Partida Rol por web

A medida que os acercáis veis como el barco no es que esté desarbolado, si no que está bastante dañado y lo que pasa es que la verga se ha caído flotando al lado de la embarcación. Parece un milagro que el barco esté aún flotando. Lo más curioso es que los daños parecen haber sido causados por un arma enorme, que ha arrancado de cuajo partes del barco, o quizá haya sido una tormenta enorme que ha golpeado con violencia la embarcación.

Cuando ves a las ballenas te llama la atención una cosa. Por debajo de esas ballenas ves una enorme sombra blanca que las sigue... Más grande que el langskip más grande del que hayas oído hablar.

En cuanto ves el barco te fijas que está muy dañado, parece un milagro que flote. Su verga está flotando en el agua, así que no ha sido desarbolado a posta. Lo más curioso es que los daños parecen haber sido causados por un arma enorme, que ha arrancado de cuajo partes del barco, o quizá haya sido una tormenta enorme que ha golpeado con violencia la embarcación. Además, te fijas en que debe de haber un hombre ahí. Un hombre que parece muy atareado y que se mueve de un lado a otro muy rápido.

Tus conocimientos militares te dicen que no sería muy inteligente combatir en alta mar, donde se podrían dañar valiosas naves y los hombres enontrarían una muerte horribles ahogados pasando a pertenecer a Njord y no a Odin...

Según os acercáis os vais poniendo nerviosos, el barco está muy tranquilo y podría ser cualquier cosa... Desde una trampa a un barco fantasma, una ilusión.... 

Hunkel miro la embarcación que tanta conmoción causaba con cierto desdén, no entendía cual era la preocupación, y muchos menos consideraba que todo aquello tuviera importancia, salvo claro, si fuese una trampa y cayesen estúpidamente en ella.

-Si los dioses quisiesen a esa tripulación muerta, no hay nada que podamos hacer para evitarlo, y si los dioses los quisieran muertos seguramente se hubieran hundido con todo y su embarcación. En muchos momentos la curiosidad puede ser una hermana de la estupidez- sentencio el hirdman mientras seguía contemplando el horizonte sin prestarle mucha importancia a todo aquello.

-Dudo que el Jarl esté de acuerdo en que perdamos el tiempo en esto. Tenemos un deber que cumplir y es mucho mas importante que esto. Pero si la curiosidad les carcome las tripas, al menos disimulad su hambre. Avancemos a distancia y dejemos lo suficientemente atrás a la embarcación como para que parezca que no nos interesa lo que allí haya sucedido. Si hay una trampa, no estarán nada contentos- Detalló Hunkel sin realmente importarle si le hacían caso, aunque ya había cogido su escudo para afianzarlo en su brazo izquierdo, consciente de que si había alguien hostil esperándoles allí, poco tiempo tendría para prepararse.

La actitud de todo el mundo era de predisposición al lugar lo que empezó a poner nervioso al hombre de la tierra que acabó explotando:

-Esto es una puta mierda, de necios es acercarse. ¡No es a eso a lo que hemos venido por Odín! -Exclamó alzando su brazo- Si varados están o son víctimas del azote de Thor en cuyo caso hay que estar alejado de su ira y hacer un sacrificio en su honor. Y si tienen al infame Loki podrían esperar para emboscarnos y abandonarnos a nuestra suerte en ese leño flotante. Yo digo que marchemos y les dejemos al abrigo de los dioses.

Mejor será no contrariar a estos hombres tan decididos a la par que precavidos. Pienso antes de sentenciar con mis palabras, dando por sentado que el resto me obedecerá por naturaleza... cuando quizá no tiene por qué ser así, aunque sin duda resulta notable mi experiencia en el liderazgo.

-Efectivamente, no vamos a cambiar nuestro rumbo ni a abordar ese barco en ruinas. -temo que bajo esa cubierta malvados espíritus nos aguarden, pero esto no puedo mostrarlo... -Tenemos una importantísima misión que cumplir, y no perderé nada de tiempo cuando la vida de nuestros hermanos está en peligro, si puedo evitarlo. -en el borde agarro una cuerda con la diestra y mirando a mis hombres añado: -Tomaos esta visión como una advertencia, no estamos de paseo en primavera. 

Me acerco a la scalda y más cercanamente le digo: -Lamento no poder complacerte, bella dama, más cuando aun así debo hacerte una petición: pídele al bueno de Njord de nuestra parte que nos permita surcar su reino en paz hasta alcanzar nuestro destino, te lo ruego. Lo haría yo mismo, pero prefiero oír tu melodiosa voz. -se deja notar el cumplido y la adulación en mis palabras, pero mi ladina sonrisa no puede evitar mostrar una actitud de superioridad como si el resto existiera para complacerme.

