Partida Rol por web

No sé como contestar a Jackson. No sé que hacer ni que decir. Estoy angustiada y bloqueada y solo quiero una cosa: salir de allí. Y es precisamente lo que voy a hacer cuando, de repente, escucho aquella voz, que no tardo en identificar: Derek, el hermano de Josh. Un rostro amigo al que, sin duda, será mucho más sencillo dar explicaciones que a Jackson.

Sin embargo, aquella mano, repentina, sobre mi hombro, me hace dar un respingo, que incluso acompaño de una expresión de sobresalto, cuando noto el corazón a punto de salirseme del pecho por aquella aparición inesperada.

Llevo mi mano a mi propio pecho, en un gesto dirigido a calmarme a mí misma. Y no vuelvo a pronunciar una sola palabra hasta que Jackson no se ha ido y Derek vuelve a dirigirse a mi.

-Derek... Ryan me ha dejado por Berenice Blair y yo... no sé que me ha pasado pero... Acabo de... acabo de pegarle, en mitad de clase... - me llevo una mano a la boca, horrorizada, y agobiada con toda aquella situación. Aún no me he recuperado de aquel salto de la torre, que sigue bombardeando mi mente de vez en cuando, y no sé como calmarme, como paliar mi dolor.

Me pongo a su paso de nuevo, sin dejar de mirar a June y al ver que aún no se mueve me coloco delante de Lucas para cortale el paso.

- ¿Sola? Creía estar hablando contigo.- le sonrío.- ¿O es que no eres Lucas?- me acerco y hago como que le observo de cerca y le huelo el cuello antes de apartarme- Sí. Hueles idéntico. ¿A qué viene tanta prisa? ¿Acaso no quieres hablar conmigo de... algo?

Se lo dejo caer. ¿Me contará lo de Isabella o se hará el tonto?
 

Apreté la mandíbula, bajando la mirada hasta mis propias manos, observando las líneas de las arrugas que había en ellas. Volviendo la vista hacia las mangas de las túnicas, viendo como una de las mangas estaba recogida, como el día anterior. No pude evitar girar la cabeza, mirando de reojo, a mi espalda, a Víctor.

Mis ojos parpadearon un par de veces, mirando la pared a mi lado, y finalmente hacia adelante. Cerré los puños, apretándolos con fuerza. Tenía la sensación de que si seguía apretando, necesitaría unas vendas nuevas, esta vez para las manos. Necesitaba poner las cosas en orden, comenzar a cambiar las cosas, a encauzarlas. Desde que había comenzado el curso, cada vez que intentaba encaminar las cosas en una dirección, se torcían en sentido contrario.

Escuchar las voces a través del Biombo me obligan a mirar a través de la tela, solo sombras que se mueven y no identifico. Alzó el mentón, con orgullo, mirando de reojo en la dirección de la que provenían las voces. No tardo más que unos segundos en identificar la voz de aquella mujer. Su voz.

No pude evitar fruncir el ceño, sin descubrirme desde mi posición tras el biombo. Allí estaba ella. Incline la cabeza hacia adelante, pegando el mentón al pecho, cerrando los ojos, cogiendo aire. No pudo pasar por mi cabeza otra imagen que la de ella despidiéndose de mi en la antesala del Gran Comedor. Esa última frase, que se sobreponía a cualquier otra ahora en mi cabeza.

Una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro, a cámara lenta, hasta que aquella única frase que entendí sobre todas aquellas palabras de ella, me la arrancó de sopetón. Abrí los ojos, de golpe. Alcé la barbilla lentamente, pensando sobre lo que acababa de escuchar, y por lo que podía verse, no me había gustado demasiado. Era suficiente. Di un largo paso hacia adelante, y dos pasos más para girarme en la dirección en la que estaban Isaac y Vinny.

Con esa expresión fría y seria, clave la mirada en la escena, que consiguió hacerme abrir ligeramente los ojos, observando la escena. Me fue imposible ocultar mi sorpresa, dirigir mis ojos a la mano de Isaac, sobre el brazo de Vinny. La sangre me hirvió. Sencillamente, me hirvió. Y fue en ese preciso momento donde me di cuenta que jamás sentiría por Bella lo que había sentido, sentía o sentiría por Vinny.

