Partida Rol por web

Saga Germánica - Mater et Domina

Inicio - La Alianza de Triamore (1190)

Cargando editor
10/09/2012, 23:12
Flindebrand el Afortunado

-Apenas he hablado con ellos, pero sé que están buscando nuevos miembros, así que no veo porqué no iban a aceptaros... -se encoge de hombros, parece que no se le haya ocurrido la posibilidad de que desconfíen del numeroso grupo de magos y no les acepten- Los señores de los castillos a veces tienen derechos sobre los bosques, siendo así pueden decretar que nadie pueda cortar leña ni cazar y lo dejarían tranquilo, al bosque, digo. Aunque supongo que no sería una medida muy bien recibida entre el pueblo, que necesita la leña para calentarse en invierno y la caza para combatir el hambre... -añade poniendo una expresiva mueca.

-La montaña, bueno, no es el pasado ni el futuro, es un lugar de Arcadia con reflejo en nuestro mundo, aquí mismo, en las Ardenas. Pocos la visitan si no es obligados, encadenados o secuestrados. Tal vez hasta a mi se me acabara la suerte si se me ocurriera ir allí. No, no, guardaos de ese lugar, jóvenes magos.

Cargando editor
11/09/2012, 12:44

Ossorio hacia ya unos meses que no tenia noticias de su querido "benefactor" lo cual de todas maneras era de agradecer para su salud, ya que el buhonero aun cojeaba ostensiblemente de su pierna derecha debido al utimo trabajo que habia realizado para él.

- ¿Para que diablos querria las llaves de la despensa de la mansión del conde? - se preguntaba amargado cada vez que un pinchazo subia desde la pierna hacia la cadera.

Y ademas por si no fuera poco esos malditos sueños de un castillo que se levantaba poderoso dominado un rio y cuyos cimientos eran las raices de un arbol, un avellano de aspecto reseco y debilitado al que parecia que un solo golpe de viento podria derribar. Y alli abajo entre las raices se encontraba él, Osorio, el cual jamas habia plantado ni una patata, regando y echando tierra a las raices acompañado por un grupo de gente a la que jamas habia visto en su vida.

Y el sueño en si no era inquientante. Lo malo era que era tan intenso que no le dejaba descansar por la noches y solo disminuia cuando caminaba hacia la oeste, en dirección a la región boscosa de Ardenas, la cual ya habia vistado hacia unos años y por eso creia reconocer el perfil del castillo de su sueño.

Asi que caminando, caminado y preguntando a la gente nuestro buen buhonero, el cual aprovecho para hacer alguna venta por aqui y otra por alla, conocio a alguna buena moza e incluso congenio con una generosa y divertida viuda de la zona llego hasta la fortaleza de sus sueños. La cual por cierto parecia mucho más frecuentada y con mayor actividad que en aquellos en los cuales la tranquilidad y la quietud reinaban.

Cargando editor
13/09/2012, 09:32
Director

La zona, lejos de estar muy transitada, estaba más bien despoblada y desprovista de buenos caminos, lo que no era de extrañar dado que la orografía era más bien agreste. Las Ardenas no son conocidas como un lugar de comerció, sino como una zona difícil de atravesar. Sólo uno o dos ríos eran medianamente navegables y eso hacía que las poblaciones se concentrarsen en sus riberas. Y como no podía ser de otro modo, fue en una de ellas en la que te cercioraste de conocer algunos detalles sobre los habitantes del castillo al que ya casi llegabas: el castillo es normal, sí, y sus guardias, pero hay varios de sus "sabios" que no lo son tanto. Uno lleva ahí 40 años, y ya era viejo cuando llegó, otra nunca va a misa y otro era un viejo que siempre estaba metiéndose en problemas, luchando como un loco a pesar de su edad. Y había otros, todavía peores, pero de los que ya hace tiempo que no se escucha hablar. Uno, un tipo vestido con túnica azul y una barba blanca larguísima, amenazó con anegar el pueblo. Como si fuera un brujo. Tal vez lo era. Debió marcharse...

Y con estas nuevas tan maravillosas, más inseguro que antes (¿o tal vez más entusiasmado?), dejaste que tus pasos siguieran hacia el castillo. Tenían razón, no es un castillo nada inusual, viejo, pero construido en buena piedra, en relativo buen estado de conservación y algunos guardias, tal vez no tantos como debiera, aunque todo el mundo sabe que los soldados son caros y ningún señor quiere tener demasiados en tiempos de paz.

