Partida Rol por web

El teniente observa a Nicolai con una ceja levantada -Sargento, ¿me esta usted cuestionando?- la mirada agresiva y reprochante fulmina al sargento -No estoy relacionado con el Teniente, simplemente me pidió que lo reemplazara, no imagine que a usted le interesaría averiguar que asuntos tiene el Teniente y por ello no le pregunte...llevaremos a sus hombres a que sean atendidos, estoy seguro que habrán tenido una jornada brusca... todos las tenemos- dice el Teniente mientras voltea a ver a los hombres de Marshall, peculiarmente a Ruffze y Bombas que ni se pueden levantar -Y usted me va a acompañar al centro de mando...- dice esto ultimo, su voz no es amenazadora, pero si estricta

El sargento, con su voz y gestos más firmes, contestó al teniente, que le preguntaba si era cuestionado:

- No señor, solo tenía curiosidad mi teniente - Dijo mientras los soldados ayudaban a sus hombres, cuando se percató de los heridos, vió su mirata interrogatoria, y aclaró sin llegar a ser preguntado directamente

- Un arma alienígena los paralizó mi teniente, John también está herido - Dijo señalando a su espía.

Cuando el teniente acabó su discurso, solo tenía tres palabras que decir:

- Si mi teniente - No quería volver a sonar amenazador, era malo tanto si estaban yendo con la gente correcta como sino...

Abraham había permanecido en un mutis obligado. Sin duda, las palabras de Wataba habían condicionado su mente haciendo que sospechara desde el primer momento en que aquel hombre apareció. ¿Cómo saber si era un traidor? O aun peor ¿Cómo saber que ese sujeto era humano?

No valía la pena arriesgarse aun. Por el momento, prefería pensar que aquella misión ya quedaba únicamente como otra anotación positiva en su historial. Quizás tendría que hacer un informe o dos. Pero ahora requería descanso, esperaba que al menos le durara un merecido día, sin embargo no tenia tal esperanza...

Dejó que el Sargento fuera la voz cantante en aquella situación, si es que esperaba apoyo este solo le llegaría en espíritu. Si su Sargento carecía de autoridad él tendría menos aun. Y a menos que el ambiente pasase a un plano mas violento, simplemente esperaría a que todo se desenvolviese por si solo.

-Gh...gracias...- dijo James cuando fue levantado para ser llevado de nuevo a las catacumbas, miro a sus compañeros, y al sargento -Sargento, lo esperaremos en el barracón, cuando este disponible...- dijo James, para dar animos a su sargento, tratando de no ser muy obvio.

James fue conducido al interior de la esclusa, esperando, que no fuera esta la última vez que vería a sus compañeros...

El Sargento Marshall y su gente fueron conducidos por la esclusa hacia el interior del túnel, donde aguardaban dos jeeps, uno con dos soldados aguardando, El teniente guia a Marshall hacia este último jeep y dice -Sargento, él y usted vendrán conmigo en este vehículo, los demás serán transportados en el otro- dice señalando a Varmus y después a Marshall. Después de que Bombas y Ruffze(Wataba) son colocados en el otro jeep, los dos arrancan y comienzan el traslado.

Esta vez el recorrido es más lárgo ya que la esclusa estaba mas retirada de las catacumbas, el camino transcurre como una tortura silenciosa, sin preguntas...ni respuestas...al final, ya que llegan frente al edificio del centro de mando, el teniente le hace una señal a Marshall para que se baje del vehículo con él -Sus hombres serán llevados al centro medico, los podrá ver una vez que terminemos aqui, espero que no tenga ningún problema con eso...- dice el Teniente Viworzka mientras observa juzgando la reacción del sargento.

John se encuentra a la par en un mutis impuesto, que sin embargo no puede romper a voluntad. Realiza un asomo de saludo al superior cuando este se presenta, y permanece en posición de descanso mientras habla con el sargento. La misión le ha dejado dolorido y entumecido. Cuando se introducen en la exclusa, John se despide con un movimiento de cabeza de su sargento y se monta en el jeep de bombas y Wataba, que es el que tiene más sitio. Junto a ellos se dirige al centro médico.

- No os librareis de mi facilmente soldado - Constestó el sargento a James cuando le levantaron y comenzaron a llevarle a la esclusa. Su rostro tenía su típica sonrisa confiada*, pero en realidad escondía la preocupación, si ocurria algo estaban en inferioridad.

Una vez dentro en territorio más seguro, le informaron de la disposición en los coches. La verdad es que no le gustaba que el objetivo, uno de sus hombres paralizados, y su espía algo herido fueran en el mismo coche, sin que pudiera guardar por ellos, pero no pudo hacer más que asentir firmemente y confiado al teniente cuando le informó. Se despidió de sus soldados:

- Nos veremos en la base, tened cuidado - Dice, claramente refiriendose al escuadrón que los acompañaba ahora, pero para que no hubiera sospechas, continuó rapidamente la frase - los alienígenas pueden haber descubierto cómo entrar, hasta que no estemos en la base, debemos estar alerta - Y se fué, dirigiéndole una última mirada a Wataba, para ver en qué estado de ánimo se encontraba.

Una vez en el jeep, dejó su rifle a mano, y su pistola en la funda, también accesible, sin embargo no con una postura de sospecha o tensión, sino como lo haría el veterano más duro, como si el rifle siempre fuera con él, como una extensión de su cuerpo. El sargento había estado ya en muchas operaciones, eso era conocido. Sin embargo en su interior, aunque tuviera la postura despreocupada, estaba atento a la ruta a seguir y que el otro jeep no tomara otro camino.

Pero al parecer, al menos en lo que respectaba hasta ese momento, la paranoia de Nikolai había sido exagerada, comprobándolo cuando llegaron a la base y pudo despedirse de sus soldados con un leve movimiento de cabeza.

- Por supuesto que no mi teniente. Quiero disculparme si antes he sonado algo agresivo señor, la tensión del combate - Dijo Marshall con toda la seriedad del mundo pero con la mayor sumisión, queria quitarse todas las sospechas que tenía de encima, lo notaba por el tono que usaba el teniente. Además, ya había advertido anteriormente a sus hombres, así que sabía que se cuidarían mutuamente en su ausencia.

El Teniente observa al Sargento Marshall, quizas extrañado por esta repentina disculpa -Espero no haya olvidado que estamos en guerra sargento, no estamos para contemplaciones, ahora... si ya saco eso de su sistema, sigamos con el asunto de porque lo he traído aqui... el General Popov ha solicitado que lo lleve hasta su presencia tan pronto haya llegado usted a las catacumbas- Después levanta la mano y dice -No me pregunte porque, un soldado no hace preguntas, solo obedece- con un gesto, el Teniente ordena a los vehículos que sigan su camino, mientras este comienza el camino seguido del sargento.