Era aquel sentimiento que ahora afloraba en mi, el que marcaba la diferencia entre Black y Blair. Como un nuevo ejercicio de paciencia, tensé los músculos de la mandíbula, al ver la situación. Ella, pegada a él, mientras él la cogía del brazo. ¿Por qué estaba sentada en su camilla? ¿Por qué él le agarraba del antebrazo? Mi mirada se posó en ella, sin decir absolutamente nada. Y acto seguido, en la de Isaac, durante un par de segundos.

No fui capaz de identificar que significaba aquella expresión en el rostro de Isaac. No pareció importarme, o más bien, que había algo que me importaba más allí.

Berenice Blair.

Mi mirada quedo congelada en el rostro de ella. En ese momento, hasta yo mismo desconocía que esperaba de ella. No sabía si quería que se lanzara a mis brazos. Que me diera explicaciones. Que se separara de él. Que me escuchara- Escucharla a ella. No tenía claro que quería. No era cierto. En realidad si lo tenía claro.

La quería a ella.

- Tienes razón - te contesta, sonriendo al fin. Aunque intenta controlar el gesto, consigues ver al viejo Lucas detrás de esa extraña fachada que se había instaurado en él en los últimos días. Separa la vista de ti, centrándola en el suelo. - Es que tengo que irme a.... - y entonces vuelve a mirarte. Y esa sonrisa vergonzosa e incómoda, esos ojos huidizos y transparentes se congelan en un solo instante. Y aparece el otro Lucas. El serio, fuerte, seguro de sí mismo y obstinado. - No ha tardado nada en contártelo. ¿Tú también vas a interrogarme? ¿A asegurarte de que no me están manipulando? ¿O quizá de que no sea como ella? - Guarda silencio mientras te evalúa con la mirada. Se inclina hacia ti. - ¿Para asegurarte de que soy el mismo estúpido y buenazo de siempre?

Tu resumen le cae a Isaac como una jarra de agua helada. Lo ves en su cara y en el silencio que todavía guarda. Estás a punto de decir algo más, de completar tu frase, cuando Fisher se te adelanta.

- ¿Vienes a comprobar que no toco a tu nuevo trofeo más de la cuenta? - Por un momento su frase te desconcierta, y necesitas unos segundos para entender que esa frase no va dirigida a ti. Es para Ryan, que os observa en silencio (y claramente enfadado) situado justo al lado del biombo que ocultaba el cuerpo de Victor Carrow.

Suelto aire, cabreado y exasperado. Cabreado con Kate por tardar un día en ir contándolo por ahí. Cabreado conmigo por haberle dicho semejante cosa para que no se diera cuenta de la verdad. Cabreado con Liam y Kate por no darse cuenta de lo que en realidad pasa.

-Liam, no me gustas. Ni un poquito. Así que no te hagas paranoias, anda. En serio, no le deis más vueltas. Dadme un poco de tiempo, dejad que me acostumbre y todo seguirá siendo normal. Esto mismo que me pasa contigo me pasó con Lucas también. Si es que a veces no sé como no os dais cuenta...-Me muerdo el labio. Sé que lo que siento por Kate se está acabando. Cada vez el sentimiento es menor, pero aún perdura. han sido demasiados años y aunque ahora la vea más como amiga que como otra cosa, no puedo evitar sentirme algo molesto.-Confía en mí. En unas semanas todo estará bien.

Le miro a los ojos con gesto serio. Me gustaría sonreírle para que me creyese, pero soy incapaz de hacerlo en ese momento. Tengo demasiadas en mi cabeza y la preocupación es demasiado grande. Al menos espero que le haya quedado claro y me haya creído.

Mi sonrisa desaparece ante el último susurro. Le miro y no le reconozco en absoluto.

¿Qué ha sido de ti?

- Nunca has sido estúpido. Has sido... la persona de quien me enamoré. El chico bueno, atento, travieso y divertido con el que estuve saliendo y que es mi buenísimo amigo.- le aclaro, mirándole a los ojos directamente. Luego continúo tras una pausa.- Solo dime una cosa, ¿estás saliendo con Black? O al menos... cuéntame, como siempre hemos hecho el uno con el otro, lo que estás tramando. Quizás yo puedo ayudarte Lucas, como siempre. Ayer mismo me demostraste que aún... confías en mí al menos.