Pero no logras quitarte de la cabeza lo de los extraños sabios del castillo. ¿Tal vez ellos podrían contarte algo sobre tus dones? (o maldiciones, pues así te lo parecen a veces), o quizás incluso supieran cómo quitártelos o ayudarte a controlarlos. Sería tan maravilloso...

Cargando editor
14/09/2012, 18:56
Kalonymus

..mm, si los señores pueden dictar las formas y usos de sus bosques, quizá tenga sentido ser señores de este lugar.  Le vendría bien una reacomodada al bosque y los campos y cruces de río para dar paso a las hadas, y los animalillos que tanto quieren los bjornaer... 

¿Y que nombre tiene ese lugar de Arcadia al que, te juro, ni en sueños, nos acercaremos, de verdad que no, Flindebrando?  Kalonymus estaba consciente del poder de los nombres, pero aun así sentía que era mejor sabérselo para no tropezar con este lugar en algún truco de hada, que el que saberlo lo estuviera tentando tentándolo detrás de su cabeza...   

 

Cargando editor
16/09/2012, 16:04
Flindebrand el Afortunado

-Los nombres son poderosos, Kalonymus, es mejor no utilizarlos en vano. Su señor es el que le pone nombre y escucha a cualquiera que le mencione, así que es mejor que hablemos de "la montaña oscura del bosque" o algo así, ¿no crees? Muchos males tienen origen allí... Mejor hablamos de eso otro día, ¿de acuerdo? Estaba de buen humor y no quiero chafar el día -dijo el joven archimago, zanjando alegremente la discusión con una sonrisa en la boca.

-Bueno, veamos, seguro que queréis que os hable de Triamore y sus habitantes. La Alianza es un castillo y sus habitantes, casi todos, simples mundanos, tal vez un poquito más listos y educados que la mayoría, pero no mucho más. Los magos que viven allí son dos: Albrech, un viejo Jerbiton a las puertas de la muerte. Sí, muerte, me extrañaría mucho que acabara su vida con un Crepúsculo final. Es un noble que se hace pasar por noble, vaya cosa. Pero es muy sabio, da buenos consejos mundanos y es como un compendio de toda la heráldica e historia mundana que queráis. Tiene mil historias que contar y de ellas se puede aprender siempre, si se presta un poco de atención. Luego está Daria la Gris, una señorona Tremere, mandona, como todos los Tremere entrados en años. Es la que mantiene junta la Alianza, la mágica, es su corazón. Sin ella Triamore sería sólo una fortaleza. Con ella, es una Alianza todavía con cierto peso en el Tribunal. Oh, sí, se me olvidaba, todavía tiene otro miembro, aunque sólo falta quitarlo del registro, porque está en Crepúsculo final desde hace algún tiempo. Pietro era un Flambeau del Tribunal de Roma que se apuntaba a todas las batallas. Ahora... digamos que guarda las murallas. ¿Preguntas?

 

Cargando editor
16/09/2012, 20:15
Kalonymus

Si, yo.  Kalonymus levanta la mano, pero no está viendo a Flindebrando, sino distraído observa una hoja de encino que le llamó la atención.  Aun así habla, en dirección a la planta para no dejar de examinarla, volteándola de un lado al otro, oliéndola, jalándola para ver cuan flexible es... Varias, pero comienzo con 4 si me lo permites, una por cada esfera o reino o realm, como se diga...  Usando su germano nativo para esta última palabra, hace énfasis desenfadado en que sabe poca teoría mágica en el latín, la lingua franca de la orden...

La mágica: ¿Porqué no se hicieron de aprendices ellos, para tener una nueva generación de magos a su estilo y forma; o te pidieron reunirnos a nosotros, como renuevos para una huerta con árboles viejos a los que se les olvidó apartarles semilla, o que la echaron antes pero la dispersó a otros lares el viento o la pisotearon los animales...?

La mundana: ¿Cómo la llevan con los señores, reinos e imperios vecinos: conflicto, paz, tolerancia, desdeño, velo? 

