Partida Rol por web

Aquel tal Elmo era un verdadero payaso. Sin duda merecía el justo castigo como ya lo recibió el bueno de Jom. Empezaba a gustarle la forma de actuar de Sant Cuthberto.

No dijo nada, pues el conde lo dijo todo. Si algo tenía Godofredo era que sabía utilizar las palabras. Sí, aquel hombre podía cagarse en los muertos de alguien y que pareciera haber recitado una poesía. Sí, también le gustaba el estilo de ese hombre. Cuando resolviera el asunto de su impulsividad, serían buenos amigos.

Finalmente se marcharon. Dwama iba a empezar una lista negra. Aquel tal Elmo iba a ser el primero. La afrenta que había cometido contra ellos la pagaría y el precio sería caro. Su cabeza colgaría junto a la de Jom en el salón del trono de la barbacana cuando se hiciera con ella.

Cuando se plantaron frente al templo, Dwama quedó impresionada con la construcción. Era de una bella arquitectura, nada en Rastor se podía comparar con aquello. Hommlet era mucha más ciudad que la aldea de sabandijas y bandidos que su estúpido padre había escogido como hogar.

La canonesa de nombre indescifrable, si les atendió. Era mucho más amable que el sentenciado Elmo y les atendió como se debería atender a un noble. Cuando habló y desveló el paradero de Timmy la enana soltó una pequeña risita.

¿Qué clase de ineptos trabajaban en aquel horfanato, que dejaban escapar a sus pupilos a las menores de cambio? Sir Godofredo le había dicho que aquello no era un horfanato sino otra cosas... ¿Un hospicio? No lo recordaba.

- Típico de Timmy... - Dijo la enana con una sonrisa. - ¿Acaso pensaba señor Conde, que nuestro pequeño amigo permanecería mucho tiempo tras estos muros? Arreglaremos lo del señor Elmo... - Dijo. - ¿Qué debemos saber si queremos visitar el templo? - Preguntó de forma directa. - Perdone... - Se disculpó. - Dwama Pillin de Rastor. - Le ofreció la mano. - Un placer...

-No debería afligiros lo más mínimo, pues no habéis cometido falta alguna, mi señora. Ellos son los herejes que osan apartarse del camino sacro por rencillas terrenales,más en su perdición hallarán la redención.No hay lugar a disculpa pues no existe transgresión-Negó con la cabeza y puso su mano sobre elhombro de ella, buscando reconfortarla.

-Más como dice mi camarada, buscamos información de aqueste templo del que tanto hemos oído hablar. Ella es la elegida de su dios para la tarea que ya os comenté, puesto que somos varios los que recibimos el encargo de aquesta santa Cruzada-se santiguó al nombrar su santo cometido.

-Querríamos saber como se desarrollaron los acontecimientos durante la vuestra. Quien era el enemigo, cuales fueron sus pasos... Supongo que nosotros mesmos recorreremos aqueste mismo camino en busca de información, pistas. Lo cierto es que agradeceríamos poder hablar con vuestra merced en lugar más discreto. He estado pensando en las visiones que os dije, más me gustaría parlamentar con su Excelencia a cerca de ellas, pues quizás nos sirvan de  guía

La canonesa quedó estupefacta por esas palabras, ni es sus mas terroríficas pesadillas podría haber creído que el mal se volvería a alzar en su pueblecito.

-Malditos seres malignos! será por sitios en este mundo como para que la hayan tomado así con Hommlet, pasad, pasad, en mi despacho podremos hablar tranquilamente.

Pasáis a una sala bastante grande, en ella se encuentra una chimenea y varias estanterías con libros santos; os sentáis en una mesa redonda con 6 sillas acolchadas muy cómodas.

-Os diré lo que sé, llevo en Hommlet desde poco después que el Templo y la barbacana fueran destruidos por primera vez gracias a los ejercitos unidos de Velun, Furiondia y Verbebonc, los cuales quedaron descabezados al morir todos sus Reyes en la llamada "carga del demonio" cuando Entre el Semidios maligno Iuz y el demonio Zuggtmoy consiguieron traspasar las lineas defensivas acabando con los principales líderes militares de esta parte del mundo; por suerte un grupo de aventureros muy poderosos consiguieron organizar las fuerzas restantes y derrotar al mar, siendo coronados como Reyes de sus respectivos países.

