Partida Rol por web

Reign: El Fuego Interior

5 - El Medallón

Cargando editor
04/05/2013, 16:04
Director

Despiertas en una cama, cubierto por unas toscas sábanas de lino, pero más cómodo de lo que has estado en las últimas semanas. Ligeramente mareado, levantas las telas para observar tu cuerpo. Alguien ha curado tus heridas, pero por el olor puedes saber que algunas de ellas se habían infectado. Probablemente eso hiciera que subiese la fiebre y acabase con las pocas fuerzas que te quedaban.

Tratas de recordar cómo has llegado aquí, pero tan sólo obtienes pequeños destellos de claridad en lo que supones fue tu viaje hasta este lugar. Una camilla tirada por un caballo. Una mujer sobre el lomo del animal. Henry obligándote a beber agua.

Te incorporas ligeramente. El dolor que sientes no es nada comparado con el que tenías tras la batalla, nada comparado con el entrenamiento que los guerreros dindavara están acostumbrados a soportar. ¡Tu espada! Buscas desesperado a tu alrededor y la ves respetuosamente apoyada junto a tu cama al lado de la funda de tu koto, lo que hace que exales un suspiro de alivio. Ese arma es de lo poco que te recuerda de dónde vienes, tu familia...

Tus ropas están al lado de tus objetos personales y no tardas en cubrirte con ellas mientras miras a tu alrededor. Te encuentras en una pequeña cabaña de madera, pero... ¿dónde?

Cargando editor
11/05/2013, 20:05
Yi Fan
Sólo para el director

Yi Fan todavía está aturdido. Y como sucede en ocasiones como ésta, su mente se centra en lo simple, en los comportamientos repetitivos que lleva a cabo por las mañanas al levantarse, aunque lo cierto es que las circunstancias de los últimos tiempos le han impedido llevar a cabo las viejas rutinas.

Comienza primero con una serie de ejercicios de estiramiento para desentumecer los músculos. Hacerlos le causa daño, debido a las recientes heridas sufridas y apenas curadas, pero aguanta estoicamente el dolor sin proferir una queja. Como le decían sus maestros, el dolor es bueno. Un guerrero tiene que aceptarlo como parte de su vida, hacerlo suyo.

Después, la vestimenta. Los ligeros pantalones, las sandalias, la camisa de seda abierta y arremangada hasta los codos, y por último la faja alrededor de la cintura. En su estado ni siquiera se da cuenta que alguien ha remendado sus ropas, pero sí que se fija en su extrema delgadez. Ha perdido peso. Mucho.

Por último, el ritual de la Dinda. Extrae su arma del estuche del Koto y la comprueba con todo detalle, para después dedicarse a limpiarla con esmero, y mantener su filo en perfectas condiciones, usando para ello una serie de utensilios que también oculta en el estuche.

Recoge su espada y se pone en pie. Y de pronto la realidad vuelve poco a poco a él, como la marea, poco a poco, los recuerdos fragmentados le llegan de nuevo.

¿Dónde está? ¿Les ha conducido Henry de nuevo hasta el campamento de Jakko? ¿A pesar de lo lejos que se encontraban de la frontera? Y si no es así, ¿qué clase de aliado han podido encontrar dentro de territorio Truil?

Sólo hay una manera de averiguarlo, así que Yi Fan sale de la pequeña cabaña de madera…

 

Notas de juego

De nuevo, perdón por tardar demasiado en actualizar. Trataré de ser más rápido para no ralentizar la partida.

Todavía no he asignado los puntos de experiencia a Yi Fan, pero lo haré en breve.

¿Y qué veo? ¿Vuelve Areth?!

