tratando de concentrarme de la misma manera que lo hice antes.

Belisama: Eres... El arquero, no???... Arzhel???

Asiento con la cabeza a sus palabras y le respondo con tono suave y calamdo, en parte para no perder la concentración, que ya había visto que era bastante importante para controlar el poder de las piedras, no quería volver a liarlo todo.

Sí, soy yo, Arzhel. ¿Cómo te encuentras?

Como si me hubiera desecho en mil pedazos y luego me hubieran vuelto a reconstruir...

De repente, abre los ojos, sobresaltada

Y tambie siento la llama... Aqui parece que habla consigo misma. Tras una breve pausa, se incorpora (parece ser que esta recuperando las fuerzas, e incluso dirias que es el mejor estado que has presenciado en la mujer desde que el hechizo salio mal y todo se cubrio de Hielo, alli, en la roca de Brigit...

Te das cuenta de la ironia. Si esa mujer tiene relacion con la diosa (has considerado otra posibilidad, pero te parece demasiado descabellada), es curioso saber que casi muere en la roca consagrada a esta

Entonces sientes como gira el rostro y te mira

Arzhel... Habla con suavidad y dulzura, como si se acordara de lo que has pasado, y quisiera medir sus palabras para no hablar de forma brusca y ofensaiva

Que ha ocurrido despues de que me desmayara??? He...

No habre comenzado a arder, verdad???

Parece realmente preocupada

Mantengo la piedra en la frente de Belisama mientras esta se incorpora y comienza a hablarme, ya que parece que le esta haciendo basntante bien. Desde fuera la situación debe verse bastante cómica.

Belisama: Que ha ocurrido despues de que me desmayara??? He... No habre comenzado a arder, verdad???

La mujer parece bastante preocupada lo que me hace titubear un poco en mi respuesta y hablar con algo de temor en mis palabras.

Bueno... eeeehh... no sé cuando te desmayastes exactamente... pero arder si que has ardido... un poco... y me dijistes algo... algo como ...Aleih dar selka... pero no estoy seguro... no sé lo que significa. Afortunadamente estaba nuestro druida que consiguió que no ocurriese nada malo... - digo sintiéndomes orgulloso de Laiduth pero, súbitamente, recuerdo que he dejado al pobre druida en un estado un tanto preocupante y mi rostro refleja una gran preocupación. Aparto rápidamente la piedra de la frente de Belisama, no vaya a ser que mi cambio de estado de ánimo cree algún efecto negativo, y me la guardo en la bolsita. Me levanto y señalo a la aldea. - Debo ir a ver como está nuestro druida, el también se desmayó debido al gran esfuerzo que tuvo que realizar para salvarnos de.... de... del incendio.... Tú parece que estás mejor, si quieres luego podemos seguir con... con... esto.

Termino de hablar y salgo corriendo hacia la cabaña de Brannagh.

Belisama se queda muda ante tus palabras, pero tu te alejas antes de que tenga tiempo de responderte. Llegas a la cabaña de Brannagh antes de lo que habias supuesto, y casi sientes que tus pies vuelan. Pero, cuando llegas, y ves a todo el pueblo reunido en torno a esta, y un alboroto ruidoso y caotico, te temes lo peor. Un mal presentimiento se adueña de ti, y es peor aun cuando uno de tus conciudadanos te señala y todas las miradas se giran hacia ti

Brannagh sale de la cabaña, te ve, y frunce el ceño. Nada mas llegar, sientes decenas de pares de ojos observandote, y casi te sientes taladrado por la intensidad de las miradas. Pero Brannagh no te da tiempo a decir nada, hablar nada mas te paras

Laiduth esta muerto

Qudo parado frente a Brannagh y el resto del pueblo, boquiabierto, sin saber que hacer o que decir aunque, en realidad, da lo mismo, no serviría de nada.

¿Muerto?... No puede ser... pero... Yo no quería... yo solo quería... ayudar.... ¿por qué me está pasando todo esto?... ¿Por qué todo el mundo a mi alrededor parece estar en peligro de repente?

