Partida Rol por web

Oye, te encuentras bien? preguntó Mercy preocupada por el repentino malestar de Noah y se apresuró a acercarse a él cuando este se sentó en la cama. Te traigo algo? Un refresco? Si es una bajada de tensión o de azúcar te vendrá bien.

Eh!Eh! Tranquilo! le dijo con una sonrisa. No tienes que explicarme lo que haces en la intimidad con tu juguetito. Le sonrió con picardía. La frase iba con doble sentido, pero sin mala intención. Tan sólo trataba de bromear un poco.

Miró divertida como se levantaba y le daba la espalda. En lugar de calmarle creo que le estoy poniendo más nervioso. El chico se salió por la tangente y dejó a Mercy un poco descolocada.

Uh? Esto... Ver una película tu y yo... Solos? Sí, claro que sí. Respondió con sinceridad a Noah. Si estás durante estas fiestas en la Uni... Yo no iré a casa este año...

No podría enfrentarme a unas Navidades allí... Sola y tan pronto. Mercy había agachado la cabeza y miraba al suelo preocupada. Tendré que llamar al doctor Marcus hoy sin falta! Le gustará saber que parece que empiezo a tener un nuevo amigo...

Mercy alzó la cabeza y miró a Noah. No quiero ser borde ni nada de eso, pero... Debo irme. El estúpido de Mike echó a perder mi comida y ahora debo ir a trabajar y pararme antes rn algún lado a comer algo rápido... 

Mercy se encaminó hacia la puerta. Ya nos veremos. Se despidió con una sonrisa y se encaminó a su habitación.

— Si, bueno, si, eh. Tú y yo, aunque, esto, estará Archie por aquí, seguro, no... — carraspeó, y se cortó a la mitad. ¿Acababa de decir que si? Si, lo había dicho. ¡Si! Después se dio cuenta de lo que acababa de decirle —. Yo, no, tampoco iré a casa, creo que me quedaré por aquí. Si necesitas hablar... — sonrió, y luego dejó de hacerlo, y luego volvió a sonreír, más tímidamente —. Bueno, cuando quieras. 

Asintió. Era mejor ir poco a poco. Después se despidió con la mano y vio como ella salía de allí, con prisa hacia su habitación. Antes de cerrar él mismo su puerta, se asomó al pasillo y rápidamente se volvió a escabullir al interior. 

Con manos torpes, aún nervioso por la situación que acababa de vivir y con el corazón a mil, cerró y se apoyó contra la la madera, dejándose caer hasta el suelo mientras se deslizaba, sin fuerzas de golpe. Y en esa posición, suspiró aliviado, sin saber muy bien porque ni entender sus propios sentimientos. 

¿Tendría razón el pesado de Mike? Decidió no pensarlo por el momento, se volvió a levantar, y fue hasta su ordenador. No tenía mucho que hacer esa tarde, y aprovechando que su compañero aún seguiría un rato con su gran amigo de aventuras, se puso a jugar un rato, sin ser capaz de pensar en nada más que en como invitar a Mercy a tomar algo. 

A propósito: ¿dónde trabajaba? Tendría que enterarse, pensó mientras iniciaba la partida.

Noah estuvo largo rato jugando en su ordenador pero con la cabeza más centrada en Mercy Wells y en todo lo que acaba de ocurrir que en el propio juego que transcurría en la pantalla sin que fuera realmente consciente de qué estaba haciendo. Jugaba mecánicamente, casi como un autómata mientras su cabeza revivía la conversación con Mercy, todo lo que podría haberle dicho de otra manera, lo que tal vez le hubiera dicho y no le dijo, y lo que había dicho y querría borrar. Sólo cuando le mataron por tercera vez consecutiva, en un juego en el que nunca solía fallar se dio cuenta de que su estomago rugía como una guarida de leones hambrientos. Había salido directamente de las aulas para su habitación y no había probado ni un bocado así que decidió bajar a la cocina y prepararse algo.