-Yo en esa época era una clériga de Verbobonc, fui elegida por el mismísimo Rey Ku-Thu*kya para controlar la Iglesia de Hommlet y no perder de vista el sacrílego lugar, que aun destruido, no pudo ser del todo aniquilado, por lo que fue sellado con una magia muy poderosa.

-Pero una década mas tarde el mal volvió a surgir, había muchas guerras en esa época, por lo que opté en reunir grupos de aventureros y lanzarlos contra el Templo y la Barbacana nuevamente, de entre todos esos grupos, Elmo y Otis eran de los mas poderosos, fueron ellos principalmente quienes pudieron acabar definitivamente con los niveles inferiores del Templo y destruir nuevamente la Barbacana, desde entonces Nulb, una ciudad maligna cercana, fue abandonada y el mal desapareció.

-Yo me he dedicado desde entonces a revisar que el mal no resurgiera, y hasta donde se así ha sido, sólo unos grupos de trasgos ladrones viven en el Templo, no tengo mas información.

El conde tomó asiento y se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos sobre las rodillas, buscando cercanía con su interlocutora

-En cuanto a las visiones de las que os hablé, se grabaron a fuego en mi mente. Para mi no guardan sentido alguno, más puede que para vos si que signifiquen algo...-Dijo en tono serio.

-Además de la imagen de aquesta villa siendo escudriñada por un ojo envuelto en llamas, tambien pude ver una fortaleza a medio derruir envuelta en un arrollo en medio de un bosque, una gran montaña escupiendo fuego, lo que parecía un paladín de largos cabellos pero rostro horrendo, con un extraño báculo en sus manos. Más tambien pude ver con claridad una criatura con túnica de mago y con un monstruoso rostro similar al de un pulpo, pues los tentáculos ocupaban donde debería haberse encontrado la boca.-Tras enumerar todas aquellas visiones tragó saliva antes de proseguir.-¿Guardan  algún sentido para vos?-Acabó preguntando

- El ojo del que habláis sin duda es el ojo elemental arcano, la religión maligna que creó el Templo del mal hace mas de 2 décadas.

- La fortaleza sin duda se trata de la barbacana del foso, pero está totalmente destruida y se revisa cada par de meses para evitar que sea colonizada por extraños.

- La montaña que escupe fuego debe ser un volcán, pero no conozco ninguno activo en este Reino, quizás en Itálica, al sur, haya alguno, pero por Verbobonc no conozco que existan.

- Y la criatura no la conozco, nunca he visto semejante engendro y espero no verlo la verdad,... un mago pulpo, que cosa mas desagradable, odio a esas criaturas marinas con esos asquerosos tentaculos!

-Lo que me resulta extraño es que El Altísimo me mostrase aquesta barbacana en lugar del templo maligno... Quizá quiera que vayamos allí por algún motivo más por eso se me mostró...-Se mesó la incipiente barba mientras guardaba unos segundos de silencio.

-Quizás allí se nos muestre una nueva visión, o encontremos algún objeto olvidado que haya sido pasado por alto... Reniego de la idea de que se me haya mostrado de forma arbitraria, ¿No creéis, su Gracia?

-Más ¿qué opinais vos, Dwama?

-Lo desconozco, quizás algún día la barbacana esté ocupada por magos con cabeza de pulpo, pero en estos momentos el único foco maligno de la región son los grandes trasgos que acampan en el antiguo Templo, puede que sean enviados para reiniciar los trabajos en dicho lugar.

-Además, sin duda os ganaréis el favor de Hommlet si la libráis de la única amenaza reconocida para ellos.

De pronto la clériga pone cara de asco a la vez que realiza ruido con la nariz como que ha olido algo.

que es ese hedor a muerte que desprendes enana? Es nauseabundo!

Sí, todo eso suena muy interesante, y le pagaría encantada la suma que propone, pero estamos en horas bajas (aquí donde lo ve, a mi compañero lo dejaron sin sus posesiones hace poco, y claro, resulta que ahora mismo no llegamos a esas 200 monedas..

Le puedo ofrecer 150 y la promesa de que en menos de 1 mes le proporcionaremos las 50 restantes.

En caso de que rechace la propuesta me temo que tendremos que volver en otra ocasión, si seguimos vivos, claro.

- Es el olor del justo castigo, mi señora... - Dijo entonces la enana.

