Partida Rol por web

Al ir entrando en el buque de guerra varado veis sus interiores. Enormes mesas de cena se habían puesto a lo largo de lo que antes eran las tripas del barco. Habían hecho, en la zona frontal de ese espacio diáfano, una parte elevada para representar un altar. El ‘techo’ de la estancia estaba impresionantemente decorado con más faroles y telas.

En el centro de la estancia, comandaba la organización la monstruosa pirata Lola Lynn, una píscida con rasgos de tiburón toro con un cuerpo enorme de unos cuatro metros de alto. Pero más terrorífico que su tamaño o su boca llena de dientes serrados, era el ímpetu con el que organizaba todo.

-VENGA! CON BRÍO. ESTO TIENE QUE ESTAR PARA LA CENA DE ESTA NOCHE. Y COMO NO ESTÉ LA COMIDA TENDRÉ QUE IMPROVISARLA CON ALGÚN INVITADO DESAFORTUNADO BU-JAJAJAJAJAJA!

En cuanto os ve pasar junto a Lyvia le cambia la cara a algo que entendéis que es alegría.

- ¡Lyvia cariño! ¡Te dije que toda esta zona era una sorpresa!
 

Lyvia responde sin tener muy en cuenta los sentimientos de su madre.

- Madre, ¡estos son mis amigos! ¡Los Piratas del Puño Rojo! Son mis invitados de honor. Los he acompañado a que vengan a presentarse.
 

Khalan hizo una exagerada reverencia al ser presentado ante la madre de Lyvia. 

— Un placer conocerla — Dijo antes de levantarse.

— No se preocupe, no seremos nosotros quien desvele nada —

La historia de amor entre Lyvia y Mikele era súper ñoña, pero súper heróica al mismo tiempo. ¡Así que Mikele era un hombre valiente! ¡Todo un caballero! Oh, muy bien... muy bien... ¡mi amiga había tenido buen ojo! Sin embargo, cuando entramos en el buque y vi a su madre, la conversación sobre el amor de mi amiga pasó a un segundo plano... y es que...

¡Madre mía! ¡La magnífica Lola Lynn! Ya la conocía, ¡por supuesto! Pero siempre que la veía, me inspiraba la misma sensación, como si una mariposilla estuviera recorriendo mi estomago... ¡La idolatraba! Era todo lo que yo deseaba ser... ¡La mejor pirata de todos los mares!

—¡Hola, señora Lynn! —dije, en un tono de voz más alto de lo normal debido a los nervios—. ¡Me alegro muchísimo de volver a verla!

Sonreí, e incliné mi rostro como saludo, casi a la par que Khalan.

—Es un honor para nosotros estar aquí el día de la boda de su hija. ¡Gracias por invitarnos!

-¿Y te salvó aunque se te comieron tanto trozo?-debía de ser un buen cirujano ese Mikele, hasta la cicatriz era estética en Lyvia aunque había que reconocer que el monstruo marino era muy concreto en lo que quería comerse-qué guaaaaay. ¿Qué puntos usó? No me lo digas, le preguntaré a él-suspiró soñadora con un suave ronroneo imaginando la de posibles técnicas que podría obtener solo por ir a una boda en plan "hola, mi capi es tu amiga ahora nosotras también lo somos".

Lola parecía (y con toda seguridad era) una mujer terrible aunque seguramente tener la boca como una trituradora gigante ayudaba mucho a la estética intimidatoria. Desde luego con Audrey funcionaba y sin darse cuenta se apretó en Bronz como si quisiese hacerse más pequeña de lo que y era.

--No nos chivaremos a nadie, nya, señora Lynn, promesa de meñique-levantó uno de los meñiques en el aire. Lo último que le apetecia era que esa boca llena de dientes dictaminase que era un peligro para la sorpresa sorpresiva de la boda y que ordenase que desapareciese. Khalan estaba con el chip formal al máximo y Elizza no cabía en sí de la emoción. Si Grajo seguía con cara de estar a punto de salir corriendo ella lo seguiría, decidió mirando sobre su hombro buscando a su compañero.

La enorme pirata tritona contrasta su aterradora presencia devolviéndoos cordialmente el saludo.

- ¡Ah! Así que tú eres la famosa pirata esa del brazo rojo de la que tanto se oye hablar últimamente. Es un honor tenerte en la celebración. Espero que tú y los tuyos disfrutéis de la ceremonia y de los banquetes. 

Cuando Audrey lanzó su promesa de meñique, la pirata tritona contrastó aún más su presencia:

- Mira esto! No es lo más adorable que habéis visto! Qué envidia me dáis, yo aún no tengo una minina en mi tripulación, ¡y menos aún una tan adorable! ¡Promesa de meñique!