Cargando editor
13/05/2013, 18:26
Director

El campamento de Jakko es un hervidero de actividad, tanto que casi consigues llegar hasta él sin que los centinelas te den el alto. La gente te saluda al pasar, sin prácticamente darse cuenta de que llevas semanas fuera desde que te fuiste a Uldnacht. No tardas en entender por qué: Martha acaba de llegar malherida de la frontera, junto con el hombre sonriente, Henry y un Yi Fan casi en tan mal estado como ella. Más significativo, si cabe, es que el resto del grupo no volverá nunca. Al parecer, Alex y Anguy han fallecido en la expedición.

Tu primera reacción es ir a encararte con Henry, exigirle explicaciones de lo que ha ocurrido. Por suerte o por desgracia, está en la tienda de Jakko y tu maestro te frena en seco, explicándote que es gracias a él por lo que Martha ha llegado aquí con vida tras un altercado en la frontera.

Escuchas voces en el exterior y no tarda en entrar una mujer para avisaros de que el dindavara ha despertado. A grandes zancadas, sigues a Jakko al exterior, haciendo un esfuerzo por ignorar la sarcástica sonrisa de Henry mientras te cede el paso.

Cargando editor
13/05/2013, 18:44
Director

La luz del sol hace parpadear al dindavara, que sujeta la empuñadura de su espada mientras sus ojos se acostumbran a la luz. Tarda un momento en reconocer el lugar como el campamento de Jakko. Mentalmente, calcula la distancia a la que se encuentra de la última posición que recuerda en la frontera. Teniendo en cuenta que desandaron parte del camino que les llevó hasta los Cazadores de la Noche, no deben encontrarse a más de una o dos jornadas de viaje de la posición de la vanguardia Truil.

Una mujer da una voz al verle y desaparece en una pequeña cabaña de madera. La casa de Jakko, recuerda Yi Fan. La gente le mira, como sorprendiéndose de que ya esté recuperado, pero nadie se acerca a él.

Pocos segundos después, Jakko sale por la puerta, seguido por la figura familiar del tosco guerrero uld. Areth. Un instante después, les sigue Henry, casi reprimiendo una risilla mientras observa al guerrero.

Notas de juego

¿Y qué veo? ¿Vuelve Areth?!

Sí, vuelve Areth. Desgraciadamente, no así jormaine. Puesto que Assa rechazó la oferta de cambiar de personaje y, a estas alturas de partida no voy a buscar ningún sustituto, de momento lo manejaré yo como pueda. Con suerte jormaine se anima a volver después de su pequeño paso por Umbría en Navidades.

Cargando editor
14/05/2013, 00:46
Yi Fan

El campamento de los mercenarios… parece que ha pasado años desde que estuvo aquí, pero de nuevo ha regresado.

Apenas recuerda como, pero sólo ha podido ser cosa de Henry.

Yi Fan nunca hubiese creído que el asesino se arriesgaría por Martha y por él, llevándolos consigo de nuevo hasta la seguridad de los dominios de Jakko. Una de dos, o el asesino no tiene el alma tan negra como el Dindavara cree… o es que obtiene algún beneficio por traerlos aquí.

La puerta de una cabaña cercana se abre, y de ella sale el mismo Jakko, seguido por Areth y Henry. Una chispa prende en el ánimo de Yi Fan al ver de nuevo al incorregible guerrero. Se ve obligado a reprimir una sonrisa, aunque siempre ha sabido que una mala hierba como el Uld no muere fácilmente.

Pero las reglas de la hospitalidad son iguales aquí, en la frontera, que en el resto del mundo, y un Dindavara las ha de cumplir siempre. Es por eso que se dirige hacia Jakko primero, caminando con toda la dignidad y el porte del que es capaz.

Jakko… Dice a modo de saludo. Le trataría con modales más formales y le haría una reverencia, pero Yi Fan ha aprendido ya que eso estaría completamente fuera de lugar aquí.

Quiero agradecerte a ti y a los tuyos que nos hayáis acogido de nuevo en tu campamento.

Cargando editor
16/05/2013, 18:48
Jakko

El enorme hombretón se acerca y alza la mano para darte una palmada en el hombro. Afortunadamente, se da cuenta de tu estado antes de hacerlo y frena el brazo en el aire.

