Bueno a ver que vuelven y que necesitan de su ayuda Rimi sale de al lado de los caballos y sigue al elfo al lugar que parece una cueva o ruinas, antes de llegar empiezo a buscar por trampas.
Tirada: 1d20(+8)
Motivo: Buscar trampas
Resultado: 12(+8)=20
Caminan poco, no es que esté muy internado en el bosque, cuando llegan. Parece que han llegado, aunque esto es algo que no te esperabas...
Las ruinas son tal y como las esperabas, de piedra y que se internan bajo tierra tras una gran puerta de doble hoja, con diseños intrincados...La piedra de la construcción está llena de vegetación que ha crecido con el tiempo, aunque lo más impactante está frente a la construcción. Un enorme humanoide de piedra, un golem al parecer, se para erguido e incólume con un brillo metálico en sus ojos. Pueden observarse algunos daños en su cuerpo, quizás provocados por alguien o algo que intentó entrar.
No parece reaccionar, quizás estén demasiado lejos.
El elfo y el pequeño se adentran en el claro junto con el caballo...
Siento curiosidad respecto a las ruinas. No es la primera vez que veo constucciones de este tipo y mi sentido minero enando me grita que debo analizar eso. Lentamente me acerco a las mismas y me mantengo a una distancia prudente, donde pueda apreciar detalles, pero que no sea demasiado peligroso como para despertar lo que pueda estar custodiando el lugar. Vamos a ver cómo esto está hecho...
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: Artesanía
Resultado: 20(+9)=29
Tiro por Artesanía, para saber detalles de la construcción y saber la profundidad. Como soy enano, puedo hacer una estimación de la profundidad y saber quién construyó eso y en qué momento.
En cuanto se acercan a la puerta los ojos del golem brillan con un fulgor más intenso y una voz monocorde y cavernosa se hace escuchar. Los movimientos de su mandíbula de piedra no concuerdan con lo que está diciendo, confirmando que esa no es la fuente de su voz, de un origen completamente mágico. El humanoide se inclina y posa su mirada sobre el grupo
El amo no se encuentra - dice, secamente - ¿Cuáles son sus intenciones?
El golem queda en la misma posición, inmóvil, esperando una respuesta.
El elfo, acompañado del mediano, regresa al claro justo cuando el Golem comienza a hablar al percatarse de la presencia de Jormund. Esto si que no me lo esperaba yo… Un golem que pregunta antes de golpear… Extraño. Pensó Vened.
- Cuidado Jormund, no os acerquéis demasiado, estos bichos no suelen andarse con tonterías. – avisó al enano, aunque sabia que éste no seria el primer golem con el que se hubiera cruzado Jormund.
- Nos envía el amo. – comenta en voz alta para que le escuche el golem. – El amo no ha podido venir y nos ha enviado a nosotros para que le llevemos uno de sus bienes mas preciados. – No tenia ninguna fe en que su estrategia funcionara, pero no perdía nada por intentarlo.
Me fijo en el golem y en lo que dice el elfo y espero una señal del golem que habia hablado y quede tan sorprendido que no podia moverme casi, vi como era, su contextura y su forma, me gustaba como estaba quieto y la fascinacion de escucharlo hablar me encataba, nunca vi nada parecido y estaba ahi sentado o acostado, ahora la pregunta que se hacia era "quien era su amo?".
Y si era alguien mas y no ese viejo, digo porque si es asi porque no habia venido el por asi decirlo, es mas que garantizaba que ese golem no era de alguien mas.
Miro a la criatura de piedra y sólo me limito a apretar el mango de mi hacha de manera disimulada, preparándome por las dudas sucediese que la situación se tornase un poco compleja. Pero demonios! Esa cosa es enorme! Pero no es nada comparado a la fuerza de mi hacha...
En ese caso supongo que deberías tirar por Engañar, pero veremos qué dice el master.
Perdón por la tardanza, me cortaron el teléfono y mi padre pagó ayer la boleta. Disculpen la demora ^_^'
Inmediatamente luego de que Vened habla el golem responde, como si no pensara su respuesta
Si queréis entrar debéis ser dignos de ello, deberán comprobar que son aptos en cuerpo y mente...¿Estáis dispuestos a enfrentarse a la prueba? - nuevamente, el ser permanece inmóvil luego de formular su pregunta, esperando una respuesta -
No te preocupes...
