Partida Rol por web

     Un chasquido y un ruido sordo os ponen en alerta mientras Pepe habla justo en el momento en el que se va luz. Notáis, sentís, que se ha parado el motor que daba suministro eléctrico. En el salón la chimenea es la única fuente de luz junto a dos pequeños leds encima de cada puerta que se activan en caso de emergencia.

     Gregorio suelta un grito agudo y se levanta para proteger con su cuerpo a la Señora Irina, Iago se lanza hacia sus habitaciones en busca de Anne, Ana grita ¿ALGUIEN SABE QUE HA PASADO?

Tarde dice Pepe mientras recoge el hacha del suelo y se gira hacia la puerta.

Gonzalo siguió pinchando a Pepe, y solo la mención de Ruth pudo hacer que las cosas no escalaran más. Ruth que era motivo de huida. Nada tenía sentido, de modo que en ese punto Nacho estaba abierto a cualquier explicación que se le diera. ¿Era Ruth un monstruo? Tan imposible como cualquiera de las otras cosas que habían estado ocurriendo.

En ese momento un nuevo corte de luz. Nacho tomó una de las radios que habían dejado cargando. Se acercó en ese momento a Pepe.

_Tomen las otras tres radios, quizás las necesitemos. Con la de Pepe son cinco. Pepe, si es tarde y estamos muertos, no hay nada que perder. ¿Puedes decirnos a qué nos enfrentamos? ¿Sirve que vayamos a buscar la pistola ahora? ¿Y qué decías de la gasolina?

-Ruth.. ¿What?

Tyler se dejo caer en la pared. Todo era demasiado extraño.

-¿Todo esto... tiene que ver con los dioses de sangre que tanto temia Rufus? -Sus ojos se abrieron como si hubiese perdido la cordura por un momento.- ... Si han abierto algun lugar antiguo de excavaciones podrian haber liberado algun virus... .-Las gafas se le resbalaban por la nariz larga y respingona.- ...Pero eso no explica el barco... y que fuera de la isla todo este mal...

Miro sus libros, sus manos temblaban.

-Yo solo queria alejarme de la guerra y la violencia, yo solo queria estudiar una estatua... a mermaid... 

La luz se fue. Tyler contuvó la respiración. 

-This is a fucking nightmare... 

Joder, esto cada vez da más puto mal rollo... 

Artai atendió atónito a las palabras de Pepe y le creyó de inmediato. Bajó el cuchillo y cuando se disponía a hablarle, se fue la luz de nuevo en el pazo.

Corrió hacia su habitación para recoger de nuevo la cinta con luz frontal para, al menos, tener algo de visibilidad dentro del pazo.

Tenía claro que no iba a salir al generador a arreglarlo como lo había hecho....anoche. Dios, no me puedo creer que sólo hubiesen transcurrido poco más de 24 horas desde que llegué a esta puta isla de mierda...

No habían transcurrido ni 2 minutos cuando volvió al salón con la linterna activada y el cuchillo de nuevo en sus manos. Buscó a Gonzalo y fue hacia él.

- Esto es de coña tío. Ahora Ruth es un puto demonio?. Pero qué cojones.....

El cabreo de Gonzalo desapareció súbitamente al ver la cara de Pepe al mencionar a Ruth. Era muy poco creíble que la delicada joven fuera la causa de todo esto. Para empezar había estado en el pazo en todo momento cuando mataron a Cecilia, llorando como una magdalena al enterarse de la noticia, y desde luego no tenía la corpulencia necesaria para los destrozos que habían visto.
Pero había visto en el hospital mucha gente inventándose cosas sobre la marcha, y podía detectar más o menos cuando alguien deliraba. Y Pepe no estaba delirando; estaba verdaderamente atemorizado… de Ruth. Y no sólo eso, sino que Gonzalo le creía.

Te creo Pepe. Siento lo de antes. El barco… No estaba inutilizado, sólo lo habían golpeado bestialmente pero aún se podía navegar. Aún hay esperanza… Si salimos de este pazo.