- ¿Agradecerme? - pregunta con tono incrédulo. - Soy yo quien debe agradecer que nos hayáis traído a Martha hasta aquí. Si no fuera por vosotros no habría sobrevivido.

La sinceridad con la que pronuncia sus palabras es casi de agradecer después de unos días con Henry.

- Veo que te encuentras mejor - añade sin demasiada preocupación en su voz. Tus heridas eran graves, pero no letales si la infección era controlada. Cosa que, por lo que has visto, han consegido sin demasiado esfuerzo. - Eso está bien, porque tenemos muchas cosas de qué hablar.

Con un gesto, señala la puerta de su cabaña.

Cargando editor
16/05/2013, 18:54
Areth Dhalbach

Sonrío al ver cómo el dindavara se esfuerza en mantener la dignidad pese a su estado convaleciente.

- ¡Pero mira que eres bruto, Jakko! - digo dándole una palmada en la espalda a Yi Fan a modo de saludo. - Lo que necesita ahora es una buena comida antes de tomar ninguna decisión. Además, ¡siempre es mejor comentar las cosas mientras se riega la garganta con una buena cerveza!

Por un momento, se oscurece mi mirada, al recordar la última vez que estuvimos bebiendo en este campamento y la borrachera que cogió el joven Alex.

- Ven amigo mío - digo tirando del brazo de Yi Fan, olvidando que nunca le ha gustado demasiado que le toquen. - Tienes que contarme qué os ha ocurrido estos días.

Cargando editor
19/05/2013, 13:23
Yi Fan

El Dindavara todavía no ha recuperado las fuerzas suficientes, y también su ánimo aun se encuentra demasiado ensombrecido como para hacer otra cosa que dejarse arrastrar como un muñeco por Areth hacia una fogata donde un puchero mantiene caliente un humeante potaje de carne. Un comportamiento así sería impensable para él hace tan sólo unos pocos meses.

Al llegar, más que sentarse, Yi Fan casi se derrumba junto al fuego, mirando a las llamas con ojos apagados. Tiene que ser el guerrero Uld el que llene un plato y le ofrezca una cuchara de madera e insistirle para que coma. En un primer momento, el Dindavara niega con la cabeza. No tiene hambre. Finalmente toma unos pocos bocados para contentar a Areth.

Pero su estómago acepta con ansia la comida. Yi Fan se encuentra de pronto comiendo rápidamente cucharada tras cucharada. Su compañero de armas le deja comer tranquilo, y en apenas un minuto, el plato está vacío. Areth le ofrece entonces un odre que el Dindavara coge con ambas manos mientras le llena un nuevo plato con el cocido de carne humeante. Yi Fan bebe largos tragos de cerveza, reconociendo que esta es la mejor comida que ha probado en su vida. Y es que el hambre es algo terrible.

Hace un leve gesto de agradecimiento hacia el Uld cuando le ofrece el segundo plato. Un poco más calmado, Yi Fan recupera de nuevo las formas y toma cucharadas de manera más pausada mientras mira de reojo al guerrero, que parece esperar pacientemente a que él se decida a hablar, a contarle su historia.

Yi Fan nunca ha sido un buen narrador o contador de historias. Él siempre habla por medio de su Dinda, o al menos eso es lo que prefiere pensar. Por esa razón, cuando comienza su relato, no lo adorna con recursos literarios ni trata de hacerlo agradable a su audiencia. Tan sólo lo cuenta, de manera objetiva y lineal, podría decirse que incluso aburrida, comenzando cuando él y Areth se separaron y terminando en el momento en que despertó en esa cabaña.

Yi Fan tampoco ha sido nunca un buen actor. Puede que se contenga manteniendo sus emociones a raya para aparentar no poseer debilidades, pero aunque su relato sea monótono, sus ojos reflejan sus sentimientos cuando relata la muerte de Alex. Y Areth se da perfecta cuenta del dolor que refleja la mirada del Dindavara, dolor que no puede expresar con simples palabras…

 

Cargando editor
22/05/2013, 20:20
Areth Dhalbach

Los nudillos de Areth están completamente blancos de apretar la mesa mientras Yi Fan narra la muerte de Areth.