Entre mosqueado, sorprendido y contrariado, Lucas se queda en silencio observando a Kate hasta que, incómodo, mira al resto de los presentes. Este no es ni momento ni lugar para tenera esta conversación, parece pensar. Finalmente, coge del brazo a Kate (con delicadeza) y la empuja hasta una parte apartada de la clase, donde poder conversar.

- Isaac, lo siento, pero es la verdad - musitó aún sin apartar la mirada del techo, que a juzgar por el rato que llevaba mirándolo cualquiera diría que sería más entretenido que el blanco neutro que le mostraba -. Le quiero, aunque todo esto sea complicado - dijo con una firmeza obstinada, harta ya de que todo el mundo juzgara o dejara de juzgar sus sentimientos.

Y, como toda respuesta, Isaac le soltó esa frase desconcertante. Frunció el ceño con cierta irritación que se convirtió en enfado cuando, al volverse, reparó en Ryan. Se apartó del ravenclaw, levantándose de la camilla y posando la mirada de nuevo sobre él.

- No soy el trofeo de nadie Isaac, no puedes... - la angustia se había transformado en ira en cuestión de pocos segundos, atenazándole la garganta con una rabia burbujeante que amenazaba con asfixiarla aún más que la ansiedad. Empezó a respirar con dificultad de nuevo. Harta, harta. No podía más con los juicios de la gente ni con la desaprobación por lo que ella sentía, no era justo. Se miró las manos con furia, crispadas. Notaba como la tensión la hacía temblar de arriba a bajo. Al final, fue capaz de resumirlo todo en una palabra -. Basta - susurró en voz muy baja que ambos pudieron escuchar-. Eres mi amigo y me gustaría que me apoyaras - la mirada que le dirigió fue en este momento vidriosa y apagada, casi sin vida -, pero no voy a cambiar mi decisión por nadie.

Se separó de la cama de Isaac lentamente hasta situarse frente a Ryan y mirarle a los ojos, absorbiendo la ira que emanaba de él y muchas otras cosas que sólo ella percibía, como la tortura que se escondía tras su mirada.

- Vámonos, por favor.

Su cara y sus ojos pueden demostrar enfado, pero la delicadeza y el cuidado con el que te agarra y tira de ti te demuestran que, en su interior, las cosas son muy diferentes. No te suelta hasta que no avanzáis unos diez metros y os alejáis de los que todavía quedan en clase. Por un momento sientes miedo de perder a June. Pero no hay problema, permanece en su sitio y a la vista.

- ¿Cómo puedes preguntarme eso? - su tono de voz es desgarrador y sus ojos reflejo de lo mucho que le ha dolido tu pergunta. - ¿De verdad crees que podría estar con ella? ¿No significó nada para ti lo que te dije ayer? - sus últimas preguntas, lejos de ser un reproche, salen de su boca como un desahogo desesperanzador. Te mira dolido, casi con miedo, sin saber exactamente cómo actuar. Aun así, poco a poco ha ido acercándose a ti (más por inercia que por consciencia), y vuelves a tenerlo a escasos centímetros de tu cuerpo. De nuevo su presencia se impone ante ti.

- No ocurre nada con Isabella Kate... nada - por el hincapié y la fuerza que deja caer en su última palabra, sientes que su negativa quiere abarcar algo más que el ámbito sentimental. - Solo... confía en mi. Por favor. - Acorta la poca distancia que os separaba y pone su mano izquierda sobre tu mejilla derecha. Lo hace tocándote la piel con el reverso del dedo índice, en una de esas suaves e interminables caricias que siempre te habían gustado tanto. Estáis tan cerca que sientes que en cualquier momento va a volver a besarte. - Confía en mi...

Liam, no me gustas. Ni un poquito.

Jamás pensé que aquellas dos frases fueran a hacerme sentir tan aliviado, que fuera capaz de quitarme un peso tan grande de encima. Entonces, si no le gustaba... ¿Cuál era el problema? Kate me había dicho claramente que Mat era gay y si yo no le gustaba entonces... No entendía nada.

El alivio se dibuja en mi rostro y llego a sonreir, resoplando, acabando por dejar escapar una carcajada -¿En serio? Joder, tío, menos mal... Yo...Coño, estaba pasando un mal rato... - le digo, soltando toda la tensión, y hasta casi estoy a punto de darle un abrazo.