Me dirijo a todos-Estoy contigo joven Vlödi, de alguna manera extraña pecibí un ser que perseguía a esas ballenas hace tres días, algo más grande que el suelo que estamos pisando. No quise darle importancia pero ahora este barco destrozado me hace estar más seguro de que esto es un presagio de los dioses. Fijaos en los daños del barco, ningún arma humana podría haber causado esto. Su verga está flotando en el agua, así que no ha sido desarbolado a posta. Aun así creo que se os escapa algo, puedo ver abordo de los escombros a un hombre desquiciado, corriendo hacia todos lados. No se que quieren los dioses de nosotros en estos momentos pero lo dejo en tus manos Vlödi.-

Coloco mi mano suavemente sobre mi arco preparado para asestar una flecha a cualquier cosa que pueda esta ahí abajo. 

Ösvif confirma lo que escasos segundos antes había apuntado. Ese barco no es ninguna trampa ni ningún peligro, es una embarcación acabada por no decir metafóricamente hundida. Por lo que asiento a sus palabras sabias de viejo de mar.

Mi decisión de abordar la embarcación parece que no gusta entre los componentes de la embarcación. Hunkel e Ivar en seguida dicen que es una locura...

-¡Sois unos cobardes!- les grito yo ante sus propuestas. -¡Si los dioses nos ponen algo delante es para que lo hagamos frente no para que lo flanqueemos!.- se puede notar mi tono despectivo a la vez que amenazante, mi furia hace eco en mi cabeza hasta llegar a mi voz.

Pero al escuchar que el hijo del jarl está de acuerdo con lo que dicen decido callarme. No por miedo, no por respeto al heredero sino por cautela. No contesto al hombre porque en seguida interviene su consejero y decido esperar a ver si cambia de opinión.

-Honorable Vigfus... Luego querrás que cuente grandes hazañas pero... a este paso contaré alimañas.- cuento mentalmente todos aquellos que no son valerosos guerreros.

Me sorprende y desagrada la actitud de Helmi. -Vaya Helmi, con estas palabras no puedo sino apenarme de que tú seas la única scalda a bordo. Sinceramente espero que no haya sido más que un inafortunado impulso femenino.* Pero te advierto, mujer: no vuelvas a dirigirte así a mis hombres sin motivos de peso. Yo seré el primero que juzgue la cobardía, pues no tiene hueco en mi tripulación; pero debes aprender que la precaución es un signo más de sabiduría. -al hablarle a ella lo hago con clara dureza y autoridad, pero no con mucho mal humor; dentro de lo que cabe intento ser no muy duro con ella.

-Buen Vigfus, bien temprano comienzas a mostrar tus aptitudes, me alegro enormemente y te lo agradezco. Igual de seguro estaba antes de mi decisión, con la información que tenía, como lo estoy ahora de mi nueva determinación al saber esto. No es de honor dejar a un hombre necesitado a las puertas de Hel, para que sea el hambre o la soledad lo que le alejen del Valhöl por toda la eternidad. Vamos a subir a esa embarcación y a prestarle ayuda, además de aprovechar para saber algo más de lo sucedido. -intento que parezca que mi actuación es solo fruto de la lógica, la autoridad y la sabiduría, cuando en realidad me afecta bastante la opinión de todos ellos por igual e intento tenerles a todos contentos.

Tras oir las palabras de Vlödi y Vigfus, Yngrar agarro su lanza de manera que pudiese atacar a cualquier cosa que asomase por las aguas. Yngrar no deseaba enfrentarse a ningún monstruo marino, pero si así era, el vencedor sería Yngrar pues poseía la bendición de Odhin.

-Mi señor, si alguna extraña criatura se deja ver en las aguas, mi lanza la dará caza hasta que perezca. Si es así -mirando a Helmi- espero que que esa historia se haga famosa hahahaha. 

Yngrar calló rápidamente y enfocó todos sus sentidos a las aguas; no permitiría que ese ser fuese el primero en atacar. No obstante, se olvidó de ocultar su cara de preocupación.

¿Cobardes?, ya veremos si la skalda se lanza al combate cuando llegue el momento, pensó Hunkel para si mismo. Si Vlödi creía que no daba la apariencia de dejarse llevar por las críticas de una Skalda, no era el caso, al menos no para Hunkel, para él era claro que su líder era tan frágil emocionalmente, como una rama que se agita con el viento, y los vientos en aquellas duras tierras solian ser muy fuertes.

-¿Y quien será el primero en abordar señor?- exclamó el Hirdman que si bien obedecería, no tenía cara de estar de acuerdo.

Ösvif al escuchar las palabras de Vlödy inicio la maniobra para acercarse al barco

-¡¡RECOGED VELA!! ¡¡SACAD REMOS MALDITOS ARAGANES!!

