Partida Rol por web

Y yo, dando un paso al frente, miro a los recién llegados de arriba a abajo y digo.
Se os ha hecho una pregunta con el grado adecuado de corrección. Creo yo que sera conveniente que respondáis.
Y permanezco a la espera de alguna reacción por parte de estos desconocidos.
Quizá no parezcan una amenaza, pero nunca se sabe cuando puede surgir la oportunidad de un buen combate.

Una sonrisa se dibuja en los rostros de los dos personajes, y uno de ellos habla

Vaya, que molesto...

El otro se gira y le mira

Que hacemos con ellos??? Interfieren en nuestra mision... Lo mas sensato seria quitarnosles de en med...

De repente, abre los ojos como platos, y sus manos se cierran en un puño

Lo estas viendo?!

El primero se queda unos segundos mirandoos, al parecer sorprendido por la reaccion de su compañero, y con una expresion de confusion en el rostro. Pero de repente abre los ojos a su vez, y lanza un silbido por lo bajo

Es imposible...

Los dos se quedan en silencio, subitamente tensos, mirandoos fijamente con una mueca de aprehension en el rostro

Los dos individuos que tengo delante, parecen bastante estúpidos y patético. Por tanto, alzo mi casco para dejar al descubierto mi rostro y, de nuevo, les dirijo la palabra.
Ignoro el motivo de vuestra reacción. Es algo que no me incumbe. Pero seguimos a la espera de una respuesta.
Siempre y cuando, claro esta, conozcáis la mas elementales reglas de la cortesía. Y, puesto que sois vosotros los que habéis aparecido en un lugar con restricciones de paso seguimos a la espera de que os identifiqueis adecuadamente.
Y dicho esto, vuelvo a bajarme el casco y sigo prestando atención a las reacciones de los dos intrusos.

Uno de los dos frunce el ceño, y te mira

Creo que nos hemos perdido. Ruego disculpen nuestro descuido. No somos mas que un par de viajeros, estamos de paso

El otro se inclina casi imperceptiblemente y le susurra algo, aunque a esta distancia no le oyes

Decididamente, la actitud de este par de individuos me resulta sospechosa. Por tanto, alzando la voz digo.
¿Perdidos?. ¿Y aparecéis delante de este extraño fenomeno?.
Creo yo que mas bien sabéis algo sobre este asunto. Quizá os resultaría conveniente explicar que clase de conocimientos tenéis sobre esta esfera de oscuridad.
Y espero que sea algo convincente. Por lo menos, mas convincente que vuestra excusa sobre errar el camino.
Y por supuesto, continuo vigilando los movimientos de ambos individuos.

 Los dos callan. De repente, el que hablo alto se gira y responde a los susurros de su compañero, esta vez suficientemente claro para que lo oigais

Tienes razon. No podemos con ellos, aun no Sientes una extraña furia cuando te das cuenta de que pasan del extremo de ignoraros a prestaros toda su atencion. Desde luego, este par es realmente extraño Debemos abortar la mision

El otro sonrie, y os mira

No es facil engañaros. Aun asi, como bien has dicho, es una excusa bastante pobre. Mi hermano no es demasiado habil en inventar historias

Por desgracia, me parece que esto ha sido un malentendido. Asi que, si nos disculpais, creo que nos vamos...

Acto seguido da un paso hacia atras, sin dejar de miraros, y su compañero hace lo mismo

Y yo vuelvo a dar otro paso adelante mientras digo.
Quietos ahí. Así que admitís la debilidad de vuestras excusas. Pues, en ese caso, creo yo que ha llegado el momento de las explicaciones.
Que estas explicaciones surjan antes o después de un buen combate, sera ya decisión vuestra.
Y no los pierdo de vista listo para saltar sobre ellos ante la mas mínima impresión de que intenten iniciar la huida.

De verdad??? El hombre que hablo el ultimo alza una ceja En ese caso... Veo que tendremos que complacerte...

Entonces alza una mano, y cierra los ojos. Su compañero os dirige una ultima mirada indescifrable, y luego se da la vuelta

Sales corriendo hacia ellos, pero antes de que des mas de cinco pasos, de la mano del primero sale un estallido de luz... Y en frente tuya, del suelo, comienza a surgir algo...

Otra vez esos seres

Adios. Volveremos a vernos, probablemente

Murmura el misterioso hombre, y, subitamente, los dos extraños son envueltos en un misterioso fuego negro, y comienzan a desaparecer...

Lanzas una maldicion, pero el ser te cierra el paso

Detras oyes la voz de Albertvm

No puede ser... Esos seres...

Te giras. Parmenides parece atonito, pero Albertvm esta peor, sin duda. Probablemente creia que esos seres eran parte del sueño. Claro que, en teoria, tu eras parte de su sueño

Alrededor de la esfera tambien han surgido seres. De repente, te das cuenta de que salen de todas partes. De las paredes, del suelo...

Mierda

Y una vez mas ante mi aparecen estos odiosos engendros. Miro a mi alrededor controlando la situación y mi voz retumba a través del bronce de mi casco corintio cuando digo.
!Ocupaos de mantener protegida la retaguardia!¡Pero no os acerquéis demasiado a esa endiablada esfera!

Dicho esto, me adelanto y me dispongo a entablar combate. Al pasar a la derecha de uno de estos engendros, descargo yn fuerte sesgo contra su costado. Y al segundo de los engendros que aparece frente a mi, trato de clavarle la punta de mi doru en su pecho.
Rápidamente equilibro mi lanza mientras estas ratas empiezan a rodearme.
Y en medio de la batalla, digo

¡Que el mas ágil de vosotros intente salir de aquí escalando las paredes del desfiladero!. ¡Que de la alarma!. ¡Podremos atrapar a estos necios entre nosotros y los refuerzos!
¡Deprisa!. ¡Ese par de imbéciles saben algo de todo esto y no han de escapar!.