- ¡Ese maldito Henry! Estoy seguro de que podría haber hecho más para salvarle la vida... Y Martha aún no ha despertado, pero visto lo visto, apostaría a que Anguy es de alguna forma el culpable de su estado - exclama sin poder olvidar sus prejuicios hacia los hombres de Asceltis. El odio brilla en su mirada, pero sabe que, de momento, poco puede hacer al respecto hasta que reciba el pago prometido por la mujer.

Vacía de un trago su bebida y te pone la mano en el hombro.

- Pero al menos ahora volvemos a estar juntos - dice mientras llena nuevamente su jarra. De alguna forma, Yi Fan siente que había echado de menos los toscos modales de Areth.

- Yo también tengo cosas que contaros, pero Jakko me cortará las pelotas si no le pongo a él también al día, porque he llegado al campamento hace sólo unas horas.

Hace un gesto con la cabeza a Yi Fan, instándole a que le siga. Luego se da cuenta de su estado y se para a ayudarle a levantar, pero la mirada foribunda del dindavara le hace retirar sus brazos. Espera a un lado mientras recoge su dinda y le acompaña a la cabaña de Jakko.

Cargando editor
22/05/2013, 20:32
Jakko

El gato de Areth se junta a vosotros mientras entráis en la casucha de madera. Jakko habla con Henry sin el más mínimo rastro de una sonrisa en su rostro, al contrario que en la del hombre de Asceltis. Se vuelven hacia vosotros cuando entráis y el líder del campamento señala unas sillas.

- Bien, hay muchas cosas que contar... ¿Qué habéis descubierto?

Sin ánimo para repetir la historia, dejas que sea Henry quien cuente cómo llegasteis al campamento truil y arrebatásteis el medallón que ahora lleva del cuerpo muerto de la que parecía la líder de los Caras Azules.

Areth mira interesado el medallón, pero llega su momento de narrar su historia. Omite cómo escapó del campamento de los Cazadores de la Noche, pero cuenta que caminó hacia las montañas de la Espina, donde encontró a un Truil de una tribu desconocida por vosotros, los Jinetes de Montañas. Dice que montaba un animal tan grande como diez caballos juntos, con unos colmillos tan largos como las lanzas de la infantería de Pahar. A cambio de su armadura, el truil le habló de un material con extrañas propiedades que parece reaccionar ante la magia, el rebma.

Cuando lo dice, Yi Fan recuerda un par de extrañas piedras que consiguió del cuerpo de una amazona. Buscando en su ropaje, extrae un pañuelo de tela del que saca una pequeña gema, que brilla ligeramente con un tono verdoso. Areth la observa intrigado y confirma que se trata del mismo material del que le habló el truil, pues también le mostró una piedra similar de aspecto ambarino.

Notas de juego

Areth, si alguna vez lees esto, pídeme que te haga un resumen de lo que les pasó a Yi Fan y compañía, ¿ok?

Cargando editor
22/05/2013, 20:42
Areth Dhalbach

- Por lo que me contó el truil, si esa piedra se engarza alrededor de un determinado metal y se encanta de formas particulares, sus propiedades para reaccionar ante la magia pueden alterarse, de forma que absorba la misma esencia de los conjuros.

Miráis al medallon que Henry a depositado encima de la mesa. La piedra que tiene en el centro brilla ahora con el mismo tono verdoso que la pequeña gema de Yi Fan y, tras observarlo detenidamente, véis cómo el metal que la rodea está grabado con pequeñas runas extremadamente complejas.

- Por lo que me dijo, los truil han olvidado cómo fabricar este material, que supuestamente se crea encantando otras piedras, y desconocen cómo engarzarlas para que puedan cancelar la magia.