Sin embargo, en medio de mi dicha, hay algo que, de repente me hace congelar la sonrisa en mi rostro. Y es que, efectivamente, no me doy cuenta hasta que no pronuncia una frase. Una sola frase de todo su discurso:

Esto mismo que me pasa contigo me pasó con Lucas también.

¿Qué es lo único que tenían en comun aquellas dos situaciones? A Kate. Que estábamos saliendo con Kate. Y, entonces, mis ojos se abrieron ligeramente, mirando a Mat, con incredulidad, y un enorme desconcierto- Espera, Mat... Tú... - me detengo ahi, tragando saliva, como si no pudiera creerme lo que estaba a punto de decir.- ¿La que te gusta es Kate?

Jamás, en todos aquellos años, me lo habria imaginado. Mat siempre habia sido el mejor amigo de Kate, pero de ahí a pensar que Mat sentiría algo por ella... No, definitivamente es una idea que nunca se me habia pasado por la cabeza.

Y ahora, me paso una mano por la nuca, sin saber muy bien donde meterme.

Joder, ¿pero es que todo el colegio va detras de mi novia o que?

Ya he discutido con Lucas por esto y no quiero que suceda lo mismo con Mat. El es mi amigo y ninguno de los dos tenemos la culpa de habernos enamorado de la misma mujer.

Lo miro, en silencio, más asustado si cabe que al principio, cuando pensé que iba detrás mio. Esperando su respuesta.

Era posible que con mi mera presencia, y con mi sola mirada, fuera capaz de provocar todo lo que sucedió en pocos segundos. Primero, Isaac. Podía notar su enfado mediante sus palabras. La rabia del significado de sus palabras. Pero me limité a observarle, a desviar la mirada desde lo que realmente me importaba, hacia el, mientras escupía esas palabras.

En otras situaciones lo habría atacado allí mismo. Simplemente, habría sacado mi varita, sin mostrar piedad y compasión y habría rematado el trabajo del atacante anónimo de Isaac. No habría nada en este mundo, que me hubiera provocado más placer, en aquel preciso momento. Pero, en vez de eso, no moví un musculo. Mis labios no se movieron y mi expresión no varió. Me limite a desviar la mirada hacia Vinny, como si Fisher no fuera más que una mancha en la pared. Algo a ignorar, un mueble o algo que carecía de total importancia.

Mi atención se centro en Vinny. En esas palabras que lanzo contra Fisher, en primer lugar. Esos susurros que salían de sus labios. Pocas veces la había visto así en nuestras vidas. Y no me fue difícil identificar en qué punto estaba, y ese punto era uno similar al mío. Al borde del precipicio.

Me limite a mirarla cuando quedó frente a mí, cruzando la mirada con la de ella, durante largos segundos. Y no fue hasta que ella pidió marcharse de allí, que di un paso lateral, dejándole pasar y posando una mano en su espalda, mirando de reojo a Fisher, una última vez, antes de marcharme junto a Vinny, de allí.

Salir de la enfermería, abriéndole la puerta para que pasara primero. Saliendo acto seguido detrás de ella. Y en el pasillo, esta vez sí, me pare delante de ella. Antes de abrir la boca, de decir nada, estiro los brazos en su dirección, abrazándola y atrayéndola hacia mí, estrechándola entre mis brazos, con una mezcla de instinto protector, y de cariño. Estaba preocupado por ti. Es la única frase que sale de mis labios, con los ojos cerrados, mientras la abrazaba.

En aquel momento, en aquel lugar, Isabella, Regina, Isaac... todos, estaban de más. Lo único que quería en ese momento era llevarme a Vinny a otro lugar, más tranquilo, donde pudieramos hablar tranquilamente. Y solo se me ocurría un lugar donde estar con ella, a solas. En aquel sitio, en el de siempre.

La última mirada que le dirigió a Isaac antes de salir expresaba la gran desolación que sentía por dentro en esos momentos. No dijo nada, no se despidió de él. Tal vez el chico fue el que injustamente pagó el pato de todos los sucesos de las últimas horas cuando los días anteriores se había dedicado a hacerla sonreír. Sentía en el alma hacerle daño, si en verdad se lo había hecho, pero Vinny no dejaba que la lástima guiara sus acciones.

