Partida Rol por web

- Pues es algo complicado Eric.- dijo en tono apagado aún dolida por la acción de su hermana. Aunque la presencia de su cuñado muchas veces le ponía nerviosa en esta ocasión no era esa precisamente la sensación que tenía. Las noticias llegadas la habían intranquilizado y ahora tener que soportar los desplantes de Kiba habían agotado a la hermana mayor de los Carkenna. No le apetecía lo más minimo hablar del tema.

-Creo que no me encuentro bien. Será mejor que me marche a casa.- se levantó de la silla y caminó hasta la salida sin despedirse de nadie.

Ilsa explica con tranquilidad a Kiba la situación, aunque no prueba la copa que le ha dado aún.

-Creo que hemos de mostrar unidad Kiba, si queremos estar a la altura de esta inaudita situación debemos superar las rencillas del pasado y mostrar la unidad que nos dé fuerza para vencer esta adversidad.

Ilsa continua con su tono admonitorio y algo vacío un rato, y finalmente le pregunta a Biza alguna cuestión técnica relativa a algún conjuro para incorporarla a la conversación. Finalmente Ilsa le pasa la copa, que parece quemar en sus manos, mientras observa a Rowan y le inquiere:

-¿Comenzamos?

Cuando Ilsa se vuelve a preguntarle a Biza sobre alguna trivialidad, se da cuenta de que la hechicera no les ha seguido hasta la mesa. Buscándola con la mirada la ve al otro lado de la sala, hablando con su cuñado Eric, miembro de la sociedad aliada los Soles Azules e invitado de honor en la reunión de Gorgonae.

Ilsa se acerca a Rowan cuando ve que Biza se levanta de la silla y se dirige a la salida sin despedirse de nadie.

El hechicero observa a Biza salir de la casa, sorprendido porque Ilsa no haya hecho nada al respecto e intrigado por los motivos que podrían llevarla a abandonar la reunión incluso antes de que empezara. Agitando la cabeza, se vuelve hacia su discípula.

- Cuando quieras querida. Sin embargo prefiero que dirijas tú la reunión, ya que hace tiempo que yo no vengo a la casa de Gorgonae.

Separándose de Ilsa, se dirige a la puerta del salón, apoyándose junto al marco mientras mira a los presentes.

Sales de la casa de la compañía. Es noche cerrada y una repentina tormenta de verano ha hecho que refresque el tórrido calor de esta tarde. Maldiciendo por la lluvia, Biza se dispone a irse a su casa.

En la soledad que le quedaba bajo las ropas que la refugiaban de la noche, Biza intentó serenarse aún herida por el desplante de su hermana. ¿Hasta cuando tendría que estar pagando los errores del pasado?. No lo sabía, pero el dolor del recuerdo se apoderó de su pecho una vez más. Caminó hacia su casa y las sombras sin personas a las que pegarse lo invadían todo. Aceleró el paso. No quería llorar en medio de la calle.

Mientras te diriges a hablar con el resto de la compañía, ves cómo Rowan te hace un gesto con la cabeza, animándote a llevar tú sola la reunión y se retira rápidamente, saliendo por la entrada principal.

Los miembros de Gorgonae se apiñan a tu alrededor, dejándo de lado sus conversaciones anteriores y mirándote intrigados. Un momento después, escuchas una voz en la sala:

- ¡Venga! ¡Cuéntanos qué ha ocurrido en el Gremio! Rowan no quiso soltar ni prenda...

Escuchas un aleteo sobre tu cabeza cuando apenas estás a dos calles de la sede de las górgonas. Rowan, el consejero miembro de tu compañía, se aproxima volando para posarse pocos metros delante de ti.

- Biza... Te había dicho que tenía que hablar contigo esta noche. Habría venido detrás de ti antes, pero tenía unas cosas que aclarar primero. - Por un momento se calla y te mira de arriba abajo. - Pero, ¡estás empapada! ¡Hay! Estos maestros de Uldnacht no deben seguir bien los preceptos de nuestra escuela... Deberías venir a Rulfoun para estudiar hechicería... Fadnizsah! - grita de repente.

La lluvia desaparece al instante y las nubes empiezan a alejarse rápidamente de la ciudad. Rowan sonríe, confiado y se quita su capa para ofrecértela.

- Ahora dime, niña - esa palabra te sorprende, pero, aunque parezca mucho más joven, recuerdas que tiene casi la edad de tu padre - ¿qué te ha hecho abandonar la reunión? Y no me digas que quieres estar sola... Ya eres lo suficientemente mayor como para saber que hay compromisos que no se debería eludir.

Después de ponerles al día sobre la situación respecto a los Truil Ilsa permanece en un tenso silencio a la espera de las reacciones de su grupo.

-Nuestras situación, como podéis entender, es crítica. A mi juicio debemos intervenir de inmediato. La cuestión estriba en encontrar el modo correcto. Mi investigación en la biblioteca no ha dado ningún fruto, y tanto Biza como yo nos sentimos desorientadas respecto a este fenómeno. Considero prudente ampliar la información disponible, indagar algunos aspectos oscuros (muchos), y localizar a la persona adecuada que nos permita adentrarnos en la desconocida sociedad de los bárbaros Truil. Es un trabajo duro, no quiero mentiros, aunque se admiten otras opciones. ¡hablad ahora, gorgonas!

