Partida Rol por web

 biblioteca de Pleasentville

Trás unos pasos en falso en el coche y varias vueltas  por callejuelas pequeñas, finalmente llegais al centro del pueblo. Trás unas vueltas conseguis un sitio para aparcar. Cole ha tenido que guardarse sus opiniones sobre la localización de las calles, aunque solo sea para no ofender a las mujeres que están con él.

El pueblo ya esta algo más animado y de vez en cuando veis a gente dirigirse a sus trabajos o solamente vagabundeando visitando el pueblo. Trás un pequeño paseo con el mapa en las manos por fin llegais al portal de la biblioteca. El edificio es bastante antiguo, pero bien cuidado y solamente para hacerle unas fotos merece la pena. Las puertas están cerradas con unas verjas metalicas impidiendo el paso, en las que un mendigo esta sentado con varios perros a su lado de diferentes tamaños que parecen estar dormitando con el calor del sol  como única manta. Cuando os acercais el mendigo se levanta rapidamente y con él los perros que se ponen expectantes. El hombre es un tipo de los que llamamos marginal, su cara esta quemada por el sol y sus ojos negros te miran a traves de unos pelos que le caen como mechones sobre su frente, no sabeis que edad aproximadamente tendra, por que sus ropas y su suciedad ocultan sus rasgos, empieza a mascullar entre dientes y se acerca a Cole, haciendo que los perros como si hubiesen sido mandados le rodean, su cara se aproxima a unos pocos centimetros, e incluso Cole siente cierto repelús por este hombre que trás mirarle un momento los ojos dice claramente:- Tienes sangre en tus manos, pero no eres él...- De repente una voz de mujer adulta interrumpe la escena:- Señor Davis, tengo que abrir la puerta...- La mujer es una mujer de unos 50 años peliroja,  gafas enormes,  con cara agria como si tuviese que hacer esto todos los dias y le molestase. El mendigo se marcha mirando a la mujer amenazadoramente y le dice:- Dientes cuchilla- Y escupe a sus pies. La mujer ni se mueve hasta que se aleja con su pequeña jauria y trás eso, con un buenos dias entre dientes abre la biblioteca, moviendo las pesadas rejas con ciertos problemas.  Pero antes de que podais pasar os dice:- Tendreis que esperar a que se abra al publico- Y sin más explicaciones cierra la puerta detrás de ella.

Contemplo al sin techo y a sus compañeros perrunos con curiosidad y gracia -Hmp... Los bollos- y recuerdo los dos o tres que me agencié y guardé en el bolso cuando aún tenia la idea de marcharme, hace una media hora.

Fisgo entre mis pertenencias embrollada -¿Sangre en sus manos?-  y saco el improvisado desayuno. Inclinándome un poco gratifico con unos pedazos del pastelillos a los animales -¿Dientes cuchilla?- les hago unas caricias, y un par de mimos.

El resto para el dueño, y se lo ofrezco, que también ha de estar famélico -¿Tienes hambre Davis? ¿O prefieres un piti?- y me saco uno; que por cierto, se está acabando el paquete, menos mal que tengo un segundo.

-¿Podrías decirnos algo más acerca de quién pensabas que era nuestro compañero? ("No eres el")-  -¿Y eso de dientes cuchilla?-

No te preocupes por los efectos y demás XD Que yo los miro palabra .

La fulminante velocidad de los acontecimientos me impide reaccionar. Pero el generoso gesto de Alicia me agrada. -Espero que recuerde lo que le dije de la pistola.

Pensando que su interacción con el colega le sera mas sencilla sin gente alrededor le sugiero a Rachel.
-Damos una vuelta a la manzana para hacer tiempo? -Y para que yo me haga una idea de los accesos. -añado mentalmente.

Un nudo se me hizo en la garganta cuando escuché las palabras de Davis..."Dientes cuchilla". Debí de ponerme blanca, porque me noté la cara fría.

Cuando la bibliotecaria se fue, Alicia entró a preguntarle, y le hizo las mismas preguntas, en esencia, que le iba a hacer yo, solo que de una manera mucho menos sutil.

Cole me habló mientras esperaba la respuesta del vagabundo.

