Partida Rol por web

Ani se colocó en una avenida libre de asteroides y aceleró hasta casi quedar fuera del alcance de los láseres enemigos. 

 Takaki por su parte no se dejó amedrentar por la dificultad del tiro. -Ani, manten la nave estable y con rumbo fijo, así, un poco más.

La torreta disparó un tren de pulsos que se alejaron en el espacio. Con la distancia que os separaba no pudísteis ver cómo impactaba en el blanco, pero el subsiguiente zigzagueo errático de uno de los cazas reveló que Takaki le había alcanzado de lleno. Solo la gran maniobrabilidad del caza permitió al piloto evitar un asteroide en el último segundo gracias a un tirabuzón desesperado. 

Fin del turno 3

Turno 4

Los cazas no desisten de la persecución y aceleran temerariamente sorteando asteroides con el margen mínimo. En una de las maniobras un caza se acerca demasiado a una roca y recibe un impacto aunque el fuselaje absorbe el daño.

Ani había logrado zigzaguear entre unos meteoritos ajustando demasiado. Lo cual había venido bien porque al tratar de seguirla tuvieron que reducir en ese momento y no pudieron dispararles.
Pero los muy cabrones todavía estaban persiguiéndoles.

No sigais. Voy a acabar enfadándome. Ya lo vereis.

Ani Blaze saca un 8C. Vosotros actuáis a larga distancia y los cazas no actúan.

Por favor, que alguien se haga cargo de Takaki hasta que Rorro se incorpore. 

Veigur se volvio a sentar, tranquilamente, y estudió los controles. Los piratas seguian lejos, incapaces de mantener el ritmo ante la impresionante habilidad de Ani y la pequeña ayudita que el ingenierio habia dado a los motores. El doltashir hizo un par de calculos rapidos de trayectorias y las posibilidades de que les alcanzasen eran minimas. Recolocó los diagramas electronicos de la nave para incrementar el rango maximo de la torreta laser y se recostó a ver el resultado. Aun con eso, y con la precision de Tataki, el enemigo estaba demasiado lejos como para que los disparos penetrasen el duro casco de las naves.

Último turno de persecución.

Sabéis que los cazas tienen poca autonomía y tendrán que darse media vuelta en breve. Pero no parece que lo vayan a hacer hasta quemar su último cartucho. Uno de ellos se lanza a velocidad kamikaze el línea recta. Ani Blaze maniobra para interponer entre vosotros un asteroide de mil kilómetros de diámetro pero el piloto del caza se da cuenta que el asteroide tiene un agujero enorme que lo atraviesa de lado a lado y maniobra acrobáticamente su nave a través del agujero y aparece al otro lado junto a vosotros.

Desde vuestra cabina de mando podéis ver la suya. Le veis cómo os saluda antes de situarse detrás vuestro y ... (salvo que la maniobra de Ani lo impida, os disparará hasta derretir sus cañones láser)

Ani vio con asombro como maniobraba el piloto del caza por entre el agujero. Y muy a su pesar tuvo que reconocer que era bueno. Lo suficientemente bueno como para poder poner en dificultades a la Bazing Star. No obstante eso no significaba que fuera a ganarles por la mano. Ni mucho menos.

Venga chicos. Que todavía no hemos dicho nuestra última palabra. Demostremosles a esos pringados cómo nos las gastamos.

El piloto del caza que os tiene a tiro deriva toda la energía a sus cañones frontales y vierte sobre vosotros un infierno de luz y plasma, pero la Estrella llameante aguanta la lluvia láser sin apenas desperfectos.

Esa es la última acción que Ani Blaze permite que tomen vuestros perseguidores antes de dejarlos atrás.

Escudos al 14%. Alerta amarilla. 14%. Alert...

Veigur desconectó la alerta al ver que los cazas se alejaban al entrar la Estrella en el espacio aereo de Wayland. Una vez más Ani les habia sacado de problemas, como siempre. El dolthasir no recordaba ni una vez en los últimos 6 meses, cuando le contrataron, que la capitana no les hubiese sacado del molde antes de que cayese el hierro fundido. Y además ya le habian subido el sueldo! A sus compañeros le habian gustado los nuevos compartimentos que Veigur habia instalado en la sala de motores. Indescernibles del resto de la habitacion, como era la moda en Doltha, la tripulación le habia complimentado en crear un espacio tan perfecto para el contrabando. Veigur no sabia a que se referian, pero habia aceptado la subida de la misma forma que aceptaba la carga que metian a la nave: Sin preguntar. Por supuesto, todavia no habia cobrado un solo sueldo, pero bueno, no se puede tener la barba de todos los colores que se suele decir. Ya les iria mejor. Mientras tanto la galaxia era un sitio enorme con un monton de gente que conocer y el habia perdido ya 134 años. Que mas daba un sueldo o seis en un trabajo que permitia ver tantas cosas en tan poco tiempo?

