Partida Rol por web

Tras abandonar la enfermería, recibes un mensaje personal ordenandote que acudas a la sede del Ejercito de Ingenieros, al cual perteneces. Con una excusa básica abandonas el barracón y te diriges al cuartel general.

Tienes que bajar varios pisos de las Catacumbas, pero por fin llegas a la sede. Es bastante amplia y la actividad es frenética. Entran y salen vehículos y gente; en los patios hay un montón de operarios trabajando o arreglando cosas. Tras preguntar por tu superior, el cual te informan de que es el General Petardo, acabas accediendo a él.

No está en un despacho cómo cabría esperar; sino que junto a otros hombres está observando detenidamente a través de un cristal lo que parece ser un muñeco representando algún tipo de ser alienígena. Tras pulsar el botón se produce una explosión del muñeco y un montón de restos se esparcen por doquier.
Tras el susto inicial, el general se rie y felicita a sus compañeros. Después se gira y se acerca a ti.

- ¡Ah! ¿Qué pasa chico? Tú debes ser el nuevo ¿no?- Te dice, se acerca a ti y te da una palmada en la espalda.- Venga vamos, no podemos quedarnos parados.

Comienza a caminar con sus piernas cortas, ya que es bastante bajo en altura y su barba espesa tampoco le hace más grande a tus ojos.

Heinrich recibió una misiva urgente que le instaba a presentarse ante un superior en la sede del Ejército de Ingenieros. Tiene gracia, suena como una consultoría urbanística de lujo o algo así - pensó mientras daba vueltas a la cabeza que lo único que había hecho hasta el momento era ir de un lugar hacia otro recibiendo cartas. Tampoco es que se quejara, prefería esto a arriesgarse a un destino incierto en cualquier complejo en guerra.

Tras despedirse de los compañeros de escuadra que se le había asignado, Husker emprendió el camino hacia la sede del Ejército de Ingenieros. Allí descubrió que debía presentarse ante el General Petardo. Mientras cavilaba mentalmente que clase de persona sería su superior pudo encontrárselo mientras realizaban una prueba de campo con lo que parecía ser un maniquí representando un alien, que saltó por los aires en mil pedazos. Tras esto, el hombre barbudo que parecía ser Petardo le saludó y comenzó a andar apresurado. Heinrich se limitó a seguir al general.

- Ha sido toda una explosión, general. Es gratificante ver que por muy alienigenas que sean, siguen explotando si se les pone una buena cantidad de pólvora.  - comentó Heinrich con tono apreciativo al General Petardo. Esto era algo más que un halago, el soldado se sentía realmente como en casa al estar de nuevo cerca de las detonaciones.

- ¡Di que sí chico!- Exclama.- Siempre digo que si tienes un problema, ponle un buen cartucho de dinamita...¡Y a la mierda!

Continuáis por el recinto y entráis en uno de los edificios. Os acercáis a varios soldados que al parecer custiodan algún tipo de almacén.

- Necesitarás algo de artillería pesada ¿no? Aquí te daremos un poco de ello, jeje.

- No te asustes chico; que aquí no explotamos a nadie...Y hablo literalmente jajaja.

Se gira hacia uno de los soldados.

- A ver tú. Dale al chico un par de cargas de C4 y cordita. ¡Ah! Y 4 cartuchos de nuestra TNT, que creo que en la próxima misión va a tener movimiento, jeje.

Husker se dio cuenta de que estaba embobado. La familiaridad con la que el General Petardo le había tratado contrastaba demasiado con el trato estricto que había recibido desde que era un soldado, y esto había bloqueado al artificiero. Con un además de sorpresa en su rostro, agradeció al general mientras se disponía a recibir su material de trabajo.

- Gracias, general. De verdad que me preguntaba cuándo podría volver a poner mis manos sobre alguno de estos materiales. Les daré el mejor uso que pueda contra el enemigo. - dijo con una sincera media sonrisa en la cara. ¿Para qué mentir? Le entusiasmaba tener a mano de nuevo materiales explosivos de calidad. 

Uno de los soldados, con aspecto sucio y destartalado, trae los suministros que ordenó el general y te los da.

- ¡Eso está mejor!- Exclama tras ver en tus manos el arsenal.- Pues ya sabes chico. Manda al carajo a algún invasor de mi parte jajaja.