La faérica: ¿Hay algún regio faerico aquí por el castillo y sus tierras, o quienes son los tipos de hadas más queridas o temidas en la zona?  Tu debes conocerlos todos bien.  Si no, no creo que nadie lo supiera.  Es reverente del conocimiento del archimago.

La divina: ¿Van ganando aquí los ángeles o demonios, o están empatados o no les importa -por el momento- el area y su gente?  Parece casual, pero quien lo conociera bien sabría que Kalonymus así actúa cuando algo realmente lo preocupa...

Cargando editor
17/09/2012, 17:08
Flindebrand el Afortunado

-Jajaja, Kalonymus, buen sodal, estás lleno de curiosidad... -rió el archimago de buena gana, tomándose bastante bien la avalancha de preguntas. A ver, por partes:

-De la mágica sé poco más de lo que se cuenta por el Tribunal, que cuando fundaron esta Alianza ya eran magos maduros, algunos ya habían tenido hasta aprendiz. Ninguno de los aprendices supervivientes (porque no todos superan los rigores de la prueba del Aprendiz o de la vida) se estableció en la Alianza. Para aclarar ese punto yo hablaría con Daria, aunque de todas maneras seguro que ella misma querrá dialogar con vosotros -algo ineludible, por lo visto.

-De la mundana, igual que de la mágica, a parte de que no me interesa demasiado. Por lo que yo sé la Alianza ha evitado la mayoría de guerras, bien por habilidad política, bien por estar apartada. El especialista en eso es Albrech, yo ni idea, la verdad -un encogimiento de hombros acompañó el final de la frase.

-La feérica, mi especialidad... Hay trods, caminos de los duendes, o más bien debería decir que *quedan* trods. La zona no está muy poblada y todavía quedan bosques, así que puede que la cose perdure todavía un buen tiempo. Pero la zona no es fuertemente feérica. La capitalidad de los duendes en la zona es el bosque a donde os he conducido y las montañas que se vislumbran. Si podéis ver muy lejos en el horizonte es que no estáis cerca de las zonas feéricas, esas están escondidas. Menos la montaña, claro... Aquí, a campo abierto lo que hay es duendes hogareños y de los cultivos. He visto que todavía respetan la tradición de no cortar la última parte de la cosecha, para dejar un lugar donde vivir a los duendes. Eso está bien -una sonrisa se dibujó en sus labios, placido por ese conocimiento.

-Y de lo divino y lo infernal hago lo posible por mantenerme alejado. Son temas demasiado espinosos, más de lo que pueda llegar a ser ninguna política mundana. No-no-no-no-no, no me preguntes sobre esas cosas. La casa de Dios en las iglesias, en cada ciudad y pueblo, y el Demonio en el corazón de todos los hombres. El resto es cosa de cada cual -terminó Flindebrand, apretando los labios en signo de disgusto.

Cargando editor
17/09/2012, 23:20
Erik

Erik se sorprendió al escuchar a Liat. Que más tendría que hacer por ese aprendiz? Le había salvado el culo y ahora estaba decaído? Liat a veces se comportaba un tanto extraña: enviarme a proteger a ese chico...
La cara de Erik era un libro abierto. Se mostraba el disgusto por tener que hacer de mamá de un jovenzuelo, pero si Liat se lo pedía, lo haría.

-Pfff, cómo quieras. Espero que no seas tú la que necesites mi filo. No te pongas demasiado en peligro, quieres? - La verdad es que en el poco tiempo que llevaba con la mercante le había cogido bastante cariño.

Cargando editor
17/09/2012, 23:26
Wulf

Wulf caminaba silencioso al lado de sus compañeros. La verdad es que no le hacía demasiada gracia estar en un castillo, y sabía que tampoco le haría mucha gracia a la responsable del lugar, Daria, que un salvaje y una loba deambulasen por el lugar. Sinceramente, esperaba poder huir de ese lugar y instalarse cuanto antes en el bosque. Se sentía siempre tan encerrado en los lugares humanos... Aunque le hubiesen enseñado a hablar en un lenguaje común y a estar entre humanos dignamente, no podía comparar la libertad de espíritu cuando estaba en el bosque. Junto a las plantas, notando todo el bosque crecer. Wulf mira a Fildebrando y Kalonymus. Les gustaba demasiado hablar. El ser humano hablaba demasiado.

