Partida Rol por web

   Nada de intentar calmarme que de eso me encargaré yo -refunfuño a la vez que entrecruzo los brazos; no me gusta que me den órdenes, al fin de cuentas iba a cooperar por más que alguien del grupo no me cayera demasiado bien, a lo que acoto -un "enanito" y un orejas con punta no son lo suficiente como para molestarme. Una vez que firme este contrato, me iré a dormir...-y se me escapa un eructo-ehh....definitivamente esa cerveza tenía algo malo-

   Entonces tomo el contratro con cierto desdén. Este quiere calmar a un enano...seee see. Al tenerlo en mis manos lo firmo sin preguntar nada y sin intentar leerlo, la cerveza no permitiría concentrarme en la lectura. Finalmente concluyo -si no hay más nada para agregar, me iré a dormir- y lentamente me levanto de la mesa sin retirarme, a la espera que alguien diga algo.

Tras haber firmado el contrato, esperó pacientemente a que sus nuevos compañeros hicieran lo propio. Sin duda se trataba de gente extraña. Un mediano y un enano, ¿por que acudiría a este lugar?... Pensó para si mientras observaba la discusión entre ambos.

Intentó guardar la compostura, antaño habría cruzado la cara del enano por su comportamiento, no entendía esa falta de educación para con quien les ofrecía una buena cantidad de dinero. Respiró hondo y sonrió al mediano tras su presentación.

No había escuchado el nombre de Rimters en la vida, aunque tampoco es que conociera demasiado la zona donde se encontraba. – Encantado Rimters. –

- ¿Y el maese enano? Supongo por las palabras del señor Bretchard que, os llamáis Jormund. – continuó al observar como el enano se levantaba de la mesa. – Salvo que no me digáis lo contrario, os llamaré así. –  Intentó quitar hierro al asunto, no debían discutir entre ellos y mucho menos delante de quien les ofrecía el trabajo.

- No se preocupe señor Bretchard, traeremos de vuelta lo que usted pide en el menor tiempo posible. Y por lo que a mi respecta, puede estar seguro que no comentaré el motivo de la misión con nadie. – se levantó de la mesa dispuesto a partir a su habitación. – Mañana al alba les esperaré en este mismo lugar, espero que no sean impuntuales. – Dicho esto, abandonó la sala.

 Bueno señor Vened. Viendo el nombre en el papel. Si usted dice de venir al alba vendre pero no se si el enano tendra una linda mañana jajaja.

 Me empiezo a ir a una habitacion, un poco con sueño y cansado por las palabras de sus compañeros.

 No pienso morir por ellos, asi que si se meten en un lio que se arreglen ellos, pero con mi astucia no me metere mucho en problemas, ahora tengo que encontrar un libro, mmm... interesante, solo se que al terminar me ire por ahi con la plata.

El anciano junta las palmas de sus manos entusiasmado

Bien! - dice resueltamente - Ya estoy ansioso por tener dicho tomo en mis manos...Confío en que harán su trabajo a la perfección y no tendrán demasiados inconvenientes - Glenn comienza a levantarse -

Saben donde está mi morada, una vez vuelvan pueden llevarme el libro allí, donde les daré su recompensa. Ahora, ya es bastante tarde y debo ir a dormir, que tengan una agradable noche señores - dice el anciano con una sonrisa en el rostro -

Tras estrechar manos afablemente con los miembros del grupo, el anciano se retira de la posada.

   No se equivocan, me llamo Jormund, y si cierto mediano sigue molestando, no seré el único que no tendrá una linda mañana...-acierto con sarcasmo mientras miro a Rim con una fija y amenazante mirada. Sólo así se debe tratar a los medianos que se pasan de listos. Sin embargo, sólo es para que no fuera a molestarme durante el viaje; ellos son demasiado habladores y yo demasiado testarudo y falto de paciencia para esas cosas, por lo que eso se nota en mi bruta manera de hablar.

El elfo abandona la sala y en la taberna quedan los dos aventureros y el tabernero. Este último, tras terminar de lavar las jarras y vasos vacíos, se dedica a hacer un recuento de la caja y comienza a anotar algo en un papiro. Luego, se limpia las manos con un trapo y las coloca sobre la barra. No parece impaciente, pero sin duda está esperando a que los presentes terminen sus asuntos antes de cerrar el establecimiento.

 Rimi luego que se fue el taberno se va a su cuarto a dormir.

Posteas y seguimos Jormund?

Me alegro de que en este grupo no haya habido bajas   ^^

   Al ver cómo el mediano se retira con un aire juvenil, me molesto un poco como enano gruñón y en vez de seguir hacia mi habitación, me acerco al tabernero. Puf, ya estoy tan viejo que ya ni doy miedo; una cerveza cambiará mi noche mientras espero llegar a mi objetivo con este nuevo grupo de aventuras.