La fraternidad era un edificio de tres plantas y su cuarto, como el de todos los novatos, se encontraba en la tercera planta. Aquella zona del edificio era la más fría y Noah notó un escalofrío cuando al abrir la puerta una corriente de aire helado le golpeó sin previo aviso la cara. Recogido en su cuarto al menos se podía mantener algo guarecido. Recorrió el largo pasillo que llevaba hasta las escaleras de bajada dejando atrás decenas de habitaciones donde otros alumnos novatos como él compartían piso. En la segunda y primera planta las habitaciones eran individuales, el premio de ser un estudiante de segundo o tercer año y mantenerte en la prestigiosa y exigente universidad.

Abajo, cerca de la cocina, había un pequeño lugar de esparcimiento con varios sofás y mesas amplias, y una televisión que mantenía un canal de noticias que nadie estaba viendo, el volumen estaba quitado pero en las imágenes se podía ver una reportera muerta de frío a pesar del grueso abrigo que llevaba en medio de un temporal de nieve que le cubría por encima de su cabeza. En los sofás se encontraban Mike, Archie, Marian y Lena. Hablando y riendo animadamente.

Mercy regresó a su cuarto tras recorrer el largo pasillo plagado de habitaciones de los diferentes cuartos compartidos de la tercera planta del edifico de la fraternidad. Aquella era una gélida planta, ya que la calefacción no conseguía calentar el amplio edificio neovictoriano por completo. Y como era de esperar, esa planta era para los novatos quienes además tenían que compartir habitación. En la segunda y primera planta las habitaciones eran individuales, y más cálidas, el premio de ser un estudiante de segundo o tercer año y mantenerte en la prestigiosa y exigente universidad.

Cuando Mercy entró en su habitación se encontró con Hellen, que comía un sandwich a hurtadillas en su mitad de la habitación. En teoría estaba prohibido comer en las habitaciones, ya que había dos cocinas en la fraternidad, pero había gente que fumaba, bebía o hacía cosas peores, por lo que un misero sandwich no era algo por la que la fueran a expulsar. Aún así la joven se sobresaltó cuando Mercy abrió la puerta.

-¡Joder, Mercy!.- Exclamó con el puño en el pecho tratando de sujetarse el corazón. -Casi me provocas un infarto.

Eran compañeras de habitación desde que había empezado el semestre y Hellen siempre trataba de ser cariñosa y amable con Mercy. Incluso a veces se podía encontrar en su almohada algún que otro bombón que Hellen había dejado allí para ella cuando alguno de sus numerosos admiradores secretos le regalaba una caja. Eran muchos los que perseguían a Hellen, pero ella no paraba de rechazarlos a todos alegando que confundían a una chica simpática con una chica facilona. Ella le había contado a Mercy que tenía novio en Boston y hacían lo posible por mantener la relación a distancia. Hasta el momento le había salido bien. 

-Perdona, es que justo me acaban de contar una historia terrible sobre este sitio y has abierto la puerta en el momento preciso...

-Sí, Mike. -Convino la joven con una sonrisita en los labios animando las palabras de Marian. -Cuéntanos cómo has terminado convertido en una especie de menestra.

Lena cogió su sandwich y le dio un pequeño mordisco a la corteza crujiente del pan. Todavía estaba demasiado caliente para comerlo, pero ella era un poco impaciente con la comida y le gustaba mordisquear el borde del pan tostado. Alzó uno de su largos y finos dedos y señaló la botella de cerveza que Mike sostenía.

-¿Qué pasa, que no nos vas a invitar a una?

Mike puso una momentanea cara de disgusto al notar el codo de Archie en su costado cuanto este se colocó en el sofá junto a él.

- Yo no hago nada, es ella quien se me come con la mirada. -respondió en voz baja, aunque a un volumen perfectamente audible para todos.

Tras mantener la pose unos intantes, se quitó a su amigo de encima y se levantó para ir a por otra cerveza. Al oir los comentarios sobre el estropicio de verduras, Mike miró al suelo y luego a las chicas, como si aquel campo impovisado le pareciera lo más normal del mundo.

