Partida Rol por web

El jaguar se acercó a la puerta mirando alrededor que no habían problemas ni cámaras... también miró al cielo, aunque pareciera absurdo, pero tenía malas experiencias con el cielo y las máquinas que usaban los siervos de la corrupción.

- Yo intentar... conocer dones.

Se fijó un instante en los ojos felinos de Habika para después fijarse en la puerta y tocarla esperando que los espíritus estuvieran de su parte y movieran el cerrojo.

- Los bastet odiar tanto los cerrojos...

Asiento a lo que dice Bruno aunque no se cuan necesario sería abrir de esa manera esta puerta no parecía tan dificil tratar de romperla sin hacer excesivo ruido... aunque era mejor no hacer ninguno desde luego. Espero paciente a que la puerta se abra mientras observo los alrededores.

 Siervos del wyrm, humanos que no saben lo que deben hacer, hombres que nos tienen en este lugar sin poder entrar.

Un mero roce de las almohadillas que suponen la palma de la zarpa de "Herida Cerrada" hacen un efecto instantáneo. Inmediatamente se escucha un chasquido, como si alguien tratara de abrir la cerradura desde el otro lado. Incluso por un instante teméis que se trate de eso, que los hombres hayan regresado y se dispongan a abrir la puerta de nuevo y descubriros.

Sin embargo, no es así. La puerta se abre sin más, y os encontráis frente a una escalera estrecha que desciende hacia las entrañas de la fábrica. Camináis por ella, adentrándoos en el lugar, y reptáis un par de tramos antes de encontraros ante todo un entramado de corredores colgantes bajo la estructura del techo de la nave industrial, desde donde podéis divisar toda la planta. Bajo vuestra atenta mirada felina, numerosas maquinarias de mayor y menor tamaño se encuentran unidas mediante cintas transportadoras que llevan materiales diversos, piezas y productos finalizados.

Todo parece bastante normal, la mayoría de lo que veis fabricar son simples flechas y arcos de caza deportiva.

Camináis lentamente por las pasarelas, comprobando a cada paso que no haya más obreros a vuestra altura y que vuestros pasos no hagan moverse demasiado las luces colgantes que penden de las pasarelas.

Solo hay una cosa que llama vuestra atención, en la planta baja: algunos obreros parecen desatender las máquinas principales, caminando distraídos entre el personal que sí trabaja como si fueran de otra casta. Estos obreros superiores entran y salen a través de una gran puerta doble de seguridad, tras teclear un código en un panel y pasar una tarjeta por el lector contiguo.

Demasiada seguridad para una simple fábrica de arcos...

Me detengo en cuanto distingo a esos extraños obreros que parecen seguir una política de trabajo tan distinta a la del resto.
Mi cola se mueve de lado a lado mientras calibro las posibilidades y finalmente me pongo en marcha de nuevo, buscando el lugar de la pasarela que me permita descender de un salto a una zona poco transitada y peor iluminada que las que dan directamente a las cintas transportadoras.

Creo que será algo difícil de conseguir pero hay que intentarlo, está claro que quedarnos aquí arriba ya no servirá de mucho.

Observo la zona con detenimiento va a ser dificil moverse sin que nos vean, la puerta con el teclado de seguridad enseguida llama mi atención que habra al otro lado... empiezo a buscar otro sistemas de seguridad y otras formas de acceder a esa zona como podrían ser conductos de ventilación.

 Observo todo desde donde estoy y con calma mas alla de toda duda antes de girarme y de mirar a mis compañeros señalandoles, algo se eriza en mi piel, en mi pelaje, lo noto hasta en los huesos. No va algo bien.

Señalo esa puerta, tenemos que entrar dentro. Busco otra manera de entrar, como la ventilacion seguro que por ahi no se lo esperan.

Bruno caminó con cuidado detrás del grupo. Su trabajo no era el de ser sigilosos. Se fue fijando en las cámaras pero también en si había guardias. Tenía que preveer cualquier peligro.

Se fijó en la puerta, ¿sería posible abrirla con su don? aquella tenía una tecnología más avanzada pero al fin y al cabo era un mecanismo cerrado. Se fijó en si había cámaras apuntando a la puerta y si había algún camino. Pero observó que los demás felinos se fijaban en los conductos de modo que esperó sus conclusiones.

Mientras Habika busca una zona libre de personal en la planta baja a la que poder acceder, algo que según se afana en encontrar parece poco probable, Alma descubre no sin dificultades una posible senda para burlar la seguridad de la zona que oculta la sospechosa puerta. Primero ve un ancho conducto que desaparece sobre la infraestructura de la puerta, y tarda un rato en seguir su discurrir angosto y serpenteante hacia el tejado. La puma comienza a caminar por las pasarelas, siguiendo el sendero de los conductos, y los demás Bastet al verla comienzan a seguirla curiosos, hasta darse cuenta de lo que anda buscando. El grupo camina durante unas decenas de metros, hasta ver el conducto desaparecer por el techo muy cerca de una escalera semejante a aquella por la que habéis entrado.

Salís al tejado, sencillamente empujando las barras antipánico de la puerta, y encontráis el final del conducto, un respiradero especialmente ancho. No lo bastante para dejar moverse por él a un animal grande y poco manejable, pero lo suficiente para que un felino grande -siempre más flexible que otros animales- repte con cuidado.

 Levanto la pata mientras salen mis garras y de un sutil golpe lo quito de donde esta para poder pasar dentro. 

Arrancas con cuidado la fina placa de enrejado alumínico con tus garras, y no tardas en encaramarte al borde del conducto, dejándote deslizar hacia el interior por su pulida superficie. La oscuridad te acoge, y tus ojos se adaptan con la facilidad que otorga la familiaridad. En cuanto recorres un primer trecho del conducto, de aproximadamente unos diez metros según calculas, te das cuenta de que ese conducto conecta con otros, y que el sonido acude a ti distorsionado y procedente de distintas direcciones. Será bastante complicado elegir el camino correcto, y tus compañeros no están a tu lado para ayudarte a elegirlo.

Alma arranca la reja de aluminio que culmina el conducto y se sumerge en su interior, siendo engullida por la oscuridad. El silencio se hace en la boca del conducto, mientras el tiempo pasa y Alma no regresa...

Observo como Alma se introduce en el túnel durante largos segundos. No parece que vaya a volver y eso me lleva a pensar que o nos está esperando o ya ha encontrado una salida en el otro lado. Sea cómo sea sólo me lleva a una conclusión: seguirla.

Miro a mis compañeros varones e inmediatamente después me introduzco en el tubo con precaución. No me resulta demasiado complicado ya que mi forma felina no es demasiado corpulenta.

Las chicas abren el camino por el conducto de ventilación, se me pasa por la mente comprobar que nadie las sigue viendo los alrededores... pero la curiosidad es más poderosa que la precaución y las sigo rápidamente con el maximo silencio posible. No me gustaba meterme en una situación así de cabeza pero no me iba a quedar fuera sin saber que pasaba.