Miró al resto de personas de la sala mientras iba a por una de las radios y se la colgaba en el cinturón. – Bien pensado, Nacho. - Tyler estaba en shock con la situación. Y salvo Ana, Iago, Artai, Tyler y Nacho, no creía que ninguno de los demás fuera a ser capaz de defenderse de una Ruth endemoniada en su estado actual. – Gregorio, coge a Irina y a Daniel y esconderos en la habitación de Anne. En un armario, o lo que se os ocurra; no tiene ventanas así que lo que sea hay fuera no llegará a menos que nos hayan matado a todos antes… - Eso daba unas muy estrechas posibilidades a los más débiles de aguantar un poco más y, sobre todo, de no entorpecer al resto.

Por su parte, se aferró a su cuchillo, aunque al escuchar a Pepe comentar la inutilidad de tal arma, no pudo sino recordar a Pablo sosteniéndolo en la mano con todas las tripas por el suelo. Y estaba seguro de que Pablo habría sabido utilizarlo mejor que él. Sin embargo no había mucha alternativa… - La habitación de Roberto tiene una ventana, y nos expondríamos a un ataque. Como de quien quemó a Estela… Y no estoy seguro de que la pistola esté ni siquiera allí. Pero es cierto que necesitamos armas de calidad. ¿¿Qué hacemos, Pepe?? – El bombero parecía una persona muy capaz de afrontar una situación como la que estaban viviendo y Gonzalo confiaba en su criterio. Además de que era el que parecía saber más sobre lo que les amenazaba.

Artai estaba tan flipando como él con todo lo que estaba ocurriendo. Gonzalo trató de sonreírle para transmitirle un poco de tranquilidad, pero sólo le salió una mueca extraña. - Esto es una puta locura, bro… Pero creo que Pepe es de fiar…

Se preparó mirando en dirección a las habitaciones con ventana, para apoyar a Pepe en la vigilancia de lo que pudiera entrar.

     Está... están ahí fuera. Pepe giraba sobre si mismo casi como si olfateara el aire y de repente se lanzó contra la puerta de entrada al pazo. Cerrar todo! ¡CERRAR TODO! repitió con un grito más agudo de lo esperado en un hombre de su tamaño.

     Un golpe contra la puerta hizo que esta se abriera ligeramente pero inmediatamente Pepe volvió a cerrarla y buscó una forma de impedir que se volviera a abrir.  Alguien, o algo, ha sido capaz de mover la pesada puerta de madera junto con el cuerpo del bombero. Un nuevo golpe hace que Pepe suelte un gruñido por el esfuerzo de mantener la puerta cerrada.

Artai corrió de inmediato tras el primer golpe. Pepe estaba con sus brazos tensos como cuerdas haciendo fuerza para mantener la puerta cerrada pero se veía claramente que, sea lo que sea lo que estuviera intentando entrar, tenía una fuerza sobrehumana.

- Pepe, voy. Aguanta....

No tardo ni 5 segundos en recorrer los 15 metros que le separaban de la puerta y copio la posición de su compañero para duplicar fuerzas.

- ¿Pero que cojones es esto Pepe?... 

Al ver a Pepe arremeter contra la puerta, Gonzalo se activó como un resorte girando hacia el psicólogo - Nacho, ¡dame la llave! - y corrió hacia la habitación de Estela como una exhalación, por segunda vez en ese día. El tiempo para la desconfianza se había acabado. - ¡¡Tyler, ven conmigo, rápido!! - La pistola de Roberto podía ser su única esperanza contra el animal que estuviera fuera arremetiendo contra la puerta. Rezó por tener tiempo suficiente y que lo que fuera que estuviera a las puertas tardara en pensar en dar la vuelta al pazo para entrar por las ventanas. Mientras corría, le hizo una seña al resto de los presentes para que atrancaran la puerta que daba a las habitaciones individuales con todo el mobiliario que fuera posible. Cuando volviera haría lo propio con la de la habitación grupal.

Artai estaba haciendo toda la fuerza de la que era capaz y, de repente, se dio cuenta que la puerta tenía una hendidura para poder poner una barra de hierro y bloquearla por dentro.

Solo que la barra ni estaba ni se le esperaba...

Artai dio un rápido vistazo por el salón buscando algún objeto que pudiera encajar en el hueco de la barra y.... Bingo. Junto a la chimenea había un tablón con ganchos para colgar los chubasqueros. 

Eso serviría. Estaba convencido.

- Pepe, necesito que hagas un esfuerzo. Voy a dejarte para ir a por ese tablón. Creo que podemos bloquear la puerta con eso.