- Hey, este cuerpo no se consigue a base de aire, ¿vale? -volteó la cabeza como si apartara una imaginaria melena, tras lo que señaló a Archie.- Además, el cara pepino este necesitaba que le enseñara la diferencia entre un brócoli y su cabeza. Spoiler: No la hemos encontrado.

Cogió otra cerveza y se dispuso a sentarse de nuevo, cuando escuchó la petición de Lena. Se la quedó mirando unos segundos, cerrando los ojos muy lentamente hasta tenerlos cerrados por completo. Se mantuvo así un instante más, como petrificado.

- ¿No teneis otro sitio al que ir a mendigar? -dijo aun con los ojos cerrados, los cuales fue abriendo a medida que continuaba hablando.- Mira, porqué me caes bien y me has pillado en buen momento... Y porqué esta no es mi nevera. -abrió el firgorífico y sacó tres cervezas más, que repartió entre los presentes, tras lo que volvió a sentarse.- Y si alguien os pregunta quién os las ha dado, decidle que ha sido el friky que duerme con este. -señaló con el pulgar a Archie, haciendo referencia a Noah. Abrió la cerveza y la levantó en señal de brindis.- Por la fiesta más cojonuda que vais a vivir jamás... Hasta que montemos la próxima.

-¡Por los brócolis del ghetto!. -Brindó Archie quien había tomado de buena gana la broma de Mike sobre su pelo, incluso soltó una carcajada tan grande que casi se ahoga. -Podríamos sacar un disco de rap, tío. -Sugirió con la voz más aguda, como si fuera la idea más brillante del mundo al tiempo que golpeaba impaciente el hombro de Mike. -MC Brócoli y DJ Menestra.

A Archie le agradó la presencia de las chicas, y que Marian por una vez se tomara las bromas de los vegetable rappers con filosofía. Archie siempre estaba molestándola, pero a decir verdad ella y Lena eran quienes mejor le caían del grupo de chicas que había conocido hasta entonces en la uni...

-¡Hostia! -Archie se levantó tan súbitamente que estuvo a punto de derramar la cerveza que Mike le había dado. Después se quedó congelado durante unos segundos allí donde se había quedado al levantarse y a continuación volvió a sentarse como si nada y dio un trago a su cerveza con toda la tranquilidad del mundo. Cuando notó que las miradas se dirigían a él le restó importancia al asunto con un gesto de la mano y señaló a Mike para cambiar de tema.

-Oye Mike. Tú juegas en el equipo de hockey, ¿verdad?

Mercy iba caminando hacia su cuarto y pensando en la conversación con Noah. Era increible el parecido que le encontraba con Malcom. Quizás por ello se mostró tan accesible al joven o podía ser la necesidad de tener un amigo en quien pider confiar al cien por cien.

Al llegar a su planta, sintió un escalofrío que la inundó todo el cuerpo. Aún no se había acostumbrado a ese cambio de temperatura entre ambas plantas, aun que el frescor era más intenso al amanecer.

Abrió la puerta de su cuarto de sopetón y con prisa. El gesto de Helen cuando vio entrar a Mercy hizo que esta se detuviese en seco.

Lo siento. No creí que estuvieses por aquí a estas horas. Se disculpó la joven cerrando la puerta tras de si, para que nadie viese a su compañera comer a escondidas. Venia pensando en mis cosas...

Cuando Helen se disculpó y comentó aquello sobre algo horrible que había ocurrido allí, Mercy la miró con cierta incredulidad. Peor de lo que me tocó vivir hace un año??? Lo dudo.

Pero la curiosidad la pudo. Que pasó? Pregunto mientras se sentaba en su cama frente a Helen.

Mike se llevó la cerveza a la boca, pero apenas había llegado la cerveza a él cuando tuvo que bajarla y quedarse mirando a Archie tras su comentario sobre el disco y los absurdos nombres que acababa de inventarse. Entrecerró los ojos y asintió lentamente un rato, hasta que el movimiento de su cabeza cambió sutilmente y pasó a negar con esta. No se vió capaz de añadir nada que no fuera a animar a su amigo a intentar rapear, así que prefirió callar y dar, finalmente, un satisfactorio trago a la cerveza.