- ¿Qué? ¿Eh? ¡Ah! Esto...sí, venga, vamos. Sonreí a Cole.

Mientras nos alejábamos caminando volví a mirar a Alicia y al mendigo...ya le preguntaría luego qué le había dicho...

Los perros aceptan la comida, pero en las caricias gruñen amenazantes, pero a un golpe de lengua de Davis se calman y siguen comiendo. Ante tu ofrecimiento el hombre se aparta los cabellos de los ojos y fija su mirada en tí al poco dice:- Vaya... parece que tú tambien estas tocada. No te preocupes que veras porque digo que esa es dientes cuchilla je- Sonrie lugubremente lo que hace que su cara se deforme por una fea cicatriz, se da la vuelta con sus perros a su alrededor y te dice a modo de despedida:- No te metas en mis asuntos y yo no me meto en los tuyos, todos ganaremos al parecer...- Se aleja deprisa sin haber hecho ademan de agarrar tu pitillo o la comida evidentemente es un hombre extraño y muy huraño, casi prefieres no tener problemas con él a pesar de ser solo un viejo vagabundo, notas una sensación extraña en él. Dando la vuelta a la esquina puedes ver a Cole y Rachel, no te han esperado, aunque supones que tampoco te despachara tan rapido el vagabundo.

Mientrás que la motera habla con el señor Davis rodeada de sus perros. Al marcharos por la esquina podeis ver que la biblioteca es grande demasiado para una biblioteca de pueblo, el pueblo es una caja de sorpresas y desgraciadamente sabeis que no todas buenas. En tanto los pueblerinos están en un bar cercano tomandose la primera copa de la mañana, incluso algunos turistas están desayunando. Varias de esas personas os saludan al veros pasar y os sonrien amablemente.  Al dar toda la vuelta, solo podeis percataros de que hay una puerta trasera, pero que tiene un candado bien grande y cerrado con llave en una puerta de madera antigua. Tambien hay una escalera de seguridad que está en bastante mal estado y que lleva a una puerta que cierre. Por lo demás, a no ser que os lanzarais por alguno de los ventanales que están cerrados por fuertes rejas, no hay nínguna salida.

Cuando estáis a punto de dar toda la vuelta un niño de color con ropa desarrapada y rizos revoltosos, se os acerca en un triciclo, al pasar al lado de Cole le dice:- ¿Conoces a Jamal? Nota suya- Y te da un papelajo en el que no hay nada escrito. El niño se va con su triciclo mientrás silba una tonada... Que os resulta familiar.

En el bar entre la gente que os sonrie y os saluda, ves a alguien conocido, un anciano turista que está tomandose una copa y que se levanta el sombrero para saludarte, sabes que especialmente a tí... Pues sus ojos están completamente vacios y su sonrisa deslumbra con un brillo métalico.

Camino a paso tendido por el lateral de la biblioteca, ya que los otros dos se hallan más adelante, y les silbo para hacerme notar -(Silbido)-

Cuando me aproximo a ellos muestro perplejidad, acompañado de semblante confuso, pero con  ligera mueca sandunguera -Pff, ver para creer, no entiendo nada-  Me acomodo en la pared de la biblioteca, y a solazarme con el sol matutino mientras relato lo sucedido.

 -Osea, lo primero que me suelta el bicho ese es que "yo también estoy tocada del ala", para luego decirme que la bibliotecaria es "Dientes cuchilla" y que ya veré porqué.-

Y niega con la cabeza

-Luego me comenta que no me meta en sus asuntos, y el no se meterá en los míos. Se mostraba huidizo, aunque agresivo... al igual que sus animales, que por poco me muerden.-

-Tengo ganas de volver a ver a la recepcionista de la posada... ¿Rose se llamaba? y preguntarle acerca de los "Dientes" esos-

-Y bueno... ¿Entramos?-

Cita:

El tamaño de los candados no suele ser indicativo de su calidad.

-Dejame ver ese plano otra vez. Digo en voz alta a Rachel mientras que la utilizo de improvisado atril para ocultar mis movimientos. Efectivamente, casi sin necesidad de sacar mi navaja un tirón seco abre sin problema el candado. Recojo un poco de gravilla y la introduzco en el ojo para impedir que se vuelva a cerrar aunque aparente lo contrario.

