Partida Rol por web

Nico vio la situación y actuo tan rapido como pudo. Con su espada corta en la mano se movió evitando cualquier ataque posible y se situó listo para atacar cuando su enemigo bajara la guardia.

- ¡Yrian! ¡Flanquealo!

Yrian dió un paso para lanzarse con sus armas sobre uno de los enemigos que acababa de asaltarlos. La velocidad del encuentro le había sorprendido, por lo que sus golpes apenas le alcanzaron, únicamente su hacha consiguió clavarse en la endurecida madera.

Ahora eran los propios árboles los que les atacaban, Marissa se acercó y sanó a su compañera hechicera.

El golpe recibido por el arbol andante había dejado muy mal herida a la hechicera. Y aunque seguía en pie, lo estaba a duras penas. Por suerte, Marissa velaba por ella. Y la energia curativa de esta le dio nuevas fuerzas.

Layla dio un paso atrás y lanzó uno de sus rayos igneos, esperaba que al ser arboles como mínimo se asustasen del fuego. Decidió atacar al que estaba con la clérigo, pues suponia que los dos hombres serían capaz de acabar contra el que peleaban.

El hacha del guerrero atravesó la dura corteza de uno de los ents causando una herida, al mismo tiempo, Nico daba la vuelta alrededor y clavaba su espada también en la criatura.

Sin embargo, el rayo de Layla salió despedido en dirección a la nieve que se deshizo en un gran chorro de vapor. Los bichos no se amilanaron, es más, odiaban el fuego y se dirigieron a toda velocidad a por la mujer. Al estar Marissa en medio, trató de quitarla de delante para poder llegar a la hechicera.

Layla se sentia un tanto asqueada por la resina que la recubria, no quería ni pensar cómo iba a quitarsela de encima sin un buen baño de agua caliente. Sobretodo porque no veía claro que encontraran una posada por donde andaban.

Aun así se movió para tener mejor linea de visión y atacó al arbol que pegaba a Marissa. Pero una vez más el rayo de fuego salió desviado. La resina impedia que se moviera bien y apuntaba peor de lo habitual.

Nico vio la direccion de los arboles y como golpeaban a Marissa. Sabia que Layla no podria aguantar ese golpe asique se decidio por cortar el paso hacia la hechicera. El picaro cargo un ataque con su espada corta, la que introdujo en el tronco del treant aprovechando la pobre capacidad de combatir de aquel ser contra dos enemigos a la vez.

Yrian no podía permitir que aquellas criaturas siguiesen con vida. Levantando su espada por encima de la cabeza consiguió asestar un fuerte golpe que redujo a su enemigo a astillas.

Con la inercia del movimiento de ataque avanzó dispuesto a terminar también con el otro trent.

Marissa trató de transformar a uno de los seres en leña. Pero fracasó estrepitosamente.

Yrian, con un rápido ataque de giro, alcanzó con su espada al trent al que se enfrentaba que cayó al suelo inherte. Tan sólo quedaba uno en pie, que recibió la atención del resto de los ataques del grupo. Nico fue, sin embargo, el único que logró acertar a su objetivo, pero el daño que hizo no fue suficiente para conseguir dañarle.

Un nuevo rayo de fuego fue desperdiciado por la hechicera, lo que hizo que maldijera en voz baja.

Mierda.

Pues mejor que no siga gastando esos recursos, no vaya a ser que nos encontremos con más.

En esta ocasión Layla perparó un conjuro menor, hacia menos daño pero parecia ser má facil de apuntar ya que en esta ocasión si alcanzó al arbol andante. Después de eso se movió para protegerse con el grupo, ya que sabía que si le alcanzaba una vez más no aguantaría el golpe.

Marissa siguió a la criatura y trató de trocearla otra vez, pero la profesión de leñador no era lo suyo. 

Yrian dió un último paso para situarse junto al treant. Primero con la espada y después con el hacha de mano, lanzó un nuevo ataque contra el segundo enemigo pero las hojas de sus armas no pudieron traspasar la dura corteza del tronco. Esperando la respuesta se posicionó firme sobre el suelo del bosque cubierto por la atemporal nieve.

Nico aprovecho la posicion de Marisa para ver un hueco en la defensa de su adversario. Y fue ahi donde intento clavar la espada.

Finalmente y gracias al ataque combinado de todos, acabaron con la criatura. Habian sufrido cierto daño, pero habian solventado el combate con celeridad y buena práctica.

Yrian, cansado después del combate, guardó su hacha en el cinturón y apoyado sobre su espada se sentó sobre una piedra junto a los restos de aquellas criaturas.

- ¿Qué demonios era eso? ¿Ya nos atacan hasta los seres del bosque?, ¡maldita sea! Deberíamos continuar hasta la cabaña, aunque no sin antes saber que buscaban aqui -dijo el guerrero mientras se incorporó, de nuevo, para observar el lugar al que se habían acercado-.

Marissa sanó sus heridas antes de hablar. Como de costumbre, su poder curativo desaparecía antes de que pudiera hacer nada.

—Eso no creo que fueran seres de un bosque normal. Vayamos a la cabaña a ver que encontramos. 

Una vez hubieron hecho leña del arbol caido, o algo por el estilo, Layla empezó a quitarse la resina lo mejor que pudo.

Menuda asquerosidad. Y qué mal se quita esta cosa.
En fin, sí. Vayamos cuanto antes a la cabaña. A ver si tenemos suerte y no nos trata de comer nada más de camino, o una vez allí.