Partida Rol por web

Martha entra en la casa de Jakko, seguida por Henry, Yi Fan y Alex. Areth entra el último, vigilante y pensativo en contra de su habitual forma de ser. La mujer se precipita como una exalación por la puerta, entrando en una sala cuadrada que parece ocupar más de la mitad de la pequeña casa. Jakko está en pie junto a la mesa, pensativo mientras estudia los mapas encima de la mesa.

El hombre escucha con seriedad las palabras de Martha mientras le cuenta que Anguy ha abandonado el campamento. Fruciendo el ceño, mira a Areth mientras sopesa las posibles inplicaciones de la partida del explorador. Finalmente se encoge de hombros, diciendo:

- Bueno, hay poco que podamos hacer ahora... - Mira a Martha y Areth. - Luego decidiremos si merece la pena enviar a alguien en su busca. Antes hay cosas que decidir.

Bordea la mesa y se aproxima a vosotros. - Os ofrecería un asiento, pero como podéis ver, no hay sillas para todos. - Señala la habitación y aprovecháis para echar un vistazo. Frugalmente decorada, a penas cuenta con una mesa, tres o cuatro sillas y un pequeño armario. Sobre la mesa hay una botella vacía y dos vasos, contrastando con los mapas que podeis suponer que Jakko estaba estudiando  cuando entrasteis.

- Pero antes de nada, quiero oir qué os trae aquí. Areth me lo contó anoche por encima, pero prefiero oírlo de vuestra propia boca. - El viejo guerrero habla con voz orgullosa, contrastando con su jovialidad de la noche anterior.

Me adelanto a hablar antes que seguro que soy más diplomático que el cortante Yi o el cínico Henry.

- Igual que las sillas, las explicaciones también son escasas y meras ideas en el aire, que estamos intentado poner forma.- me enrrollo- Conocido vuestro conocimiento de la frontera por conocidos, que creo que usted conozca, y siendo sumergidos en un problema capital frente a un enemigo común- hago una pausa- y subrayo, común, nos trae aquí la necesidad de explorar la peligrosa frontera Truli, con el fin de poder hacer frente a una invasión sin una fecha determinada en el tiempo- me llevo la mano a la barbilla pensativa- aunque se nos antoja inminente.

Me coloco junto a Areth.

- Aquí me tiene, a un miembro de la clase acomodada-añanado ante las miradas de los demás-, junto a vosotros y acompañando a mi amigo Areth- miro a Jakko- dígame si esto no puede ser el principio de un sin fin de injusticias del pasado. Ayudenos, por el bien de todos.

Jakko mira al joven Alex frunciendo el ceño. De repente os llama la atención la enorme espada apoyada al otro lado de su mesa. A pesar de encontrarse con vosotros en su casa, sigue siendo un guerrero y, por su gesto no parece que las palabras del joven hechicero le hayan hecho mucha gracia.

Mira a Areth inquisitivamente y niega con la cabeza. Ignorando por el momento la respuesta del chico, se vuelve hacia Yi Fan y Henry. - ¿Y vosotros? Quiero escuchar los motivos de todos, uno a uno... - dice con voz severa.

Henry mira por encima del hombro al hechicero y sonríe.

- Estamos aquí porque nos envía Asceltis - informa con su voz llena de confianza. - Como sabes, los truil han vencido varias batallas seguidas a las tropas de Uldholm. Parece ser que han descubierto una forma de cancelar la sincronización de nuestros hechiceros.

El hombretón sigue frunciendo el ceño, sin que las palabras de Henry parezcan convencerle. Pero eso no parece amedrentar al compañero de Asceltis, que no pierde ni por un momento su sonrisa.

- Lo que tal vez no sepas es que el Consejo ha aprobado un ataque a la frontera. Eso implica un gran ejército formándose y una guerra a gran escala en esta zona. Villas a ambos lados de la frontera ardiendo, nuevas levas - mira de reojo a Areth - y nuevas muertes. Sea quien sea el que se alce con la victoria, esta zona no volverá a ser la misma... Y es improbable que un campamento lleno de guerreros pase desapercibido a ninguno de los dos bandos.

Jakko parece enfadado. De algún modo, las palabras de Henry parecen haberle herido.

- Pero eso se puede evitar. Si conseguimos averiguar cómo neutralizan a nuestros hechiceros, las tropas truil dejarían de ser una amenaza y todo volverá a la normalidad... Por eso necesitamos tu ayuda. Eres uno de los que mejor conocen esta zona. Aunque ya no sirvas a Uldholm, tu nombre aún no se ha olvidado.

Seguro de sus palabras, se vuelve a Yi Fan, cediéndole la palabra para que exponga sus motivos, tal y como ha solicitado el lider del campamento.