Salió de la enfermería delante de Ryan con mil cosas en la cabeza y ninguna palabra en la boca. Se giró para enfrentarse a él, sin saber si estaría enfadado, disgustado, triste, o cualquier sentimiento que pasara por su enigmática cabeza. Lo que mostró, en cambio, no entraba en el abanico de sus deducciones.

Se dejó abrazar, correspondiendo el abrazo al pasar los suyos alrededor de su cintura mientras hundía la cabeza en su pecho. Cerró los ojos, sintiéndose algo mejor, más segura. Sin saberlo, llevaba horas buscando su abrazo. Le abrazó con más fuerza, queriendo alargar el contacto que inevitablemente se rompería en pocos segundos pero que le estaba devolviendo cierta estabilidad a su mundo.

- No has sido el único... - susurró, con la voz amortiguada por la ropa de él -. Voy a saltarme las clases. Venía a pedirle un justificante a la señora Keaton pero no pienso volver a entrar.

Se separó levemente y le miró. Vinny nunca le pediría que se saltara las clases por ella, nunca le incitaría a saltarse las normas. Esas palabras no saldrían de sus labios. Pero, sin embargo, estaba más que claro lo que le decían sus ojos.

Desde su posición, Vinny jamás sabría que aquella primera frase que salió de sus labios, me arrancó una pequeña sonrisa. Pasé las manos por su espalda, apretándola contra mi pecho segundos antes de que se separará de mi, y abrí los ojos, centrando la vista en ella, en su mirada.

Estaba siendo un mal día. Uno de esos días que más valía no haberse levantado de la cama... hasta que había llegado aquel momento. Hasta que ella estuvo delante mío. Mirándome, sonriéndome. La noticia sobre sus intenciones me pilló desprevenido, no era algo que esperara. Mas bien, todo lo contrario. Por suerte, aun no había comenzado a hacerme la idea de ir a clase para acompañarla.

Cuando habló de Keaton, mire un solo segundo hacia la puerta. Tenía claro porque no quería entrar. No lo mencionaría, ambos lo sabíamos, y simplemente no quería echar más leña al fuego. Hablaré con Derek al mediodía para justificar nuestra ausencia. La miro, trazando una pequeña sonrisa con sus labios. No solo se encargaría de que ella no tuviera más problemas, si no que, además, acababa de anunciar que él tampoco iría a clase.

Estiré la mano, hacia el rostro de ella, apartándole los mechones de pelo que caían por su cara, pasándolos tras la oreja, sin decirle nada, dejando unos segundos de silencio tras ese gesto.

Vamos a un lugar mas... tranquilo. Ha sido una mañana... Intensa. Y por lo que se, la tuya no se ha quedado atrás. Sentarme, tranquilo. Hablar con ella, contarle que había pasado, que me contara que le pasaba, como estaba. Un remanso de paz en todo lo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor.

La invite a caminar a mi lado, en dirección a la Torre del Reloj.

Ante la sugerencia de él de hablar con Derek no pudo menos que esbozar una leve sonrisa, cabeceando en señal de conformidad y agradecimiento. No deseaba saltarse las normas pero tenía claro que no estaba en condiciones de ir a clase, algo que no le había pasado nunca puesto que la otra única vez que había estado sumergida en una crisis personal, asistir a clase le había ayudado a distraerse y a tener algo en lo que centrarse más que en ella misma.

Los dedos de él la sacaron de sus cavilaciones, notando como le acariciaban la oreja al prender tras ella unos mechones de cabello rubio. Dejó escapar un suspiro explosivo, intentando eliminar la tensión que la acompañaba. En el mismo silencio que él, tomó su mano y entrelazó los dedos con los suyos, aún con la necesidad de sentirlo cercano, de notar su cariño y transmitirle el suyo.

- Asco de mañana - dijo como toda respuesta a su comentario, sintiendo como todas las cosas que tenía por decir estaban taponando la única vía de salida, sin que ninguna pudiera escapar al exterior. Movió el cuello a un lado y al otro, intentando destensarse y se puso a caminar junto a él, sin necesidad de preguntar cuál era su destino, conociéndolo perfectamente.

Cuando ella agarró mi mano, entrelazo los dedos, y me dio ese pequeño apretón, me fue mas fácil olvidar por que hasta el momento, el día había sido una mierda, y comenzar a pensar que no lo estaba siendo tanto. Que aquel simple gesto, compensaba muchas de las cosas que había vivido antes de la hora del almuerzo. En aquel instante, solo podía pensar en el Aquí y Ahora.