Quería correr lejos de aquel lugar, pero no podía irme así, dejar allí tanta gente, tanto años, tanta vida y simplemente salir corriendo. Intenté sobreponerme a todos los pensamientos que atormentaban mi mente, sobreponerme a todas aquellas miradas acusadoras, sobreponerme a la presencia de Brannagh en medio de la puerta y avanzar, lenta pero inexorablemente, hasta el interior de la choza donde estaba Laiduth.

El cuerpo de Laiduth yace, inerte, en el suelo, sus ojos abiertos en una mueca indescifrable de horror y desesperacion. Probablemente no fue una muerte tranquila. Aunque con toda la seguridad, nunca lo sabras

Arzhel

Te giras para ver como Brannagh te mira con una nueva mirada: Casi jurarias que el grandullon, mas que sentir enfado, miedo, o mirarte de manera acusadora (como hacen muchos de tus conciudadanos), parece observarte con una mezcla de confusion y preocupacion

No puedes evitar que, mientras te gires, tus ojos se posen en el cuerpo tendido de tu compañero, Leizhel, a apenas unos metros de ti

No se que ha ocurrido Continua Pero no saquemos conclusiones precipitadas

El gentio, que habia callado momentaneamente para escuchar a Brannagh, orador y portavoz improvisado del grupo, estalla en un murmullo, y detectas comentarios de todo tipo, desde algunas muestras de conformidad, hasta algunos comentarios mordaces o indignados, mas frecuentes, del estilo de "Pero que dice??? Ese joven ha traido la desgracia a nuestra aldea"; o incluso alguno preocupado, debido a la muerte del druida. En la mente de todos pesa la misma pregunta: Y ahora... Que???

Brannagh hace callar a la masa alzando una mano, y continua, dirigiendo a algunos una mirada reprobatoria, y volviendo a girarse hacia ti antes de hablarte

No se quien es esa mujer que has traido. No se porque ha ocurrido lo que ha ocurrido. Pero lo que si se es que eres alguien noble de espiritu, y un gran compañero. Leizhel siempre confio en ti, y lo mismo puedo decir de muchos de nosotros. Por esa misma razon, no creo que tengas la culpa de todo esto. Y no debemos perder la calma

Nos parece imposible que Laiduth se haya ido, pero es asi. En cuanto a lo que debemos hacer con la mujer...

Eso esta bien claro. Me parece que esto ha rozado el absurdo Esta ultima frase la pronuncia una nueva voz, y un hombre fornido sale de entre la multitud

El jefe de la aldea sigue tan fornido como siempre, pero ahora sus ojos ya no son los mismos. La vejez comienza a hacer mella en su piel y dentro de poco comenzara a perder facultades, de eso estais seguros. En este mismo momento te mira con una expresion de desaprobacion y de desconfianza, que solo te hace sentir peor. Pronto vuelve a hablar

Esa mujer es una especie de demonio, que ha embrujado a Arzhel, o al menos le ha engañado, para llegar a nuestra aldea y matarnos. Si no fuera por Laiduth, probablemente estariamos muertos todos. Lo mas logico seria matarla, no podemos arriesgarnos a que vuelva a estallar en llamas y nuestra aldea se vaya al garete por su culpa

Y, en el caso de que no sea un demonio, aun asi merece pagar por el daño causado. En cuanto a Arzhel... Habra tiempo de hablarlo despues

Se oye un murmullo de aprobacion, aunque te das cuenta de que Brannagh y otros parecen bastante disconformes con el veredicto del jefe. Instintivamente todos te miran para oir tu respuesta, en el caso de que la haya

Al entrar en la cabaña me alivio un poco ya que, allí dentro, estaba libre de las miradas acusadoras y el murmullo de mis paisanos.

Me acerqué al cuerpo inerte del druida y me arrodillé junto a él. Tenía un mueca de horror en su cara, aún con los ojos abiertos, que reflejaba lo masl que lo había debido pasar en sus últimos momentos. - Lo siento mucho maestro - una pequeña lágrima empieza correr por mi mejilla mientras cierro sus párpados con mis dedos - no sé que ha ocurrido... no sé porque ha ocurrido esto... - Ya casi por inercia me llevé la mano a las bolsitas donde guardo las piedras del laberinto, pero no llegué más lejos, sabia que esta vez no serviría de nada.