No sabía si mostrarle su tesoro a la canonesa. Al conde le había gustado ver la cabezotqma de Jom en aquella bolsa una vez le explicó el porqué de tal brutalidad. Suponía que siendo la canonesa seguidora del mismo dios que Godofredo, mostraría una aceptación similar.

- En el momento en que Rocknarth me reveló mi misión, mi patrón en la mina, el orco Jom, que además era el alcalde de Rastor se quiso burlar públicamente de mí y le salió bastante mal... - Sonrió recordando el ingenio que tuvo entonces. - Quiso vengarse y él y otros dos orcos de su misma calaña me siguieron hasta las afueras. Pretendían violarme y matarme. - Sonrió. - No lo consiguieron y solo hallaron la muerte. Me llevé a Jom conmigo... - Dio varios toquecitos sobre su bolsa. - Al menos parte de él... - Río a carcajadas. - Godofredo me dijo que podía ayudarme a preservar su cabeza cercenada, pero no llegamos a hacerlo... De ahí el olor.

No sabría si las palabras de la enana convencerían al gran sabio, así que también intervine en la conversación:

-Gran Sabio, le rogaría tuviera algo de benevolencia, hace poco sufrí una emboscada en el bosque y perdí practicamente todas mis pertenencias, mi caballo, mi oro, algunas de mis armas, gracias a ella y a otros aventureros fui liberado, pero no pudimos recuperar todo lo tomado por esos bastardos; tras el encontronazo con aquellos bandidos tuvimos una larga caminata sin víveres y solo con 1 caballo para 5 personas.- Tras estas primeras palabras, tragué saliva y con ella el orgullo, y pronuncié -Ahora mismo vivo de la caridad de una de mis compañeros, no tengo ni para pagarme un misero mendrugo de pan, le ruego abra su corazón, que seguro es tan grande como su conocimiento y nos haga alguna rebaja...-

-¡Oh, cierto es, más había olvidado mi promesa! Prego me disculpéis, camarada.

Apoyando la palma de la mano sobre la bolsa en la que Dwama portaba su trofeo, Godofredo cerró los ojos y recitó.

-Justo y severo Castigador. Evita que se corrompa la carne, evita que se muestre el hueso, pues aqueste trofeo está consagrado al justo castigo. Sus manos emitieron un brillo azulado que se contagió al interior del saco de tela de yute.

-Listo, de aqueste modo el hedor debería desaparecer, más no será necesario embalsamamiento o desecación.

- Gracias sir Godofredo. - Dijo la enana con sinceridad.

Lo cierto era que ya estaba tan acostumbrada al olor a podredumbre que desprendía aquella bolsa, que no sabía si ahora que aquella cabeza estaba preservada mágicamente, lo echaría de menos.

Abrió la bolsa para comprobar si aquellos nauseabundos gusanos que habían nacido en la carne de la cabeza de Jom seguían ahí o habían desaparecido. Lo cierto fue que no vio rastro alguno de ellos. Por desgracia, los estragos que habían cometido hasta el momento aquellos parásitos parecía irreparable. El rostro de Jom que aquellos gusanos habían empezado a devorar seguía horriblemente desfigurado. Dwama se encogió de hombros.

- Mala suerte... - Pensó.

La canonesa os mira con un poco de asco, no es muy normal portar una cabeza decapitada pútrida de un ser inteligente por muy justo castigo que sea.

-Esto es asqueroso y no acepto este tipo de practicas. Si trató de violaros y mataros creo que ya ha recibido su justo castigo, mas portar su testa cual trofeo de caza parece mas propio de gentes de oscuro corazón que de siervos divinos en una cruzada, ruego no vuelva a sacar tal abominación en mi presencia. Abandonad ahora mis dependencias, me habéis girado el estomago y quiero descansar.

El encargado del establo aparece en ese momento y os hace un gesto para que abandonéis el lugar.

habéis conseguido vuestro objetivo en parte, la canonesa os cree y os ha dado bastante información, aunque por desgracia parece que habéis faltado al protocolo de la casa del Señor de Hommlet y os ha expulsado amablemente del lugar.

hace una hora desde que os separasteis de vuestros compañeros por lo que tenéis tiempo de ir a algún otro lugar o volver a la posada.

-Señores! Señores! lo lamento pero mis tarifas, como bien les he dicho, son especialmente altas ya que vivo de vender estas informaciones a los pocos aventureros que puedan pagarla! Si bajara la tarifa debería bajar mi nivel de vida! y eso no es viable para alguien como yo! como me pagaría las furcias o comería en la posada! habéis visto que precios tienen? si os hago una rebaja debería cocinarme yo mismo!