Yi Fan sostiene impasible la mirada de Jakko. En un primer momento parece que no se va a dignar a contestar al líder del campamento, que un salvaje y un desertor como él no se merece la respuesta del noble Dindavara.

Pero Yi Fan no puede dejar de advertir el orgullo que tiñe la voz del viejo guerrero, algo extraño en alguien sin honor. También observa a Areth. Areth, cuyo comportamiento errático cambia tanto en presencia de este hombre. ¿Por qué?
Y por último se ve reflejado en los ojos de Jakko. Y empieza a pensar en lo que pensará el guerrero de él; un Dindavara lejos de su tierra, trabajando por cuenta de otros como Asceltis.
¿Acaso no pensará de él lo mismo? ¿Que Yi Fan no es más que una espada a sueldo, un desertor de su país? No puede permitirlo, tiene que saber con quién está hablando.

Por eso Yi Fan le contesta:
Le contaré la verdad, pero antes querría conocer a quién le voy a explicar mis motivos. Por eso le pregunto por la razón que le llevó a desertar del ejército de Uldholm...

Ni siquiera yo me habría hecho esa pregunta... Me ha contado la historia un millón de veces, claro...

Con un gesto comprensivo miro a Jakko, con el cariño de un hijo por su padre.

Sé comprensivo, Jakko. Las murallas de Uldnatch protegen lo de dentro.

Jakko frunce el ceño ante la descarada respuesta de Yi Fan y, sin contestarle se vuelve hacia Alex.

- Por si no te has dado cuenta, niño, soy un guerrero, igual que lo fue tu padre. Pero si crees que vas a liarme con tus infantiles trabalenguas, puedes volver con tu "clase acomodada" a Uldnacht y esperar a que los Truil arrasen la ciudad. - Su gesto amenazador evidencia un desprecio por la diferencia de clases sociales en la nación. - Pero si crees que conoces nuestro problema o que me importa vuestra caída, te equivocas.

Se vuelve hacia Henry, que le mira con una sonrisa. 

- Dices que vienes de parte de Asceltis. La próxima vez, que venga ella directamente si necesita mi ayuda - dice sin más. La sonrisa del hombre se ensombrece por un momento, aunque no tarda en recuperar la compostura.

Por último mira a Yi Fan y sonríe. El anciano guerrero reconoce el orgullo en la mirada del dindavara y responde mejor ante la sinceridad del extranjero que ante la charlatanería del hechicero o la lógica del enviado de Asceltis.

- La ineptitud de sus mandos - contesta tras un breve instante pensando. - Esa fue la razón que me llevó a abandonar el ejército de Uldholm. ¿Has servido alguna vez a alguien a quien no consideras digno? - Pregunta. Yi Fan se mueve incómodamente, lo que provoca que Jakko asienta en reconocimiento. - Entonces ya sabes mis motivos. 

Se queda callado esperando ahora la respuesta de Yi Fan a su pregunta. Resulta evidente que hay toda una historia detrás de ese motivo, pero no parece que Jakko tenga la menor intención de contarla. 

¿Has servido alguna vez a alguien a quien no consideras digno?

Las palabras de Jakko remueven la conciencia del Dindavara. No es que sea el caso de Yi Fan, pero sí recuerda a alguien de su pasado, alguien a quien consideraba digno y cuyas acciones llevaron el deshonor a su familia y a él al exilio.

Sostiene la mirada del viejo guerrero mientras le responde la verdad:

Estoy aquí porque me han desterrado de mi tierra, porque me han despojado de todo lo que tenía, incluso de mi apellido. Estoy aquí para aprender de vosotros, extranjeros, seáis Uld o Truil, para luchar con vosotros y saber cómo enfrentaros, porque sé que en el futuro, cuando la guerra se desate entre mi pais y sus vecinos, el Filo de mi corazón se pondrá del lado de mi patria, y yo les ayudaré a derrotar a sus enemigos, para volver después triunfante y recuperar lo que me fue arrebatado.

meneo la cabeza, sonriendo ante la falta de tacto de Alex:

No te preocupes, Alex, yo también tiendo a cagarla con facilidad.

-Miro a Jakko, con un profundo respeto, y a Yi Fan:

Poco podría añadir a esas palabras, Yi Fan. Quizás que obligaron al campesino a luchar y al granjero a morir, en vez de entrenar a hombres de guerra para la guerra y al de paz dejarlo en paz; premisas que se entremezclan y se disipan entre esta democracia.

Dirijo de nuevo mi mirada a a Jakko y añado:

Ha quedado demostrado pues, camarada. Seamos gentes de honor o señoritos, realizar nuestra misión puede redundar en un beneficio para las tierras de las fronteras; no nos demoremos más, y esperemos que Anguy no cometa ninguna tontería.
 