Mike se disponíaa preguntar alguna sandez a las chicas, cuando el salto de Archie casi le hace verter su propia cerveza. Se lo quedó mirando, esperando verle salir corriendo a juzgar por su exclamación, pero no fue así. Mike frunció el ceño, y así lo mantuvo incluso tras las pregunta, bastante rara a su parecer, que le acababa de hacer. Se quedó mirándole en silencio, luego miró a Lena y Marian y volvió a centrarse en Archie.

- Qué coño te pasa, jodido psicópata. -afirmó más que preguntó. Comenzó a subir el tono de su voz y a levantarse del sofá poco a poco.- Como si no supieras que soy ¡el defensa más cojonudo de toda la liga! -Clavó una pose heorica durante unos segundos, tras lo que rió y volvió a sentarse. -¿Y a tí que acaba de pasarte? ¿Se te ha metido un trozo de brócoli por el culo, pero te has dado cuenta a medio camino de que te ha gustado?

Mike lanzó una de sus exageradas risas a medio palmo de la cara de Archie y le dió un codazo de complicidad. Rápidamente, se giró hacia Lena y Marian, totalmente serio y con los ojos muy abiertos, señalando a Archie y después girando el dedo gunto a su cabeza, haciéndoles entender que su colega estaba mal de la cabeza. Volvió a sonreir y dió otro trago.

- ¿A vosotras os gusta el hockey? -les preguntó.

Helen, ya recuperada del susto que Mercy le había dado, se inclinó en su cama para acercarse a Mercy y alcanzar un tono de confidencia, también bajó el volumen de su voz aunque era obvio que nadie iba a estar escuchándolas en esos momentos. No obstante Helen habló con la voz casi convertida en un susurro.

-Veras, me han contado que el año pasado en esta misma habitación violaron a una de las chicas. La cosa fue bastante sonada, aunque al final retiraron los cargos y nadie más volvió a hablar del asunto. La chica dejó la universidad y él gilipollas que la violó quedó impune. Seguramente siga en la fraternidad. Me juego el cuello a que es de buena familia y logró que sus padres movieran algunos hilos para silenciar el caso.

Apenas había podido pensar en el juego, lo que hizo que en apenas unas horas sus medias habituales bajaran hasta un límite que un rato después se negó a continuar; si seguía así, sería difícil recuperar los puestos, y era importante mantener sus estadísticas. Sería incluso lo más importante, si no fuera porque apenas podía pensar en otra cosa que no fuera Mercy. Mientras bajaba las escaleras de la facultad, es a lo que seguía dando vueltas en su cabeza, e incluso al llegar a la cocina permaneció un momento perdido. Luego se dio cuenta de las voces, las risas, y que había más gente allí. Algo azorado, sonrió bobamente y levantó una mano. 

— ¿Eh? Hola — saludó, antes de continuar hacia la cocina, coger un red-bull de la nevera y algo de picar, y regresar a los sofás. Allí se sentó en una silla, y se quedó escuchando, intentando pillar el hilo de las conversaciones.

Marian no se rió ante la broma soez y optó por ignorarla

-Aunque parezca cliché, soy más de baloncesto. -Contestó sonriendo a la pregunta de Mike al tiempo que señalaba el tono de sus brazos. -Lo veo más entretenido y completo que otros partidos, al menos que el Fútbol, no hablemos ya del baseball. El hockey pinta interesante pero... nah, no es lo mismo.

La puerta se abrió justo cuando terminaba su diatriba apareciendo en el umbral Noah, ¿así se llamaba aquel pequeño hurón?

-¡Hola!- Añadió sin incorporar el nombre, convenía no meter la pata con aquellas cosas. -Ten cuidado con las verduras, yo haría inventario para no comérmelas luego en alguna menestra o yo qué sé.

Acepté de buen agrado la cerveza.