Cargando editor
25/05/2013, 11:37
Yi Fan

Las palabras de Areth hacen que una certeza haga que todos compartan una mirada de asentimiento.

Está claro que los Truil disponen de las materias primas para la fabricación de esos artilugios capaces de absorber la magia de los hechiceros Ulds, y que los están utilizando para inclinar la balanza de esta guerra fronteriza a su favor...

...pero según dice el guerrero, las tribus han perdido los métodos para crearlos, por lo que está claro que alguien está fabricando estos medallones para ellos.

La cuestión es... ¿quién?

 

Notas de juego

Por cierto, hay un detalle (no se si será importante) que Yi Fan no ha olvidado de cuando recuperaron el medallón. Es el siguiente:

Henry se abalanza sobre el cuerpo inerte de la amazona y se encarga de rematarla sin mostrar el más mínimo interés por el hechicero caído a su lado. Durante unos segundos sus manos exploran el cuerpo de la amazona con gestos acostumbrados a registrar un cadáver. En breves momentos parece contento con sus hallazgos y se levanta con el medallón de la mujer truil en una mano mientras que con la otra guarda algo rápidamente en su zurrón.

Eso que guarda con la otra mano rápidamente en su zurrón nunca hemos sabido qué es, pero quizás pronto Yi Fan pregunte a Henry por ello.

 

Cargando editor
28/05/2013, 12:49
Jakko

Jakko rompe por fin el silencio con una palabra malsonante y se acerca al medallón. Duda un momento antes de, por fin, decidirse a cogerlo, y lo sopesa un par de veces en su mano como esperando a ver si tiene algún efecto pernicioso en su piel.

- ¿Por qué demonios no acabará esta maldita guerra de una vez? - dice en voz alta mientras observa con cuidado el medallón.

- Me temo que yo no tengo ni idea de la antigüedad que pueda tener este cacharro - dice volviéndolo a dejar sobre la mesa. - Pero me temo que ese es el quid de la cuestión. Si es un artefacto antiguo, la pregunta es ¿cuántos hay? ¿Hasta qué punto los truil pueden desafiar a Uldholm con un número limitado de estos medallones? Si, por el contrario, es relativamente nuevo, ¿quién tiene los conocimientos para fabricarlo?

Se encoge de hombros mientras se acerca al armario donde guarda las bebidas y saca una botella con vasos para todos. Vacía uno de ellos antes de pasar la bebida al resto.

- ¿Qué pensáis hacer con eso? - pregunta finalmente mirando a Henry y Yi Fan con el ceño fruncido. Recordáis que es el responsable de este campamento y, sin ningún tipo de dudas, el hombretón está ponderando cómo este descubrimiento puede afectar a su gente.

Cargando editor
29/05/2013, 20:36
Yi Fan

Con una inclinación de cabeza, Yi Fan acepta el vaso con el licor que Jakko le ofrece, y toma un ligero sorbo para no ofender a su anfitrión. Aun así, el líquido le quema en los labios y le hace lagrimear.

¿Por qué demonios no acabará esta maldita guerra de una vez?

El Dindavara carraspea levemente y comenta en voz queda: Pensaba que la guerra era su oficio…

Sin embargo, las palabras sobre el medallón que pronuncia el líder mercenario hacen pensar a Yi Fan, descubriéndole una posibilidad que no había contemplado hasta ahora. No debería sorprenderle a estas alturas, pero tiene que reconocer la inteligencia y la sabiduría de Jakko.

Lo ha expuesto muy claramente, ambas posibilidades.

Si estamos hablando de artefactos antiguos, que los Truil han descubierto recientemente, entonces se trata de un número limitado, que se encuentra en manos de sus líderes. En este caso, lo que debe hacer el ejército de Uldholm es procurar identificar a los mandos de las tropas salvajes y acabar con ellos antes de entrar en combate, o… No puede evitar lanzar una mirada de reojo hacia Henry. …enviar asesinos para acabar con esos líderes en territorio Truil y recuperar o destruir los medallones.