 

Carraspeo visiblemente y miro con el ceño fruncido indignado.

- ¿Como que tiendo cagarla con facilidad?... le susurro ofuscado-.

Después oigo como termina de "ayudarme".

Señorito no seré yo ¿no? porque le prendo fuego a su culo de salvaje. Me empieza a hervir la sangre, me está a punto de dar una de mis rabietas y de las gordas, cuando se me ningunea empiezo a respirar más fuerte y desprendo más calor que el habitual. Yo un señorito ¿verdad?. Abro y cierro las manos. Soy una niña ¿verdad?. Aprieto los dientes y me preparo anímicamente para morir matando a la mayoría de los que están aquí.

Estoy en una espiral de enfado que se está retroalimentando cuanto más pienso, a nadie debería sorprenderles mis cambios de acción, al fin y al cabo, el fuego siempre cambiante y caprichoso corre por mis venas. Miro a YI significativamente. Vete.

El guerrero asiente ante las palabras de Yi Fan.

- Espero no estar al otro lado del campo de batalla si alguna vez llega el momento que anhelas - dice con sinceridad. Pese a las palabras del dindavara, Jakko sabe reconocer la sinceridad cuando la escucha.

Alex empieza a ponerse nervioso tras el comentario de Areth y Jakko se le queda mirando.

- ¿Por qué no le demuestras que está equivocado en vez de liarla de verdad y darle la razón? He visto luchar a muchos flamedancers para que me cojas desprevenido, chico. Si te levanto en el aire será un poco complicado que bailes tus hechizos... - La mirada de Jakko es seria, pero intenta transmitirle cierta calma al hechicero.

Martha sujeta a Alex del brazo. - ¡Ya está bien! - dice bruscamente. - ¡Deja de comportarte como un chico caprichoso! ¡Y tú...! - exclama volviéndose hacia Areth. - ¿Por qué te metes con él? ¿Quieres que te recuerde todas las veces que la has cagado tú? - Se separa del hechicero y se acerca a Areth, señalándole con el dedo índice en un gesto de reprimenda.

El gesto de Martha recuerda al de una madre enfadada lo que hace que, de alguna forma os sintáis incómodos con la situación. La exploradora parece darse cuenta del efecto de sus palabras y se pone con los brazos en jarra.

- Y, ahora que estáis más tranquilos... ¿podemos centrarnos en nuestro trabajo? Bien, exactamente qué es lo que necesitáis - pregunta mirando alternativamente a Areth y Alex, girándose luego hacia Henry y Yi Fan.

¡Si era más bien una cuestión de familiaridad! -Digo, encogiéndome de hombros- Bueno, será mejor que lo dejemos... Concentrémonos en el trabajo, ¿vale?

Con un gesto más serio me dirijo hacia el mapa de la sala:

Bien, nosotros estamos aquí -Digo señalando con el dedo- Y las zonas truil por aquí- El dedo del guerrero traza un generoso círculo sobre las montañas. - Nuestra mejor opción es coger desprevenida a una patrulla Truil, sacar de ahí inconscientes a un par de guerreros y llevárnoslo de vuelta lo más rápido posible. Lo interrogamos y sacamos algo de información.

Mesándose su barba de más de una semana Areth añade:

Quizás nuestra mejor opción sería alejarnos algo más del campamento antes de interceptar una patrulla para que no nos reconozcan como rebeldes. Cargarle el rapto al ejército regular sería mucho más cómodo; al fin y al cabo siempre se esperan un ataque truil, y esto no sería darles ningún motivo añadido para hacerlo.

¿cómo lo veis? 

Yi Fan observa el mapa desplegado sobre la mesa, calculando con ojos expertos la distancia y el tiempo que les llevaría entrar en el territorio Truil.

Piensas precipitadamente Areth. Murmura el Dindavara en voz baja. Lo cierto es que ni siquiera sabemos con certeza hacia dónde dirigirnos. Señala las montañas más allá del río dibujado. Esta cadena montañosa es el refugio de los salvajes, pero están demasiado en el interior de su territorio como para arriesgarnos a llegar allí y después salir vivos.

Opino que nuestra mejor opción es hacer una incursión en la zona limítrofe. Sin duda allí encontraremos salvajes, pero no penetraremos tanto como para hacer del viaje de vuelta una tarea imposible.

Se vuelve hacia Martha. Necesitaríamos uno de sus exploradores. Alguien que conozca a los Truil y haya viajado por su territorio. Por lo que sé existen varias tribus diferentes, tenemos que saber a cuál nos enfrentamos. Y si conociese algo del idioma de los salvajes también nos sería útil...

