Partida Rol por web

Ok pues hay que sumarle 1 éxito a cada una de mis dos tiradas.

Aunque el combate parecía ir bien, con Bruno dándole una poderosa lección a su enemigo y yo desgarrando la coraza del mío, la situación da un giro por completo cuando soy sorprendida y apresada entre sus enormes y letales tenazas.
Después de eso apenas existe algo más que el oscuro dolor que me recorre por completo. La mente queda embotada y los sentidos confundidos, seguir respirando me supone un costoso esfuerzo que tengo que obligarme a mantener.

¿Quién es....?

Oigo voces y algo más curioso si cabe: disparos. Son atronadores, reverberan en mi cabeza como si fueran cañonazos y me hacen sentir completamente inútil. Quiero saber quién es, que todos están bien, y sin embargo no puedo hacer nada más que implorar interiormente a Selene para que todo acabe bien.

Entonces alguien se me acerca. Por un momento, y dada su esbelta figura, pienso que se trata del pequeño Arthur. Después me doy cuenta de mi error porque incluso en mi estado reconozco la voz de mi hermano con claridad. Creo que estoy delirando, o muriéndome. Quizá por eso Selene decide dejarme verle por última vez mientras me limito a emitir un gemido lastimero.

La situacion de Alma no parecia deberse a heridas si no a un estado mistico que no puedo curar lo que me deja en una situación complicada, los otros pelean yo quiero unirme a ellos aunque se que uno de nosotros debe huir y que tampoco debo dejar a Alma sin cuidado... finalmente decido quedarme cerca de Alma por si alguna de esas criaturas trata de acercarsele y a la vez si las cosas se pone suficientemente dificil como para que no podamos ganar escapar con la información que adquirimos, todo lo que hicimos no debe ser en vano... estaba pensando en eso cuando alguien más viene en nuestra ayuda, giro la cabeza y no creo lo que veo ¿Chuck con refuerzos? eso hace las cosas mucho más faciles...

 Intento contenerme, intento que no note el miedo que recorre mi cuerpo cada segundo que paso en su presencia, en mis musculos tensos, en mi cuerpo a punto de salir corriendo. Por Gaia y Selene ¿que me ha pasado?

Bruno se lanza, completamente enrabietado, sobre una de las bestias insectiformes. El Asura apenas si llega a reaccionar, recibiendo dos poderosos zarpazos que abren su tórax, destrozan su piel y prácticamente abren su cuerpo a la mitad como una piñata. El espíritu de Cahlash retrocede, chillando estrepitosamente, y su cuerpo comienza a descomponerse, evaporándose en el aire a medida que sus diferentes partes comienzan a licuarse.

Se oyen más explosiones. Algunas lejanas, otras implosionando en la propia sala a medida que Chuck continúa disparando con su rifle. Cada disparo es acompañado por una pequeña explosión de llamas, que hacen retroceder a los Asura y esconderse tras las columnas. Arthur ve la oportunidad y trata de coger a Alma en sus brazos para sacarla del lugar, siguiendo las instrucciones de Chuck. Ahora Alma no pesa tanto, ya que al quedar inconsciente ha regresado paulatinamente a su forma homínida. Junto a la entrada, Alhaji hace lo propio con Habika, estrechándola entre sus fibrosos pero poderosos brazos para sacarla del lugar. Bruno, exultante por la victoria ante el Asura, regresa hacia la entrada flanqueando la salida a sus compañeros.

Con Alma inconsciente y Habika en un deplorable pero temporal estado de salud, salís al corredor exterior. Se siguen oyendo explosiones lejanas, y múltiples disparos. Las sirenas no paran de sonar. Chuck mantiene a raya a los Asura en el interior mientras Alhaji enuncia una oración ininteligible con una mano apoyada en el lugar donde clavara antes su arma. Casi al instante, se oye un chisporroteo y los aspersores de ácido vuelven a funcionar, dejando la sala aislada con vosotros en el exterior. Al fondo del pasillo, en el interior de la sala-templo, se oyen los gritos de angustia y terror de una mujer. Aquella que trajo Alma, víctima y banquete ahora de los Asura.

Chuck os mira con gesto duro, mientras recarga su rifle con algunas balas más que extrae de una bandolera que descansa a su costado. Se adivina una disimulada sonrisa en su rostro felino y aviejado, aunque ésta desaparece al mirar a Alma. Es evidente que las heridas de Habika no son agravadas, así que con algo de tiempo las bendiciones de Selene las harán desaparecer. Sin embargo, Alma sigue inconsciente y bajo sus párpados puede sentirse que sus ojos no paran de moverse nerviosos, como si se encontrara en una especie de trance.

• ¿Que coño ha pasado? ¿Quién le ha hecho eso a Alma?

