Partida Rol por web

El hombrecillo asintió complacido Bien , bien,  dijo mientras aplaudía eso está muy bien, claro que sí. Por supuesto, debes saber que no lo tendrás nada fácil, jovencito. Nuestro querido N'gonna dijo mientras hacía un ademán con la mano para señalarle también ha decidido que desea esa armadura. ¿Verdad?

El enorme gigantón apartó la mirada, casi como si se avergonzara de ello  Sí. Lo he... decidido.

El día todavía no había dejado de dar sorpresas. Nachi creia que N´gonna sería alguna especie de instructor, no un adversario.
Estaba claro que tenía un físico impresionante y estaba adaptado al terreno. No sería de facil. Nada facil. Pero Nachi estaba resuelto a lograrlo.

No se qué pasa, pero está claro que hay algo raro aquí. Sea como sea, conseguiré la armadura y devolveré todo lo que le has quitado a esa pobre gente.

Muy bien maestro. No esperaba que fuera facil. Pondré todo mi empeño, y más aun, en ello.

Aunque Nachi fue estigo del cruce de miradas entre el fornido N'gonna y la joven que se sentaba bajo el trono del Maestro, no cmprendió su verdadero significado, y desechó aquella preocupación para más adelante.

EL hombrecillo del trono se incorporó y aplaudió dos veces, acción que provocó que un sirviente entrara de inmediato en la estancia.

Prepáralo todo para que nuestros campeones puedan competir. Vamos, date prisa insistió con gesto despectivo. El sirviente corrió a cumplir las órdenes del Maestro como si el diablo lo persiguiera, y mientras tanto, el propio Huargo- pues no se le había indicado otro nombre-  acompañó afuera a Nachi y a N'gonna.

Y bien, joven   inquiiró  ¿qué noticias traes del lejano Japón?

Nachi tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para sonreir y no apartar la mano del Huargo.

Pues lamento decirle que no tengo demasiadas noticias o historias que contarle, maestro.
mientras estaba en la Fundación entrenaba todo lo que podia para hacerme más fuerte y no tenía tiempo de divertirme.
Y durante el viaje hasta aquí, he estado muy enfermo en el barco.

Oh, vaya exclamó con fingida aflicción el Maestro Lamento oir eso. ¿qué te ocurrió, si puede saberse? No quisiéramos que una epidemia se extendiera por la aldea, ¿verdad?

Nachi sonrió brevemente.

No es nada de que preocuparse maestro. Simplemente era la primera vez que viajaba en barco y me maree mucho. Pero desde que llegué a tierra firme me encuentro mucho mejor.
Listo y preparado para empezar mi entrenamiento,

Poco tiempo después, el criado regresó informando de que todo estaba listo. El maestro lo despidió, y salió al exterior junto con los dos luchadores. N'gonna y la joven que se sentaba junto al trono compartieron de nuevo una extraña mirada.

Al salir al exterior, Nachi pudo contemplar cólo una decena de criados...si es que eso eran... había preparado a toda prisa un pequeño campo de torneos, dividido en varios sectores. Cada sector parecía destinado a una actividad: dianas hechas con ramas y paja contra las que se apoyaban varias lanzas rudimentarias, piedras enormes de vistintos pesos, y hasta una arena circular presta para el combate.

Bien, bien, mi estimado invitado interrumpió sus pensamientos el maestro Como es lógico, puedes escoger por dónde empezar. N'gonna estará encantado, ¿no es cierto?

El gigantón se limitó a asentir con la cabeza...

Nachi se extrañó al ver tantos campos de torneo.

Creia que los caballeros sólo peleaban con su cuerpo. No con armas.´

Pero al ver como el Huargo esperaba una respuesta suya, y viendo que tendría que enfrentarse quisiera o no a N'gonna. Al final se decidió. No sabía nada de su adversario por lo que prefirió tantearlo un poco.

Muy bien, si hay que enfrentarse en todas las pruebas dejaré para el final el cuerpo a cuerpo y empezaré por las lanzas.

Bien pues, anunció el extraño Caballero del huargo, sentándose sobre un ostentoso palanquín de hueso y oro que hizo traer a varios siervos, a los que les tocó además soportar su peso.. ¡Que comiencen las pruebas!

N'gonna se acercó hasta el lugar dónde las lanzas se apoyaban contra el suelo, recogió tres y se alejó varios metros. Tras arrojar la primera de las lanzas, que impactó con fuerza en el centro de la rudimentaria diana de paja, retrocedió una docena de pasos, y lanzó la segunda. El proyectil saalió muy desviado, pero aquel fallo, lejos de arredrar al joven indígena, le insufló fuerzas.

N'gonna repitió por tercera vez la operación. echó hacia atrás el musculoso brazo y proyectó la lanza hasta que ésta salió disparada. El arma de asta partió la diana por el centro con un sonoro crack...

Nachi quedó sorprendido con la fuerza de N´Gonna. Las lanzas tenían pinta de pesar lo suyo, sin embargo el guerrero las levantaba y lanzaba con facilidad.
De todas formas, no podía dejarse aminalar por eso. Tenía una misión que cumplir y lo haria.

