Partida Rol por web

El camino al territorio de ese Chuck al que algunos copnocéis pero Bruno no, es largo y sinuoso, pero al ser de noche y no tener que sufrir el sofocante sol de Arizona, no es tan duro como podía haber sido. El lugar se encuentra al pie de las montañas, apartado de cualquier otra zona habitada por hectáreas y hectáreas de terreno sin más utilidad que el pasto para las reses. La carretera olvida el asfalto varios kilómetros antes de llegar, y se convierte en poco más que un camino falto de vegetación por el continuo paso de vehículos. Campo a través la cosa es aún peor, pues numerosos arbustos y árboles pequeños estorban el caminar e incomodan la marcha, además de que el suelo es irregular y lleno de pequeñas lomas que llenan el camino de altibajos. Afortunadamente, viajáis en una vieja camioneta.

Por carretera no se tarda en cruzar la imponente entrada a los terrenos del rancho Sunglow Ranch, que consiste en un par de pequeños muros escalonados que flanquean el camino a su entrada a los terrenos del rancho y desaparecen pocos metros a cada lado del camino, sustituidos por simples vayas de madera. De cada muro brota un grueso madero amodo de columna, que sostienen una barra de igual grosos, horizontal, que ejerce de base al nombre del rancho y a dos figuras de vaqueros a caballo, todo ello en madera envejecida. En el muro de la derecha, un cartel indica que se está penetrando en propiedad privada, y que el propietario se reserva el derecho a disparar a los intrusos.

Campo a través, los terrenos libres se ven limitados por una larga vaya de madera de grueso y resistente aspecto, bastante cuidada y lo bastante alta para impedir el salto de reses y caballos, pero no de impedir el paso de hombres y animales más pequeños.

A lo largo de toda la vaya, así como en la misma entrada del rancho, cualquier miembro de La Familia es capaz de detectar un olor peculiar. Ni siquiera es un olor, ya que no es preciso recurrir al olfao para detectarlo y comprenderlo, sino que se trata de algo más. Más místico, más espiritual. Aproximadamente a unos tres metros de penetrar en lo terrenos del rancho, una inquietud extraña recorre a todos los intrusos, una especie de miedo irracional. Todo el que cruce los límites se sentirá como si estuviera allanando una casa ajena o robando las joyas de alguien, pues pueden sentir que están entrando en el "coto privado" de otro.

Cruzando los límites del rancho, se llega a la hacienda central, rodeada por inmensos terrenos que hacen de pasto para un buen número cabezas de ganado bovino que se esparce como una fina lluvia por los terrenos más cercanos a la montaña. La casa es de una sola planta, pero bastante grande y completamente de madera. Su tejado de doble vertiente está dividido en varias secciones, y en su centro se ve la doble salida de humo de una chimenea. La casa descansa sobre cimientos de piedra pesada, y en su centro, una enorme puerta acristalada con vidrieras de colores con motivos florales invita a entrar desde lo alto de una pequeña escalera de apenas cinco escalones.

Pongamos que la casa tiene luces fuera, pero sigue siendo una imagen nocturna

Ascendiendo las pequeñas escaleras, y penetrando en la casa a tavés de las amplias puertas a lo que parece un salón rústico bastante acogedor. Las paredes son de madera, pulida y brillante, y una chimenea en la que aún brillan los últimos rescondos de un antiguo fuego preside el lugar. Un par de sofás se congregan frente a ella alrededor de una mesita forrada de piel de vacuno, sobre la que descansa una fuente con frutos secos. Sobre la chimenea, un marco recoge una estampa del desierto, y en el techo hay una lámpara de hierro con la mayoría de bombillas apagadas. La luz de lugar la dan mayoritariamente dos lamparas de pie que descansan a los lados de la chimenea. Nada más entrar, os inunda un agadable olor a incienso y la calidez del lugar.

El lugar, tal como temíais, está desierto. Aún albergábais una tenue esperanza de encontrar a Chuck recostado en uno de sus sofás, refrescándose con una cerveza o un vaso de Whisky, pero ni mucho menos. El lugar está inundado de un silencio desolador, solo roto con vuestra propia presencia.