La sola mención del asesinato a traición hace que Yi Fan haga una mueca de disgusto. Estas tácticas le repulsan profundamente, ya que van en contra de todo lo que cree respecto al honor en combate. De un trago, apura el resto del licor para quitarse el mal gusto de lo que acaba de decir y descubre para su sorpresa que le resulta más sencillo tomar la fuerte bebida de golpe que sorbo a sorbo.

Por otro lado… continúa. Si son artefactos recién fabricados, podría significar que los Truil pueden crear gran cantidad de ellos, con lo que los magos Ulds están en un serio aprieto… así como todo Uldholm. Comparte una mirada con el resto. Los Truil aprovecharán su ventaja, atacando rápido y con furia, y nadie puede predecir cuándo se detendrán.

Y finalmente, cuando Jakko les pregunta qué pretenden hacer con el medallón, el Dindavara responde lo que cree que es lo único que pueden hacer.

Sólo en Uldnacht podremos encontrar a alguien que pueda estudiar este artefacto y decirnos acerca de su antigüedad.

Debemos volver a la capital. Y cuanto antes.

Cargando editor
30/05/2013, 15:19
Jakko

El hombretón niega con la cabeza.

- No. Si la guerra fuera mi oficio no dirigiría un campamento de refugiados y desertores... - explica. - La guerra me ha hecho lo que soy, pero desde luego, no es mi oficio. Soy un guerrero - señala a Areth, a quien después de todo, le ha enseñado casi todo lo que sabe - pero la guerra hace que hombres honorables piensen en asesinar a sus oponentes en vez de enfrentarse a ellos en duelo. Claro que fue un famoso estratega dindavara quien dijo que el peso de la derrota es mayor que el honor o el orgullo... - No es la primera vez que Jakko sorprende a Yi Fan con algún comentario sobre la cultura dindavara, pero hoy parece estar de un talante mucho más reflexivo que la última vez que hablaron.

Mira a Henry sin ocultar cierta desconfianza y luego observa nuevamente el medallón.

- Hay otra opción... - dice tras pensar un momento. - Hay un hermitaño, un sacerdote del Hueso de Hierro, que vive no muy lejos de aquí. Él conoce las runas mejor que cualquier hechicero en la capital y estoy convencido de que sabrá de dónde han salido estas - dice mostrando las muescas grabadas en el metal del medallón.

Cargando editor
02/06/2013, 13:58
Yi Fan

El Dindavara sopesa las palabras del líder mercenario, encajando la respuesta de este hombre lleno de contradicciones que empieza a admirar.

Si lo que dice Jakko es cierto entonces deben ir a ver a ese hombre. Vale la pena intentarlo ya que de lo contrario la otra opción supone un largo viaje hasta Uldnacht, un viaje que les robaría un tiempo del que no disponen y un viaje que Yi Fan, en su estado, quizás no fuera capaz de emprender.

El Dindavara llena de nuevo el vaso de licor y lo apura de un trago, sintiendo el calor en su estómago extendiéndose por todo su cuerpo. Acto seguido se pone en pie.

Entonces no hay tiempo que perder. Sentencia. Debemos partir cuanto antes en busca de ese sacerdote...

 

Cargando editor
04/06/2013, 11:27
Jakko

Jakko sigue con el ceño fruncido, pensativo. El hecho de que casi no haya dicho ninguna palabra malsonante en la conversación es casi preocupante.

- Joseph - dice sin más. - El sacerdote se llama Joseph...

Os levantáis para salir de la cabaña y prepararos para la búsqueda de ese hombre quien, con suerte, podrá informaros más sobre el medallón.

- Areth, espera un momento... - dice al guerrero mientras se dirige a la puerta. El hombre se hace a un lado, dejándoos salir mientras se queda con su mentor.

