Partida Rol por web

¡Pero si no era retórica!  ¡Es lo que verdaderamente siente mi corazón!

Kalonymus estaba a la vez sorprendido y apenado ante la reacción.  

Esto es, hasta que ve a Bastián aguantándose la risa.  Y le empieza a dar risa también, de si mismo. jajajaj Sólo se imagina cómo lo vieron.  

Creo que estas comunidades herméticas no funcionan como las cortes faericas, donde lo mío hubiera pasado como normal, o hasta quizá demasiado simple.  Bien me lo decía Mandrágora: "No todos tienen mente de hada."  y yo sin oírla, caray.  

Va, de ahora en adelante menos palabras, menos significados, más sucinto todo.

Y cuando Ludovico termina su propia presentación, lo voltea a ver de reojo, se apunta a si mismo con el dedo índice, en el esternón, luego mueve las manos en círculos como indicando magia, y abre la boca en silencio deletreando primero una "ELE", luego una "O", "R", y finalmente una última "O", apuntándose de nuevo a si mismo, riéndose en silencio y obviamente haciendo referencia a la conversación que habían tenido al salir del bosque, y en el camino, donde su sodal se preguntaba si querían ser magos o ser...

bueeno.

-Disculpe, Daria, antes de nada, ¿Es cierto lo que dicen de que abandonó el Tribunal ibérico por desavenencias con sus superiores Tremere y que se tuvo que ganar el derecho a estar en este Tribunal a través de su pater? -una sonrisa socarrona hizo acto de presencia en el feo semblante del leproso.

-¿¡Cómo tiene la osadía de preguntarme semejante cosa, mentecato!? ¿Cómo se atreve? Demuestra una clara falta de juicio y no estoy dispuesta a que alguien así forme parte de mi Alianza. Queda usted vetado –dijo Daria recuperando la compostura hacia el final de su intervención.

-Lamento que el compañero haya sido tan descarado, pero creo que la pregunta sigue siendo lícita. Si fuera usted tan amable de...

-¿¡Será posible!? ¿Es que los parens de hoy en día no enseñan modales a sus aprendices? Usted también queda excluido por empecinarse en se maleducado. No obstante voy a contestar, para que aprendan lo que pueden las malas lenguas: mi mater, Leaena la argéntea, archimaga de Tremere, era una maga venerable y bondadosa. un ambicioso mago Tytalus le obligó a imponerle su 7º reto de archimagistratura y le venció. Como supongo que sabrán, eso no suele hacerse por educación, porque acaba con los privilegios que conlleva... Protesté ante el Tribunal, pero el recién nombrado archimago era influyente y mis quejas fueron desoídas. Sólo quedándome el honor, recurrí a lo único que me quedaba: el Certamen. Lo reté en el propio Tribunal y para mi desgracia fui derrotada, humillada públicamente. Hubiera recurrido a la Guerra de Magos, pero mi mater me convenció de mudarme de Tribunal. ¿He satisfecho su curiosidad? Espero que sí, porque el veto no lo voy a levantar.

-Daria, por favor, creo que hablo en nombre de mis compañeros excluidos cuando le pido que recapacite...

-¿¡Otro!? ¿Será posible? –interrumpe nuevamente la veterana maga- Vetado. ¿Alguien más tiene duda de la implacabilidad de mis decisiones? ¿Acaso no sabíais que mi sobrenombre viene por la semejanza de mi carácter con el acero?

-¡Renuncio! –dijo el seguidor de Flambeau visiblemente en desacuerdo con Daria y fiel a sus propios ideales, que aparentemente debían diferir de forma notable con la actitud de la maga.

-¡Y yo también! ¡Prefiero crear una Alianza de cero que estar bajo las órdenes de alguien como usted! –dijo Oina, visiblemente alterada.

-Y dos pusilánimes. No echaremos en falta a unos magos incapaces de encajar algunos reveses. Tal vez les haya herido en su orgullo de magos inocentes e inexpertos... Queridos magos restantes –dijo Daria volviéndose hacia los magos que ya se habían presentado y lo habían comportado correctamente hasta ese momento- no se asusten. Este hecho no ha sido tan malo “per se”, se han depurado los aspirantes y ahora quedan aquellos capaces de entender lo que es la educación o al menos de contener la lengua... Además, así tocará más vis a repartir. Y las condiciones de entrada no son nada malas: 25 peones de vis anuales a repartir entre los miembros “aurora”, acceso ilimitado a la Biblioteca de la Alianza, un laboratorio básico y una asignación anual de 2 libras de plata para sus gastos, más allá del material de escritura, laboratorio y manutención, que corren a cargo de Triamore. Si quieren ampliar, mejorar o personalizar el laboratorio los costes corren por su cuenta, aunque Heinrich seguro que puede hacerles un préstamo o algo. Bienvenidos a Triamore.