No me distraigo demasiado con el paisaje cuando llegamos al territorio de Chuck sin embargo sí noto esa incomodidad característica que antes no padecimos. Pero claro, antes éramos invitados y ahora no hay nadie que pueda darnos acceso voluntariamente al amplio rancho.

Enseguida me dirijo hacia la puerta principal de la casa, entrando en su interior con cierto ímpetu que pronto se desvanece. No estoy muy segura de si esperaba encontrar a alguien pero ver el lugar tan desierto me desanima todavía más.
Acompañada de un hondo resoplido me dejo caer sobre una de las mullidas butacas con malos modales. Lo cierto es que sencillamente no me fijo en ese detalle.

-¿Y ahora qué?, ¿vamos a ir a esa fábrica?- pregunto sin demasiada convicción mientras cojo algunos frutos secos. Tengo hambre pero no demasiadas ganas de comer, es un tanto extraño.

El camino es largo y pesado, pero lo hace más largo el silencio que les acompaña. Bruno se muestra como una persona incapaz de relajarse pues se mantiene alerta, mirando el camino que van dejando atrás, pero también prestando atención al cielo, como si no pudiera quitar la vista de las estrellas o como si buscara algo.

Durante el viaje ata algunos cabos y aventura que los boogies estaban en la montaña para arrojar algún tipo de residuos a unas cuevas o pozos. Quizá Chuck cayó en una de ellas durante el terremoto, que quizá lo producían esos desperdicios corruptos que parecían venir de una fábrica de armamento. No podía estar seguro de sus conclusiones porque los demás no tenían ánimo de conversar.

Se apeó junto al rancho y sintió esa molesta sensación indicando que no era bienvenido, pudo notar que los otros sentían algo similar de modo que no dijo nada y avanzó junto a ellos. Ya dentro no pudo menos que agradecer el cuidado aspecto de la vivienda, no sólo era un lugar limpio, sino más hermoso que la mayoría de hogares brasileños. Contrastaba el extensivo uso de la madera con la localización desértica donde se encontraba.

El Balam se sienta en el sofá, junto a Habika, mirando de reojo la forma de los frutos secos, tan distintos a los que está acostumbrado a ver.

-         En realidad todavía hay una opción para buscar a Chuck. Aquí hay muchas posesiones suyas, con algo de su ropa y conociendo su nombre completo, si lo sabéis, puedo realizar el ritual de la piedra. El ritual suele indicar la zona general donde está el objetivo, si Chuck cayó en un pozo posiblemente nos llevaría al último lugar donde lo vísteis, pero si sigue vivo y se ha movido, o se lo han llevado, la piedra nos llevaría cerca. No quiero daros esperanzas pues es algo orientativo, pero tampoco hay que descartarlo como opción.

Se echa unos cuantos frutos a la boca y los mastica. Luego sigue hablando.

-         En cuanto a la fábrica, vamos a tener que ir y recabar información sin ser descubiertos, ya hemos visto que tienen plata y buenos soldados, seguro que ninguno de nosotros está tan loco como para entrar soltando garrazos, es mejor ver el lugar, espiar para saber qué es lo más importante allí, algo que merezca la pena el riesgo de entrar para destruir. También existe la opción del plan G, que consiste en hacer pública la corrupción del lugar y esperar que los Garou hagan el resto...

Mira a los tres y sonríe ligeramente.

        - Yo no soy un especialista en sigilo y espionaje, espero que vosotros lo llevéis mejor.

Pronto desaparecen las esperanzas de encontrar a Chuck en su territorio la sensación de no ser invitados es una pista que se confirma al entrar en la casa, estamos solos y Chuck sigue en paradero desconocido... un duro golpe para la moral del grupo que no podia permitirse perder al único miembro experimentado del mismo.

Supongo que si debería ser nuestro siguiente paso pero la cuestión es si acercarnos de día en nuestra forma humana con cualquier disculpa o ir directamente de noche en nuestra forma felina para pasar desapercibidos... yo creo que deberiamos ir en nuestra forma humana para reconocer el terreno antes y no tendría por que pasar nada. Antes de salir tambien deberíamos dejar una nota para Chuck por si vuelve a casa... Digo sin demasiadas esperanzas en que realmente vuelva.

