Partida Rol por web

Rose te cede el bote, comentandote:- Ahora después subire a tu habitación y recogere los cristales , no te preocupes  a mi me pasa cada dos por tres-  te sonrie amablemente mientrás que se dirige a la parte de atrás del recibidor, trás buscar un poco saca un telefono y empieza a hacer las llamadas a las 3 habitaciones. En tanto te miras la herida del pie, ahora que ha pasado un tiempo, ya está apareciendo la costra, aunque en algunas de las aberturas siguen manando sangre, por lo  demás  la herida no es muy grave aunque si que es muy escandalosa varios pañuelos de papel teñidos de rojo vivo así lo demuestrán, por lo que tienes que limpiarte las herida antes de darte la pomada, cuando limpias la primera planta del pie  ves que las heridas caprichosamente han creado dos palabras "Bienvenida a", te quedas un rato mirandola antes de atreverte a limpiar el otro pie, y entonces puedes ver que hay otra palabra escrita en tus heridas "Pleasentville", parece que algo más que Rose te ha dado la bienvenida a este pueblo, recuerdas lo sucedido en el servicio y no puedes más que tener un escalofrio...

La posición de la ultima mesa, adecuada para controlar los accesos a la habitación, o quizás la desagradable presencia de la motera me animan ha acercarme al chaval.

http://www.subirimagenes.com/albums-soldadosdeasti...

Por un segundo mi mirada se posa en los soldados de plástico y rememoro como mi propina servia para contrarrestar el furor antibelico de mi familia comprando esas tropas de plástico.

-Buenos días, soldado. ¿Hay sitio en el barracón para un veterano?

Estaba con cuidado curándome. Lo bueno de todo esto es que ahora sangraba muchísimo menos que en mi habitación. Aunque doliese, si apretaba unos segundos en los lugares donde seguía sangrando, se cortaba un poco la hemorragia.

Estaba así, enfrascada con mi pie derecho cuando me di cuenta de que una de las heridas era como una B. Qué curioso. Dibertida me puse a buscar más letras, pero la diversión acabó pronto y se convirtió en un nudo en el estómago cuando puse leer, entre mi sangre y mis heridas "bienvenida a". Con el corazón a cien me descubrí el otro pie y me dispuse a leerlo.

No, no era posible, todo esto no era posible. Yo no podía tener escrito nada en lso pies, fue al pisar un bote...yo no me escribí nada...Porque...¿estaba realmente segura de que no me había escrito nada?

La imagen del baño volvió a surcar mi mente y me volvía autoconvencer de nuevo de que no podía ser. las heridas eran casualidad, producto de mi miedo, que me hacía ver cosas raras. Si, era eso. Los médicos lo decían.

Me curé los pies corriendo y me volví con los demás tan rápido como pude. Definitivamente no quería quedarme sola, si me quedaba sola me pasaban cosas raras...necesitaba entretenerme...necesitaba gente.

Dejé la pomada en el mostrador y me dirigí a donde estaban todos los demás comiendo. Y, aunque nerviosa, volví a enfundarme en una sonrisa.

Abro la puerta y me encuentro a la misma mujer de hace un rato, la que ocupa la habitación contigua, la blanquita buenorra. Está tirada en el suelo y parece que le cuesta respirar. Me la quedo mirando unos segundos antes de decidirme a ayudarla. Me acerco a ella e intento cogerla de los brazos para ayudarla a levantarse y llevarla a su cuarto o al mío, para que se estire en una cama y recupere el aliento.

-No se asuste, Ma'am, la ayudaré a ir a una cama a que descanse. Intente calmarse. Le ha pasado algo hace un momento?- titubeo al preguntarle, tampoco era plan de decirle "eh! tia! has tenido una alucinación como yo o sólo soy yo el loco en este lugar?". Soy negro, en un pueblo de blancos, lo último que necesito es que encima me tomen por más loco de lo que lo estoy...

Abro la puerta y me encuentro a la misma mujer de hace un rato, la que ocupa la habitación contigua, la blanquita buenorra. Está tirada en el suelo y parece que le cuesta respirar. Me la quedo mirando unos segundos con algo de desprecio, se la ve tan poca cosa y tan necesitada de ser rescatada... Una princesita sin voluntad, una muñeca de trapo.

Me acerco a ella con actitud dominante, todos mis poros transpiran  decisión, toda la que no parece tener esa chica, e intento cogerla de los brazos para ayudarla a levantarse y llevarla a su cuarto o al mío, para que se estire en una cama y recupere el aliento.