El mecánico corrió hacia el tablón, lo descolgó (joder, como pesaba el condenado...) y agarró también el atuzador de la chimenea. Volvió a la puerta en un santiamén.

- Pepe, a la de 3 te apartas y colocó el tablón. 1, 2... Y 3.

Pepe dio un salto hacia atrás y Artai colocó el tablón. Eureka!!!. Encajaba a la perfección. 

Una vez el tablón estuvo en su sitio utilizo el atizador para hacer palanca y reforzar el cierre de la puerta.

- Parece que por aquí ya no puede entrar nadie... O eso creo....

La situación pasó de ser tensa a ser lisa y llanamente desesperada. Aún Pepe no había explicado qué era lo que estaba ocurriendo, pero allí afuera había algo con una fuerza sobrehumana que estaba intentando entrar al pazo y no parecía que se pudiera hacer demasiado para detenerla.

En cuanto vio cómo se movían las puertas e incluso el cuerpo de Pepe, Nacho se dio cuenta de que no podrían sostener esa situación simplemente haciendo fuerza.

Se acercó a la mesa más larga que vio y arrojó al piso todo lo que tenía encima para luego comenzar a arrastrarla hacia la puerta de entrada. En ese momento Gonzalo le pidió la llave. Nacho se la dio y vio cómo iba hacia las habitaciones, pidiendo la compañía de Tyler.

_¡Cierren todo! Todas las puertas de las habitaciones con llave.

Que igual sería inútil. Las ventanas no tenían rejas y si la pesada puerta de madera apenas resistía, las de las habitaciones durarían lo que un suspiro.

Al menos Artai consiguió algo para reforzar la puerta de entrada antes de que Nacho pudiera acercar la mesa para ese fin. El problema eran las otras entradas.

_¿Iago, cuál es el lugar más seguro aquí? ¿O hay alguna salida secreta o algo por el estilo?

¿Si había un pasadizo secreto en el faro por qué no en el pazo?

     Iago volvió al salón llevando de la mano a Anne que aún adormilada iba vestida con un pijama rosa de franela y llevaba puestas unas deportivas. Mira todo con los ojos enrojecidos y todavía no entiende qué está pasando. 

     A la vez Gonzalo y Tyler fueron hacia el pasillo de las habitaciones dobles en busca de la habitación de Roberto y su mujer viendo que no era posible cerrar esos pasillos con nada ya que no tenían puerta y tan solo un gran biombo permitía abrir y cerrar el acceso al salón 

     Ana, haciendo caso a la petición de Nacho cogió las llaves que le señalaba Iago para cerrar todas las habitaciones que por suerte mantenían cerraduras "de las de toda la vida" en vez de electrónicas y pronto se oyó el chasquido de los seguros de las puertas. 

     En la puerta Pepe, desconfiado, seguía apoyado sobre la mesa que había llevado Nacho y agradeció con un gesto el refuerzo de Artai. Dos fuertes golpes fueron seguidos de silencio cuando esta vez la puerta no se movió ni un centímetro dejaron claro que por ahí, al menos por el momento, no entraría nadie... ni nada.

     Gregorio lloraba histérico abrazado a la Señora Irina que seguía con la mirada perdida en la nada, el salón contaba con barrotes de hierro en las ventanas y no sería posible atravesarlos fácilmente, las habitaciones de Iago y Anne también tenían barrotes mientras que el resto, como se había dado cuenta Nacho, tan solo se protegían con batientes de madera que podían cerrarse por dentro. Esos pasillos fueron añadidos tiempo después de la construcción original del pazo y no se pensó en que fuera necesaria una seguridad adicional ya que nadie vive aquí. 

     Oís un ruido de cristales al romperse, el grito de Ana y un golpe contra una de las puertas seguido de otro grito de la mujer. 

     La habitación de Roberto y Estela sigue con un fuerte olor a quemado... a carne quemada. Es sumamente desagradable y llega a haceros lagrimear los ojos. Todo está tal y como lo dejasteis, las mismas huellas del paso del fuego, los mismos restos. Tan solo la ausencia del cuerpo de la mujer que se hace más patente cuando en la alfombra veis la zona perfectamente dibujada de donde cayó, su alrededor quemado y una figura en posición fetal en negativo.

     A lo lejos se escucha cómo Ana va cerrando las puertas y sabéis que debéis daros prisa para encontrar lo que buscáis.