A pesar de haber sido lo normal, máxime estando en los pasillos, con la hora que era, no solté su mano. Como si hubiera vuelto años atrás, a cuando caminaba de la mano con ella por el colegio, como si hubiera retrocedido en el tiempo y todo fuera más sencillo, más feliz, mas mundano. No solté su mano. No me apetecía hacerlo, simplemente.

¿Segura? Lancé la pregunta mientras la miraba de reojo, sin decir nada más. La mañana aun no terminó. Posiblemente, hubieran pasado más cosas de las que conocía. Y solo hacía poco más de hora y media que no nos veíamos. Aunque viendo el panorama de mi vida, me era fácil imaginar que, si estaba así, era porque la suya tampoco había sido precisamente, un camino de rosas.

Por suerte, la torre del reloj, aquel "lugar de siempre" estaba cerca de la enfermería. Subí las escaleras junto a ella, hasta llegar a aquel remanso de paz en medio de aquella locura, soltando finalmente su mano, siguiéndola con la mirada. Al fin. Mire a mi alrededor, y volviendo la vista hacia ella en última instancia.

¿Que ha pasado? Estaba preocupado por ella. Ahora, en privado, si me tomé el lujo de demostrarlo, que me preocupaba, que me importaba. Que siempre lo había hecho.

- Espero que mejore - el tono de voz no fue coqueto, no pretendía ser ninguna insinuación, simplemente denotaba lo mucho que necesitaba que realmente el día fuese a mejor, recuperarse a sí misma de entre esa montaña de preocupaciones e incluso inseguridades.

De nuevo llegaron a la torre del reloj, como el día anterior, sintiendo de nuevo como si estuvieran volviendo atrás en el tiempo. La diferencia, es que ahora le venían a la mente los muchos recuerdos felices que encerraban esas cuatro paredes. Incluso la luz que se filtraba por la ventana, haciendo visibles las partículas de polvo que flotaban por la estancia, le pareció una vieja amiga que les saludaba después de mucho tiempo.

Notó como soltaba su mano justo en el preciso instante que quedaban cara a casa.

- Al fin - respondió haciéndose eco de sus palabras y permitiendo que una leve sonrisa aflorara a sus labios. Dejó pasar unos segundos en silencio, un silencio cómodo y familiar -. ¿Por qué me parece que todo lo que me ha pasado a mi son nimiedades en comparación con lo que a ti te ha sucedido?

Con gesto cansado, se acercó al rincón que hacía tantos años había hecho suyo, donde aún yacían las mantas y cojines que habían traído, y se sentó ahí. Se frotó los ojos con la mano.

- Estoy muy cansada y seguramente eso no me está ayudando - le hizo señas para que se acercara al ver que seguía de pie, mirándola -. Ah... - le miró, atascada, sin saber por dónde empezar y detestando la idea de desgranar sus preocupaciones ante alguien que parecía estar peor que ella -,... a ver... - hizo una pausa y le miró a los ojos, casi deseando que la interrumpiera para explicar sus propios problemas. No lo hizo. Desvió la mirada de él para centrarla en sus propias manos entrelazadas descansando sobre su regazo -. Es que están pasando muchas cosas en muy poco tiempo. Y han atacado a June, a Isaac, que a pesar de todo son dos buenos amigos míos, así que obviamente estoy preocupada y tensa y me gustaría ver que los profesores están haciendo algo útil para variar pero no parece ser así - al final de la frase se embaló, vomitando las palabras, una crítica hacia los profesores que alguien como Vinny no acostumbraba a hacer -. Mi hermano aquí tampoco ayuda, menos con lo de ayer... ya os he dicho antes lo que me dijo y sé que no tiene razón pero... - sus manos se abrieron, expresando impotencia y dando a entender lo que en realidad le dolían las palabras de su hermano -. Ryan, para mí, que mi relación con él sea la que es es algo doloroso y triste y a él simplemente no le importa, no le importa y eso es... - apretó los dientes y negó con la cabeza, dejando pasar casi un minuto entero en silencio antes de recuperar el habla -. Y luego están las tonterías que han sucedido. Liam y June que no pueden ni verse, sobre todo June, joder, la cogería por el cuello y no sé qué le haría - murmuró, poniendo las manos como si estrangulara a su amiga -, aunque claro, también la entiendo - en este punto de la conversación dirigió su mirada hacia la de él, sin saber cómo le sentarían las siguientes palabras -. Y, ah... bueno, cuando tú entraste al Gran Comedor vino Regina y me amenazo, parecía a punto de llorar. Lo peor fue que de nuevo vino durante la clase de Herbología y me dio una bofetada delante de todos - frunció el ceño. Había sido humillante y agobiante sentirse observada por todos -. El profesor Vaionali ni siquiera le quitó puntos y todo el mundo me miraba, fue...violento - concluyó encogiéndose de hombros como si no le afectara -. Te toca.