El joven se sacudió el cansancio y con paso firme y decidido recogió una de las lanzas, se acercó a la marca para la primera lanzada. Echó hacia atrás su branzo y con un fuerte y rápido movimiento clavó la primera lanza en el centro de la diana.
Con una nueva lanza en mano retorcedió la docena de pasos hasta donde N´Gonna realizó su segundo disparo.
Nuevamente cogió impulso y otra diana.
Lo había hecho bien, pero Nachi no quería pecar de orgullo. Así que tranquilamente tomó una nueva lanza y volvió a alejarse otro poco hasta donde estaba su contrincante.
Otra vez echó el brazo hacia atrás para coger potencia, pero esta vez, aunque pasó cerca, el tiro erró.

Nachi se llevó la mano izquierda a su hombro derecho. Al parecer se había hecho daño. La voluntad es fuerte, pero el cuerpo tiene un límite físico.

Vaya. Esta última está muy lejos. Ha sido un magnifico tiro el tuyo.

Por única respuesta , el fornido N'Gonna gruñó un asentimiento. Luego se volvió hacia los dos retos que quedaban por afrontar, mientras en su improvisado trono, el caballero del Huargo jaleaba a ambos competidores.

N'Gonna parecía esperar a que Nachi eligiera una nueva disciplina. Los ojos del gigantón estaban fijos en el suelo, y realmente nada en él parecía querer competir. El porqué de su comportamiento se escapaba al joven Nachi, que como invitado, debía volver a escoger.

Como N´Gonna no elegia nueva prueba, Nachi no tuvo más remedio que escoger. No le gustaba la idea pero no había otro remedio. Ya había evaluado la destreza de su adversario, ahora tocaba la fuerza. Se acercó al lugar donde estaban las enormes piedras para despues girarse al gigantón.

Tú primero por favor. Insisto.

Creo que lo mejor ha sido dejar la pelea para el final. Espero no estar demasiado cansado para entonces y hacer un buen papel.
La verdad es que lo mio es más la agilidad y la velocidad antes que la mera fuerza bruta. Espero no hacer mucho el ridiculo. No creo que le sentara bien al "maestro".

Estaba preocupado también por la actitud de N´Gonna. Era extraña, parecia como si le sentara mal competir. Quería hablar con él, pero estaba claro que no querría hacerlo delante del dueño del lugar, tendría que pillarlo en algún momento a solas.

N'Gonna asintió cuando Nachi le pidió que comenzara. El joven aborigen realzió los tres intentos sin ganas, limitándose a levantar la pidera de turno del suelo, y a lanzarla sin esfuerzo aparente unos metros más allá.

El maestro del Huargo entrecerró los ojos al ver lo que hacía su pupilo, para acto seguido comenzar a increparle. Maldito seas, N'Gonna ¿qué crees que estás haciendo?

El hombrecillo descendió del palanquín de hueso, maldiciendo entre dientes y se acercó a los dos contrincantes. ¿Tengo que recordarte lo que pasará si pierdes? gruñó junto al enorme luchador nativo, sin importarle que Nachi lo escuchara. La mirada feroz del maestro contrastaba con la preocupada de N'Gonna, que buscaba a la joven que dentro del palaecete se sentara junto al líder tribal...

Nachi creia entender lo que pasaba. Al parecer el caballero del Huargo le estaba coaccionando con la muchacha. No sabía bien qué hacer, no quería perder, pero lo mismo estaba en juego la vida de alguien inocente. Al final decició ser fiel a sí mismo y hacerlo lo mejor que sabía, como siempre.

El joven se acercó a las piedras y levantó la primera, con mucho esfuerzo pero logró levantarla. En cuanto la dejó caer sus últimos rescoldos de energia se agotaron, fue incapaz de mover siquiera las otras dos y cayó de rodillas.

Buf, no puedo más. Estoy agotado.

Jadeando se levantó con dificultad y se acercó a N´Gonna y al "maestro".

¡Maldita sea, basta de esta charada! gritó enojado el Caballero del Huargo, dándose la vuelta y encarándose con Nachi No se porqué no te has esforzado en esta prueba, muchacho, pero no pienses que será sencillo ganarte la armadura del Lobo. Acto seguido, el hombrecillo se alejó, furioso, de regreso al palacete, con su séquito tras él.

El hombretón se acercó a Nachi, que aúns eguía algo confundido.

Te agradezco que no me humillaras dijo por primera vez articulando más de dos palabras. No quiero luchar contigo, pero no tengo más remedio, espero que lo entiendas. Sin embargo, a pesar de todo, tengo honor. Si alguna vez necesitas ayuda, pídemela.

La reacción del caballero del Huargo dejó aun más confundido. Cuando N´Gonna se acercó a él y le explicó un poco lo que pasaba fue atando cabos.

Tranquilo, no tienes por qué darmelas. He venido a por la armadura del Lobo y no pienso irme sin ella, pero eso no quiere decir que tenga que avasallar a mis contrincantes. Es más, me he dado cuenta de la situación del pueblo. Si necesitas que te ayude pidemelo.