Partida Rol por web

El joven Hobbit sabia del valiente arrojo que tenian los enanos en la batalla, eran valerosos y aguerridos, no rehusaban un combate salvo que la situacion fuera muy desesperada o imposible de vencer, pero al ver la actuacion de la dama Dwama pensó que aquello es quizá lo que ha hecho que su numero se haya reducido tanto; ¿por qué se lanzó al ataque si estaba tan superada en numero?, además, en la situacion tan desesperada en la que nos encontrabamos lo mejor era permanecer a cubierto y aguantar desde aquella habitacion hasta haber reducido su numero lo suficiente como para poder salir y hacerles frente fuera.

Viendo que por la habitacion no se podia salir, el hobbit hizo un intento a la desesperada para salvar a su compañera, paso por debajo del Conde Godofredo, empujó a la dama Dwama para sacarla de esa situación hacia el conde y una vez allí, plantado ante todos los trasgos activó los poderes de su armadura para ocultarlo y generar confusión al enemigo; quiza pueda llevarse a un par por delante mientras el conde sana a su compañera.

Agarrando a Dwama por el hueco del cuello de su armadura, dió un tirón introduciéndola a la fuerza en la habitación, para luego bloquear él mismo la puerta, escudo en ristre, concentrado únicamente en defender la posición.

-¡Si alguno dispone de alguna varita de curación o poción semejante que le sea aplicada a Dwama ahora mismo!-ladró la orden con furia, harto de todo aquel sinsentido.

-¡En cuanto esté en un estado aceptable, ella y Jack cubriréis los flancos de la puerta. Yo retrocederé un paso y crearemos un embudo por el que deberán pasar si pretenden entrar!-mientras hablaba, utilizaba todo el peso de su cuerpo para tratar de mantener el escudo cubriendo la puerta.

-¡Si no disponemos de otra opción curativa que no sea yo... pues me lo decís!

Joder! eres el clérigo! curala! si ella cae estamos muertos!! Yo no tengo nada para curarla! pensaba sacar tajada en este lugar como para mejorar mi equipamiento!

Las palabras desesperadas de Chatrilon devolvieron al Conde a la realidad, su grupo no era lo suficientemente poderoso como para tener objetos de aquella clase, él era el único capaz de volver a la enana al combate de manera viable, ya que se encontraba a un par de tajos de caer muerta.

La situación era desesperada, Dwama, bastante maltrecha, había sido desplazada dentro de la habitación por un hábil JAck, quien se había quedado solo ante el peligro, escondido en una bruma que a esa distancia no le libraría al 100% de los golpes.

Por su parte el Conde estaba colocado en defensa total, bloqueando el paso de enemigos, pero se debatía entre seguir así o curar a Dwama para devolverla al combate.

Por su parte Chatrilon ahora se encontraba en una visicitud, con la niebla, a esa distancia, su arco era inútil pues no veía. solo podría esperar a que alguien entrara en la habitación para disparar.

Tienen magia!!!! gritó uno de los trasgos al ver la nube.

Tras ello huyó dejando su sitio sin vigilancia. No era uno de los grandes trasgos petados con espadones y armadura, era uno de los otros, mas pequeño y con espada larga.

No temáis! están atrapados y viene ayuda! matádlos!!! gritó uno de los que llevaban armadura mientras trataba de golpear al personaje que se encontraba en la niebla. El golpe fue brutal, casí parte en dos al hobbit, sólo su armadura mágica impidió que esto ocurriera. Quizás no había sido tan buena idea colocarse delante del peligro.

Tras este ataque, todos los demás trasgos le intentaron golpear, jubilosos al ver el chorro de sangre que brotaba de la niebla; no huyó ningún trasgo mas, pero ninguno mas consiguió atinar al hobbit.

El resto de trasgos sin armadura mantuvieron la posición a la espera de tener hueco para atacar o de que les dieran nuevas ordenes.

La acción del pequeño Hobbit no es que fuera de las mejores, pero al menos consiguió sacar a Dwama del lío en que se encontraba, ahora mal herido tras los ataques recibidos optó por una retirada estratégica dentro de la habitación de nuevo (P5) y resguardarse allí dentro para hacer frente a la siguiente oleada de enemigos que de seguro estaban por llegar.

Al entrar y pasar junto al conde le dijo -Retrocede un poco y les haremos frente en cuanto atraviesen la niebla que he creado; no sabran que les golpeó-

Tras sus palabras y llegar a su destino activa otra vez su armadura para ocultarse.

El pícaro, al verse casi muerto por el golpe del gran trasgo, optó por retirarse no sin antes hincarle el estoque en el vientre.

Se retrasó hacía un lado de la habitación, apartando al Conde de camino y colocó una niebla en el lugar de Godofredo, así él vería a quien se acercase, avisaría a sus amigos y podría atacar furtivamente cuando se acercaran.

Al otro lado se escucha un estruendo, se quejan y maldicen, se escucha ruido de alguien caer al suelo. Sin duda algo ha pasado en el otro lado pero nos sabéis que ha pasado ya que el único que puede ver a traves de la niebla se encuentra en la habitación preparado para matar al que se acerque.