Dagda no muestra la más mínima emoción al finalizar el combate. Simplemente se cambiar de sitio, como para marcar el final de algo y comenta en tono monocorde.

- Ese último disparo no era necesario Veigur. - no se había metido en esto para continuar matando gente sin necesidad, ya tenía las manos demasiado llenas de sangre - Esos pobres desgraciados solo intentan ganarse la vida, bastante tendrán con intentar salir con vida del campo de asteroides.

En cuanto ve que nadie le presta atención saca su esfera de entrenamiento de su bolsillo derecho, la deja flotando a pocos centímetros de sus ojos y se concentra en ella haciendo que lentamente vaya cambiando de colores. Los viajes espaciales son un gran oportunidad para entrenarse.

Ani se permite suspirar de alivio cuando los cazas dejan la persecución y se alejan de la Blazing Star. No había sido la maniobra más inteligente el meterse en el campo de asteroides. Pero había salido bien.

Bueno chicos. Una vez más no han podido con nosotros. ¿Quién tiene la mejor tripulación de la galaxia? La Blazing Star. Como no.
En fin. Nos quedan un par de horas para nuestro destino. Así que relajaos un poco que os lo habéis ganado. Una vez estemos en Wayland le damos su carga a Jatha, cobramos y lo celebramos.
Veigur cuando aterricemos asegurate de que la nave esté en condiciones y si hace falta algo me lo dices. Creo que en ese planeta se puede conseguir piezas de recambio para casi todo.

Se fijó como Dagda se ponía con sus cosas místicas. Por lo que le dejó hacer. Cada uno se relajaba a su manera.

Takaki. Cuando puedas haz revisión de suministros. Esta vez vamos a comprar comida de verdad para variar. Este viaje va a ser muy provechoso. Lo presiento.

Cuando el combate acabó, incluyendo su tiro final de frustración Takaki se miró las manos. ¿En serio? ¿Temblando otra vez como un crío? Los disparos habían impactado todos en el blanco, pero no en zonas sensibles de las naves. Habían salido de esta, quizá no se hubiera notado mucho.

Takaki. Cuando puedas haz revisión de suministros. Esta vez vamos a comprar comida de verdad para variar.

¿Revisión de suministros? ¿Vas a mandarme a la compra? ¿Por qué no va tu p ... la niña?

El enojo era evidente. Vale, él también estaba cabreado consigo mismo, pero no hacía falta que la capitana lo humillara delante de toda la tripulación. Bueno, toda no, tuerca Veigur no estaba, pero él siempre estaba en su cueva.

Conocéis Wayland como un mundo extremadamente industrializado.

Su superficie esta literalmente fábricas, complejos de oficinas y rascacielos. Cada centímetro de terreno utilizable esta oculto por fundiciones y forjas. 

Conforme la nave desciende atravesáis densas nubes de dióxido de carbono, azufre y toda suerte de compuestos tóxicos.

De camino al espacio puerto sobrevoláis una masa de un agua densa y oscura con extensas manchas de combustible y otros residuos químicos.

El alto efecto invernadero hace que la temperatura del planeta sea cálida a pesar de que, por la distancia que le separa de su estrella, debería estar congelado. Los gases de la atmósfera apenas dejan pasar luz visible por lo que al atravesar el permanente manto de nubes y humo de varios kilómetros de espesor, dejáis de recibir luz solar directa y las únicas fuentes de luz son las del neón de los edificios y la combustión de las industrias.

Los últimos kilómetros hasta el hangar que tenéis asignado en embarcadero discurren bajo una fina lluvia corrosiva. Durante el trayecto y antes de llegar al espacioperto vistéis niños resguardándose de la lluvia y respirando por turnos a través de un purificador de aire junto a módulos de vivienda prefabricados.

Una vez en el hangar, después de posaros y apagar motores. Del techo de la estructura salen una docena de chorros de agua a presión que arrastran los restos corrosivos que cubrían la nave.