-No se asuste, Ma'am, la ayudaré a ir a una cama a que descanse. Intente calmarse. Le ha pasado algo hace un momento?- le pregunto, mirándola algo severamente, como si hubiera sido una niña mala y la hubieran pillado in fraganti y su padre esperase una respuesta satisfactoria al estropicio ocasionado. La pongo en pie, tirando de ella y la miro de arriba a abajo, como si fuera un gusano en mi zapato.

Rachel trás curarse entrá en el comedor, no sin antes de ver que Rose está colgada en el auricular llamando a alguna de las habitaciones que te hace un gesto y te manda una sonrisa amable. Trás traspasar la puerta te encuentras en el comedor que está decorado como el resto del hotel con figuras mitologicas, en este caso la escena de las sirenas y Odiseo, aunque de forma abstracta. En el comedor hay cuatro mesas que están dispuestas  , dos en cada lado de la habitación con unas comodas sillas y para cada uno de los comensales teneis  cubiertos y vajilla primorosamente puestos. El hombre que tiene apariencia de militar y que se hace llamar Cole, está con un niño que tiene que ser el hijo de Rose, parece tener alrededor de 8 años, aunque con los niños nunca se sabe, su pelo es rubio de tono pajizo y sus ojos de un azul penetrante, que parece sondearos desde una gafas que le caen graciosamente de vez en cuando, los rasgos distintivos del sindrome de Down se ven en su rostro. En cambio la mujer que te recuerda a una heroina mira la amigable escena y sonrie cinicamente. Por lo demás la sala está vacia y puedes escoger el asiento que quieras.

El chico deja un momento de comer para centrar la vista en tí, pero no es el que habla sino un soldado con unos prismaticos tan diminutos como él mismo :- Siempre hay sitio para gente que comprende lo que es un campo de batalla, me llamo Tomas, y tengo rango de sargento en este peloton, no deje que se le enfrie la comida, nunca se sabe cuando nos tocara volver al tajo- De repente otra voz de un muñeco vestido de policia habla sonoramente:- Le estoy vigilando señora, tenga cuidado con lo que hace en mi jurisdicción- Con un tono tan auténtico que os sorprende que salga de la voz de un niño, en tanto el primer soldado vuelve a hablar:- No le hagais caso, está un poco nervioso, hace poco que entro en servicio- Entonces entra la mujer de pelo negro que tenia los pies con heridas, mirando vuestro alrededor.

Cuando estás llegando al centro de la habitación y notas como las cosas se arremolinan a tu pie, cierras los ojos un momento pensando ya en lo peor, cuando suena el telefono, con un claro timble que se oye por toda la habitación, y te das cuenta de que ya no se oye el arrastrar de muebles ni el zumbante ruido de las cosas volando arrastradas por ese viento extraño. Abres poco a poco los ojos, y te das cuenta de que estás encima de la cama que está echa un revoltijo por lo que te has movido en ella... Todo ha sido una pesadilla al menos eso parece, al no coger la llamada el contestador se enciende y la voz de Rose señala "Espero no molestar, pero el desayuno ya esta listo, podeis bajar cuando querais". Te pones en pie de la cama, sigues completamente desnuda, pero puedes ver como tu ropa sigue en su sitio, has debido tener una crisis. Cuando vas a ponerte la ropa ves que hay una pagina de tu archivador en medio de ellas y escrito en una letra parecida a la de un niño pequeño este mensaje: "Bienvenida a Pleasentville"

 Kim miro al hombre, asustada y sin saber muy bien que pensar. No podia ser posible lo que le acababa de ocurrir pero...había sido muy real. 

N-no, no hace falta, voy a bajar de nuevo al salon. Yo...-dijo dubitativa-n-necesito tomar el aire. Muchas gracias por ayudarme.

Con ayuda del hombre se incorporo y trato de simular los temblores que aun tenia en las piernas y las manos. Se alisó la ropa lo mejor que pudo y trató de dirijirse a las escaleras para bajar abajo. Quizas estando con mas gente, pudiera tranquilizarse un poco aunque no quería ni pensar cuando tubiera que volver a la habitación.

Trás ayudarla a levantarla, Kim decide rechazar lo de ayudarla a ir a alguna de la cama, solo al ver al hombre musculoso y con pinta de haber tenido cuanto menos una vida complicada no le hace tener mucha confianza, y ahora más calmada baja las escaleras. En tanto Jamal se queda de pie, todavia sin decidirse que hacer. Por lo menos en la otra habitación parece que ya no hay jaleo, aunque no sabes si eso es bueno o es malo...

Al bajar las escaleras te encuentras a Rose detrás del recibidor con el telefono en la mano y al verte sonrie comentandote:- Te iba a llamar para desayunar, tienes un poco de mala cara, el viaje a tenido que ser pesado, ¿Quieres que te traiga algo?- Al parecer Rose a notado el susto que hace poco te has llevado.