Enseguida toda la tripulación obedece y comienza a actuar como si fueran uno con perfecta precisión

Al llegar a una distancia prudencial en la que ambas bordas quedan paralelas, todos veis a un hombre fornido, de estatura media, moreno, que se afana en achicar agua de la nave. El Snekkjar tiene, sorprendentemente, solo una vía por la que entra agua, la cual le llega a los tobillos a aquel hombre, pero el estado del barco es lamentable. Le faltan cachos de borda y hay sangre por todos lados, incluso se puede ver alguna extremidad flotando en el agua. El marinero de repente se da cuenta de que estáis ahí, se yergue y con voz firme os habla.

-Lo que me faltaba... ¿No seréis piratas? Porque es lo único que podría mejorar mi día

Ahora os fijáis mejor en él. Lleva ropas cómodas y humildes, de su cinto cuelga un hacha, sus ojos transmiten fiereza, así como las cicatrices de su cara. 

- Supongo que si no me habéis abordado aún no seréis lobos de mar. Me llamo Harald hijo de Harald de Klepp y como veis estoy en apuros. No soy hombre al que le guste pedir favores, pero... Necesitaría vuestra ayuda para no pudrirme en estas crueles aguas. Si pudierais ayudarme a reparar, aunque sea lo justo, mi "Hendedor" os estaré agradecido.

Mirando a Vigfus digo: -Me alegro de que al final hayamos abordado. -entonces paso al barco destrozado, mojándome los pies, y en alta voz ordeno a los marineros: -¡Traed algo para ayudar a este buen hombre! ¡Vamos! -mi intención es que mis hombres vean que no tengo ningún reparo en mancharme las manos como cualquier otro. Entonces me dirijo al desconocido y mesándome la barba digo: -Saludos, soy Vlödi hijo de Horlf, el jarl de Rohald. En cuanto a la reparación deberemos estudiar nuestras posibilidades y recursos para ayudarte. Para saber eso deberemos preguntar al experto: Ösvif, ¿qué opinas? -le pregunto al veterano marinero antes de volver a dirigirme al recién conocido Harald: -Por cierto Harald, ¿cuál es tu historia? -si no nos fuera viable la reparación podríamos invitarle a navegar con nosotros, pero antes debemos saber cuanto podamos de él y sus circunstancias. Pienso para mí.

-Antes de ayudar a este hombre cabría preguntar qué ha hecho para merecer semejante... día. No me gustaría que usásemos nuestras reservas para reparar la nave de quien ha insultado a los dioses o ha sido maldito -sentenció el "enano" Otrygg sin molestarse siquiera en presentarse o abordar la "Hendedor".

Era de todos sabido que el artesano por excelencia de Rohald carecía de toda empatía y era perfectamente capaz de hablar mal de una persona presente, no le causaba ningún remordimiento ni incomodidad. Al menos había que reconocer que solía ser de lo más sincero.

-Amén a eso buen hombre. -Le apoyó Ivar emperrado en su terquedad y sus formas directas. Entonces señaló al superviviente con su dedo índice. -Claro está que los dioses os han dado la espalda. A quién habéis ofendido que hasta Hela rechaza darte su abrazo.

Hunkel miraba los cielos sin que la vida de aquel hombre le importase realmente, y no obstante, le habló, aunque sin mirarle -¿Y como esperas exactamente que te ayudemos a no pudrirte en estas crueles aguas? La verdad es que se me ocurren muchas ideas, y ayudarte a achicar el agua es la mas estúpida de todas ellas- concluyó el Hirdman sonriendo para si.

Sonrío a medio asta al ver que mis embaucos dan su fruto y consiguen hacer que el hijo del jarl ordene abordar el barco. No sin antes recibir en mi mismísima cara el reproche del mismo al llamar a los suyos cobardes pero ¿quién son los que están dudando ahora de las decisiones del jefe, no son esos a los que defiende de mis improperios?

-Buena decisión futuro jarl, rectificar sí que es de sabios.- digo mientras me preparo para nada más estar al lado de la embarcación saltar a ella. -Yo seré la primera, no me importa.

Pero al llegar, mi idea de ser la primera se ve truncada por el mismo Vlödi que ha decidido ser el más valeroso de la tripulación. Vuelvo a sonreir pero esta vez con cierto orgullo. Detrás de él soy yo la que me mojo los pies y empiezo a andar por la cubierta de la "Hendedor".

Escucho con atención a Harald, no encuentro mentira en sus palabras pero tampoco encuentro lo que quiero. Espero sinceramente encontrarlo con las respuestas que de a nuestro líder. Mientras espero miro por la embarcación, buscando rasguños, señales de violencia, incluso por el casco quizá signos de algún ataque sobrenatural y es que las palabras del sabio Vigfus me han hecho estremecer. "Quizá mis cantos de valkiria han atraido al mismísimo Lyngbakr."