Cargando editor
18/09/2012, 02:05

Próximo a Findelbrand y Kalonymus, cabalgaba Ludovico, prestando atención de una fomra aparentemente casual, a todo cuanto respodia el archimago, sin perder palabra de las preguntas que realizaba Kalonymus, pues no solo de respuestas se podían obtener informaciones, las preguntas en ocasiones mostraban más que las propias respuestas y de momento mostraban a Kalonymus como un mago muy inquieto.

Supuso que al llegar al Castillo obtendrían nuevas respuestas y más preguntas, así que prefirió cabalgar en silencio prestando atención a sus Sodalis para conocer más sobre ellos, era importante si quería tratar adecuadamente con cada uno de ellos.

Durante un tiempo observó a Ultramontano, pensando en como un mago podía acabr de esa forma y no hacer nada por remediarlo, tal fuese consecuencia de un crepusculo y lo cierto es que pese a que tenía intres por saber la historia que había tras ello, pensó que no sería oportuno en ese momento, así que esperó a que más adelante se produjese un momento propicio.

Observando a sus Sodalis se percató que un grupo importante tenía vinculaciones con la naturaleza, por lo que presintio que ellos se sentirían muy cómodos en ese lugar, aunque el no creía que fuese su lugar, no obstante estaba allí para convertirse en un Mago, no un loro.

Cargando editor
18/09/2012, 02:18

Llevaba a lomos de su caballo desde primera hora de la mañana, como casi todos los días, se dirigía hacia el sur, donde había un pequeño castillo en el que pediría hospitalidad al noble del lugar para pasar la noche, como casi todas las noches, por suerte, su codición de noble le permitía beneficiarse de ese tipo de hospitalidad y aunque no todos los nobles se comportaban igual, era suficiente para poder dormir bajo un techo.

 

Cargando editor
18/09/2012, 13:31
Director

Llevas semanas viajando por el Imperio, en busca de encontrar el origen de tus visiones y calmar tu alma. En pocas palabras se te podría describir como un caballero errante, uno de tantos nobles de baja cuna que buscan la protección de un noble mayor o bien esperan su oportunidad de entrar a formar parte de un ejército, donde asumirían un puesto de comandancia o al menos un lugar entre la caballería. No es muy feliz la vida de un caballero errante, pero lo cierto es que pese a todo tienen sus privilegios y rara vez pasan verdadero hambre, aunque uno puede verse envuelto en peleas si no va con un poco de cuidado.

Alternan los días en los que te sabes un poco más cerca de tus visiones con aquellos otros oscuros en los que te preguntas qué demonios estás haciendo con tu vida. De momento ganan los positivos, de manera que has avanzado estos últimos días a buen paso y llegaste cansado y hambriento al castillo de Albrechschloss, donde tu "alta" cuna te abrió sus puertas, a disgusto de Heinrich, el maestre del castillo. El insolente hombrecillo ha tenido la osadía de dejar caer poco sutilmente que debería pagar su estancia, especialmente si quería recibir atenciones especiales, porque el castillo no se podía permitir gorrones. No con estas palabras, claro, pero está claro que o bien el maestre es demasiado osado y no sabe refrenar su lengua o bien está harto preocupado por las cuentas de la fortaleza.

Sea como fuere, este es tu tercer día de estancia en el lugar y procuras rehuir en lo posible a Heinrich, que por fortuna parece tener muchos asuntos que atender. El trato es bueno, los soldados extraordinariamente civilizados para lo que suele ser la escoria humana que suelen mantener esos puestos y el señor del castillo te han dicho que no puede recibirte porque está indispuesto. Un techo bajo el que dormir, tu caballo bien cuidado, comida saludable y algunas mozas lavanderas con las que "hacer migas". ¿Qué más se puede pedir?

Notas de juego

Tú dirás si haces algo más especial.

Cargando editor
20/09/2012, 22:10
Filiberto

Filiberto se hallaba dando clases a los jovenes de la alianza intentando hacerles aprender para que fueran útiles pero hoy no estaban muy interesados en aprender. Ya había cambiado de sitio al joven folco para que dejará de hablar con su compañero de pupitre pero daba igual pues se había puesto a hablar con su nuevo compañero con el mismo impetú.