 Cierro los ojos y rememoro lo que paso hace unas horas cuando eran dias felices, cuando pasamos el...casi me muero y encima conseguimos a un amigo yo esperaba que a un maestro y...

Bruno asiente.

- Está bien que hagamos las dos cosas, pero antes de intentar hacer una visita, se puede intentar obtener información desde fuera. Por ejemplo con unos prismáticos, montar un mapa y señalar los lugares que parecen especiales, o que reciben mayor tráfico de personas o mercancías. Si luego entramos se puede oler ahí para descubrir los que huelen a sustancias tóxicas... ¿alguno de vosotros tiene dones para oler la corrupción? sería la mejor forma de encontrar la fuente.

-Hmm... Es posible que pudiéramos acercarnos en nuestra forma humana si fuera una fábrica Normal, pero recordad que no lo es- puntualizo para que piensen con más profundidad en sus propuestas aunque puede que Alma tenga razón y lo que necesitamos es un buen descanso.

-Ya habéis visto a sus soldados, creo que podrían detectar nuestro verdadero ser a pesar de que vayamos con nuestro cuerpo humano, igual que nosotros a ellos- me quedo pensativa y dubitativa unos segundos -Yo votaría por ir en nuestra forma felina más escurridiza pero me amoldaré a lo que decidáis todos. Igualmente Bruno tiene razón y deberíamos dedicarnos a descubrir información pero sin meternos en peleas directas otra vez- nosotros somos descubridores y susurradores de secretos, no soldados preparados para guerras grandes como nuestros "primos" los lobos.

-Tengo esto, pero no creo que sea muy útil- muestro el colmillo que pende de mi cuello y que emite destellos verdosos que poco a poco se van apagando -Sirve como señal pero no creo que nos conduzca al origen de todo- tras lo cual vuelvo a guardarlo y me levanto para dirigirme a alguna habitación.

Parece que se va a imponer el descanso. Aunque Bruno va a aprovechar para invitarse a comer algo antes de irse a la cama y ducharse, pues lleva largos días de camino y arrastra bastante cansancio.  Seguro que el bastet tiene una buena despensa en la cocina y habrá algo energético, a los norteamericanos les encanta echarse a la boca comida con exceso de grasa o azúcar.

Escucha las palabras de Habika y ve el objeto reluciente.

- Supongo que quieres decir que el objeto detecta corrupción. Nos será útil entonces.

El bastet se levanta, sintiendo un ligero dolor que le recuerda que tiene que terminar de curarse la herida, aunque mañana habría regenerado parcialmente, pero si hay otro encuentro con plata es mejor estar perfecto de salud.

- Buenas noches a los tres. Yo buscaré un dormitorio después de echarme algo ligero al vientre. Si veis que alguien se cuela en vuestra cama después, ya sabéis quién será.

El hombre ríe maliciosamente.

La noche es escasa, cuando el sueño os lleva lejos de la cruda realidad de misterios dolorosos que se antepone a vuestros deseos. Bien cercano estaba el alba cuando encontrasteis acomodo en los diversos rincones de la casa en la que sois invitados sin anfitrión. Un par de dormitorios, algunos sofás, e incluso el suelo de madera acomodado mediante alfombras, hacen las veces de lugares de descanso para los grandes felinos que se abandonan al descanso reparador.

No hay gallo alguno que cante al amanecer, como tampoco despertador electrónico ni mecánico que suene. La mañana llega en silencio sepulcral, y así transcurren las horas mientras os reponéis de la larga noche de continuo esfuerzo y estrés. Es el atardecer quien recibe vuestro despertar, cuando el sol deja de estar en todo lo alto y pegar con fuerza, y comienza a remitir dando paso a la fresca brisa de la tarde desértica de Arizona.

Si alguien aún contaba con la esperanza de encontrar a Chuck sentado en su butaca al despertar, de que hubiera regresado a su hogar durante las horas de sueño, ve sus esperanzas defraudadas. Mala señal, que no vaticina nada bueno para el Pumonca.

Anoche, presa del cansancio y las prisas, trazasteis los primeros esbozos de algo parecido a un plan. Aún no estaba el todo definido, pero para cuando Bruno se retiró a descansar, la idea se había apoderado del ánimo de todos los Bastet de la casa. Quizás este fuera un buen momento para definirlo un poco más... y ponerlo en marcha.

