Partida Rol por web

Se queda parado, mirando a Alex de arriba a abajo, como si le estuviera reevaluando.

- Vaya, vaya... El chico se quiere poner duro... ¿Qué te hace pensar que tendrías tiempo para lanzar uno de tus hechizos, muchacho? Si no fuera por el extranjero, los dos asesinos habrían acabado contigo y ahora apenas tienes fuerzas para sujetar un vaso de cerveza, así que acepta un consejo, chico: No hagas amenazas que no puedes cumplir.

Señala a una de las destartaladas mesas del comedor. - Ahora, si no os importa, sentaos mientras pido unas cervezas... Y una sola habitación. Dadas las circunstancias, será lo más seguro. - Dice dejándoos a solas mientras se acerca al posadero.

Cogiendo al joven hechicero por el brazo, Yi Fan lo lleva con firmeza hasta el rincón más alejado y oscuro del inmundo comedor donde le hace sentarse junto a él, de espaldas a la pared, mientras esperan a que el señor Henry arregle lo de su habitación para esta noche.

No ha sido sabio el amenazar a ese hombre. Le susurra el Dindavara con su marcado acento extranjero. Queda un largo camino y vamos a necesitar su ayuda...

Recuerde, señor Vangrant, han puesto precio a su cabeza. La mirada que dedica al Danzante está llena de reprobación. El señor Henry puede pasar desapercibido. Yo no. Y mostrar su magia abiertamente atraerá a los que le buscan, y puede que en esa ocasión consigan su objetivo.

Con un silencio hosco, el Dindavara se echa la capucha aun más sobre la cara y se reclina en el asiento, hundiéndose en las sombras. Nunca lo hubiese creido, pero sus dos nuevos acompañantes le están haciendo echar de menos a Areth...

Me dejo arrastrar por mi compañero, como si pudiera evitarlo, y siento en la silla obedientemente. Todo la energía que sentía antes se ha desvanecido, no me puedo creer que me enfrentara a Henry, que a todas luces parece muy competente en su función. Aunque todavía no tengo muy claro donde encajarlo. Por otra parte no se amilanó lo más mínimo, parece entender la magía y sus debilidades, lo que es bueno para nosotros y malo para nuestros enemigos.

Pongo mi mejor sonrisa cansada, mientras me froto el brazo donde YI me cogió (espero que el sano) y acepto la reprimenda.

-lo sé, lo seeee- no le miro a los ojos, sigo observando a Henry de espaldas - Lo siento Yi, a veces... me enfado. Me enfado de veras.- sacudo la cabeza y me giro hacia Yi - Estoy molido, no pienso con claridad, estas heridas me duelen horrores y saber que todo el mundo me persigue, no me ayuda a relajarme. A ver si nos puede explicar algo más y echamos una cabezadita ¿no?- sonrisita conciliadora.

Carrespeo un poco y continuo. No sé si me está mirando o no.

-Por cierto...- divago como un enamorado- Muchas gracias por lo de antes, no lo hubiera conseguido sin ti- asiento con la cabeza.

Entre las sombras de su capucha, el Dindavara se revuelve, incómodo.

De nada... Responde con el tono de alguien al que nunca nadie le agradecido nada.

Después carraspea y coloca junto a la mesa el alargado estuche de madera que siempre lleva consigo. Lo abre y de él extrae con cuidado su Koto, para dedicarse a ajustar y afinar sus cuerdas mientras esperan a que venga el señor Henry.

Será mejor que descanse esta noche y recupere fuerzas. Mañana partiremos camino de la frontera Truil.
Con una púa arranca una nota aguda del instrumento musical.
Pero antes tengo que encontrar al guerrero, Dhalbach. Según Asceltis, cuenta con aliados en la frontera.

Y los vamos a necesitar...

Henry se acerca a la mesa con tres jarras de cerveza en una mano.

- Bien, veo que estás más calmado - dice, sentándose mientras distribuye las jarras entre todos. Mira a Yi Fan y su koto, sonriendo al ver cómo afina las cuerdas y le da un largo sorbo a su cerveza, sin molestarse en brindar antes.