Godofredo, por su parte, procede a curar a Dwama y a JAck, los cuales se encuentran a punto de morir.

gran trasgo combatiente: 1d8+3 ini +1 vel 20 CA17 +7 espadon 2d6+4 o +4 1d6+2 jabalina 5-1 -1. cota de bandas, espadón GC poción fuerza de toro.

trasgo: VD 1/3. 1d8+1 CA15 ini+1. espada larga +3 1d8+1 3+1+ -1

Krebich: VD5 48 PG. ini +1 vel 30. CA 18. maza armas GC +7 1d8+3 . 4-3-7.
conjuros: 0 curar menores, sonido fantasma, orientacion divina. 1: causar miedo CD 14. orden imperiosa, proteccion contra el bien +2CA y salvaciones, no le pueden tocar. 2: fuerza de toro. invisibilidad.
objetos: camisote mallas +1. maza armas GC, amuleto armadura natural +1, broche de esdcudo (47 puntos de daño de proyectiles), varita de leves con 10 cargas, pergamino de graves, pocion moderadas, pocion gracia felina, pocion de labia (+30 engañar)

Rarkus: VD5. 53PG. ini+2 vel 20 CA19 espada corta dos hojas +8 1d6+7 o ballesta ligera GC +8 1d8 furtivo 1d6. 6-5-1
cota de mallas +1 espada 2 hojas +1 ballesta ligera GC. fuego alquimista. pocionm oderadas. pocion trepar cual aracnido.

Tras oir que algo habia ocurrido fuera de la habitacion donde estaban, el pequeño Hobbit quiere comprobar que es lo que ha pasado al otro lado de la puerta.

-Conde- Dijo el Hobbit -Curela a ella primero, quizá nos vayan ha hacer más falta sus músculos que mis habilidades ahora.-

Tras sus palabras se asoma para ver que hay al otro lado de la puerta cubierta de niebla aprovechando que el conde esta sanando a su compañera guerrera enana.

Ves que el trasgo al que has atacado ha caído muerto al suelo.

Ves a lo lejos más trasgos llegar

-Razón no te falta, pequeño bribón. Para salir de aqueste problema, me temo que músculos es lo que vamos a necesitar...-se mesó el mentón, asintiendo a la propuesta del mediano.

-¡Hagámonos fuertes en aquesta posición, ganemos tiempo y preparémonos para afrontar la batalla!-gritó justo antes de empezar una oración rogando por la curación de las heridas de la enana, si bien se dio cuenta de que su poder mágico estaba prácticamente agotado.

-Me temo que mucho no voy a poder hacer con respecto a las heridas...

- Tenemos que pensar algo... - Dijo la enana. - Podemos hacernos fuertes aquí, pero aún así lo tendremos complicado. - Se paró a pensar. - Tengo dos bolsas de abrojos... - Dijo entonces. - No creo que sirvan de mucho. - Apretó el puño. - También tengo un artefacto mágico. Una mano de kobold que puede mover objetos levitando. - Se encogió de hombros. - ¿Le encontráis alguna utilidad en éstos momentos?

Al oir lo que decia la enana tuvo una idea; -Y si los lanzas justo en la entrada de la habitacion, donde esta la columna de niebla, asi se los clavaran y al estar distraidos de dolor tendremos mayores oportunidades de alcanzarlos con nuestros ataques, los trasgos son estupidos, quiza se piensen que les atacamos desde debajo.-Dijo el Hobbit a la enana.

- Por contra, al no ver los abrojos... - Tomó aire. - También nosotros nos los clavaríamos. - Respondió a la propuesta del hobbit. - Por eso no lo he hecho ya... De tener que salir por patas, nos clavaremos esos pinchos...

Al pequeño Hobbit le dio tiempo de asomarse para comprobar que estaba pasando fuera de la habitacion; lo que pudo observar es al Trasgo que ataco muerto en el suelo y luego a lo lejos de la sala unos cuantos más trasgos acercandose, 2 de ellos le llamaron más la atencion, parecian más grandes, mejor armados y fuertes, seguramente serian sus lideres. Mientras se acercaban pudo escuchar algo de su conversacion.

-Chicos, la situacion esta complicada, vienen más trasgos, 2 de ellos son más grandes, quiza sean los lideres, y por lo que he podido oir, piensan encerrarnos aqui dentro.-

La puerta de esa habitacion se abria hacia afuera, por lo que si la conseguian cerrar y bloquear, nos quedariamos alli encerrados.

Tenian que pensar en algo, salimos por patas dejando atras a los niños, o enfrentarnos a ellos.

Quiza podria bloquear la puerta de alguna manera para evitar que pudiera cerrarse; bloqueando o rompiendo las bisagras, la puerta seria más dificil de mover.

-Voy a intentar bloquear la puerta para que no se pueda cerrar- Dijo el mediano -Preparaos por si tenemos que salir.-

- De acuerdo... - Dijo la enana. - Aunque el peor de nuestros problemas no es quedarnos encerrados. Siempre podemos tirar la puerta abajo. - Acarició la empuñadura de su Urgrosh. 

Acto seguido, agarró su ballesta, apunto hacia la nada y disparó una saeta asegurándose de que no iba a dar a su compañero mediano. La saeta silbó y salió de la estancia. Esperaba escuchar un "¡Ay!".

El explorador aprovechó para hacer lo mismo, disparando su arco a la niebla que su amigo había creado para que los enemigos perdieran un acceso favorable.

Su disparo silvó en la niebla y al otro lado se escuchó un gemido ahogado y un golpetazo contra el suelo, sin duda había acertado en el disparo.

Bueno, son mas, pero ya hemos acabado con gran numero, igual salimos con vida de esta!

Apartaos de frente la puerta coño!! o quereis una puta saeta en la frente como estos dos idiotas? gruño la voz de alguien que acababa de llegar.

Brutus, Krutus! cerrad el portón! les dejaremos ahí y algo nos inventaremos después para quitarles las armas.

Tras su comentario escucháis como una de las hojas se cierra, no así la otra, que emite ruidos extraños.