Partida Rol por web

Sanitarium

Prologo: Bienvenidos a Pleasentville

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09/01/2011, 19:26
Cole Dish

-Buena guardia soldado. -Me despido incapaz de no sentirme atraído por el peculiar joven.
Dejo a cualquiera de las dos mujeres las presentaciones mientras ataco el desayuno con apetito.

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10/01/2011, 13:49
Tiffany Sanders

-Gracias, pero no hacía falta tomarse la molestia de aguardarme, ya estaba por bajar- sonreí en forma nerviosa a Jamal. Esa actitud autosuficiente me incomodaba de sobremanera.

-Prefiero tomar un café, gracias. El té me aplaca demasiado. ¿Así que ratas?- le dije intentando mantener una de esas conversaciones incómodas que se dan entre desconocidos.

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10/01/2011, 13:52
Tiffany Sanders
Sólo para el director

¿Qué le pasa al tío este? Me mira como si estuviera tasando ganado. ¿Quién se cree que soy? ¿Una de sus sucias rameras? Como intente hacerme algo ya verá la que se le viene encima.

No me sentía para nada a gusto cerca de Jamal. Algo en su actitud de pandillero me provocaba repeluz. No era el tipo de gente que solía frecuentar y su aparente amabilidad me puso en alerta inmediata. Estos negros nunca vienen por nada. Algo espera conseguir. Estoy segura.

Notas de juego

Mmm, empieza la paranoia XD

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10/01/2011, 13:55
Tiffany Sanders

Al bajar miré la sala con indiferencia. Allí estaban aquellos que recordaba haber visto vagamente cuando llegaron. No tenía idea de quienes eran, pero suponía que lo averiguaría en unos minutos. Me olvidé por completo de Jamal y me adentré en el comedor.

Decidí acercarme a la mesa más concurrida, pero al llegar, me paré en seco. Hubo algo, un gesto, una mirada, un no se qué, que me dijo que el tío ese no era de fiar. Sonriendo fríamente saludé y pasé de largo.

-Buen día a todos- sin detenerme a saludar a uno por uno y sin dar mi nombre me senté junto a la chica que leía. Parecía bastante retraída así que seguramente no me aburriría con charlas banales e intentos de agradar.

 

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10/01/2011, 14:02
Tiffany Sanders
Sólo para el director

Cuando me acerqué a la mesa principal, no pude evitar notar que el tipo grandote, ese que parecía un guardia de seguridad se callaba abruptamente al verme llegar. ¿De qué estaba hablando anteriormente? ¿Por qué callaba de manera tan brusca?

No puede ser, ¿un esbirro de Petersen? ¿Hasta aquí me persigue? ¿Cómo supo donde iba a estar? Ya, más tarde intentaré sonsacar al imbécil, a ver que se trae.

-Buenos días a todos-

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10/01/2011, 19:47
Jamal Easton

Entro en el comedor, acompañando a la ejecutiva agresiva. Parece que todos los huéspedes se han reunido aquí abajo para comer. Me encojo de hombros cuando ella decide abandonar mi compañía.

-Papeo!- me froto las manos con entusiasmo al ver los platos de comida, jarras de zumo y café en las mesas. Veo al niño marcharse tras haber acabado de hacer "algo", no sé muy bien el qué, estaba distraído con otras cosas más urgentes, como las "ratas" del lugar.

Me acerco a una de las mesas, la más concurrida. Poniendo mi mejor y más encantadora sonrisa aparto una de las sillas vacías y me siento.

-Mi nombre es Jamal, espero que no les importe que me siente aquí a desayunar. No hay nada peor que comer solo, es de perros cabreaos!- bromeo. Me sirvo una taza de café caliente al cual le echo 5 terrones de azúcar. Luego cojo los cubiertos y doy buena cuenta de un par de huevos fritos con bacon. No es lo que suelo desayunar pero hay que aprovechar la abundancia cuando se tiene delante!