- Alex no sabía nada sobre nuestro viaje - informa al guerrero de Dindavara. - Aún no estaba decidido si el chico vendría con nosotros o no... Visto lo visto, creo que lo más seguro es que nos acompañe. Además, dada su experiencia en la batalla contra los Truil, puede que nos sea útil y todo.

Nuevamente, se lleva la cerveza a los labios antes de dirigirse al hechicero.

- Asceltis ha decidido preparar una expedición a la frontera. Las noticias que nos has dado son preocupantes pero, pese a todo, el Consejo planea un nuevo ataque a los Truil. La misión será llegar antes que nuestras tropas y averiguar cómo esos bárbaros consiguen anular nuestros hechizos. Tal vez esa información pueda salvar la vida de mucha gente.

Cuando Henry se lleva la jarra a los labios, no puedes evitar fijarte en sus nudillos. Parece que una costra de piel endurecida los recubre por completo, como si estuviese acostumbrado a golpear con ellos. Al verlos, recuerdas los entrenamientos de combate de algunos guerreros de la unidad de tu padre, y deduces con facilidad por qué el hombre no lleva ningún arma... No le hacen falta.

Vaya, eso explica muchas cosas, como no me di cuenta antes... Su postura, su movimiento... por eso trasmite ese aire confiado, supongo que viene a ser como si yo siempre tuviera un hechizo listo para usar. Además sé por lo que este tipo de gente ha pasado. Poner tu cuerpo al límite una y otra vez. Bebo un trago de cerveza antes de responder. Esa gente es dura de verdad.

Empiezo a enterder un poco a nuestro guía, de hecho, creo que ese nos puede ser util y todo, es lo más cerca que va a estar de hacerme un cumplido, ya es algo.

Tras poner la jarra de cerveza en la mesa, me aventuro a preguntar.

-Si no es mucho preguntar... ¿Se sabe ya quien intenta matarme?-miro hacia los lados desconfiadamente que nadie este escuchando- ¿O se sabe algo de la stormtongue que ha desaparecido?. - Bebo un trago -Ya que vamos a volver a la frontera, mi cupo de malas noticias está lleno, ya nada me puede deprimir más.

La verdad es que me hago un poco el martir, pero me emociona que cuenten conmigo y poder demostrar de lo que soy capaz. Bebo un trago más. Mi jarra se vacia mucho más rapida que la de mis compañeros, con lo que me relajo un poco y freno el impulso de seguir bebiendo.

No te lies a beber alex que ya sabes lo que pasa...

Los asesinos enviados en tu busca estarán a sueldo de los responsables del problema de los hechiceros...

El Dindavara observa la jarra de cerveza que no ha tocado aún. Si no fuera porque intenta pasar desapercibido, habría pedido un te al posadero.

Cita:

Al oir esto Yi Fan vuelve a reclinar su asiento hacia atrás, ocultando su rostro en las sombras.

¿Será posible que se trate de...?

Henry frunce el ceño y termina la jarra de un largo trago.

- Si no me equivoco, los dos hombres que intentaron matarte eran del Gremio de Asesinos. - Sonríe ante vuestro gesto interrogativo. - ¡Venga! En esta puta ciudad hay gremios para todo. Que el Senado tan sólo lo formen quince personas no quiere decir que los criminales no tengan su propio Gremio. - Mira hacia Alex. - Por supuesto, en los opulentos Barrios Centrales - el sarcasmo es evidente en su voz, además de en su sonrisa - no tienen ni idea de su existencia, pero aquí en la Periferia se los conoce muy bien.

Se reclina en su asiento y cruza los brazos.

- Desgraciadamente, eso no significa nada. Son mercenarios a sueldo, así que la gran pregunta es quién los ha contratado. Para su pesar, la red de informadores de Asceltis no ha conseguido averiguar nada sobre ellos. Cada vez que alguno de nuestros hombres está a punto de infiltrarse, desaparece.

