Partida Rol por web

Buenos dias, Isaac!! Digo amablemente al trastornado obseso del ejercicio Parece que has amanecido lleno de energia... Me giro y poniendome la mano sobre los ojos intento averiguar de donde viene ese estraño sonido Viene alguien...

El sonido se acercó cada vez más, mientras el rítmico jadeo de Isaac al hacer ejercicio continuaba. Finalmente descubrieron el origen del ruido: una motonieve tansportaba a un único ocupante, que llegó junto a ellos en pocos instanes.

Cuando el motorista se quitó las gafas de nieves y la capucha que portegían su cara, comprobaron que se trataba del maestro Crystal.

Isaac enseguida dejó de ejercitarse y se reunió junto al maestro, quien puso buena cara al verle tan sudoroso nada más amanecer.

Buenos días, muchachos dijo mientras entraba a la caseta. No está mal, supongo que si no habeis muerto congelados ya es algo dijo inspeccionando las reparaciones.

Sí, bueno. Ha costado bastante trabajo, y más sin tener ninguna ayuda  maldijo entre dientes Isaac en clara referencia a que Hyoga no le había resultado útil. Si Crystal lo tomó así, no dio muestras de ello.

Bien...  deberíais terminarlo esta noche, para que el calor no se os escape mientras dormís. Pero valdrá. aprobó el maestro ¿Estais listos para comenzar vuestra preparación?

Mi corazon dio un vuelco, por fin me convertiria en caballero, ni siquiera preste atencion al engreido muchacho. Por supuesto maestro, estoy listo!!!

Tsk... claro que sí  respondió indolentemente Isaac  Aunque no creo que éste dure demasiado

Bien, bien, ya veremos  murmuró Crystal    Lo primero que debeis demostrar es vuestra resistencia. En lo alto de aquel pico  dijo señalando una altísima cumbre cercana he colocado dos espadas de hielo. Cada uno debe trarme una. Pero debeis correr hasta ellas... sin más ropa que la que llevais ahora mismo.

Isaac partió a toda velocidad. Posiblemente el hecho de que ya llevase un rato ejercitándose contribuyó a su rápida reaccíón, ya que en cuanto Crystal hubo explicado la prueba no aguardó para salir en pos de la espada.

Hyoga, por el contrario, dudó unos segundos cruciales, pero en cuanto parpadeó confundido se repuso y salió detrás del joven.

Isaac continuaba sacando ventaja a l joven Hyoga. Su carrera ya le había situado al pie del promontorio, ya ahora tan solo era cuestión de llegar hasta arriba y hacer se con la victoria. El joven estaba tan confiado que ni siquiera echaba miradas atrás para observar a su rival.

Hyoga por su parte, aunque mantenía una considerable velocidad de carrera, sentía el aguijón del frío en todo su cuerpo, que amenazaba con entumecerle los músculos y hasta los huesos.

Finalmente, sin embargo, coniguió alcanzar el promontorio un poco des pués de Isaac, quien ya trepaba hacia la cumbre.

Vamo un poco mas un esfuerzo, puedes hacerlo!!!! me digo a mi mismo mientras me encaramos al primer saliente y parece que funciona por que un estallido de energia me impulsa.

Hyoga, por fin, logró desembarazarse de aquella sensación de eentumecimiento, y corrió en pos de su rival. Durante varios metros, el joven rubio consiguió recuperar terreno, hasta que por fin, en la cumbre, ambos aspirantes aferraron sendas hojas de hielo.

Isaac miraba con fría calma a su adversario. El maestro había dicho que cada uno debía llevar de vuelta una hoja, pero n había prohibido imperdírselo al otro a ninguno de ellos. Súbitamente, Isaac se abalanzó sobre Hyoga...

Isaac alzó el puño mientras Hyoga se acercaba jadeante a la espada de hielo que debía presentar. Sin embargo, en el último momento, el joven rubio pareció percatarse, quizá por un sexto sentido, del peligro que corría, y se lanzó hacia adelante.

Isaac erró el golpe letal que pensaba asestar, y cayó al suelo al resbalarse con la nieve...

Paeo su arma para que caiga ladera abajo y acto segido empiezo a bajar lo mas rapido que pueda Eres patetico!!!

Hyoga quiso aprovecharse de la torpeza de su compañero de entrenamientos, mas la fortuna no estuvo de su lado. Tras comenzar a deslizarse ladera abajo, tropezó con una roca oculta por la nieve, cayendo por su culpa unos cuantos metros descontroladamente.

Mientras tanto, Isaac se levantó, y comenzó su propio descenso con mayor cautela que el joven rubio. Apesar de que anteriormente se había caído, logró alcanzarle casi por completo...