Sin embargo unas voces y ruidos por los pasillos los sobresaltaron pues los guardías avisaban de que un grupo de gente se acercaba a la alianza de Triamore. Así que acompañado de los muchachos subió a las almenas para observar lo que ocurría al igual que muchos otros habitantes de la alianza. Allí se encontraron con el ínfame Uwe Torbogen quien les saludo con un gesto de cabeza y señalo con el dedo el grupo. Era un grupo numeroso y había que empezar a hacer los preparativos así que envío los muchachos a avisar a los magos, por si nadie lo había hecho aún. Seguro que nadie se habría atrevido a avisar a la vieja Daria así que le pidio al joven folco que fuera a avisarla. Por alguna razón el muchacho no parecía tenerle miedo a la señora Tremere. Y también avisar a las cocinas porque seguramente se quedarían a comer, además de tener que darles alojamiento y tratar sus monturas... si, había mucho que hacer. Pero lo primero sería hablar con el viejo Albrech y su mayordomo Heindrich.

Cargando editor
20/09/2012, 22:17
Bastian Klinsmann

Bastian caminaba con el resto del grupo con porte regia y ergida. Realmente estaba orgulloso de lo que habían conseguido y el futuro que se abría ante ellos. No dudaba de que en ese castillo les tratarían bien y les darían alojamiento, y si lo que decía el guapo mago era cierto tal vez pasaran a forma parte de esa "alianza".

Así que avanzaba en silencio mientras disfrutaba de la belleza del lugar, de sus bosques y sus caminos intentando averiguar todo lo que pudiera sobre el lugar porque tenía pensado salir a dar una batida por los alrededores en cuanto fuera posible. Tal vez algunos de los presentes o los habitantes de ese lugar quisieran acompañarlo.

Cargando editor
20/09/2012, 23:04
Kalonymus

¡Ey Ludovico! Dicen que un Jerbitón no se considera digno de su casa si no se sabe el nombre de todos los condados vecinos de su Alianza, con todo y su línea de sucesión hasta el 5to rango.  

Y que ya luego empieza a mirar con la frente en alto a los demás cuando se sabe el nombre y la sucesión de todos los vecinos de los vecinos de la Alianza...  Así que... -le aviento para que la atrape una de las manzanas silvestres que he recogido-  la pregunta mundana se pasa ahora para tí. -le sonrío- ¿Quienes son los 5 condados que colindan con el bosque y el castillo Triamore?  Y... ¿de que color son sus escudos? por decir algo...   El 5 me lo inventé, a ver si cae...

 

Algo me hace pensar que seremos un Alianza de dos polos: unos en el bosque y otros en el castillo, y puedo ver quien se siente bien donde.  Ludovico y Excelsius, seguro.   Wulf y yo, obvio, ¿Saeros?, si decide quedarse.  Se me hace que esto de la Alianza no lo acaba de convencer al lince, aunque haya hecho sus votos.  A Bastián más bosque que castillo, seguro, pero si lo veo de cuando  en cuando sentado en la mesa de Triamore con platos rebosantes de pollos dorados y tarros de cerveza chorreando espuma.    

Ultramontano no se...los conforts del castillo lo aliviarían del corpus más que la dureza del bosque, igual que a Oina, pero los ojos de las hadas son menos prejuiciosos y quizá estarían más tranquilos allá con nosotros; al menos algunas temporadas.  mm, igual y las nandines de marsh querrán bailar de nuevo con Ultramontano, hay que asegurar que las visite... jaja.  

Desheret, la veo igual en ambos lados.  Brujesca que se le ve, pero quiere a su hombre cerca.  El Flambeau no ha dicho ni pio.  Algo raro tiene, y no es el aura.

Mmm, lo importante será mantener los puentes entre ambos focos de nuestra casa bien fuertes y transitados.  Con esta nueva forma podríamos ser una Alianza que hiciera historia de verdad.  Pero si nos falla, podríamos acabar siendo una más de aquellas que se dividen en dos manadas y no logran hacer mucho con el transitar de los años...

Por mi parte, si, mucho puente... debe haber, si.    Me gusta eso de ser de los señores del castillo para ordenar bosques y campos como las hadas mandan.  Más armonía faérica seguro traería más bienestar a siervos y amos por igual, seguro.   Y sin el castillo bien seguro y fuerte, el bosque no lo estaría tampoco, ¿verdad? ante embates mundanos y divinos.  Así que si, a vivir en el bosque y pasar ese puente mucho.  -se busca convencer a si mismo Kalonymus.