En ese momento me levanto y advirto que Brannagh estaba allí, detrás mia, y casi toda la gente de la aldea. Comienza a hablar y le escucho mientras trato de quitarme la lagrimilla de la cara disimuladamente, pero pronto es interrumpido por el jefe de la aldea que se muestra menos compresivo. Cuando el jefe termina de hablar todo queda en silencio. Miro a Brannagh, a Leizhel, a Laiduth y a la gente del pueblo encabezada por Adexis. Después me vuelvo a arrodillar junto a Laiduth y murmuro algunas palabras de forma que resulten casi inaudilbes para el resto.

Dagda te coja en su morada maestro, sé que teneis mucho de que hablar... - digo mientras hago unos movimientos con la mano en señal de despedida.

Me levanto y, sin mediar palabra con nadie, me dirijo a donde está Leizhel y hago algo parecido a lo que hice con el druida. - Suerte compañero, eres fuerte, sé que te recuperarás. Hazlo por mi. Sé que nos volveremos a ver.

Por último voy hacia Brannagh y pongo mi mano en su hombro. - Muchas gracias por tus palabras amigo, y gracias por toda tu ayuda durante estos años - vinieron a mi mente en ese intante la gran cantidad de momento en los que Brannagh había sanado nuestras heridas y el cariño con el con nos había atendido durante las enfermedades. - Cuida de él - digo volviendo la cabeza hacia Leizhel - sé que no puedo dejarle en mejores manos. - Termino de hablar con él dándole un fuerte abrazo.

Después doy unos pasos y me encaro al jefe de la aldea y al resto de vecinos. - A pesar de lo que diga Brannagh, sé que tengo buena parte de culpa de todo lo que ha ocurrido, y la asumo. Sólo quiero que sepais que nada de lo que hice fue con mala intención hacia nadie y que lamento mucho como se ha desarrollado los acontacimientos. No sé que es lo que me está pasando, pero en las últimas horas muchas cosas extrañas me están ocurriendo y parecen poner en peligro a todos los que están a mi alrdedor. Asumo la responsabilidad de mis actos y el deber de corregir lo que esté en mi mano. Por eso me iré. - En ese momento hago una pequeña pausa y bajo la mirada pues sabía que estaba haciendo lo correcto pero nunca me había planteado dejar la aldea.

Levanté la mirada de nuevo y di un par de pasos más en dirección a Adexis. - Y me llevaré a esa mujer conmigo. No volverá a acercarse a la aldea, te lo prometo. Aunque estoy seguro de que lo que ocurrió no fue por su propia voluntad. Si estoy embrujado o engañado no lo sé, pero esa mujer y su compeñera nos salvaron la vida en el bosque cuando estábamos a merced de unos extrañaos seres, su amigo dio la vida por salvarnos y ella casi la pierde también.... no podía dejarla allí tirada... sería contradecir todo lo que me habeis enseñado en esta alde durante años. Siento todo los problemas que pueda haberos ocasionado. Ya no tendreis que preocuparos más por mi.

Miro por última vez la escena, prestando especial atención a Brannagh y Leizhel y me abro paso entre la multitud en dirección a la afueras de la aldea. Camino entre ellos mirando al suelo, en parte para evitar su miradas y en parte para que no vean la lágrimas que empiezan a manar de mis ojos, esta vez más abundantemente.

Cuando salgo de la aldea voy en busca de Belisama mientras me seco las lágrimas con la capa.

Todo el mundo se calla al escucharte, incluso Adexis palidece. Jurarias que no se esperaban esta reaccion por tu parte. Cuando comienzas a hablar con Brannagh, este te mira atonito, y murmura

No... Apenas un hilillo de voz sale de su boca. Se ha quedado sin palabras. Pasas por entre la multitud, y te alejas del poblado. Nadie te detiene. Quizas porque ven justo que te vayas, quizas por estar mudos del asombro. Caminas durante unos minutos, y ya ves a Belisama, cuando de repente sientes que alguien viene detras tuya

Arzhel Dice Brannagh, mirandote con una expresion de dolor en el rostro Que haces??? No puedes irte...

