Partida Rol por web

- ¡Malditos enanos!

Mi conjuro había sido empleado en vano, pero aun tenía otro que podía ser mucho más efectivo, por lo que sin dudar un momento comienzo a recitarlo.  

 Desenfunda las 2 cimitarras, no sin antes guardar el látigo enganchandolo a su cintura.

Se agacha flexionando las piernas, en posición de defensa para parar la arremetida del enano.

- ¡Hechicera!  ¡Sube y haz algo con esta maldita oscuridad!

Y más alboroto. Parecía que la juerga había acabado anoche, pero aún había gente en la taberna con ganas de fiesta. El joven hechicero miraba molesto la escena, los gritos de los allí presentes retumbaban en su cabeza como vuvuzelas en una final de futbol, y empezaba a cabrearle.

-Solo un par de horas de descanso...¿es eso mucho pedir? -pensaba para sí mientras contemplaba el numerito. Por lo pronto, parecía que alguien había robado a alguien, y la verdad, no estaba muy seguro de si realmente la elfa era culpable o por el contrario el enano y su compañero humano estaban totalmente equivocados. Si la cosa no acababa pronto, perderían un valioso tiempo que podrían invertir en la compra de los suministros que necesitaban y a Ithilon le estallaría la cabeza.

-Genial..., o hacemos algo o aquí nos quedamos Myrna. ¿Pero a quién ayudamos? -le susurraba a su compañera, con bastantes dudas de a quien enfrentarse. La verdad es que la drow y la nigromante no inspiraban demasiada confianza, solo les faltaba un par de goblins a su servicio.

Enanos. 3 para ser exactos. Los de la taberna de anoche. Taaaan ruidosos y molestos. Y una elfa oscura con problemas de ego. "Bueno, cuando no tienen problemas de ego los elfos?" me río mentalmente.

-Hmpf...- gruño por lo bajo -Pero cuanto ruido, madre mía!- protesto por lo bajo.

-Ithi, creo que hariamos bien en marcharnos a comprar, Annie debe estar esperándonos afuera, en la calle. No podemos perder el tiempo tontamente pegándonos con todos los enanos y elfos oscuros que nos encontremos en el mundo mundial- me encojo de hombros. Trato de bajar por las escaleras, intentando esquivar a los lidiantes...

El hechicero miró dudoso la propuesta de su compañera. La verdad es que esa era su intención desde el principio, el problema es que estaban de por medio, y podrían llevarse algún golpe que otro al intentar pasar por medio de la pelea, la verdad es que no le haría ninguna gracia que le estropeasen la capa con un corte, o le dieran un latigazo sin querer. Vio como Myrna intentaba pasar entre ellos, y no le quedó otra que avanzar tras ella, intentando esquivar a los inmiscuidos en el asunto.

-" Verás como al final nos dan "-pensaba, mientras no le quitaba el ojo a aquellos individuos.

 Sonrió en la oscuridad, "puff oscuridad a mi", estaba acostumbrada a luchar sin ver, entrenaba con una cinta en los ojos para agudizar todo lo posible el oído, no le era muy difícil saber la localización al menos de los enanos, aunque no veía, escuchaba el típico jaleo a chatarra cada vez que se movían los enanos, además ella también sabia crear globos de oscuridad, era una de sus dotes innatas, y lo usaba muy a menudo, para estar en clara ventaja con sus adversarios ya que su oído era bastante agudo.

Sabía que había herido a uno de los enanos, y sonrió, olisqueando la sangre, ya empezaba a activarse su necesidad sádica, mientras esa oscuridad siguiese ahí, no tendría problema en acabar con las enanos, aunque igual no le era rentable, quería luchar ver sangre y por supuesto probar la sangre de sus enemigos, pero tenia cosas mas urgentes que atender. Así que usando el sigilo propio de su raza, se intento escabullir entre la oscuridad y los enanos.

 La drow mira el tajo, perpleja, aunque no suelta ni por asomo sus cimitarras, y mira con odio a los enanos, si mordiese a uno ahora seguro que  lo envenenaba, seguidamente mira a los otros dos individuos que acaban de aparecer medio muertos también a su lado.

- ¿Ahora nos darás el oro, o quieres morir, maldita elfa? – exclamo el enano acercándose junto con el resto de su grupo para rodearlos.

Al parecer, los había tomado por un grupo de aventureros que viajaban juntos.

- Toma, aquí está el oro robado. Ya puedes marcharte – exclamo arrojando  mi bolsa al suelo frente a los pies del enano.

-Me cago en tod...!- mascullo por lo bajo al volver la luz y ver mi tajo en el costado- Pero que coño?!- tu hijoputa!! no te escapes puto cobardica de mierda! Guardias!! esos enanos y el guerrero nos han atacado sin motivo y han intentado robarnos!!- grito fuerte, señalando al grupo que estaba huyendo del lugar -Son ladrones delincuentes!

Me lanzo a recoger a Ithilon, que se está desangrando, saco mi blusa de muda de mi mochila y la uso para hacer presión sobre su herida. Intento sentarle en los escalones y echarle para frenar su muerte inminente.

-Dioses! putos cabrones como me los cruce juro que los degollaré uno a uno a esa panda de perdedores y todo por unas cochinas monedas! putos psicópatas!- sigo presionando la herida en el estomago de Ithilon.

-Hay algún paladín en la sala por favor?!- pido a grito pelado. No me atrevo a moverme para ir a buscar a Annie...- Aguanta Ithi- le suplico.