Nada mejor que una ducha y una noche reparadora sobre un sofá. Mucha gente no apreciaría ese mueble como fuente de descanso, pero él normalmente duerme en superficies más sólidas.

El dueño del lugar no había vuelto, si lo hubiera hecho le habría dado a Bruno un buen susto, por eso se había echado encima su escudo tribal, pensando que le indicaría que no es un enemigo.

Les iba a preguntar a los demás si era cierto ese prejuicio de que desayunaban siempre huevos fritos, pero se da cuenta de que han estado dormidos más horas de las esperadas.

- Buenas tardes damas y caballeros.

Comenta sentándose y observando los movimientos de los bastet que anoche recién conoció. Las relaciones entre los miembros de su especie no eran nada fáciles, lo normal era que cada uno fuera a lo suyo y eran demasiado independientes como para organizarse bien. Ya lo habían intentado ayer y hoy tendrían que volver a ello.

- Yo no he cambiado de opinión... si primero echamos un vistazo desde fuera podemos ver los puntos de interés y formas de entrar y salir. Luego podemos seguir la piedra de búsqueda hacia las montañas de nuevo, por si nos ayuda en algo y porque quizá debímos haber cogido los uniformes de esos soldados. Si descubrimos un lugar por donde entrar y nos disfrazamos, podríamos movernos con facilidad por allí dentro...

Lo suelta todo de una, intentando agilizar la toma de decisiones.

Al levantarme lo primero de lo que me doy cuenta es que Chuck no ha vuelto a casa, mal augurio, sin duda las cosas pintan cada vez más dificiles para que Chuck siga con vida y quiza debieramos plantearnos si buscar sus restos o no cuando acabe todo esto. Me desperezo al levantarme de la alfombra, he pasado noches mejores... pero tambien peores y el cansancio ha echo que duerma de un tirón.

Escucho las palabas del "nuevo"  mientras busco algo de café que pueda tomar.

Yo sigo opinando lo mismo, primero acerquemonos veamos como es el lugar y ya con eso decidamos como entrar... sin saber como es el lugar no podemos tomar decisiones.

Habika se toma la libertad de darse una ducha después de levantarse, prepara algo de café y sirve a los que quieran silenciosamente. No se puede decir que esté muy animada después de lo ocurrido anoche y el nuevo día no se presenta mucho mejor o tranquilo.

-Bien, deberíamos echar ese vistazo con nuestras formas más pequeñas. Disfrazarnos podría ser buena idea en otra situación pero no en un lugar plagado del Deshacedor. Nos olerán o tendrán otras formas de detectarnos al instante, deberíamos procurar pasar desapercibidos y una vez sepamos los puntos flacos del lugar informar a nuestros parientes lobos. Después podríamos apoyarles en su ataque pero no creo que sea buena idea que lo hagamos solos...- bebe de su taza con parsimonia recordando lo difícil que fue enfrentarse a los soldados de anoche. Y eso que no estaban en su terreno y les amparaba la noche...

- Ah sí... - el bastet sonríe - el plan G siempre es una buena opción, tras descubrir algo interesante y si sabemos dónde encontrarlos. Pero sin información valiosa no les podemos visitar. Yo estoy de acuerdo con vosotros, lo mejor será ir a explorar y luego ya vemos si hace falta el plan D, disfrazarnos para buscar más a fondo, o el plan G.

Al ver la comida, Bruno se levanta para ver qué puede coger, optando por un par de manzanas cuya piel limpia y comienza a consumir.

 EStoy un poco cansada, casi no he dormido y al final lo he echo en mi forma puma, no me suele pasar mucho, solo cuando tengo algo en la cabeza que no quiero que me ronde mucho  o que me preocupa demasiado.

- Gracias por el desayuno - dice tomando unos sorbos de su vaso.

- Ok pues parece que todos estamos de acuerdo. Vayamos para allá, busquemos un lugar lejano y alto, desde ahí vemos hasta dónde podemos acercarnos para mirar, ya que podrían tener patrullas recorriendo las cercanías. Lo de tener una cámara puede venir bien.

El plan parece sencillo. Si bien no es menos cierto que nada de cuanto habéis emprendido las últimas noches ha resultado tan sencillo como preveíais en un principio, pero al menos en esta ocasión ha primado la cautela. Acercarse, curiosear desde lejos, y luego ya se verá.