Cielos! Hacía una eternidad que no probaba una bien fría. Con eso de la "dieta segura" beber cerveza, aunque fuera Ligth, era un suplicio. Pero... Hey! Al cuerno! ¡Íbamos ir a una fiesta, no a al concurso de Miss Campus Universitario! Mientras la abría oía las tonterías de Mike y su Clon oscuro Archie. Eran Graciosos pero como todo en esta vida: lo poco gusta, lo mucho cansa.

Miré a Marian y sonreí, sobre todo, al pensar en su frialdad ante esa bromas. Reí por lo bajo mientras daba un largo sorbo a la lata de cerveza y después, aun casi con espuma en los labios y a punto de atragantarme, alcé la cerveza para pedir la vez y hablar. En sentido figurado.

-¡Un momento! ¿No me digáis que sois del equipo de Hockey del campus?- Miré a Marian con complicidad mientras me levantaba para dirigirme a los chicos con una mezcla de asombro y sorna. - ¡Tengo una pregunta existencial! Siempre me he preguntado... como veis a través del disfraz de mascota del equipo! Es decir... ¿tiene agujeros o algo así? Y lo mas importante es... cuando lo lleváis al tinte, ¿cabe en la secadora la cabeza?- Caí al sofá cerca de mi amiga con una expresión de burla en mi cara.

Al momento Llegó Noah. Pobre, solo le falta ser tartamudo, y tras hablar con la chica de esta mañana, casi lo hace.

- ¡Hola, Noah! Mike nos iba a contar qué se siente al ser la mascota de los WildCats- Dije guiñando un ojo a Mike.

Tras levantar la mano a Marian, y sonreír a Lena, estuvo a punto de reírse ante el comentario de la chica. Entonces miró a Mike y a Archie, se atragantó con una patata frita, y decidió que era mejor no burlarse de ellos y simplemente sonreír como si no le diera importancia. Eran cosas que uno aprendía a hacer cuando era compañero de habitación de uno de ellos, y no porque fueran unos matones —nada más lejos de la realidad—, sino porque prefería no llamar su atención más de lo que ya lo hacía por aquella situación. 

Tampoco, por supuesto, quiso mencionar nada sobre que Mike era una de las estrellas en la defensa del equipo de hockey, ni que si estaba en la universidad no era —como había podido comprobar de primera mano— por su inteligencia, sino por una beca deportiva. Aunque no quisiera meter cizaña con la broma, tampoco la iba a tirar por los suelos. Total, el chico se valía por sí mismo —y mucho mejor que él sin duda— para defenderse, aunque fuera de ese par. 

Así que, simplemente, sonrió. 

- Pfffff, claro que no es lo mismo. -contestó, con los brazos muy abiertos y una expresión casi desencajada, ante el comentario de Marian comparando el baloncesto y el hockey.- El baloncesto es un deporte de señoritas donde los últimos minutos se convierten en horas por la cantidad de tiempos muertos que se piden. En el hockey, si te pasas de listo te parten la cara, y el árbitro no tiene derecho a separarte hasta que no caes al suelo.

Se dejó caer hacia atrás y alzó la mano para que Archie le chocara los cinco, todo con un aire de victoria que finalizó con un trago. Pero la cerveza casi se le va por el otro lado al oir la gracia de Lena. Aquel comentario le pilló desprevenido, y se puso a toser para no atragantarse. Cuando se recuperó, dejó escapar varios resoplidos sordos a modo de risa sarcástica, al tiempo que Noah se sentaba junto a ellos y Lena aprovechó para apuntillar su broma.

- Oh no, con el traje no se ve nada, por eso lo uso para tirarme a la hippie de turno. -comenzó a sacar la lengua y a simular que daba azotes a alguien. Cogió un trozo de verdura y se lo lanzó a Lena.- Tú lo que tienes que hacer es dejar de fumarte estas cosas, te hace olvidar asuntos importantes, como que tengo el record de tumbar jugadores, o el hecho de que en un par de días asistirás a una fiesta en MÍ fraternidad, donde te podrían pasar un par de cosillas... -comenzó a levantar las cejas intermitentemente a toda velocidad. Adelantó el cuerpo, inclinándose hacia Lena.- Si no sabes qué ponerte para la fiesta, ya pediré el disfraz de mascota para que puedas resolver todas tus dudas.

