Allen, el jefe, da el callo como vosotras. No es que fuera ese tipo de jefe que se tocara la huevada mientras el resto trabajaba, al contrario. Él se encargaba de preparar los cocteles y poner las copas. No obstante, esa noche hace mucho más que eso, saliendo de la barra para atender también algunas mesas a modo auxiliar.
Después de horas de clientela, él echa el cierre y Tommy sale de la cocina a preguntaros qué queréis cenar, como siempre suele hacer al final de la jornada. Allen saca dinero de la caja registradora y va a daros la paga, primero a tu compañera y finalmente a ti.
- Lleva algo más, por el esfuerzo extra del doble turno. Gracias por venir - te dice, si bien tendrá que buscar sustit@ para Demian mas pronto que tarde. - Una cosa... - añade, bajando un poco la voz - ¿Estás bien? Perdona si me llamo donde no me llaman, pero te he visto un poco nerviosa esta noche.
Trabajo con una ligera paranoia, que no podía evitar. Demasiadas cosas y sensaciones redescubiertas tras todo lo ocurrido estos días. Pensar que me siguen, conocidos o desconocidos, me hace mirar quizás demasiado y no saber mantener la calma, pues hasta Allen se da cuenta. A Tommy le pido lo que sea para cenar, realmente no tenía hambre con tantas cosas en mente.
-Gracias a ti, no es nada, cuando lo necesites- le digo sobre la ayuda y el dinero extra, que en realidad me venía bien con el cambio de piso. Aunque por el lado bueno podría vender un montón de mierda que Alex tenía y quizás sacar algo.
Pero luego saca el tema de mi distracción. -Ah...- yo no bajo la voz, aunque entendía su forma de ser discreto, hasta eso había que concedérselo y no solo tener un culo para forrar balones. -No es nada, mi tía me está dando la lata con mi nueva mudanza y pensaba que se presentaría aquí tras la última discusión, gracias por preocuparte- le sonrío.