Y con estas palabras Daria os había despachado, ya como miembros “aurora” (“amanecer”) de la Alianza. Todo había sucedido tan rápido que alguno de vosotros más que morderse la lengua, no había acertado a cerrar la boca... Daria había mostrado parte de su genio y si algo era no era precisamente pusilánime. Sin duda había sido ella la artífice de la renovación de la Alianza.

-Bueno, aquí acaba mi tarea –dijo Flindebrand el Afortunado, rebajando la tensión visiblemente sólo con sonreir amablemente a la Tremere- Como ya sabes soy un mago muy ocupado, así que debo partir ya. Vamos, chicos, os acompaño fuera –comentó refiriéndose a los excluidos- Os deseo suerte al resto –finalizó.

Su rápida retirada quitaba del punto de mira de Daria al Flambeau, cuya vena hinchada en la sien no indicaba nada bueno, antes de que ocurriera alguna desgracia irreparable, y recogía a los demás y tal vez les diera una nueva dirección. Aún con lo poco que le conocíais, Flindebrand parecía proclive a hacer algo similar. Quien sabe, tal vez les dijera dónde poder construir una nueva Alianza...

Bastian escuchaba en silencio y perplejo ante lo ocurrido. El pasado de cada uno es propio, algo intimido y apegado a otro tiempo. El pedirle a alguien que te hable de tu pasado es descortés y esta mal visto. Esa confianza e intimidad hay que obtenerla con la convivencia, el respeto y el trabajo diario. ¡No se puede exigir algo así!
Si tanta curiosidad tenían podían haber preguntado antes a Flindebrand el Afortunado y no hacerlo ahora.

Sin embargo bastian había tomado una decisión, y esa era pertenecer a este lugar. Ya era hora de dejar el bosque y tener un lugar al que llamar casa, un refugio al que acudir en invierno y donde poder experimentar sus limitadas artes mágicas cuando no estuviera ocupado corriendo por el bosque.
Y si este lugar no le satisfacía siempre podría marcharse, no sería la primera vez que un mago abandonaba una alianza.

Kalonymus se quedó sorprendido por el intercambio de fuego, tan rápido, tan repentino. 

¿Habrían sido enviados estos mis sodales como ataque personal de aquel archimago Tytalus que mencionaron?  No, no creo.  No entiendo bien las políticas de tribunales, pero si eso fue, habría sido mucho gasto para hacerlo, demasiado venir hasta acá y pasar ceremonias y caminatas sólo para venir a ofender a Daria.  No creo.  Flindebrando lo hubiera notado y cortado de tajo antes de llegase a este desenlace tan agrio para todos, hasta para nosotros los aceptados. 

Y el comentario tan inocente de Saeros, o la pregunta de Desheret.  Mal planteados, si, mal tiempo, pero no merecían un veto dado a gritos, como en defensa; defensa como con olor a miedo a mi parecer.  Soy el primero en admirar a quien defiende a su parens, pero la princeps disparó vetos como arquera con aljibe lleno, en medio de un sitio.  

¿Será así ella? ¿Como despótica, aparentemente autoritaria en estas y otras decisiones?  No me darían ganas de estar aquí en Triamore si así fuese, pero no voy a contribuir ahorita a este impulsivo desatino de vetos y renuncias.  Mejor calladito me veo más bonito.

Y luego hablaría con calma con Daria, obvio si.  Averiguar si habrá Consejo y mesura en otras decisiones, averiguar si Triamore se parecerá más a una de esas Universitates más horizontales, aunque con orden, que a una abadía autoritaria romana.  Debo saber si tenemos a un Carlomagno o a una Barbarroja aquí en nuestra nueva Alianza, o si Daria aceptaría ser como Enrique I de Inglaterra y creáramos un Charter of Liberties para Triamore.  Si no, pues me regreso al bosque y ya.  Sin ofensa. 

Después de la intervención de Flindebrando, tan campante él y todo, y el extraño discurso de Daria al estilo de: "entre menos burros más pienso", donde nos mencionó el vis adicional que nos tocaría a los aceptados, como para que no nos fuéramos tampoco, me empiezo a sospecho algo: 

¿Habra más bien sido este desafortunado evento como un fuego de campo que se corrió con el viento de malas palabras y mal tiempo?  Casi como una maldición que se cerniera sobre la misma Daria, echada por alguien más.  