Cargando editor
04/06/2013, 11:31
Jakko

El hombretón espera que Yi Fan y Henry salgan de la cabaña y te mira como a un hijo. Le conoces lo suficiente como para saber que está preocupado. Y mucho. De hecho, no le habías visto de este talante desde la última vez que un grupo de incursores truil se aproximaron a vuestro asentamiento.

- Ese medallón es peligroso, Areth. - Dice finalmente mientras mira la botella del fuerte licor. - No es una baratija que te proteja contra la magia, - desde luego un objeto así no sería ninguna "baratija" y Jakko lo sabe. El hecho de que haya escogido esa palabra te permite imaginar la importancia que le da al medallón. - Una de las bases del ejército Uld es que los conjuros de sus hechiceros no se pueden deshacer... Pero ese medallón consigue desmontarlos como si fuera un juego infantil. Anula la magia, deshaciendo incluso la sintonización de los mismos hechiceros. Los alados lenguatormentas pierden sus alas precipitándose desde el cielo y los danzallamas sufrirán el calor del fuego una vez más...

Te mira, preocupado.

- Es un objeto peligroso, pero lo será más aún si cae en malas manos. Sigo sin fiarme de Henry, ni de esa mujer para la que trabaja... - Te mira fijamente. - Sé que para ti es importante recuperar a tu hermana... y tu espada, no creas que no me he dado cuenta... Pero ten cuidado con lo que haces.

Suspira y se da la vuelta, dando un largo trago a la botella.

- Ese Joseph, por cierto. Defenderá a cualquiera que se empeñe en arrasar la Tierra, pues para él Heluso es sagrado. No importa si es un sanguinario oficial Uld o una tribu de Caras Azules que busque arrasar Uldholm, si considera que daña la tierra, Joseph se enfrentará a él. - Se gira hacia la puerta, haciéndote un gesto para que vayas con tus compañeros. - Tened cuidado, pues es un hombre peligroso.

Cargando editor
04/06/2013, 11:46
Henry

Henry coge el medallón y sale de la tienda, mirando de soslayo a Areth con una sonrisa al pasar a su lado.

- Bien, ahora nos toca ir a buscar a un "huesos de hierro" - dice sarcástico. - Por si habíamos echado de menos a Alder... - Sin duda Henry sabe que el segundo de Asceltis no soporta que nadie le compare con un sacerdote de Ironbone, como Areth comprobó mientras preparábais el ataque a los hechiceros. - Aunque seguro que el "grandullón" podría saber algo más sobre ese medallón... ¡En fin! Descubramos cómo funciona este cacharro y si hay alguna forma de fabricar más de estos, llevemos la información a Asceltis y acabemos con esta historia... Tengo ganas de volver a Uldnacht.

Te mira un momento y luego señala a la cabaña donde se han quedado Jakko y Areth.

- ¿Qué crees que están hablando? - pregunta con su eterna sonrisa.

Cargando editor
05/06/2013, 20:18
Yi Fan

No puedo saberlo, Henry... Dice Yi Fan en voz baja, mirando con gravedad al asesino, al que pocas veces tutea de esta manera. Pero estoy seguro que ya estarás pensando en algo ¿cierto?

Al Dindavara no le extraña nada que Jakko no confíe en Henry. Ni siquiera él lo hace, y eso que, mal que le pese, le debe la vida. Pero tras esa sonrisa que usa como fachada, Yi Fan no sabe qué hay. Sólo puede sospechar que Henry no es de fiar, y que sólo pueden ser aliados mientras el fin último de ambos sea el mismo.

Si algún día se encuentran como enemigos... está convencido de que Henry no dudaría ni un segundo en matarle.

Dando unos pasos hasta una hoguera cercana, el Dindavara se sienta con cuidado para no causarse mucho dolor por sus heridas aun no cicatrizadas del todo.

Por suerte ese día no ha llegado todavía. Ahora, lo que debe hacer es descansar lo que pueda antes de que partan de nuevo, aunque sólo sea unos pocos minutos...