El sabio se rasca la cabeza como pensando como solventar la papeleta de sus dos clientes.

-Mira enana! creo que podremos llegar a un acuerdo. Pagame las 150 piezas de oro y deja en custodia esa bonita túnica o ese broche que portas o que tu amigo deje esa mascara de ladrón y cuando pagueis la cantidad adeudada os la devolveré! y si no volveis en 2 meses la revenderé en el gremio para pagar lo pendiente. Hay trato?

- Vaya... - Dijo la enana algo decepcionada tras la actitud mostrada por la canonesa tras enseñarle su trofeo. - Pensé que sentiría cierto orgullo... - Se encogió de hombros. - ¿Qué le vamos a hacer? - Le dijo a Godofredo ya a las puertas del templo. - Creo que es pronto todavía. - Se llevó la mano al mentón pensativa. - Me gustaría encontrar a un herrero arcano. Quiero que haga algunas modificaciones en el urgrosh de mi abuelo. - Entonces cayó en la cuenta que de portaba todavía un gran peso a sus espaldas. - Podemos ir al gremio del que habló Sheiland y vender toda la morralla que saqueé de los grandes trasgos muertos. ¿No crees?

-Ahh... aquestas gentes viven en otro tiempo... basta con ver como los plebeyos tratan de gobernar una villa sin demasiada fortuna me temo...Noegó con la cabeza. Lo cierto era que en su tono de voz no se discernía  desprecio hacia los que no tenían sangre azul sinó más bien parecía convencido de que el Status quo natural y próspero era el feudalismo.

-No os angustiéis demasiado, amiga enana, puesto que en mi condado aqueste trofeo vuestro sería orgullósamente  expuesto en la plaza del pueblo como ejemplo de justo castigo para el regocijo de las buenas gentes... digo más, probáblemente ordenaría un festival de dos días a su derredor lleno de júbilo para los villanos... volvió a negar con la cabeza-Extraño concepto del justo castigo guardan aquestas gentes...

Caminaba con paso tranquilo dejando hablar a Dwama, puesto que como ella misma había dicho, no tenían demasiado que hacer hasta que no se volviesen a reunir con su grupo.

-Es bien cierto aquesto que decís, camarada... más me place el acompañaros.

Os dirigís al gremio de Comercio siguiendo las indicaciones del mapa que porta Dwama, el edificio parece de buena manufactura, sin duda la prosperidad del pueblo es patente.

Dentro os atiende el buhonero local.

-Welcome extranjeros! En que os puede atender el gremio de Comercio? Tenemos buena mercancía llegada de la capital!

El hecho que me pidiera la máscara como prenda de intercambio me puso nervioso, a parte de ser un regalo de mi estimado maestro, me permitía esconder la marca de mi cara, que para mi era un signo de vergüenza el cual me perseguiría el resto de mi vida; era algo de mi pasado y no quería mostrar al mundo, no al menos hasta que ahorre lo suficiente para pagar un hechizo de regeneración y recupere mi antiguo rostro.

-Lo lamento mucho buen sabio, pero el dejar la máscara como prenda es inviable, no puedo permitirme desprenderme de ella, tanto por lo personal como por lo que ella representa; además no podría garantizar que pueda volver en 2 meses para recuperarla, cuando una persona se embarca a una aventura no sabe cuanto tiempo le llevará completarla. No habría otra manera de pagar el coste de esa información? un encargo, un trueque...

Si dispusiera del dinero para pagar la información no dudaría en hacerlo, pero en la situación actual no tenia muchas más opciones que ofrecer mis servicios para cualquier otra tarea.

- Muy buenos días, señor. - Dijo la enana. - Venimos de parte de Sheiland. Supongo que la recuerda. Ayer llegó a un acuerdo con ustedes para vender todo el material que fuéramos saqueando en nuestras explotaciones. Pues bien, traigo conmigo algunos artículos de buena manufactura de los cuales querría deshacerme. - Descargó la pesada bolsa que portaba a la espalda. Tenía muchas ganas de librarse de todo ese peso muerto de una vez por todas. - Se trata de cinco cotas de bandas y cinco espadones de gran manufactura. ¿Cuánto nos da por todo?