   Tabernero! Déme cerveza enana de la buena que mañana tengo un viaje!! Y llena este barril que si peleamos me dará sed!!-exijo mientras río a grandes carcajadas. El aroma a cerveza me levanta el ánimo así como las batallas. Seguidamente, miro a mi alrededor con un aire de grandeza y me vuelvo hacia el tabernero, riendo nuevamente.

Heh - el tabernero esboza una sonrisa ante tu actitud mientras sirve cerveza en una jarra - Esta va por la casa compañero - dice el hombre de manera afable - Aunque agradecería que no se quedara hasta muy tarde ¿Vale?

La taberna está vacía a excepción de tí y del tabernero, la noche ya está avanzada.

   Ante la sutil indirecta del tabernero, sólo suelo otra carcajada y le digo alegremente "Tendrá que disculparme, los enanos somos así". Termino mi cerveza y me encamino a mi habitación. Cuando llego allí, dejo abierta la puerta, me tiro de bruces en la cama y al instante, duermo plácidamente, a esperar al día siguiente en mejores condiciones.

Todos duermen plácidamente, las habitaciones no son lujosas pero están bien...La noche transcurre lenta y cargada de sueños.

El alba llega, y la luz del sol del amanecer inunda sus cuartos, haciéndolos despertar. Tras desperezarse un poco ya están listos para empezar el día, tras un buen desayuno claro.

   Despierto en la misma posición que quedé en la noche anterior, ya casi sin dolor de cabeza; después de todo los enanos somos demasiado duros para emborracharnos del todo, pero esa cerveza me sentó tan bien que esta mañana voy a encontrarme de muy buen humor.

   Bajo hacia la taberna, donde se ve movimiento y que los demás están desayunando. Me acerco a los nuevos conocidos y les digo en voz alta, clara y amistosa "Buenos días, mis aventureros. Espero estén listos para una salida llena de incertidumbres....hohohohoooooohohohoh", río alegremente. Me siento con ellos y pido al tabernero que también me acercase el desayuno.

 Rimi bajando de las escaleras, escucha al enano hablar con otra gente, al pasar por al lado lo toma de su ropa como insistiendo que vaya con el.

 Enano yo soy uno de tus compañeros y el otro no se sabe que le paso, asi que ven a esta mesa y hablaremos de lo que quieres y esperar a nuestro otro amigo.

Tal y como había dicho ayer, Vened los esperaba al alba en el mismo lugar, sentado a la mesa observa como el enano y el mediano llegan.

El tabernero se acerca a la mesa en donde se encuentran los aventureros con un almuerzo a base de pan y queso, todo cortesía del anciano Bretchard...

Una vez los platos están sobre la mesa, los deja solos para que coman y discutan lo que quieran.

Por la ventana puede verse el brillar del sol en un cielo despejado, el día promete ser bueno, la temperatura es cálida sin la necesidad de un fuego, aunque no agobiante, las condiciones perfectas para un viaje.

El elfo se mostraba pensativo sentado en la mesa de la taberna. Hacía tiempo que había tomado algo para desayunar dado que llevaba ya unas horas despierto. Esperaba pacientemente a sus dos nuevos compañeros de aventuras tomando una jarra de hidromiel, dispuesto a salir lo antes posible hacia las ruinas.

Tras la aparición del enano y el mediano, el tabernero los sirvió mas comida.

- Espero que hayan pasado buena noche y hayan descansado para el viaje. – comentó Vened al verlos aparecer.

Esperó tranquilo haciendo girar una y otra vez el poco líquido que aun quedaba en la jarra, dando tiempo a Rim y Jormund a que terminaran de desayunar.

- Supongo que contarán con una montura y comida para el viaje, será largo. – Preguntó el elfo cuando habían acabado su desayuno. No quería menospreciarlos, pero quería saber un poco mas de ellos y con que contaban.

  Noto cómo el elfo nos miraba con cierta impaciencia mientras desayunábamos. No me molestaba, dado que he visto la misma mirada repetidas veces; un signo de desconfianza no siempre es bueno, pero hace que uno se interese más por su compañero.

   Veo que has madrugado como los de tu raza acostumbran-digo al elfo a la vez que un poco de líquido chorrea por mis largas y nutridas barbas- eso siempre es bueno. En cuanto a tu pregunta, no, siempre me ha bastado con mis piernas. Si el trayecto será largo, entonces podría salir a buscar una montura, si te parece.- concluyo mientras me centro en finalizar mi desayuno. Trataría al elfo como me trata, en cuanto al mediano, sólo me parece un niño travieso, una buena dosis de sucesos inesperados para cualquier aventura.

 Rimi comia y comia, de la nada miraba para algunos lados para ver si lo miraban, cada tanto miraba a sus camaradas y sino se concentraba en su plato, luego de terminar se toca la barriga.

 Creo que comi mas que un ejercito jaja, y prefiero caminar para bajar esta comida aunque no despreciaria una montura, podria compartirla con el enano jajaa.