Se echó hacia atrás, sonriente. Era imposible negar que le gustaba una buena broma, aunque el objetivo de esta fuese él mismo. Se giró hacia Noah, al que apenas había percibido llegar.

- ¡Coño! -dijo con cierta sorpresa al verle.- ¿De dónde sales? ¿Ya habeis terminado de...? -comenzó a hacer gestos obscenos con los dedos mientras reía como un maníaco.- Oye, tú eres un tipo razonable. Te gusta el hockey, ¿verdad?

Atendió divertido, pero ajeno, como el que mira una película en la televisión mientras come palomitas, o patatas en este caso. Lo cierto es que los piques estaban a la orden del día en toda la facultad, y solía ser tan divertido para los que observaban desde fuera como para los que estaban en medio y sabían como responder. Mike, sobre todo cuando tenía a Archie cerca, era de esos. Él, por el contrario, era de los que preferían desaparecer en cuanto una mirada parecía reparar en él, y lo cierto es que no sabía porque seguía sentado y no había huido ya. Cuando lo pensó, fue porque la estrella del equipo de hockey y también de la fraternidad había reparado en su persona, y ya era tarde. 

— Yo, nosotros, no, nosotros no hemos... — empezó poniéndose rojo al momento —. No, no, no hemos hecho nada. Yo he estado jugando al ordenador, ella, Mercy, se ha ido a trabajar — terminó, emitiendo un suspiro, dándose cuenta de que le estaba vacilando. Casi seguro —. Y yo, no soy de deportes, ya lo sabes. Bueno, me gusta el ajedrez — dijo convencido de ello, totalmente en serio.

Mercy hizo lo propio al ver a su compañera acercarse a ella de esa manera. Guardó silencio durante el relato de la joven, para luego relajar el rostro. ¿Y te enteras justo ahora? La preguntó un tanto incrédula. Lo cierto es que después de sus excitantes e inolvidables Navidades pasadas, una violación, la cual se disipó en un abrir y cerrar de ojos, era el menor de los problemas que podían alterar a Mercy.

Llevamos tres meses en esta habitación y justo ahora te cuentan eso... ¿no te estarán tomando el pelo? Preguntó con una sonrisa, tratando de quitarle hierro al asunto. ¿Y no te parece raro? Suena más a ataque de cuernos, "denuncio a mi novio porque me intentó violar por venganza y, pasado el enfado y no pudiendo demostrar nada, retiro todo y me largo con el rabo entre las patas y muerta de vergüenza." Relató una sólida teoria en base a los datos que tenían, los cuales eran: ninguno.

Asi que no te preocupes por eso. No creo que a ninguna universidad le interese tener a un violador entre sus alumnos, por mucho dinero que tenga su familia. Dijo Mercy tratando de calmar un poco más a Helen, mientras se levantaba y cogía las cosas para ir a darse una ducha. Seguramente han querido tomarte el pelo un poco.

La joven miró la hora. Aggghhh... se quejó. Ducha y no comer o comer y no ducharme hasta la noche. El tiempo pasa demasiado deprisa cuando se desea lo contrario. Y aún quiero hablar con el doctor Marcus...

Helen, tengo que irme a trabajar... ya voy muy mal de hora. Hazme caso y no te creas esos rumores. Abrió el cajón de su mesilla y cogió la llave de la taquilla de su trabajo. Si te ves muy mal y quieres hablar, pasate por el Starbucks y charlamos allí si no tengo mucho lío.

Cogió un pequeño bolso donde metió sus cosas y se encaminó a la puerta. Te veo luego. Y desde allí la lanzó un beso antes de salir y cerrar tras ella. De camino al Starbucks se detuvo y compró un Hot Dog para comerlo de camino al trabajo. No era lo que la hubiese gustado pero, por un día, tampoco pasaba nada.