El Swara, con Habika aún ente sus brazos, se acerca al cuerpo de la Pumonca, observándola con preocupación. Niega con la cabeza, y luego clava una dura mirada en los demás, terminando por Habika.

• Parece que haya caído en un viaje espiritual, pero ha dejado su cuerpo en el plano físico. Eso no es normal... ¿Qué hacíais ahí dentro? ¿Como y por qué habéis venido a este lugar?

De repente, al volver a mirar a Alma, ésta está con los ojos abiertos, observándoos extrañada y confusa.

Corres, corres como una poderosa puma por la superficie llena de alta hierba de la sabana africana. Ahora lo ves: los campos, la basta superficie de estas tierras tan lejanas a tu hogar. Las escarpaduras lejanas, las selvas oscuras. Corres sin dirección, mientras a tu espalda oyes el estallido de la tormenta, el rugir del león, los rayos estrellándose en los dos grandes felinos que se han ocupado de defenderte. ¿Gaia y Selene? Algo te dice que no encaja... Dos felinos, unos brillante y el otro oscuro... Has oído eso en alguna parte...

El suelo se derrumba bajo tus pies, te sientes caer, y regresa la oscuridad ¿Es la muerte? No, el vacío, un entumecimiento general. Abres de nuevo los ojos, y a través del adormecimiento que te recubre y embota oyes una sirena estridente y constante, disparos y explosiones. Estás en brazos de Arthur en su forma crinos. A tu lado hay demasiada gente. Bruno, con las garras llenas de una sangre verdosa; Habika, excesivamente maltrecha en brazos de un poderoso miembro de su tribu; ¡¡Chuck!! Chuck está aquí, cargando su rifle y mirándote con satisfacción. Todos estáis agrupados fuera del templo del traidor, al otro extremo del pasillo en el que sigue la nube de ácido. Al otro lado, sin embargo, se oyen los gritos de dolor de una mujer.

Aquella a la que obligaste a entrar ahí...

 No puedo creerlo, no puede ser, pero me han salvado, me han ayudado... Tengo que devolverles el favor y salvar la creacion.

La historia que tenían que contarles era tan poco creíble como el fortuito encuentro con tantos bastet en un solo día. Alma parecía despertar y no parecía mal afectada, eso era bueno.

- Yo me llamo Bruno, Herida Cerrada. Amigo de Urikey, vine a buscarlo esperando encontrarlo vivo, cosa que no sucederá.

Sobraba explicar que era un Balam, ya lo habían visto en su forma de combate.

- Alma se abalanzó contra una estatua dentro de aquella sala de aspecto egipcio y quedó inconsciente. 

Evaluó a los dos bastet, parecían de mayor rango pero su aspecto no era especialmente fiero. Un Balam de mayor rango causaba mayor impresión, pero lo entendía porque venía de una zona de guerra directa, esta gente luchaba de otras formas pues el corruptor era astuto y sabía causar daño sin pelear.

- Esa fábrica proporciona armas a los siervos de la corrupción y un Bubasti les está apoyando, ese traidor nos dijo que Colmillo Negro ha vuelto, que quiere vencer y sustituir al destructor, sin duda está loco.

Esbozó una mueca, en esos momentos era presa de la confusión y no pudo quedarse bien con los nombres que dijo, lo de Colmillo Negro era fácil de recordar.

- Dijo que iba a vengarse de alguien...

El caso es que no recordaba esa palabra africana que había dicho. Se acordó entonces de que este tal Chuck era el dueño de aquella casa con las manzanas, a ver si se comportaba y les invitaba a comer algo, tenía hambre.

En cuanto todos nos centramos en el estado de Alma, habiendo dejado el peligro atrás, consigo bajar de los brazos de mi hermano. Todavía me tambaleo y me siento débil pero no quiero que cargue conmigo si puedo sostenerme por mi propio pie así que me niego en cuanto se muestra dispuesto a volver a cogerme.

-De hecho ese Bubasti fue el que envenenó a Urikey en otro lugar así que intuyo que hay más fábricas como esta desperdigadas por todos sitios- resoplo sonoramente, el problema parece tan grande y grave que no puedo evitar sentir que se nos escapa de las manos.

-¿África?, ¿qué pasa con África?- inquiero repentinamente antes las crípticas palabras de Alma. Parece evidente que ha visto algo durante ese trance pero lo difícil debe de ser comprenderlo e interpretarlo -Quizá tenga algo que ver con Colmillo Negro- es lo único que se me ocurre relacionar con algo negro y de alma corrupta.

Alma parece recuperarse así que me acerco a Habika que es la más herida, los demas empiezan a explicar la situación con acierto.