Nada más llegar a la habitación, Gonzalo torció el gesto al notar el agrio olor a carne quemada, similar al que tantas veces había olido en quirófano pero con una intensidad tan grande que le hizo entrecerrar los ojos llorosos. Sin embargo, su misión estaba grabada a fuego en su mente y nada podía hacer que se retrasara. Tenía que buscar el maletín de la pistola; esto se le tenía que dar bien; al fin y al cabo era como las misiones de búsqueda de objetos a contrarreloj que organizaban con los scout, y en las que tantas veces había dado la victoria a su grupo. Incluso el lugar, un cortijo rural, le recordaba a sus juegos. No así el castigo si no conseguía encontrar la pista, que en este caso sería terrible.

A primera vista no encontró nada que pudiera contener el arma, pero con un vistazo posterior vio un contenedor que podía tener el tamaño adecuado, abriéndolo rápidamente con la llave. Al visualizar el arma se la dio inmediatamente a Tyler.

- Toma, yo no sé ni cómo funciona esto y no tengo buena puntería; ocúpate tú de llevarla, yo llevaré el resto de munición y el maletín si quieres para si hace falta... - En ese momento oyeron los cristales y el grito de Ana desde el otro ala. - ¡¡Vamos a cubrir a Ana, que necesita ayuda; corre Tyler!!

Todos iban cumpliendo con su rol en toda aquella locura de acuerdo a sus posibilidades. Era de esperarse que Iago quisiera ocuparse de su mujer y que Gregorio e Irina... bueno, fueran ellos.

Entre Artai, Pepe y Nacho consiguieron detener la invasión por un frente. El problema era que si algo sobraba en ese pazo eran frentes, posibles zona para ingresar.

El grito de Ana ponía de manifiesto que cada vez tenían menos tiempo. Y había gente que se guardaba información, información que en ese momento valía incluso más que el músculo.

_¡Ana, deja eso, ven aquí! Pepe, tú pudiste salvarte de estas criaturas. ¿Cómo lo conseguiste? ¿Tienen algún punto débil? Y tú, Iago, no me respondiste. ¿Cuál es el mejor lugar aquí para resistir? ¿O hay alguna otra salida que podamos usar?

Tyler siguio a Gonzalo, disciplinado, sin preguntar, estaba acostumbrado mas que le pesara a recibir ordenes. 

Tomo el arma no sin pensar "¿Creen que todos los americanos saben usar armas?" Se detuvo un segundo, comprobo que el seguro estuviera puesto y que el cargador estuviera lleno y bien colocado "Mierda, soy un esterotipo mas, gracias papa"

Tyler asintio, tomando el arma con las dos manos, apuntando siempre al suelo, pero listo para disparar en cualquier momento. 

-Roger

     A la luz de las luces de emergencia Tyler salió al pasillo con la pistola empuñada con la habilidad que da la costumbre, se notaba que no era la primera, ni la segunda, que levaba entre las manos y algo parecía haber cambiado en su mirada mientras avanzaba cruzando los pasos, tras él y procurando no estorbarle iba Gonzalo más pendiente de localizar a Ana que de otra cosa.

     Mientras en el salón un nuevo golpe hizo retumbar la puerta y esta vez parecía llevar más fuerza, aún así la puerta con el refuerzo de Artai y la mesa que había empujado Nacho parecía aguantar. Pepe miró a Nacho cuando le preguntó y movió la cabeza de forma negativa yo he huido de esa... esa... mujer! cosa! no sabría como llamarla. Tenía articulaciones donde no debía y un instante después parecía una mujer salida del mar, como una sirena de los cuentos, pero con la mirada más fría y diabólica que haya visto en mi vida. Ella se llevó a Ruth y le hizo algo porque la muchacha cambió, vi como destripaba al tipo del sombrero con sus propias manos. No se si algo lograría detener a esa... mujer.

     En el pasillo donde Ana había estado comprobando que todas las habitaciones estuvieran cerradas la mujer gritaba mientras sujetaba una de las puertas tras la que se oía el golpeteo sobre la madera y una risa descontrolada. Las llaves que llevaba ahora estaban tiradas en el suelo porque sus dos manos intentaban sujetar el picaporte mientras hacía fuerza con las piernas evitando que se abriera.