Tras unos minutos de espera, un reptil humanoide de piel azulada que se present como oficial de aduanas Dekan Deng solicita permiso para acceder a la nave. Una vez a bordo, se dedica a recorrer la zona de carga sin prestar auténtica atención pero señalando lo que según él son anomalías relacionadas con la nave y la carga. Mientras lo hace, cada cierto tiempo, se humedece sus grandes ojos acuosos con su alargada lengua reptiliana.

-Uy que mal, uy que mal. En su documentación detecto una gran cantidad de irregularidades. Demasiadas irregularidades. Veo que la última vez que pasó la ITV espacial fué hace 5 ciclos y aunque en la mayoría de los planetas tiene validez para 8 ciclos, en Wayland que pugna por estar en la cabeza de la seguridad espacial sólo la consideramos válida por 4 ciclos, con lo que su ITV espacial está caducada. Eso podría obligarme a retener su carga durante semanas. Con lo que me duele hacer eso. Me duele mucho tener que hacerlo.

-La carga no está asegurada siguiendo el protocolo ISO-9002 espacial por lo que detecto que puede haber un fraude en las condiciones de entrega. Debería dar parte a los peritos y los juzgados.

-¿Dónde está el acceso a la sala de motores?. Circulan informes de cargueros como este modificados para el contrabando llenos de compartimentos secretos y fondos dobles. 

Veo que sois todos mamíferos y... ¿Qué es esto? Oh! Un Dolthasir oh.. tan lleno de... vello. - Se pasa repetidamente la lengua sobre los ojos como si por el mero hecho de ver a Veigur se le hubiesen llenado de pelo.- Debería llamar a los de sanidad y poner la nave en cuarentena.

Respecto a la nave, tampoco ha aplicado .... y sigue hablando, hablando, poniendo pegas sin fin y deslizando una y otra vez la posibilidad de retener la nave y su carga durante semanas o meses.

Veigur cuando aterricemos asegurate de que la nave esté en condiciones y si hace falta algo me lo dices. Creo que en ese planeta se puede conseguir piezas de recambio para casi todo.

Veigur no queria perderse la entrada al planeta, y se apresuró a hacer un chequeo de todos los sistemas y comprobó los manuales de mantenimiento. La Estrella Llameante era un carguero ligero VCX-100 y, como tal, habia sido uno de los primeros modelos en aplicar el nuevo paradigma de mantenimiento predictivo al contrario que modelos anteriores que tenian umbrales de uso. Como tal, había muy poco que cambiar. Algo de sellante, varios anillos aislantes, un par de luces de emergencia que se habian fundido y cargar celulas de combustible. Nada especial. El dolthasir apuntó como inversiones adicionales un conversor alpha, que los sistemas de prediccion decian que funcionaba perfectamente pero a Veigur le parecia que hacia un ruido raro. Era caro, sin embargo, asi que dependia del dinero que les sobrase. Tenia piezas de sobra para una reparacion de emergencia, si era necesario.

Si no derrite el deflector lineal de fluzo, claro - pensó el enano mientras subía a cabina. Se pasó todo el descenso mirando con los ojos muy abiertos. El ingeniero no se cansaba de las vistas cuando entraban en un planeta nuevo. Le encantaba. Quizas algun abrazaarboles como Dagda (el cual no le caia demasiado bien. No por ningun motivo, casi era como si los Tuatha y los Doltashir tuviesen una animadversion genética) no le gustaba este tipo de planeta. Que tenia de malo? Bueno. la polucion. vale. Y la lluvia corrosiva, si. De acuerdo. Y la falta de luz solar, cierto. Pero aparte de la polucion, la lluvia corrosiva y la falta de luz solar... Que tenia de malo el planeta?

La corrupcion - pensó Veigur. El Dolthasir miró de reojo a Dagda que tenia una media sonrisa - Tuatha, como seas tu el que esta metido en mi cabeza, te vas a enterar. - Mor negaba que sus poderes psionicos incluyesen la telepatia, pero Veigur no se fiaba.

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Veigur escuchó pacientemente al reptiliano, esperando su turno para hablar. Aquel buen lagarto no se callaba y el pobre no daba una, al menos en lo que era capaz de oir Veigur, que el bicho susurraba todo el rato. El oficial tomo aire para seguir hablando y Veigur aprovechó

Hola señor oficial de aduanas Dekan Deng. Soy Veigu....

