Partida Rol por web

Cedric avanza mirando boquiabierto los muros, que a la vez le asustan y le atraen.
Nunca ha visto construcción semejante, como si la propia piedra absorviera la luz y devolviera oscuridad.
No se escucha ni un sólo ruido y todo parece abandonado, mas no se fía de lo que perciben sus ojos y oídos a simple vista.

Apoya una rodilla en tierra, justo ante la puerta, y observa atentamente el suelo, buscando rastros de reciente actividad.

Leah llegó asustada y conmocionada. El viaje la había mareado bastante y le preocupaba que sus compañeros se reuniesen con ellos sanos y salvos pues era la primera vez que se separaban desde que comenzaron la aventura.
Leah, abre bien los ojos dijo Grok, y la elfa, que siempre se sentía desconcertada con el cambiaformas, sin mediar palabra, se agachó en el suelo y comenzó a buscar las huellas que les indicasen qué tipo de criaturas solían frecuentar la zona. Llena de barro y tierra se levantó y se acercó a las siniestras formas arquitectónicas. Observó la oscura calavera con detenimiento. Las calaveras. Si algún día necesitase un artefacto lleno de recovecos donde esconder un mecanismo, escogería una.
Sather estaba alterada y decía que no recordaba que aquella construcción estuviese antes... quizá pueda saber si es de reciente construcción por su estado...
Tan concentrada en sus pensamientos se hallaba que ni siquiera se percató de la llegada de sus compañeros, ni prestó atención al hecho de que el suelo no fuese firme. Simplemente mantuvo el equilibrio casi inconscientemente y continuó con su labor.

- Pero... que? - el clérigo de Helm contrae la nariz, asqueado por el olor que detecta en el ambiente - Que ser ese olor? De donde salir? -

Grok reaccionó medio segundo antes que los demás, su agudo sentido del olfato le dio apenas ese tiempo de alerta ante la amenaza, pero cuando abrió la boca para gritar el aviso, el olor se hizo mucho más poderoso y necesito concentrarse en evitar el mareo.

Sus zarpas salieron, con ese blanco marfileño cuasi luminoso habitual, dispuestas una vez más a ser teñidas de rojo.

Anticipando la lucha, un profundo y gutural sonido salió de su garganta. Un sonido bestial, primigenio, salvaje. Un grito de odio y repulsión ante la maldad re-encarnada, ante aquellos enemigos que más odiaba, ante la representación de todo aquello que odiaba hasta la médula de sus huesos. Un grito en el que su alma de animal primitivo y feroz salía a escena.

Sus ojos, inyectados en sangre, se movieron rápidamente para buscar la colocación de aliados y enemigos, especialmente Yalashad, Leah y Eanor.

- Por Helm - la exclamación salió de los labios de Torlin al ver los engendros que deberían enfrentarse. Con el escudo en su brazo y el guantelete en dirección a los no-muertos, su mente se dirigió hacia su señor, esperando que le diera la capacidad de eliminar a la mayor cantidad posible.

Concentrado como estaba en el terreno, la voz de Torlin llegó un poco tarde para sacar a Cedric de su exploración.

Buscó con su mirada la dirección de los ojos del clérigo, que atentamente se centraba en una zona. Cuando el explorador miró hacia allá descubrió la causa de la aparente sorpresa de Torlin.

- ¡Dioses! ¿Pero qué es ese olor?- gritó Liam asqueado.

Eanor todavía está recordando fórmulas mágicas cuando el olo nauseabundo le llega hasta el cerebro, y por unos instantes le supera tanto que se siente enfermo. El pequeño dragón sin embargo parece aguantar mejor la pestilencia, a pesar de su tamaño, aunque saca su lengua afilada en un gesto de asco.

¡Por Lazhánder! suelta Raznal girándose en todas las direcciones intentando averiguar qué es lo que ocurre.

Leah estaba distraída mirando las calaveras. Un repugnante olor llegó hasta ella. frunció el ceño...Que asco, uf.. y siguió a la suya sin inmutarse de lo que sucedía a su alrededor.
Al oir el grito del cambiaformas, saltó de manera felina colocándose junto a él. Agachada y agazapada observó la escena. Sus compañeros ya se encontraban en plena lucha, así que ella, sin levantarse, sacó su arco y cogió de su carcag tres flechas que colocó a la vez en la cuerda.

Leah continuaba agazapada. De pronto su mirada se fijó en uno de los necrarios que estaba junto a torlín. Una´perfecta línea recta salió de sus ojos calculando la diagonal, y sin pensarlo tensó su arco soltando tres flechas que al instante recargó para volver a disparar. Al acabar, continuó en la misma postura, quieta como un animal al acecho mirando a su presa.

- Por Helm - Eel clérigo, con el escudo en un brazo y su guantelete alzado en la otra no llegó a actuar. Dada la velocidad de sus compañeros sus proximas victimas, o murieron (si es que los no-muertos pueden morir) ó huyeron

Manteniendose atento a lo que pudiera venir oteó a su alrededor para ver si ese intento de ataque no era el preludio de algo peor

- Mejor os ocupar de esa puerta - fue lo único que llegó a decir, mientras miraba a los pícaros - antes de que aparecer más de esos engendros -

Leah ensartó limpiamente con sus flechas al necrario. Tras hacerlo, se mantuvo firme en posición de ataque y jadeó unas cuantas veces hasta recuperar el aliento que la extrema tensión le había hecho perder.
Guardó su arco de nuevo en la espalda y se acercó al necrario que había matado a recoger sus flechas.
Con cara de asco se agachó y se quedó mirando su cuerpo inerte con atención, tratando de descubrir alguna pista o detalle.