....a ver.... Mis palabras salieron al unísono de las de Vinny, mientras daba un par de pasos, agachándome para tirar de la vieja manta hacia donde ella estaba sentada, y acto seguido, tomar asiento, cuando ella se lo pidió. Se sentó junto a ella, con las piernas recogidas, y quedando pegado a ella, girando la cabeza para mirarla, en silencio, esperando a que comienza a hablar.

Apunto estaba de romper ese silencio, cuando ella inicio la conversación, o más bien, la reanudó. Ahogué algunas palabras de apoyo en la garganta, dejándola hablar. Cuando habló de June, no pude evitar recordar que el día anterior, tuvo el valor de amenazarme. Y de la suerte que tuvo de ser la mejor amiga de Vinny, si no ahora mismo, posiblemente estaría en la celda contigua a la de Isabella. No dije nada sobre este tema, volviendo la vista hacia el frente, al infinito, pensando sobre lo que decía. El siguiente nombre, Isaac. Con este nombre, si tuve que obligarme a hacer un nuevo ejercicio de paciencia, tensando la mandíbula ligeramente, guardando silencio. Baje la mirada hacia mis propias manos, mirándolas, como hice en la enfermería, minutos antes.

El fondo de todo aquello era que ella estaba preocupada por que los ataques habían recaído sobre sus amigos. En realidad, solo sobre June, pero Isaac metió las narices de por medio, y también recibió. Mas frio, mas calculador, y más analista, si conseguíamos averiguar el motivo de los ataques hacia June, este tema quedaría zanjado.

Seguí sin abrir la boca, dejándole hablar. El siguiente tema también consiguió crisparme. Allí estaba Andelin, otra vez, para tocar las narices. Que facilidad para tocar la moral con su mera presencia, con simplemente mentarlo. Yo, no tenia hermanos. Tampoco los quería, pero... podía hacerme una idea extrapolándolo a mi relación con mi padre. No, aquella relación era muchísimo peor. Me seria difícil ponerme en situación, pero al menos, podría intentar imaginarme como debía ser su trato con su hermano.

Ese minuto de silencio me ayudo a pensar sobre estos dos temas, sin decir nada, conociéndola, y sabiendo que ella no había acabado de decir todo lo que pensaba, todo lo que tenía que soltar. Lo que no esperaba era que el tema de June y Liam le afectara tanto. Lo cierto era que... Lo poco que había visto de June después del accidente, le había parecido más agresiva y violenta que antes. Quizás simplemente, lo de Liam la había desquiciado. Miré a mi alrededor, y no pude evitar recordar cuando la chiquilla que estaba junto a mi me había abandonado años atrás, y como mi carácter se agrio hasta convertirme en quien era ahora. Quizás, simplemente, a June le estaba pasando lo mismo.

Seguía mirando mis propias manos, hasta el momento en el que el nombre de Regina salió a la palestra. En ese momento, gire la cabeza hacia Vinny, alzando ambas cejas en un claro gesto de sorpresa. No habría esperado que fuera tan astuta o apipada, teniendo en cuenta lo que acababa de suceder. Menos aun que se atreviera a actuaciones tan contundentes. ¿Qué? No fue uno de esos "que" de quien no lo entiende. Si no de esos automáticos que dan a entender que te lo crees totalmente, y que no estás precisamente contento por lo escuchado.

Resople, apartando la vista de los ojos de Vinny cuando dijo que era mi turno. Mantuve el silencio, y negué con la cabeza. No, aun no. Quería darle mi opinión sobre lo sucedido. Y para ello, lo primero, fue alargar mi mano hacia las suyas, entrelazando los dedos con los de la mano de ella y dándole un pequeño apretón. Antes de nada... quiero que sepas que ahora estoy aqui, contigo. Pase lo que pase no estarás sola.