Alterna la mirada entre el dindavara y el joven hechicero, fijándose finalmente en Yi Fan.

- Sobre la stormtongue desparecida - su sonrisa sarcástica se acentúa, como si detrás de ella se ocultase un mínimo de genuína diversión, - yo no sé nada. No se ha encontrado ninguna pista que involucre a los asesinos. Es más, el hecho de que hubiese un superviviente prácticamente los descarta. Cuando desapareció la acompañaba otro hechicero, el oficial Rhenar, creo recordar. Está fuertemente custodiado junto al gremio de los Físicos, pero de momento sigue inconsciente.

Al ver a Henry terminar su jarra, no puedes evitar beber tú también, lo que hace que empieces a sentirte un poco embotado.

Termino mi jarra, total, mañana a saber que pasará. Levanto un dedo como en la escuela para hablar.

- Yo conozco a Rhenar, lo recuerdo muy competente- miro a ver si veo a un camarero - perdón si pienso en voz alta, pero eso nos deja dos opciones, que haya un segundo gremio involucrado, o que ella misma se haya escapado dejando fuera de combate a su protector/carcelero- desisto y miro a Henry- Lo que no hace sino crear más preguntas ¿Que otro gremio está interesado? y ¿A donde se podría ir ella si se hubiera escapado?. Todo esto se resolverá cuando el buen Rhenar despierte, lo cual seguro será demasiado tarde.

Termino dando un pequeño golpe en la mesa con mi brazo bueno. Ajá!, creo ver un camarero.

- Tres cervezas más, amigo - le reclamo con la mano en alto juntando pulgar y meñique- rapidito.

Permanecer en silencio mientras el chico-hechicero divaga es sin duda lo más acertado, medita Yi Fan, que puede ver como los ojos de Alex se van ahogando en el alcohol de las cervezas.

Mejor, de esa manera no se dará cuenta de la incomodidad que embarga al Dindavara mientras habla de los hechiceros que asaltaron anoche Areth y él.
Sus pupilas se dirigen entonces hacia Henry. Está prácticamente seguro de que él lo sabe, por su mirada y su "proximidad" a Asceltis, pero si el hombre no quiere revelarselo al joven hechicero tendrá sus razones, y desde luego Yi Fan no va a decir nada.

Además, Vangrant se está emborrachando a conciencia. No averiguará nada por sí mismo. Demasiado alcohol para un chico tan delgado. Algunos lo perdonarían, justificando su actitud como una manera de olvidar los sucesos que ha vivido esta noche, pero no así Yi Fan. Para el Dindavara es otra muestra de la debilidad del joven, refugiándose en la bebida en lugar de afrontar sus problemas como un hombre.
Desde luego no está favoreciendo la opinión que tiene de los hechiceros Uld.

Señor Henry. Susurra Yi Fan al tiempo que comienza a recoger de nuevo el Koto para evitar que Alex lo salpique con espuma de cerveza. Quizás podáis localizar de alguna manera a Areth Dhalbach, quien se supone que tambien nos acompañará en este viaje. Posee contactos en la frontera que vamos a necesitar.

Le dejé un mensaje al hombre del Cerro del Oro para que se lo transmitiera, pero no es seguro que llegue a sus oidos...

El camarero trae otra ronda de cervezas ante la sonrisa de Henry.

- Por supuesto que localizaremos a Areth. No me sorprendería que Asceltis ya sepa dónde esté. De cualquier forma, mañana por la mañana debemos reunirnos todos para preparar la expedición.

Mira su nueva jarra y la coge dando buena cuenta de la mitad de su contenido. Mira a Alex, tambaleándose ligeramente por la bebida y con la mirada claramente desenfocada.

- Deberíamos descansar. Mañana nos espera un largo viaje y después de los acontecimientos de esta noche creo que todos deberíamos descansar.

Se levanta agarrando al joven hechicero del brazo.

- Vamos, Vangrant. Hay que irse a dormir. Necesitarás descansar para curar esas heridas.