~~Qué es esto? Oh! Un Dolthair oh.. tan [...] .. vello. - Se pasa repetidamente la lengua sobre los ojos como si por el mero hecho de ver a Veigur se le hubiesen llenado de pelo.-

Un cumplido! Esto iba bien

Muchas gracias, usted tambien es un reptil apuesto. - le replicó - Es mi deber aclararle que la ITV es un estandar intergaláctico - Veigur lo sabia bien porque lo habia estado leyendo esa semana - Y que a pesar de que cada planeta puede poner sus propios limites, estos solo aplican a naves residentes en el planeta. Su limite de 4 ciclos, por ejemplo, se debe a lo corrosivo de su atmosfera para naves que la transitan habitualmente. Respecto a la carga, esta anclada al suelo con las magnetogarras de serie, que siguen el antiguo ISO 4500-1, que es valido para naves de esta epoca. ISO9000 no es retroactivo, quizas se ha confundido por eso. Por otra parte...

La verdad es que Ani ya ni se fijaba en los planetas que aterrizaba. Había visto muchos, de diferntes tipos. Y ninguno la había llegado a sorprender para nada bueno. Aunque sinceramente había sido más que nada culpa de sus habitantes. Así que los catalogaba por ellos. De momento este no parecia muy malo. En cuanto Nagan Jatha les pagase subiría o bajaría algunos puntos depende de cómo lo quisiera hacer.

No obstante antes tenían que pasar el "tramite burrocratico". Lo cual la molestaba sobremanera. No era la primera vez que tenía que sobornar a un encargado de aduanas. Pero le gustaría que alguna vez las cosas fueran más sencillas. Además, uno diría que si transportas para el jefe de los bajos fondos local tendría que tener controlado esto. O eso, o era "uno de" los jefes locales. Porque la opción de que quisieran retenerles la carga para que después desapareciera misteriosamente y se quedaran sin cobrar no quería pensarla. Todavía.

Le hizo gracia el dolthair. Se puso a discutir con el técnico como si realmente hubiera fallos en la nave y no quisiera pasta. Aunque lo que dijo lo mismo ayudaba para rebajar el precio.

Como dice mi técnico de mantenimiento. Esas irregularidades que usted habla son las estandars para las naves planetarias. Al venir de fuera nos tenemos que regir por el estandar intergaláctico. Y estoy seguro de que un oficial de aduanas con tanta experiencia como usted lo sabe. Imagino que tendrá mucho trabajo y andarán cortos de personal y se tendrá que encargar usted de la mayoria de casos. Y claro, el hacer las cosas bien cansa, y uno se despista. Porque estoy seguro de que no quería timarnos.
En cualquier caso, y para no hacerle perder el tiempo porque seguro que tiene mucha faena acumulada, por qué no vamos al grano y nos dice cual es la "tasa" adecuada para pagar según el estado de nuestra nave y se encarga usted del papeleo para asegurarse de que se haga bien y cada "partida" vaya a su lugar correspondiente. Así nosotros podremos llevar nuestra carga a nuestro destino, cobrar, y gastarnos su dinero en su magnífico planeta.

Fal alterna su mirada boquiabierto entre el oficial de aduanas y el ingeniero de la Blazing Star. Y sabiendo que la única moneda de pago que se le ocurre (el ondho*) no es la mejor manera de pagar al reptil, prefiere mantenerse al margen...

nos dice cual es la "tasa" adecuada para pagar según el estado de nuestra nave y se encarga usted del papeleo

¡Por las estrellas! ¿Se le estará pegando mi sutileza a la capitana?

Dagda disfruta de la tranquilidad del viaje de forma notoria. Se le ve feliz y tranquilo. Por eso en cuanto la nave empieza el aterrizaje en el planeta se pone de muy muy mal humor, ocurra lo que ocurra las cosas solo pueden ir a peor.

Lo bueno para sus compañeros es que estar de muy muy mal humor para un Thuala es más o menos el equivalente a estar ligeramente irritable en un humano. Lo único que notan es un bufido cuando la nave empieza a aterrizar.

La actitud del agente de aduanas solo confirma sus miedos, por lo que Dadga se enfada aún más: su ceja izquierda se tuerce un par de milímetros hacia abajo mientras espera que la capitana solucione el asunto.