Y... ahora... por... orden... June e Isaac han sido atacados. Los dos están bien, y encontraremos a quien lo ha hecho. Protegeremos a June. Acompañé la última frase de un leve apretón, asintiendo con la cabeza, mientras la miraba, serio y decidido. No hice mención a lo que hacían o dejaban de hacer los profesores. Sabía que haría yo, y eso me valía.

Tu hermano... Cogí aire, alzando el mentón, mirando el techo un segundo y resoplando. ...yo no tengo hermanos. Pero... quiero pensar que Andelin lo único que quiere es exprimirte al máximo, que des lo mejor de ti. Prepararte para cualquier situación... y lo hace así para que en un futuro, no decaigas pase lo que pase.

Quiere que seas la mejor... Y no se da cuenta que ya lo eres.

Aparté la mirada de ella. No estaba acostumbrado a hacer cumplidos, y aquello fue una excepción. Carraspee, sin decir nada durante unos segundos. Entiendo a Liam. Cuando veo lo sucedido, no puedo evitar verme en un espejo. No estaba enamorado de June, estaba en su derecho a dejarla, y perseguir a la chica que quería. ¿Que tiene eso de malo? Quizás... las formas no han sido las mejores, pero no se le puede culpar, ha sido víctima de las circunstancias tanto como lo hemos sido todos.

Ahora llegaba la parte mas difícil. Regina. No podía evitar resoplar solo al pensarlo. No se ha tomado demasiado bien que lo nuestro se hubiera terminado. Lo que hizo no tiene disculpa, hablaré con ella. Volví a mirarla, de reojo, con una pequeña sonrisa.

Bueno... visto como están las cosas, lo cierto es que solo pueden mejorar. Es difícil que empeoren. ¿No?

Estoy algo rígida teniéndole de nuevo aquí delante, tan cerca, tan próximo, tan atrayente. Trago con dificultad, intentando aguantar los impulsos que nuevamente me llevan a él, y pensando en Liam lo más que puedo.

- Lucas... confío en  ti, pero necesito información... ¿qué hacías con Isabella?- Pienso que quizás está jugando conmigo, que intenta distraerme para que no vuelva a preguntar por lo ocurrido la noche anterior.- Además... Liam me dijo que habló contigo y que aceptabas que fue un impulso lo de... ayer. ¿A qué viene esta aproximación de nuevo...?- intento entender qué puede ocurrir. Ahora es el mismo Lucas de siempre pero hace un momento no era así. Algo le ocurre y empiezo a pensar en que quizás sea otra nueva víctima de los ataques.- ¿Qué hacías con Isabella? Yo confío en ti. ¿Y tú en mí?

A pesar de todo lo que había dicho, Ryan había esperado pacientemente sentado a su lado sin interrumpirla más que una vez al mencionar lo sucedido con Regina.

Se había quedado mirando al infinito tras volcar en Ryan todos sus problemas, vaciar el cerebro de pensamientos, dándose cuenta de que las ganas de llorar habían menguado considerablemente contra más hablaba. La mano de Ryan y sus palabras atrajeron su atención hacia sus ojos mientras, punto por punto, buscaba unas palabras de apoyo, de ánimo y de consuelo para ella. Llegado el punto en el que le dijo que era la mejor, no pudo más que alargar la mano para acariciarle el mentón, conmovida en el fondo por las palabras de él.

Finalmente, como había imaginado que haría, dijo que hablaría con Regina, algo que ella hubiera preferido evitar. Sabía que así sólo conseguiría que la slytherin estuviera más dolida y que, por ende, la odiara más. Aún así, ante su última frase, no pudo evitar sentir que, de hecho, tenía razón. Ella misma se sentía mucho más optimista.

- No creo que empeoren - sonrió, esta vez una sonrisa de verdad, agradecida y radiante, antes de ponerse de rodillas y darle el beso en los labios que hacía rato que buscaba, suave y tierno, sintiendo como su piel se ponía de gallina ante el contacto íntimo con el chico. Se separó de él, con la sonrisa haciéndose pequeña en su boca -. Y tú tampoco estarás solo, te lo prometo - volvió a recuperar su sitio sentada junto a él, aunque notablemente más relajada -. Ahora sí, te toca.