Dice, devolviéndole el gesto a la gata.
 

Lyvia respondió con agotamiento.

-¡Madre, no seáis infantil!

...

-Bueno, ¡Qué tal si vamos a saludar a los otros anfitriones! ¡Los Cannoli también merecen su parte de respeto!

Y allá vamos. Pensó Khalan. Aparte de volver a ver a Lyvia, lo que más le interesaba era conocer a quien había conquistado su corazón. Ahora ya sabía cómo lo había conseguido. Veríamos la disposición de la familia a la boda y por su puesto el aspecto.

Khalan volvió a pensar en aquellas dos tripulaciones, pero enseguida se le fue de la cabeza. Estaba con Lyvia, era su día y debía comportarse. Ya tendría tiempo después de conocer al novio de estar alerta o preocupado.

— ¿No da mala suerte que la novia vea al novio antes de la boda? — Dijo el pirata. No es que fuera especialmente supersticioso, pero por todos es sabido que los piratas creen bastante en estas cosas... aunque claro. Lyvia no era una pirata cualquiera.

¡Había escuchado de mí! ¡Había escuchado de mííí!

No cabía en mí misma de la emoción que sentía. No todos los días, tu mayor ídolo decía que había escuchado cosas buenas de una servidora. ¡Qué pasada!

—Disfrutaremos muchísimo —contesté—. ¡Por supuesto! ¿Verdad qué sí, muchachos?

Pero, por desgracia, tan pronto como habíamos saludado a la señora Lynn, tuvimos que despedirnos porque teníamos que saludar a la familia del novio. ¡Ay! ¡Los protocolos!

—Estoy deseando conocer a tu chico, pillina —le dije a mi amiga en cuanto nos despedimos de su madre, sonriendo y pasando el brazo por encima de su cuello

¿Cómo sería? ¡Tenía muuuuuuuuucha curiosidad!

La mujer le causó miedo al cuervo, saludó a la tritón detrás de sus compañeros, su cara era impávido, pero algo en su interior le decía que corriera o se convertiría en pollo asado.

En cambio al comportamiento de los demás, bueno, a el le hubiera gustado que fueran más precavidos, algo que sabía no iban a hacer, por eso odiaba las conglomeraciones de personas, en nadie se podía confiar ni mucho menos, volvía a desear que todo esto se terminara.

Nada había terminado, ahora tenían que ir a ver al novio y presentar sus respetos a la familia de los corruptos Cannoli, y la capitana diciendo que deseaba conocerle, ¿Qué podría salir mal? 

"Mantén bajas tus espectativas, siempre piensa en lo peor que pueda pasar, nunca des nada por hecho, y prepárate para cualquier eventualidad" 

Palabras de su difunto padre, que podía llegar a sonar paranoico, pero ese sistema de defensa le a mantenido con vida, y es algo que el pichón comenzó a implementar despues de experimentar varias calamidades antes de unirse al Puño Rojo. 

Buenos días señora pirata. -Saludó Annie.  Gracias por la invitación.  Sabía que la naturaleza de uno, es la naturaleza de uno, pero no podía dejar de ver raro a una tritona que incluía entre su dieta el comerse a otras personas.    ¿O había cambiado a ser vegetariana, o comer sólo mariscos que no fueran inteligentes?  ¿Qué hay con los pulpos?  

Estas y otras preguntas rondaban por su cabeza, tratándose de quitar prejuicios y a la vez queriendo mantener su brújula moral sin dar tantas vueltas como en marejada.   Algo nada fácil. 

Siguió a la comitiva en la ronda de presentaciones.   Era importante ver a todos y, sobre todo,  ¡detectar uno o dos buenos candidatos para cuando llegara la hora del baile!

Obvio Grajo, te aparto para un par de pasodobles, ¿vale?  De una vez.   Sabía que su cuate era bueno para eso de moverse como flotando en el aire.   Lo hacía, literalmente. 

Y a usted, doctora, ¿qué tal se le da la cumbia?   -le preguntó a Ohdri. 

Tras escuchar la historia de Lyvia y de caminar hasta donde se encontraba su madre por fin frente a la gran pirata Lola Lynn de quien la capitana tanto hablaba mientras venian a la boda, y quizas no se notaba porque estaba siendo cortes pero su presencia era impresionante digno de alguien con una leyenda tan grande sobre sus hombros.