Un castillo fuerte. -volteo a ver la estructura que ya se divisa en su colina, con un poco de desmayo-  Este no se ve tanto así, por el momento, ¿o si? Hará falta trabajo, al interior y el exterior.  Ah, eso me recuerda mi pregunta.  Nuestro callado Ludovico puede ser uno de los mejores bastiones externos, espero, cuando crezca, cuando todos crezcamos. (Por lo que dice Flindebrando, Albrecht no nos durará demasiados.)  Pero no lo hará si no lo acicateamos, así que...

¿Ludovico?  ¿Ya repasaste los pergaminos de tu mentem?  Dinos al menos a que Rey o Imperio responden, y porqué...

 

Cargando editor
21/09/2012, 10:59
Joss

-Joder, ¿qué coño pasa? -exclamó el capitán Joss, abriéndose paso entre los soldados de las murallas para ver de primera mano quién se aproximaba a la fortaleza. Tras unos instantes en los que aguzó todo lo posible la mirada (una mirada partida por un ojo afectado por una de tantas heridas) volvió a blasfemar- Mierda, fíjate en eso, vaya comitiva. ¿Ya habéis avisado a Daria? ¡Joder, os lo tengo que decir todo! ¡Tú, Will, deja de tratar de escabullirte y mueve ese culo flaco tuyo hasta la puerta de la señora! Dile que se acerca como media docena de sabios de lo más variopinto. Y se educado. Y vosotros, ¿no deberíais estar estudiando o algo? Dejad libres las almenas, este no es lugar para niños -sentenció echando una última mirada a los muchachos y su profesor antes de abandonar las murallas por una de sus escaleras.

Cargando editor
24/09/2012, 23:52

- Quizas en este lugar haya mas de una oportunidad para mi - penso Osorio mas animado y avivo su paso hasta llegar a la puerta de la fortaleza intentando no estorbar al grupo de gente que se estaba arremolinando ante el porton y no estorbarlos con su mochila llena de cacharros, potas y demas utenislios.

- Buenos dias señor, buenos dias. Que la gracia de todos los santos sea con vos - decia a todo aquel que se cruzaba con el. Y espero a que los guardias dieran paso a la comitiva para despues pedir entrada y cobijo para su persona.

Cargando editor
27/09/2012, 01:38
Filiberto

El viejo filiberto descendió hasta la entrada principal y observo los ánimos de los soldados. No parecían estar preocupados por lo que seguramente no parecían ser un peligro evidente pero eso no los descartaba aún de toda sospecha.
Desde una mirilla pudo observar mejor al grupo y se sorprendió de que fuera tan numeroso y tan variado. Sin duda toda esa gente tendría algo interesante que contar y serviría para romper la monotonía de la alianza.

Emocionado se volvió hacía el interior de la alianza a la espera de que alguien diera su consentimiento para dejarles entrar o al menos quisiera hablar con ellos. Ya estaban cerca de la puerta...

Cargando editor
27/09/2012, 01:57
Kalonymus

 

Kalonymus alcanza a a ver a los niños en los parapetos y los saluda de lejos agitando las manos y luego haciendo un remedo de reverencia para que se rian... 

 

Cargando editor
27/09/2012, 10:55
Joss

La Alianza, como pasaría en la mayoría de fortalezas, sufre cierto revuelo ante la inminente llegada de visitantes. Teniendo en cuenta que el rumor de que son "sabios" se había extendido como la pólvora, el revuelo era mayor todavía, así que los que no tenían nada urgente que hacer se asomaron más o menos discretamente al patio para echar un vistazo con sus propios ojos.

-¿Qué pasa, joder, que no tenéis nada que hacer? -exclamó el capitán de armas. Los habitantes de la fortaleza, sabedores de que no podían tocarles sin que sufriera las consecuencias, no le hicieron mucho caso, no así los soldados.

El soldado que había ido a informar a Daria la Gris vuelve para hablar con el capitán.

-Ya, ya, me lo temía... ¡dejad pasar a los sabios! -exclamó a los guardias que se encargaban de custodiar las puertas.

Y cuando por fin llegó la comitiva de magos ante las puertas de la Alianza, ya estaba el maestre del castillo, Heinrich, para paliar la falta de educación de su compañero el "capitán".