Mmm, si, quizá si es el archimago de Tytalus el culpable, pero como una  maldición echada sobre nuestra princeps a distancia, de no poder atraer nunca Daria a nadie a su ayuda.   Eso explicaría porque están en su invierno tan solos aquí en Triamore 

Y que raro que sólo los Merinitas, y el Bjornaer más activo en la fiesta del árbol, fuimos inmunes al efecto.  Y Ludovico y Excelsius también estuvieron muy muy participativos también en la fiesta.  ¡Eso ha de ser!  Algo de faerico hubo en esta resistencia a la "maldición de Daria".  Y Flindebrando lo sabía o lo quería probar.  Hace sentido: protección faerica contra el repeler a los renuevos.  De ahí su cara de aparente tranquilidad ante lo acontecido.  ¡Y lo probó el méndigo!

Siendo así, ...si fuera así..., ninguna maldición política me va a echar de un lugar donde hay tanto que trabajar.  Ya verá quienquiera que está detrás de esta presunta maldición que aquí si construímos una buena comunidad de magos.  Se lo debemos al bosque y las hadas, a la Orden y a la gente, si señor.

Bueno, eso y a mantener cualquier despotismo a raya.  Pero todo se puede. 

Y así, armado de mitos y sospechas, Kalonymus aceptó la oferta de quedarse en Triamore, poniendo manos a la obra de su laboratorio en cuanto los nubarrones del enojo se dispersaron del castillo.  Faltaba un año para la siguiente Walpurgisnacht.  Habría tiempo para reencontrarse con sus sodales perdidos y averiguar si lo de la maldición de Daria era cierto o no.  Todo un año.

Había tiempo.

Una vez superada la aceptación de Daria la Gris, el resto parecía "coser y cantar". Pese a todo, quedaban muchas preguntas en el aire, muchas cuestiones no planteadas, otro mago a quien visitar, aunque no fuera imprescindible y puede que muchos mundanos de la Alianza (o de fuera) a los que conocer. Triamore era una fortaleza no muy grande, pero bastante llena de vida, en especial si se comparaba con otras Alianzas de la Orden. Quedaban muchas cosas que hacer y conocer antes de que volviera a tocar renovar los votos ante el árbol feérico.

La cuestión era: ¿Por dónde empezar?

Wulf mira hacia sus compañeros excluidos. No sabía si para bien o para mal había sido una veta muy selectiva. Habíamos sido pocos los que la habíamos pasado por tan sólo presentarnos.
Sería algo importante empezar a conocer cosas sobre Daria la Gris y sus actitudes frente a todo. Algo que Wulf también valoraba mucho era el reconocimiento del terreno, así que lo primero que haría, en silencio con su preciosa loba sería caminar por el castillo intentando hacer un mapa mental. Evidentemente, la pareja salvaje se encargaría de buscar si había alguna salida más o menos oculta que pudiera ser útil en alguna posible escapada. No le gustaba estar en un castillo, en ninguna edificación humana de hecho. Prefería el bosque que había no muy lejos, y si podía hacer alguna escapada sin ojos que le viesen, sería un buen descanso para su alma salvaje.

Kalonymus pidió presentarse ante Albrecht e invitó a Ludovico a acompañarlo.  Si el viejo Jerbitón era el mago experto en tratar con mundandos, ¿quien mejor para contarles sobre las relaciones de Triamore con los vecinos?  Quizá tuviera un mapa de los condados y reinos circundantes.  

Luego buscaría a Pietro, al justador-estatua en crepúsculo.  Era importante presentarse formalmente con los tres magos que conformaban Triamore.  Ellos eran los renuevos y lo más valioso de toda Alianza no eran sus objetos mágicos, sino sus magos.  Así le había dicho su parens.  En este caso invitaría a Bastián a acompañarlo; seguro a su sodal bisonte le interesaría hablar de los lugares claves de la zona en cuanto a batalla y defensa se refiere.  

Luego buscaría a Heinrich, el mayordomo de Triamore, el que los recibió, para saber sobre el resto de la gente, de la economía y la sociedad del castillo, las familias que lo conformaban.  Esta fortaleza, como decía su hermana, estaba en tantos tipos de cruces que era mejor hablar con mucha gente diferente para verle todos los ángulos.  Un poco como hacían ahora Wulf y la lobux en lo físico, rondando el castillo y sus terrenos.

Y claro, pidió audiencia con Daria.  Era importante saber más sobre su estilo de gobernar, y sobre la posible maldición que tenía encima... 

Bastian quería conocer los laboratorios de los sodales, había oído hablar de esos sanctasantorum y tenía curiosidad por conocerlos. También le interesaba la cuadra, conocer a los exploradores y las cocinas. El resto no era tan importante para él.

Bastián, ¿me acompañas con Pietro?

¿Como? - bastian responde sorprendido ya que no esperaba que nadie le pidiera que le acompañara. Bueno, creo que tienes razón y que debería presentarme ante el resto de miembros de esta alianza. Así que si, te acompañaré.