Volvió a llamar al doctor Marcus mientras caminaba por la calle. Quizás esta vez tuviese más suerte y pudiese dar con él.

Rei sonoramente cuando Mike mencionó lo de la Hippy

- ¿Seguro Mike? ¿Estas seguro que era una Hippy y no un Hippy? Lo digo por lo del pelo largo y tal.- Por lo menos Mike se tomaba bien las bromas y no era de esos capullos que se enfadaban diciendo algo así como " te voy a hacer comer tu culo" y demás lindezas.

- Bueno vale, eres una jodida estrella "tumbando" Hippys, aunque eso sea fácil... creeme, se de lo que hablo - Dije agarrando al vuelo el brócoli que me había lanzado y usándolo como cigarrillo improvisado.

Puse carita de pena cuando mencionó lo de la fiesta. Nadie podría hacerme perder esa fiesta! Ni si quiera el! Me colaría, lo que hiciera falta!! Pero seguramente tendría que dejar de tocarle los huevos al organizador de la fiesta.

-Así que tienes el disfraz realmente? Tranquilo! Te guardaré el secreto- apunte con el pulgar hacia arriba.

Vale, no podía. A veces no podía simplemente dejar correr las cosas. Por eso era tan revolucionaria con ciertas cosas. Sobre todo las divertidas.

Noah dijo lo del ajedrez. ¿Porqué no me sorprende? Puse los ojos en blanco pensando en que si soltaba ese tipo de comentarios, seguramente no ligaría demasiado. Algunas chicas eran demasiado superficiales y no apreciarían lo del ajedrez. Asiq ue decidí echarle una manita...

- Umm ajedrez!! Eso también es deporte de riesgo, Noah. Un amigo mio se atragantó con su propia saliva cuando ganó un interestatal. - Di un codazo a Marian para que se riera conmigo. - Los enfermeros dicen que se desmayó y lo siguiente que dijo nada mas despertar fue " Jaque!!"

Mike frunció el ceño y negó con la cabeza.

- ¿Un tío? Ni idea, todos gritais igual. -contestó a Lena, con media sonrisa. Tras eso, comenzó a gemir y a gritar, medio tirándose encima de Archie.- ¡AAAUUUU!! ¡SEEEEH! ¡NOOOO WOMAN NOOO CRYYYYAYAYAAAAY!

Tras aquella cuestionable escena, que esperaba hubiese alertado de su presencia a toda la fraternidad, Mike se limitó a echarse hacia atrás en el sofá y guiñarle un ojo a Lena mientras se llevaba la cerveza a la boca. Fue entonces cuando el comentario de Noah hizo que girara la cabeza hacia él, con las cejas arqueadas, los ojos muy abiertos y la boca torcida. Ni siquiera miró a Lena cuando hizo el chiste de la saliva, aunque no pudo evitar quebrar ligeramente su expresión y soltar una risa ahogada, que pasó a corregir inmediatamente y a volver a quedarse mirando a Noah como si acabara de decir que venía de pasar el rato con Elvis.

- Schhht scht scht scht... -dijo finalmente, sacudiendo la cabeza y alzando la mano, como pidiendo silencio.- Primero: ¿Desde cuándo es el ajedrez un deporte? Si no se suda y te duele el cuerpo al día siguiente, no es deporte. Y segundo. -hizo una deliverada pausa, intentando acabar de procesar lo que había escuchado hacía unos instantes.- ¿Me estás diciendo que Mercy Wells ha estado en tu habitación... -otra pausa dramática mientras separaba la espalda del sofá- y tú te has puesto a jugar al ordenador?

Mike se quedó un instante muy quieto, tras lo que se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta de la fraternidad.

- ¡WOW! -fue lo único que salió de su boca durante el paseo. Salió, y volvió a entrar a los pocos segundos.- Wooow wow wow... -señaló a Noah con seriedad, trás lo que sacudió la cabeza una vez más mientras soltaba un último grito.- ¡Wow!