- Pues no podría decirte otra cosa más cercana a la verdad que esa Rowan.- le dijo cubriendose con la capa de éste. - Hay veces que los compromisos pasan a un segundo plano. Y los motivos son lo suficientemente fuertes como para ni siquiera pensarlo.-

- Pero no quiero aburrirte con mis problemas.- se apresuró a decir. - ¿Que querías de mí?.-

La expresión de Rowan se ensombrece ante tu primera afirmación.

- ¿Los compromisos pasan a segundo plano? - repite - Me cuesta creer que escucho eso de una Carkenna, cuando tu padre llegó a casar a una de sus hijas con el mero objetivo de conseguir una alianza para las Górgonas... Pero bueno - su gesto se suaviza poco a poco - supongo que todos tenemos problemas privados que nos afectan en mayor o menor medida.

Rowan empieza a caminar en la misma dirección que seguías anteriormente. Pese a que la lluvia ha parado, se mantiene una temperatura agradable, pero el suelo está bastante encharcado.

- Sobre eso quería hablarte, de todas formas. Sobre los Soles Azules. No me fio de la objetividad de tu hermana para hacer una evaluación sobre Eric y su compañía. Sabes que la fusión de Gorgonae y los Soles puede ser inminente y necesito saber tu opinión al respecto. ¿Qué me puedes decir de esto?

Las górgonas que no pertenecen al gremio de Encantadores sueltan exclamaciones de sorpresa ante tu historia. Escuchas, sin embargo, alguna queja entre los hechiceros por el hecho de haber desvelado algo que se había pedido explícitamente en la asamblea que se mantuviese secreto... ¡Nunca se puede tener contento a todo el mundo!

La gente parece perdida, desconcertada por el hecho de que algo que se daba por sentado no sea tan cierto como se había creído. Los comentarios son similares a los que escuchaste en el gremio, si esta forma de magia (o, mejor dicho, de anti-magia) se extiende, podría ser fatal para los ejércitos de Uldholm. La estabilidad conseguida tras la expulsión del Imperio y la formación del sistema gremial se vendría abajo y Gorgonae habría fracasado en sus objetivos.

Una mujer se adelanta de entre los presentes y se dirige directamente a ti. La reconoces como Zorya Blenn, uno de los miembros más prominentes de Gorgonae y gran benefactora de la sociedad.

- Y, ¿qué es lo que tú propones, joven maestra? Dices que quieres investigar el asunto y es una sabia decisión, pero, ¿quieres enviar a alguno de nuestros miembros a los yermos Truil? La mayor parte de nosotros somos estudiosos o gente acomodada, no somos aventureros ni exploradores. Mucho podemos averiguar en Uldnacht sobre lo que ocurra en la ciudad o incluso en toda la nación, pero fuera de sus murallas estaríamos prácticamente en pañales.

Un murmullo de aprobación se escucha entre la gente.

- Mi pregunta es, ¿qué propones? ¿Buscar algún mercenario que investigue por nosotros? Enviar a alguno de los nuestros.

-Sabes que te respeto Rowan pero no vuelvas a mencionar a mi padre con esa ligereza.- dijo abiertamente enfadada. -En cuanto a tus dudas sobre los Soles Azules digamos que  comparto tu preocupación y que es algo que aún debemos meditar.-

-Querida Zorya, comparto el ímpetu de tus palabras, y la incertidumbre de tu pensamiento. ¿Qué hacer? En efecto, no somos aventureros que buscan fortuna y gloria en las soledades extranjeras. ¿Qué hacer? Para ello nos encontramos aquí. Os explondré lo que pienso: debemos ser cautos, pero hábiles.

En primer lugar, debemos considerar que este fenómeno no se ha producido antes, al menos por lo que toca a nuestras crónicas. Eso solo puede significar dos cosas: 1. o bien que alguno de ellos ha descubierto algo completamente nuevo, 2. o bien que alguien les ha transmitido un nuevo conocimiento.

Tanto en un caso como en otro, creo que debemos observar el modo de ser de ese pueblo: carecen de unidad. Hay que estudiar en qué punto de la frontera se ha producido este fenómeno. Conocer qué clase de Truil son, si tienen enemigos dentro de su misma nación. Y aquí la información debe proceder de los comerciantes y los fronterizos, buscando aprovechar su disensión interna en nuestro beneficio para obtener información. Serán otros los que lleven las armas. Aunque debemos también atender a ese punto con celeridad.

Rowan te mira con un gesto comprensivo.

- Me malinterpretas, Biza. No pretendía mencionar a tu padre con ligereza. Al contrario, sabes que siempre fue un gran amigo mío, tan sólo pretendía recordarte su compromiso con Gorgonae, dadas tus anteriores elusivas.

Durante un breve momento, ambos caminais en silencio. Al cabo de un rato Rowan retoma la palabra.

- Sí, yo también pensaba que sería mejor meditar esta decisión un poco más. Sin embargo, los últimos acontecimientos van a obligarnos a acelerar esta decisión. Gorgonae no es una sociedad poderosa, pero sus objetivos son bastante ambiciosos. Nosotros solos estamos atados de pies y manos, pero uniéndonos a los Soles tendremos mucha más capacidad de maniobra. Por eso necesito saber tu opinión.

- Confio plenamente en Eric.- dijo pensativa -Pero no puedo decir lo mismo de Los Soles. No conozco sus ambiciones. Supongo que para eso tendras que hablar con mi hermana.-