-No se lo cuentes a Jamal susurro con un guiño a mi atractiva acompañante.

Cita:

Tras mirar dos veces el papel se lo entrego a Rachel con gesto algo confundido:

-Tu lees algo?

Escucho a Alicia mientras completamos el paseo.
-Si las cosas viniesen mal dadas he abierto el candado de la puerta trasera. Si hay que salir por arriba descolgaros con los brazos y reducir todo lo posible la distancia de la caída.

Antes de entrar me retengo un segundo a Alicia mientras busco el, muy probablemente inexistente, arco de seguridad.

- No, yo no leo nada ahí....

Levanto la vista a la terraza del bar que tenemos cerca y pego un repullo. No aparto los ojos de la terraza por unos segundos, y me pongo blanca...

El silbido de Alicia, me hace pegar otro bote, y me giro corriendo en su dirección. Viene hacia nosotros y y nos cuenta todo lo de dientes de cuchilla...pero si ella es....entonces él...

Miro de nuevo a la terraza, con un nudo en la garganta.

Cuando la rubia pregunta si entramos en la biblioteca vuelvo mi vista de nuevo a ellos.

- ¿Eh? Sí, si, por mi adelante...¿cómo vamos a ir una vez estemos dentro?

A continuación de referir lo acontecido con el domador de perros compruebo a que se habían estado dedicando ellos dos previamente a mi llegada en este pequeño lapso de tiempo.

-Muy bien Cole, buena idea la de dejar una puerta secundaria por si las moscas... ¿Mas te noto paranoico en exceso no?- Sin duda el acto me convencía, aunque no podía ignorar lo pintoresco del hecho.

Y sobre la nota de Jamal, aunque no tenía ni idea de lo que hablaban, me llegó con conocer que estaba en blanco para nada preguntar, pues no tendrían mucho que responder.

Ya con todo hecho, podemos pasar y ver lo que aquí nos espera.

Cuando volveis a la esquina, os encontrais de nuevo ante los soportales de la entrada de la biblioteca, la puerta esta abierta con una pequeña cuña de madera como tope y cierto olor a naftalina y polvo os da la bienvenida al edificio. Al parecer como ya se ha abierto la biblioteca la gente esta más animada en el lugar, y podeis ver como madres con niños se  reunen en la puerta, saludandoos amablemente al pasar con  niños algo amodorrados por ser "temprano" están a su lado con cara de angeles, aunque sabeis que la mayoria de ellos seran unos pequeños bribones. Una mujer joven de unos veintitantos años con gafas y bastate atribulada , con unos cuantos libros grandes llenos de coloridos dibujos, espera en la puerta y habla con las madres.

La entrada está libre para vosotros, aunque tengais que pasar por un pequeño torrente de niños.

Vaya estampa, confío en que los niños no estén hoy de visita aquí. Bastante molesto sería tener que soportar sus pasitos por toda la instalación mientras buscamos sabe dios que, pero peor será tener que mantener la boca cerrada y transigir, pues los adultos que los acompañan estarán cerca, en tal supuesto; Aunque confío los sepan mantener a raya, o que los hayan educado bien.

Doy un solo paso al frente -Holaa, tenemos que pasaar- Y aparte de entonar de forma agradable y confiada, prolongo las vocales (las "aes") un poco, para que la expresión parezca lo más cariñosa posible. Aunque las palabras se dirigen a los infantes no espero que estos hagan nada, los aludidos tendrían que ser sus tutores, madres, o lo que sean, y facilitarnos el paso.

Con gesto amigable doy otro paso, a la espera de encontrar hueco y seguir con mi camino al umbral del portón de la biblioteca, para luego entrar en ella; Sin olvidarme de elevar y acomodar mi zurrón, no vaya a ser que con tal estatura se lleven un coscorrón. Dado que me desentendería de los tolondros en sus cabecitas si algo tal pasase, pongo cuidado, que el culo de la botella de vino que guardo en mi haber es harto dura.

La verdad no sé que haré cuando entre, seguramente vaya directa a la mujer que abrió la puerta previamente, la mujer a la que el vagabundo llamó "Dientes cuchilla", y le preguntaré sobre la animadversión mutua entra ambos.