Tu doru baila entre los corruptos, y los dos que son alcanzados por esta desaparecen en humo negro. Sonries y equilibras tu arma, mientras alzas la voz para que tus dos compañeros te oigan. Estos parecen bloqueados por el susto, pero entonces te oyen, y reaccionan. Los dos miran arriba, como evaluando las posibilidades... Aun asi, no parece tarea sencilla el escalar la roca...

Mierda... Que son estas cosas???

No puede ser real... Otra vez no...

Profundizo en las filas de mis enemigos aprovechando el hueco que he provocado.
Ataco mientras avanzo al que queda a mi izquierda.
Noto como la punta de mi arma desgarra la carne de mi enemigo. Pero no debo perder tiempo comprobando el resultado de mi ataque.
Una vez mas equilibro mi doru y lanzo un potente lanzazo sobre el engendro que aparece frente a mi. El ser retrocede alcanzado en el pecho y yo libero mi arma con un seco tirón al mismo tiempo que alzo mi escudo listo para defenderme.
Procuro prestar atención a mi alrededor en el campo de batalla para evitar ser sorprendido y, me percato de un detalle quizás peligroso. Por tanto, grito.
¡¡Preparaos!!. ¡El enemigo se dispone a contraatacar!. ¡No les deis tregua alguna!. ¡Y no esperéis piedad de estos malditos bastardos!.

Los seres te atacan, y uno logra arañarte en el muslo, pero a ti no te importa. No sientes apenas daño, pues la adrenalina del combate esta haciendo efecto en ti, y rapidamente te das la vuelta para atestar a tu atacante un buen golpe con la doru. Dos de tus enemigos caen bajo el peso de tu lanza. Sonries mientras continuas con tu baile mortifero, y observas satisfecho como tus enemigos, impotentes, intentan dañarte sin exito. Entonces oyes una exclamacion de miedo, y al girarte, ves a Parmenides acosado por otros tantos corruptos. Y de las paredes cercanas a la esfera continuan saliendo mas...

Quizas necesite algo de ayuda

En cuanto a Albertvm, parece haber comenzado a trepar, y jurarias que esta dejando atras a sus enemigos

De pronto, escucho un grito humano y me giro en medio de la batalla para ver lo que ocurre.
Y lo que descubro, es al joven Parmenides a punto de sucumbir bajo el ataque de estos seres.
También me doy cuenta de que Albertum esta trepando por una de las paredes del desfiladero.
Por tanto, tengo claras mis prioridades. Descargo mi doru en un poderoso golpe y destrozo al engendro que tengo delante. Aprovecho el hueco y corro a auxiliar a Parmenides mientras digo.
¡Vamos!. ¡Recuerda que eres un griego libre aunque no seas Espartano!
Avanzo rápidamente con mas de uno de estos malditos detrás de mi, pero ahora, mantengo centrada mi atención en los que atacan a Parmenides.
Y cuando llego hasta el joven filosofo, atravieso con un golpe a uno de sus oponente.
Compruebo el avance de Albertum y digo.
¡Bravo!. Pronto esta escoria sentirá la furia de mis hemanos. Y eso, ¡sera lo ultimo que sientan en su miserable existencia!

Tu enemigo cae ante tu doru antes de que tenga tiempo a saber lo que ocurre, pero mucho antes de que puedas alejarte de los seres que te rodean, algunos saltan sobre ti y te cortan con sus garras. Sientes dolor, pero les ignoras y corres hacia tus compañeros

Mientras tanto, delante tuya, algunos de esos seres atacan a Albertvm dando saltos, intentando alcanzarle con sus afiladas garras. Uno logra arañarle el tobillo, y otro salta tan alto que llega hasta su espalda, donde le raja sus vestimentas y le hace una fea herida de la que comienza a salir sangre. El romano lanza una exclamacion de dolor, pero no cae, y se mantiene sujeto a la roca

Parmenides no parece llevarlo mejor. En un intento desesperado, intenta atacar a sus pequeños enemigos con sus puños y patadas, pero estos le esquivan con facilidad, y le arañan en distintas partes del cuerpo. No parece que le esten haciendo demasiado daño, pero Parmenides tiene una mueca de panico en su rostro

Llegas sin problemas hasta ellos y destrozas literalmente al enemigo mas cercano, que ni te prestaba atencion. Sientes que, detras tuya, el grueso del batallon contra el que te enfrentas te persigue con ansias de derramar tu sangre

El combate se endurece. Y, como siempre, eso es algo que me complace. A pesar de mis heridas, sonrio en la batalla pues soy Espartano. Y para esto he nacido.
Me adelanto un paso y arrecio en mi ataque sobre los engendros que se lanzan sobre Parmenides.
Logro alcanzar con mi doru a otro de estos demonios y digo.
¡Parmenides!. ¡Acercate y empuña mi falkata!. Pues solo con tus puños, no podrás seguir defendiendote.
Y dicho esto, descargo mi doru sobre otro de los engendros.
Me doy la vuelta entonces y compruebo el estado de Albertum. Y descubro que mas de uno de estos demonios trata de alcanzarle.
¡Albertum!. ¡Pide ayuda ya!. ¡Quizá tengamos suerte y puedas ser oído por mis hermanos a causa del eco que produzca tu voz en las paredes de esta garganta!
Nuevamente alzo mi hoplon y preparo mi doru para seguir combatiendo.