Volvéis, pues, a coger la vieja camioneta de Chuck, no sin preguntaros de nuevo por su paradero, pero esperanzados de que se encuentre en un lugar seguro lamiéndose las heridas. Pueden ser falsas esperanzas, pero son esperanzas al fin y al cabo. Tomáis rumbo hacia la ciudad, desviándoos por una de sus circunvalaciones por carreteras estatales lo bastante poco transitadas como para apenas ser vistos por un par de vehículos o tres. Discreción ante todo.

La planta se encuentra en una zona industrial del extrarradio, relativamente cerca de otras industrias, relacionadas especialmente con el mundo de la automoción, electrónica y alimentación. Sin embargo, se encuentra algo aislada del resto de pabellones, ya que cuenta con mucho más terreno exterior. De hecho, la Archery Plant es bastante más grande que cualquier otra fábrica de la zona, lo que no deja de ser curioso dado que se trata teóricamente de una simple fábrica de material de caza y pesca. De hecho, nació solamente como una planta de producción de arcos y flechas, un producto con una demanda escasa, y poco a poco ha ido creciendo hasta adoptar estas descomunales proporciones. Supuestamente, de aquí salen arcos y flechas, rifles de caza, trampas, reclamos, cañas, redes, anzuelos... Casi cualquier cosa relacionada con la caza y la pesca que se puede uno imaginar, y en cantidades que abastecen a media costa oeste.

Aparcáis la camioneta en una cuneta apartada, en una carretera interestatal que os ofrece una posición elevada para observar el lugar. Podéis ver desde esta distancia que el lugar está rodeado de una valla de alambre, con cable de espino en su parte superior. La parte exterior de la planta cuenta con un amplio aparcamiento, un cargadero para los camiones, algunos edificios de almacenaje y garitas varias para el personal. El interior de la planta no puede verse desde el exterior, pues se trata de una fábrica cerrada, y bastante moderna y en buen estado por lo que se aprecia.

Los exteriores están frecuentados por guardias de seguridad, algunos de ellos con perros, y hay algunas cámaras de videovigilancia. Sin embargo, es evidente que no se trata del fuerte que salvaguarda la Reserva Federal. Las cámaras dejan demasiados puntos ciegos, y los guardias no parecen hacer su trabajo de la manera más concienzuda posible.

Otro largo viaje hasta llegar al destino, se agacha para observar la enorme infraestructura. Echa un vistazo luego a los demás, empezando a murmurar los pensamientos que le vienen a la cabeza.

- Este sitio es enorme, por eso quizá se les queda pequeña la vigilancia. Pero no se ven buenos objetivos, es decir podemos incendiar esos almacenes, o colar un camión lleno de gasoil ardiendo por el cargadero, o entrar nosotros mismos por ahí, pero el edificio principal es muy grande y moderno, tendrá sistemas anti-incendios... es complicado.

Se fija en si hay movimiento de vehículos dentro y cómo llevan o recogen material de los almacenes, para intentar determinar su importancia y porque es posible que parte de las instalaciones la utilicen humanos normales y otras, gente más sospechosa. Pero lo cierto es que la fábrica está muy bien camuflada y ya saben que la pueden defender con plata, así que es muy peligrosa.

-¿Que se les queda pequeña? Nosotros sólo somos cuatro y creo que el único guerrero eres tú- responde a Bruno basándose en la lógica -Creo que podríamos llegar a atravesar los muros pero dentro hay demasiados guardias bien armados con perros que nos olfatearán y cámaras. Está claro que están preparados para posibles irrupciones como la nuestra- ladea entonces un poco la cabeza y se queda pensativa, intentando ver la situación desde distintas perspectivas sin que ninguna se le antoje lo suficientemente efectiva.

-Ahora que ya sabemos el lugar exacto deberíamos limitarnos a rodearlo hasta poder dibujar sus defensas exteriores básicas para después informar a los Lobos. No creo que seamos los apropiados para adentrarnos ahí- y desde luego mucho menos para un ataque frontal. Como mucho podían servir a los lupinos en caso de que aceptaran hacer acto de presencia y barrer el lugar.