Dare la cara por ti... Tranquilo, todo se arreglara...

Parece estar actuando a la desesperada

Belisama os observa desde cierta distancia, con una expresion indescifrable

Detengo mi caminar al sentir que alguien me me sigue. Me giro y veo que Brannagh se acerca para tratar de que cambie de idea.

Brannagh: Que haces??? No puedes irte... Dare la cara por ti... Tranquilo, todo se arreglara...

Una leve sonrisa aparece en mi rostro. Me acerco al curandero y pongo mis manos sobre sus hombros.

Sé que lo harías amigo, siempre cuidas de los demás. Pero la decisión está tomada. Realmente está sucediendo algo extraño últimamente y creo que todos podríais estar en peligro si me quedo en la aldea. Descubriré que es lo que ocurre y trataré de solucionarlo. Si veo que todo vuelve a la normalidad... puede que regrese... y según como encuentre los ánimos de la gente, ya veré lo que hago. - En ese momento retiro mis manos y miro a lo lejos, a las montañas y los bosques que tantas veces he recorrido en compañía de Leizhel - No te preocupes. Sé cuidarme solo. Bueno, quizás ahora me sobre algo de la comida que cace... - Una sonrisa algo forzada vuelve a mostrarse en mi rostro debido al absurdo comentario - Cuida de Leizhel... no me gustaría que más muertes pesases sobre mi conciencia. - Vuelvo la vista y veo que Belisama esta parada a unos metros de nosotros esperando pacientemente - Además, tengo una deuda con ella. Tenemos que vengar a su compañera. Quizás eso me aclare algunas cosas. - Finalmente me despido de Brannagh con una nueva sonrisa y un golpecito en el brazo. - ¡Cuidate amigo!, necesito que haya alguien aquí cuando vuelva.

Y dicho esto me doy la vuelta y sigo mi camino en pos de Belisama y quien sabe que otras cosas más. No vuelvo la vista atrás pues, si lo hago, quizás me arrepienta de todo esto. - Es la decisión correcta.

Brannagh se queda parado, a tus espaldas. No le ves la cara, pero parece haberse resignado a tu ferrea decision. No dice ninguna palabra, pero tampoco le oyes moverse del sitio. Belisama te mira cuando llegas a su lado. Te resulta extraño, pero jurarias que en sus ojos ves... Pena

Arzhel... Siento lo ocurrido... Pero debe ser asi...

Entonces, te mira de manera extraña, como si estuviera repentinamente incomoda. Parece indecisa, pero, al final, habla

Se que no puedo pedirtelo, pero no hay otra opcion...

Leizhel debe acompañarnos

A tus espaldas, Brannagh suelta una exclamacion casi imperceptible

Camino lentamente hasta llegar a encararme con Belisama. Le hago un gesto para que caminemos hacia delante, pero no se mueve y parece querer decir algo. Permanezco atento a sus palabras, pero mis oidos no dan crédito.

Pero... ¿qué dices?... Yo soy el primero al que le gustaría que viniese, pero no eso no es posible. Primero porque su estado de salud es muy delicado.... ¡si nisiquiera está consciente! - grito lanzando la mano en dirección a la aldea y, tras eso, hago una pausa para calmarme - Y segundo porque creo que, lo que sea está ocurriendo, no tiene nada que ver con él, sino conmigo. - Comienzo a caminar dejando atrás a Belisama y aún más atras a Brannagh - Él ya no puede hacer nada por nosotros.... ni yo por él... - digo con pesar - contigo tengo una deuda pendiente y necesito que me ayudes a encontrar a esos tipos que nos asaltaron... pueden que me aclaren algunas cosas... pero si no quieres no te voy a obligar. - Hago un pequeño alto para no alejarme tanto que no se me escuche, pero me resito a mirar hacia atrás - Hay muchas cosas en mi mente que necesitan una respuesta. Encontraré a alguien que me de esa respuesta.

Espero un poco allí parado, como reflexionando. En realidad no tengo ninguna prisa pues, solo, no sabría por donde empezar.