Solo un insensato... sustituir al Deshacedor, por muy mal que esten las cosas solo pueden empeorarlas. Digo mientras observo las heridas de Habika, no parecen graves pero lo mejor es comprobarlo. Lo primero es curar nuestras heridas y compartir lo que sabemos, luego se podrá pensar el plan a seguir y donde... Digo cuando nombran Africa

Chuck da un paso hacia Alma cuando ésta comienza a hablar. Al principio parece que dice incoherencias, pero al darse cuenta de que hay verdades ocultas tras todo ello se aparece una sombra sobre el grupo de Bastet.

• Basta, Alma, no puedes hacer nada ya por esa mujer. Está muerta, o algo peor, nosotros tenemos que irnos.

El Pumonca da un chasquido al cargar la última de las balas en su rifle, y se le escapa un gruñido de reniego, una demostración de mal humor.

• Y ese Bubasti, el maldito Antoine Black, no les está ayudando. El hijo de puta es quien ha montado todo esto. Se ha montado una Taklah para cazarle, me los encontré tras el desastre de las cuevas y he venido con ellos. No somos muchos, y hemos encontrado más oposición de la esperada, pero de momento no hay bajas.

Alhaji mantiene la mirada perdida con preocupación, en especial desde que escuchó nombrar esa extraña estatua. Es evidente para él que esa estatua era algo especial, y que tiene relación con los delirios de Alma.

• África, el hogar de nuestra tribu, está demasiado lejos para preocuparse por ella ahora. Estamos en Tucson, y es Tucson lo que debe preocuparnos. Antoine Black debe pagar por sus crímenes, investigar las demás amenazas es un trabajo que nos ocupará más tarde. Peter y Tery ya deberían estar llegando al Centro de Control, pero pueden necesitar ayuda ¿Podréis salir vosotros solos? Hay algunos Primeros Equipos por la planta, pero Peter y Tery los han mantenido ocupados y nosotros dos vamos a darles apoyo, no debería suponer un problema que lleguéis hasta el tejado, y de ahí a la calle.

Arthur evalúa las heridas de Habika, y se da cuenta de que algo no va del todo bien. El superior sistema regenerativo de la Swara está restaurando los tejidos, los músculos y los huesos, pero una gran masa de tejido muscular del muslo está adoptando una forma incorrecta, desfigurada y con mal aspecto. Parece que vaya a cicatrizar de esta manera, con la piel seca y carente de pelaje y probablemente causando cierto dolor.

Las sirenas que suenan se detienen momentáneamente, solo para ser sustituidas por otras diferentes, más rápidas y urgentes, acompañadas por una voz femenina e inexpresiva que se emite por un sistema de megafonía, una grabación preprogramada que se repite en bucle:

La seguridad de la instalación se ha visto ineludiblemente comprometida. Según el procedimiento de emergencias cinco-barra-dos, todos los sistemas de limpieza están en marcha. La autodestrucción del edificio se producirá en cinco minutos. La seguridad de la instalación se ha visto...

Las discusiones siguen mientras evaluo las heridas.

Esto dejará una cicatriz... comento entre dientes visiblemente frustrado por no poder hacer gran cosa para impedirlo.  Voy a comentar algo más cuando las sirenas empiezan a sonar. Creo que lo mejor será largarse de aquí cuanto antes... ¿Habika puedes correr? Pregunto algo preocupado ya que aun esta algo herida.

 Mi mente sigue aun buscando mil respuestas a lo que he visto. Solo alzo la mirada cuando Chuck me habla y....

-Puedo correr, ya estoy mejor, no te preocupes- asiento con convicción y dedico una sonrisa tranquilizadora al bueno de Arthur, después aprovecho mi parcial recuperación para darle un abrazo a mi hermano. No me importa que pueda estar fuera de lugar, ha venido en el momento oportuno y hacía demasiado tiempo que no le veía, necesitaba hacerlo. Aún así no me entretengo demasiado con el gesto, enseguida presto atención a las palabras de Alma observándola con preocupación y un poco confundida. No quiero ni pensar cómo se debe sentir ella...

-Tenéis razón, ahora lo prioritario es salir de aquí. Volvamos a casa de Chuck, allí podremos hablar más tranquilos y con tiempo- miro a todos los presentes y tras inspirar aire hondamente adopto mi forma felina para empezar a correr con la velocidad y agilidad propia de mi raza.

No le gustaba la idea de salir corriendo mientras los demás se llevaban la gloria pero había que reconocer que esa especie de alarma de destrucción tampoco le gustaba en absoluto. En este caso ya que en principio todo iba a saltar por los aires no valía la pena quedarse, aunque la gran lástima era no haber conseguido más documentación.

- Vamos... volvamos por el mismo camino...

Era el momento de volver a cambiar de forma a la felina, era más rápida y discreta, de concentró de nuevo en la jungla y en el verdor, la humedad que lo empapaba todo, refrescante y regeneradora. El frescor era algo que se añoraba en este territorio tan alejado. Bendita jungla, todavía en peligro, Bruno creía sentir que la jungla lo necesitaba y él a ella.