Mientras estuvo en Uldnacht, Yi Fan ha oido rumores de que siempre ha existido cierto "comercio" en la frontera entre las tierras Truil y Uldholm. Quizás pudieran aprovecharse de ello si alguno de los desertores de Jakko ha mantenido contactos con los salvajes.

Después se gira hacia Jakko. Se que es pedir demasiado arriesgar a uno de sus hombres, pero quizás los conocimentos de Anguy no sean suficientes allá donde nos dirigimos. Son sus tierras. Allí nosotros somos los extraños. Es un lugar donde el Sol no se alza en el cielo y todo es oscuridad. Los salvajes son expertos en tácticas de guerrillas y en supervivencia.

Sorprender a una patrulla no va a ser tarea fácil...

Henry da unos suaves golpes en el hombro de Areth, en un gesto de consolación.

- La sutileza no es tu fuerte, ¿verdad? - pregunta sarcástico. El enfado del guerrero contrasta con la risilla reprimida de Martha. - Si interceptamos una patrulla pondremos sobre aviso a todo el campamento. ¿Qué ocurriría entonces? ¿Puede este grupo de guerreros enfrentarse a un batallón Truil que ha derrotado varias veces a las tropas de Uldholm?

Se vuelve hacia el plano extendido sobre la mesa y contesta a Yi Fan.

- En su mayor parte pertenecen a los Caras Azules. Las últimas escaramuzas se han realizado en esta zona - señala el mapa, a una distancia de aproximadamente una jornada de vuestra posición actual. - Y, por lo que sé, siguen adentrándose en territorio Uld.

Martha asiente ante las palabras de Henry, ligeramente sorprendida por el hecho de que esté tan bien enterado.

- Ahí estuvieron hace una semana, - corrobora. - Sin embargo, como bien dices, se han alejado un poco más de sus tierras. Avanzan lentamente, reconociendo el terreno. Sus caudillos parecen saber lo que hacen...

Con el dedo, traza una linea imaginaria en el mapa en la dirección en la que avanzan los Truil.

- Según como lo veo hay dos opciones. Ir a encontrarnos con el grueso de las tropas Truil, lo que me parece un suicidio, o bordearlos para capturar a alguien en su retaguardia.

La mujer se gira para mirar a Jakko, que asiente respondiendo a una pregunta no formulada. Luego se gira hacia Yi Fan.

- Sea como sea, yo os acompañaré. - Contesta. - Conozco bien estas tierras y podría guiaros en cualquiera de las dos direcciones. Ahora, - añade encogiéndose de hombros - cómo interroguéis a uno de esos salvajes capaces de comerse su propia lengua antes que hablar, será cosa vuestra...

El contacto de Martha me tranquiliza como agua templada sobre la espalda ya que la directa que me ha lanzado Jakko me había puesto en alerta. Han notado mi cambio casi inmediatamente, supongo que me verían prepararme para atacar desde una montaña a un kilometro de distancia.

Lanzo una última mirada foribunda a Areth y lanzo un último bufido, me dejo llevar por los planes que se están tratando en la mesa. Me portaré dignamente que para algo soy hijo de mi padre. Escucho atentamente lo que dicen los expertos e intento dar mi opinión para no quedarme fuera como un niño malhumorado.

- A mi parecer, sorprender a una patrulla truil será muy dificil, en el estado actual de agitación, las que nos encontremos deberían ser los Exploradores de la fuerza grande, ya que están avanzando y nos son una fuerza estática- encogo los hombros- sin querer menospreciar a nadie, creo que ellos son mejores que nosotros en ese aspecto y nos capturarán- señalo una linea curva hasta su corazón- atacar donde menos se lo esperan, eso siempre ha dicho mi padre.

Intento demostrar valentía apoyando la segunda opción de Martha y dejo caer que siempre hay alguién mejor que uno, sea cual sea su especialidad.

El Dindavara escucha las palabras de la exploradora. Después las de Vangrant. Ambas son análisis acertados pero eso no hace que su ánimo mejore, más bien al contrario.

Su rostro se agría cuando piensa en ello: Sabe que tienen razón, ir directamente hacia las tropas Truil significa la muerte. Y buscar un encuentro con una de sus avanzadillas de guerra en su terreno es lo mismo.

Por tanto la única opción es la que apunta Martha: Bordear las tropas, alcanzar un flanco o la retaguardia y allí secuestrar a alguien para hacerle hablar.
Tácticas de cobardes. Tácticas de hombres sin honor.

Yi Fan sabe que es lo que hay que hacerse, pero jamás lo dirá en voz alta. Con el sabor de la bilis en su boca, guarda un obstinado silencio.