Parecía que su intento de engaño no había surgido efecto, aunque no le pareció para nada extraño. La respuesta del golem parecía estar preparada desde hace muchísimo tiempo y tenia la sensación de que aquella cosa repetía las mismas palabras una y otra vez a quienes se acercaban. Podría ser peligroso, pero habían llegado a un acuerdo con el anciano y Vened no era de los que se echaba para atrás.
- Por supuesto que estamos dispuestos, ¿Por qué nos has tomado?. – respondió al golem. Vened no era un buen orador, pero parecía que sus compañeros no parecían muy duchos en la materia, así que decidió hablar por el grupo.. Espero que mis compañeros piensen lo mismo que yo… - ¿En que consiste dicha prueba?. -
Miro repentinamente al elfo. Vaya! Está bien hablar por el grupo, pero deberíamos pensar en si queremos hacer la prueba o no. Prueba....es posible....
Giro mi cabeza y me dirijo al golem "Por dónde tenemos que ir?". Decido a hacer la prueba, hago un paso al frente y me planto, frente en alto y pecho inflado "Los enanos hemos nacido para las pruebas, hohohohoh" y río alegre ante el reto.
Bueno señor hombre de piedra o como quiera que le diga, quiero saber en que consiste la prueba y con honor probare que soy digno de ello, solo diga lo que hay que hacer.
Me quedo esperando a la respuesta de este y todavia lo miro con cara de asombrado
Los tres hablan y el golem instantáneamente responde
Ahora deben pasar - anuncia con voz cavernosa -
Se gira y abre la puerta. Las dos hojas giran sobre las bisagras sin hacer ningún ruido. El ser de piedra se pone a un lado, dejándolos pasar.
Notan que, a pesar de que hay mucha luz afuera, pasando el umbral de la puerta una oscuridad absoluta se hace presente.
Vaya, pues parece que no ha sido complicado… Pensó para si al ver que el golem los daba paso. Todo parecía demasiado extraño, algo en aquel golem le escamaba, por lo que no soltó en ningún momento las empuñaduras de sus espadas. – Bueno, pues.. ¿Entremos no? – preguntó a sus compañeros esperando algún signo de aprobación por su parte para echar a andar hacia la puerta recientemente abierta.
¿La vision en la oscuridad de los elfos y los enanos tampoco funcionaría en la cueva?.
Pero por supollos!! Los enanos nunca se tiran atrás- digo en confianza. Tomo mi hacha y empiezo a avanzar pesadamente.
Ninguno de ustedes puede ver nada a partir de la entrada...Pero eso no quiere decir que sea la oscuridad de la cueva en sí, parece más como una pantalla.
Espero a Rimi para seguir.
Muchachos alguien tiene una antorcha para este lugar?
Mientras esta a punto de entrar en la cueva
Bueno, ya retomo el ritmo
Ninguno de ustedes ha entrado todavía por lo que pueden responderle a Rimi antes de entrar...
Por cierto, parece ser que el personaje que lo interpretaba ha borrado su cuenta por lo que yo postearé por él hasta que consiga un sustituto.
Por suerte, había adquirido un par de antorchas en la anterior ciudad en la que estuvo, por lo que ante la pregunta de Rimi, sacó una de ellas, la prendió fuego y se la tendió a su pequeño compañero.
- Toda tuya pequeño, supongo que serás el que más la necesite, creo que la vista de los enanos en la oscuridad es parecida a la de los elfos. Aunque mucho me temo que en esta extraña oscuridad, todos tendremos problemas. –
Aunque la vista de los elfos les permitía ver en la oscuridad, Vened era una persona muy precavida y siempre llevaba alguna antorcha a mano por lo que pudiera ocurrir.
Desenfundó sus dos espadas y comenzó a avanzar hacia la entrada, sin dejar de mirar de reojo al golem, el cual le seguía inquietando en demasía. - ¿Vamos? -
No necesitaba una antorcha; la sangre de minero hacía que no me hiciera falta alguna, después de todo, soy un enano y nosotros podemos ver tranquilamente donde sea que nos encontremos. Ahhhh, novatos. Las antorchas servirán sólo para indicarnos como punto de ataque.
Gruñendo y murmurando en voz baja, entro a la caverna con el resto, sin dejar de empuñar mi hacha y manteniéndome alerta ante cualquier cosa extraña que se aparezca sin avisar.