Muy buenas Señora Lynn — inicio Bronz con su marcado ascento de europa del este para darle un cortes saludo a la señora — muchas gracias por la invitacion a la boda de sus hija, mi nombre es Bronz soy el cocinero de la tripulacion del puño de hierro, y estoy a la orden si quiere que le prepare cualquier plato que desee.

y al finalizar hizo una reverencia mientras extenia la mano en una clara señal de hacer un saludo caballeros digno de un caballero del siglo 15, que finalizaria besando la mano de la capitana Lola si esta, claro esta extendia la mano en señal de aprobacion

En comparación a su mano, la de Lola (al igual que absolutamente todo en la tritona) era lo suficientemente grande como abarcarle la cabeza mientras que con la otra podía estar cocinando pero la imponente pirata resultó tener una percepción de la profunidad y de la proporción sorprendente cuando enredó su meñique en el de la felina doctora, cuyas orejas se estiraron hacia delante olvidando en gran parte el temor que le inspiraba la intimidante presencia de la matriarca Lynn

-¡No es infantil, estamos haciendo una promesa muy importante, ña!-replicó Audrey con tono aniñado en defensa de Lola porque no importaba el tamaño, si uno hacía una promesa de meñique ya era amigo para siempre jamás de la menuda tripulante del Puño Rojo y eso implicaba que tenía carta blanca para dar la cara por la señora Lynn.

Se deslizó por Bronz mientras él se inclinaba caballerosamente como si fuese un tobogán de superficie bruñida y se quedó a su sombra aunque así lo único que consiguió era que quedara resaltado la diferencia de tamaño entre ambos y, desde el resguardo del cocinero se inclinó hacia delante para mirar a Annie con expresión de genuina curiosidad.

-¿Cumbia?-no estaba segura de si era un plato o un baile- ¡ni idea pero hasta que no lo intente no lo sabremos!-¿qué era lo peor que podía pasar? ¡Ya estaba ella para tratar los posibles accidentes! O incluso el novio Cannoli, quizás incluso así pudiese memorizar alguna técnica suya.

Mientras Lola retiraba su enorme mano de Audrey le respondió al cocinero. El ofrecimiento de Bronz le había sonado atractivo a la enorme pirata.

-¡Un cocinero como los mares mandan eh! ¡Te daré la oportunidad de deslumbrarme! ¡Yo no bromeo cuando se trata de devorar!

A pesar de la extraña apariencia entre simpática y amenazante de la anfitriona, que no os da pie a darle una despedida fácil, ya se encargó de eso vuestra amiga. Desde la perspectiva de Lyvia, cuanto antes acabasen las formalidades antes podría empezar la celebración. Os alejáis del recinto mientras la enorme pirata se despide de vosotros.

-¡Disfrutad de la juventud! ¡Ya llegará el día en el que no podáis hacerlo tanto!

Comenzáis a dirigiros a una zona más cercana al barcotanque de los Cannoli. Un gigantesco vehículo hecho más de piedra y metal que de madera. El ambiente conforme os adentrábais en esta zona era también festero, aunque un tanto diferente. Era normal, a fin de cuentas y aunque estemos hablando de criminales, hay diferencias entre piratas y mafiosos.

Aquí se respiraba un aire un tanto más elegante, pero también un tanto más terrenal y campechano, sencillo a su manera.

A Lyvia, sin embargo, lo campechano no le importaba, solo la sorprendente capacidad de navegación de los Cannoli gracias a sus recursos.

-No me digáis que no es una maravilla de la ingeniería naval!

Eso si es algo que jamas habia visto, crei haber visto todo viajando con ustedes chicos. — y es que aquello tecnicamente no debia de existir, como era posible que un barco fuer construido con piedra? con metal si, algunos barcos de transporte o militares tenian largas piezas de matal o incluso estaban hechos de metal. pero nunca habia visto uno que integrara piedras al diseño

La palabra "cumbia" había afectado el estado de ánimo del ladrón, al punto que había preferido que se callara, odiaba ese estilo de música casi al punto de asesinar, por esa razón empezó a emanar un aura negra y cargada de violencia. 

El cuervo prefería la música de las chirimias y las gaitas marineras, costumbres inculcadas por su padre adoptivo, al recordarle, su aura se calmó y su poder demoníaco cesó, no dijo una palabra más hasta que llegaron acorazado.

-Esto es algo que los recursos y los contactos consiguen amigo mío-

Cómo buen ladrón, sabía muy bien que eso podía llevar a la riqueza rápida, y la riqueza, asegura también una posición de respeto, pero... Cuándo estas en la cima, todos quieren verte caer. 

-...Es casi como un castillo con tanta piedra...-más que una brillantez de la ingeniería naval Audrey tenía otro pensamiento en mente que no llegaba a tener forma y por mucho que la doctora intentaba alcanzar ese pensamiento inquieto se le escurría como agua entre los dedos. Una emoción de lo más frustrante-¿TIENEN DRAGONES?-se le ocurrió de repente con un arrebato de emoción cerrando los puñitos bajo la barbilla a la altura de la clavícula y los ojos brillantes, volviéndose a queridaLyvia expectante.