Cita:

-dijo la que va armada a una biblioteca -Pienso con sorna, aunque prefiero contestar.contesto:
-Prefiero ser prudente

Cita:

Aprovecho el camino abierto por Alicia para acercarme a esta bibliotecaria tan distinta de la Adusta imagen que nos indico que debíamos esperar.

-Disculpe ¿La hemeroteca por favor? -Pregunto mientras doy un paso lateral para facilitar el acceso de Rachel al mostrador.

Las atribuladas madres os dejan espacio e intentan recoger a sus fierecillas para que no os caigais a su paso, aunque algunos siguen jugando y moviendose en torno a la escalera. La mujer ante las palabras de Cole le sonrie amablemente y le dice:- Esta en la segunda planta, hay unos carteles que señalan las diferentes secciones, pero si quiere algo en particular pregunte a la bibliotecaria- Varias mujeres cotillean ante la presencia de Rachel, pero es normal en un pueblo aunque sea uno turístico.

Pronto os sumergis a la atmosfera tranquila y fria de la biblioteca a traves de su portalon , que para alivio de Cole, no tiene ningún sistema de detección de metales. La biblioteca es muy antigua, algo que evidencia su construcción y su estilo post-colonial, con grandes maderos como vigas, enormes librerias llenas de libros antiguos se ven en el fondo, al lado de una escalera que se divide en dos hacia la siguiente planta, con carteles explicativos sobre la historia de la biblioteca y que señalan que en esa planta está la hemeroteca y un pequeño museo. En un pequeño cubiculo se encuentra la mujer que no os permitio entrar en un princio que os dedica una mirada antes de volver con sus registros.

En ese momento inspiro de manera fuerte y breve, obligando así al moquillo acuoso que huye de mi nariz a regresar a ella, para luego limpiarme con el antebrazo desnudo y dejarlo signado con una línea semi brillante, a la par que transparente; Y es que este olor a mata-polillas está acabando conmigo. Que asquerosidad, igual que los armarios de mi casa huele aquí. Paladeo con gesto desagradable dado que el insípido y artificial aroma se está convirtiendo ya en sabor.

Estimaba departir con la empleada, no obstante me inclino a la opción de Cole y determino empezar por la hemeroteca... aunque... bueno... los dispositivos que se utilizan para buscar el material de prensa, o lo que sea, no me hacen demasiada gracia. Aunque por otra parte tienen más de mecánica que de electrónica (aún menos mal); Pero mejor pensado, esto luce tan arcaico que seguro que lo que busquemos ha de realizarse de forma manual, sin necesidad de chismes ni artilugios.

Antes de nada me reservo un minuto, con permiso de los presentes (o sin él), y comienzo a ojear el panel informativo. Es más, para que la argucia de mi compañero no sea en vano intento memorizar el recorrido más corto a la puerta secundaria, a realizar en el supuesto de que quisiésemos encontrarla. Aunque espero que no nos hagan falta esos datos.

Luego me dirigiré a la hemeroteca.

Ya con el tablón más que visto dictamino acercarme al mostrador donde la secretaria desarrolla sus labores. Tal cambio de itinerario responde únicamente a motivos de comodidad; En definitiva, iba a hablar con ella de todas formas, y bueno... ya que estoy aquí ahorro el dar cuarenta mil vueltas. La hemeroteca ha de esperar, por lo menos por mí.

Me arrimo al mostrador y le pregunto:

-Hola ¿Qué opinión tienes del vagabundo que estaba hace unos minutos en la puerta? Parece que no os lleváis muy bien. ¿Podrías contarme la historia personal de dicho SinTecho?-

Tras una mirada fugaz para asegurarme de que Rachel halla entrado bien me encamino a la escalera. Pero no puedo evitar detenerme ante las hermosas estanterías con antiguos libros que me atraen cual hechizo de Circe.

-Vete empezando sin mi. Voy a echar un vistazo por aquí. -Indico a Alicia casi sin girarme antes de sumergirme en la siempre reconfortante compañía de tantos libros. Lentamente deslizo mis dedos por los lomos reconociendo a viejos amigos. Y no puedo evitar extraer algún tomo para leer la contraportada u ojear su contenido con expresión tranquila y satisfecha.