Gritos. Dolor. Agonía. Una muerte inminente.

Silencio.

Mis ojos se abren, mi respiración, totalmente agitada, sube y baja mi pecho como si hubiera corrido una maratón.

La voz de Rose en el teléfono. Frío. La superficie suave y blanda de la cama de la habitación. Revoltijo.

Con turbación me incorporo y noto que mi cuerpo sigue desnudo y la cama está toda desarmada. Lo demás continúa en su lugar, los cuadros, los muebles, la ropa.

Sin lograr comprender del todo lo que ocurre, miro mis manos. Están perfectas. No hay rasguños ni uñas arrancadas. U sudor frío me cubre y me apresuro a vestirme. Mientras estoy en ello, veo la nota.

¿Qué? ¿Qué... es... esto? Levanto la vista y recorro la habitación con ella. A un lado y al otro. Nadie ha entrado. Nadie está allí más que yo.

Me apresuro a terminar de vestirme, con un nudo en el estómago y la sensación de que algo muy malo me ha ocurrido. No fue una pesadilla... no... era real... podría jurar que era real...

Hago un bollo con el papel pero no lo tiro. Algo en esa escritura me obliga a conservarlo. Con prisa, sintiéndome oprimida y asustada lo meto en un bolsillo y salgo de la habitación para desayunar. No tengo hambre después de lo vivido -o soñado-, pero necesito ver a otras personas alrededor.

Bueno, parece que la blanquita buenorra ya está mejor. Lástima que se marche! Suspiro resignado. "Y que esperabas Jamal? Realmente qué esperabas? Lo raro es que no se haya puesto a gritar Violación! o Ladrón!!". En fin, ahora sólo me queda averiguar de donde vienen los otros gritos, que uno sólo tiene dos manos (y varias automáticas) y las damas mazizorras van primero siempre.

-Vale, de nada- respondo, encogiéndome de hombros.

Tras ver como Kim va bajando las escaleras hacia la planta de abajo, aún temblando la pivita, dirigo mi atención al segundo foco de gritos, el de la puerta cerrada. Miro la habitación abierta de Kim, luego a la puerta cerrada. De nuevo miro a la puerta abierta y luego a la cerrada.

-Qué coño! Uno ha nacido para el peligro, negarlo es de idiotas!- murmuro, sonriendo maliciosamente. Me dirijo hacia la puerta cerrada y llamo a la puerta.

-Todo bien Ma'am?

Cuando vas a abrir la puerta escuchas como llaman y la  voz grave del hombre de color preguntandote:-Todo bien Ma'am?-

-Encantado Tomas. Yo ahora estoy PCS [1]. Con permiso. Saludo antes de asaltar los infantiles cereales azucarados y servirme una generosa ración de panceta y huevos revueltos.

La llegada de la joven insinuante detiene mi, sorprendente, apetito mientras que, de forma casi instintiva, compruebo el lugar que elige para sentarse.

Escuchar esa voz grave cuando tengo la mano en el picaporte casi me hace saltar del susto y contengo un grito que quiere escapar metiendo mi otro puño en la boca. Mi corazón late a mil y el pulso me tiembla. ¿Quién este tipo? ¿Qué quiere? Parece un negro... ¿que hace este negro acá?.

Comienzo a sentirme paranoica. Con un hilo de voz logro articular una respuesta temblorosa.

-Ssssi, si, gggracias... En unos momentos bajo. Gggracias- apoyo la cabeza en la puerta para calmarme y luego la giro para aplicar el oído en la misma. Quiero estar segura de que el tío este se vaya antes de salir de la habitación.

A tu pregunta la voz delicada de la mujer que esta en la habitación te responde-Ssssi, si, gggracias... En unos momentos bajo. Gggracias-

 Kim miro a Rose y trató de sonrreir. Se acercó lentamente para hablarla.

N-no, estoy bien. Es...debe haber sido el viaje, me encuentro algo mareada. Seguro que despues del desayuno me encontraré mejor-Despues miró hacia los lados-donde se sirve el desayuno?

La mujer rubia no me gusta...es como una protagonista de película americana, una heroína pero...me recuerda a la de Alien...
El que tiene pinta de soldado...bueno, seguramente sea muy predecible. Además, me gusta eso de que esté con el crío, no todos soportan estar con un niño, aun menos con uno de sus características. Ha ganado puntos.

Me acerco al niño y Cole y me siendo dejando al hijo de Rose entre los dos.

- Buenos días soldado. Le dije al crío. Yo soy Rachel, ¿y usted? Miré a Cole sonriéndole.