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11/01/2011, 11:07
Cole Dish

La mirada de Esfinge de la morena, y su gélido tono, hace que no sienta su elección al sentarse junto a la vagabunda. Aunque no puedo evitar una sonrisa al reflexionar sobre el singular cuadro que presentan.

Cita:

Jamal Easton

-Papeo!-

Sospecho quien es el propietario del peligroso Impala que casi me saca de la carretera. Y no puedo evitar fruncir el ceño.

Cita:

Jamal Easton

-Mi nombre es Jamal, espero que no les importe que me siente aquí a desayunar. No hay nada peor que comer solo, es de perros cabreaos!

Sin embargo sus palabras me congracian un poco, muy poco, con el.
-Si esta bien poder desayunar copiosamente después de una agotadora mañana de prudente conducción -respondo sin poder evitar el énfasis. -Yo me llamo Cole. Cole Dish.

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11/01/2011, 11:54
Kim Rouland

 Hola-respondió a las personas que acababan de llegar.

Despues bajó la vista y empezó a desayunar tranquilamente. La verdad es que Kim se sentía extraña por estar desayunando con desconocidos. Que casualidad que todos se sentaran en la misma mesa. Eso la incomodaba un poco ya que no conocia de nada a esa gente, pero  tranto de seguir comiendo sin decir nada. Aun le daba vueltas a lo que habia visto arriba y a esos gritos que salian de una habitacion. ¿Que estaria pasando?

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11/01/2011, 15:45
Tiffany Sanders

Llegué a la mesa y sin pedir permiso me senté enfrentada a la rubia desalineada. Serví una taza con bastante café y ta sólo una cucharada de azúcar. Necesitaba mi dosis de cafeína mañanera, el viaje me había agotado y la mini siesta, porque estaba segura de que me había dormido, había sido demasiado perturbadora.

Tomé un bocadillo sin prestar demasiada atención y me acordé de algo.

-Digame Rose- me dirigí a la dueña del lugar con voz pausada y tranquila, aunque mis nervios no estaban del todo en su lugar. -¿Han llegado ya los periódicos? Me gusta desayunar leyendo el diario.

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11/01/2011, 17:42
Director

Rose se vuelve un momento y te dice:- Todavia no ha llegado el chico de los periodicos, tengo que coger el telefono, si viene sera la primera en enterarse- y finalmente hace mutis hacia el telefono.

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11/01/2011, 19:24
Alicia Guevara

 

Cuando los últimos ‘invitados’ —¿Habrá otros?— ingresaron al comedor ni siquiera alcé la mirada del libro que estaba leyendo. Ninguna novedad, ninguna respuesta. Eso se olía en el aire: mierda, pura mierda. Unos enfermos arrancados vaya a saber de qué loquero reunidos por la extraña tarjeta de un sujeto que aparecía en los sueños —¿Cómo lo lograría? ¿Drogas? ¿Hipnosis?— y todos actuaban como simples viajeros, como si todo esto fuese lo más natural del mundo.

«Una puta mierda. Eso es lo que es.»

Un intercambio de palabras entre aquella mujer y la anfitriona. Un gesto de fastidio en mi rostro. Saqué un lápiz de mi morral, subrayé una frase e hice unas anotaciones al margen. Luego, me entretuve saboreando el café que por una maldita vez resultó sabroso, con cuerpo; y no aquella mierda aguachenta a la que no me acostumbraba.

«Habiendo dos mesas libres, ¿por qué se sentó acá?* Le pediré otro café a Rose…»

 

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11/01/2011, 19:29
Alicia Guevara

Sin alzar la vista, sin un parpadeo siquiera, observé de soslayo a los nuevos pasajeros de “La Nave de los Locos.” Tres años y ocho meses internada en un psiquiátrico me hacían una experta en patologías y no dudé ni por un instante cuando atravesaron el umbral: dos paranoicos. Dos jodidos “persecutas.” Dos ejemplares de lo mejor que se podía encontrar en un loquero. Nada era más entretenido si estabas aburrido que un manipulable sujeto con tan baja autoestima que necesitaba creer que todo el mundo conspiraba en su contra para subir unos puntos de ego. Una delicia. Si me habré divertido con ellos… Mis mejores recuerdos en el psiquiátrico estaban relacionados con algún paranoico. Son tan manipulables, tan vulnerables… Entonces, recordé las palabras de la vieja: “No comas ni bebas nada fuera de la posada.” Un bocadillo contundente, ideal para un paranoico. Eso me decidió. Tan largo viaje bien merecía alguna diversión…

«Qué mierda. Veamos como reacciona…»

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11/01/2011, 19:30
Alicia Guevara

No alcé la vista del libro, no necesitaba hacerlo. Ella estaba allí, sola entre lobos hambrientos. Y yo sabía de lobos… Sólo nos teníamos a nosotras. Ambas percibíamos aquella farsa y, aunque no me cayese particularmente bien, nos necesitábamos si queríamos salir de ésta. Eche una fugaz y muy discreta mirada hacia la otra mesa, esperé que se aleje Rose, busqué un lápiz de mi morral y subrayé aquella frase.

«El sujeto no debe darse cuenta de que los malos tratos son un ataque deliberado contra su identidad por parte de un enemigo anti-humano. Debe hacérsele sentir que cualquier trato que reciba lo tiene bien merecido porque hay algo (nunca preciso) horrible en él que le hace culpable.»

Luego, inserté una pregunta: ¿Dr. Muñoz? Tenía la certeza de que nuestro ‘insigne’ matasanos manejaba algún sistema similar al Control Total, por medios de drogas o hipnosis. ¿Pero qué? Entonces, escribí: No bebas ni comas nada fuera de aquí. Los dos sujetos te vigilan. Deposité el lápiz sobre el libro que permaneció abierto mientras terminaba mi café. Y esperé…

Otra taza de café.

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11/01/2011, 19:39
Tiffany Sanders

Ante la respuesta de Rose me sentí frustrada. Quería leer el diario, lo necesitaba. ¿Cómo iba a enterarme de lo que estaba ocurriendo allá afuera si no lo leía? ¿Como podría anticiparme a Petersen sin tener la información pertinente? Molesta, resoplé mirando a la nada, tomando mi café y agradeciendo que la mujer que tenía enfrente no intentaba aburrirme con una charla insulsa y por demás innecesaria.

Sin embargo, mi atención se vio desviada por algo que estaba haciendo aquella rubia. Miré sus manos, que señalaban algo, sin cruzar aún la mirada con ella pues se había mantenido oculta tras su libro. Poco a poco, mi rostro se endureció y sin decir palabra yo tampoco, asentí levemente.

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11/01/2011, 19:47
Tiffany Sanders
Sólo para el director

No sabía quien era ni por qué estaba sentada a la misma mesa que ella. Supuse que mi espíritu era más gregario de lo que creía. Sin embargo, estaba dispuesta a no intercambiar opiniones con ella. Éramos diferentes, polos opuestos casi. Sin embargo, cuando buscó mi atención la consiguió.

Leí las primeras palabras, las que marcó en el libro. Delirios de una chalada, me dije sin entender que tenía que ver conmigo aquello que me mostraba. Más al ver inmediatamente el doctor cuya tarjeta llevaba en mi billetera y que aún no recordaba cómo es que la había obtenido, unido a una advertencia mi rostro comenzó a palidecer. Mis pensamientos volaron hacia mi habitación, estremeciéndome ante lo que allí había vivido. ¿Sería cierto? ¿Tendría razón esta mujer, a pesar de su apariencia de loca?

¿Qué dos sujetos? quise preguntar. ¿Quienes son ellos? Involuntariamente miré a Jamal y a Cole. Con razón el negro, solícitamente me había escoltado hasta allí. Con razón el otro me miró y calló al instante. Eran ellos. Ellos estaban detrás de todo esto y querían controlarme. Ellos eran los esbirros de Petersen.

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11/01/2011, 19:57
Tiffany Sanders

Miré a la mujer que tenía enfrente sin entender cómo había logrado llamar mi atención sin siquiera cruzar una mirada conmigo y luego seguí con la vista el pasaje que me señalaba.

¿De qué hablaba? ¿A qué se refería con lo de ataque, sujeto, etc? En un primer momento creí que estaba loca. Sin embargo, no llegué a arraigar esa idea. El nombre del doctor Muñoz y la advertencia abrieron mi mente. Mis ojos se agrandaron, mi rostro palideció. Hacía poco había sufrido un ataque en lo que yo creía un sueño. Apenas desvié la vista para la mesa contigua y volví a centrarme en el libro

Levanté la vista y miré a los ojos a aquella mujer. Mis pupilas reflejaron entendimiento. Mi cabeza asintió levemente.

Tienes razón, quise decir, pero la prudencia me llevó a imitarla. En silencio, volví a tomar mi taza para acabar con el café.

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11/01/2011, 23:29
Rachel Adams

Más gente, más sonrisas.
Rose nos puso la comida delante, pero como no todos la tenías no estuve muy segura de si debía empezar a comer ya...Viendo que otros lo hacían, cogí mis cubiertos y empecé a comer.

Los nuevos se presentaron y con una sonrisa alcé la vista de mi plato.

- Rachel Adams, encantada. Y si no decían nada más, me pondría a comer. No entendí muy bien lo que dijo Cole, seguro que era algo de ellos dos...

No es que tuviese muchas ganas, ni cuerpo para comer mucho, pero...se que lo necesito, no comer no es bueno, y...seguro que me despeja la mente.
Jugueteaba con las tortitas, cogiendole pequeños pellizquitos, llenándolos de sirope y comiéndome algunos. Del café si di buena cuenta y con alegría.

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12/01/2011, 18:44
Director

Trás volver a veros, o en el caso de Alicia veros por primera vez, el desayuno tráscurre silencioso, excepto por los saludos de rigor y algún comentario sobre la comida. Rose tarda lo suyo en volver, al parecer la conversación con quien está en el otro lado de la linea telefónica se está alargando. En el comedor, se puede escuchar las carreras de Kevin el hijo de Rose, que parece estár jugando con sus soldados, y de vez en cuando se oye alguna voz mandando o recibiendo ordenes.

Cuando han pasado unos diez minutos Rose vuelve llevando un telefono inalambrico en la mano y os dice:- Al parecer el señor Muñoz no puede venir... pero dice que quiere hablar con ustedes, me ha pedido que queria hablar con todos a la vez- Se siente incomoda con la situación, se le nota por la forma de moverse de un pie a otro- Os dejo el manos libres, y en mientrás os hago los mapas del pueblo, al parecer teneis que ir a algunos lugares...- La voz del telefono habla pero muy flojo y Rose tiene que ponerse el auricular:- Si ahora mismo, no se preocupe.- Deja el telefono en una de las mesas desocupadas y le da al boton de manos libres.

Una voz dulce y amable de hombre se escucha nitidamente a traves del auricular:- Rose, muchas gracias, quisiera hablar con ellos a solas- Como si la viera, hasta que Rose no sale de la habitación la voz no vuelve a hablar:- Creo que todos me conoceis, y si habeis venido hasta aqui es porque creeis que os puedo ayudar. Soy el doctor Eduardo Muñoz, y os doy la bienvenida a Pleasentville- No hay lugar a dudas, es la misma voz que habeis estado escuchando durante meses en vuestros sueños...

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12/01/2011, 22:39
Cole Dish

-La madre que lo pario!
Se cree el puto Charly. Pues yo no me voy a poner minifalda.

Pienso mientras mi noto como me gesto se endurece en una mascara inexpresiva.

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13/01/2011, 20:04
Rachel Adams

Miré a todos los presentes. ¿Ellos también conocían al Doctor?

Por alguna extraña razón se me creó un nudo en la garganta...puede que fuese que en cierto modo pensé que estaba un poco loca por creer aquello...pero, al parecer, todos ellos están en mi misma situación. Increible.

Me sentí observada, me sentí estúpida, y comencé a notar que mis orejas ardían. Bajé la mirada y seguí jugando con la comida de mi plato.