Atender las labores de Palacio era una cosa, pero atender todos los asuntos del Han, otra muy diferente. Había cientos de peticiones que atender, documentos que revisar, censos que contrastar, y sobretodo, hacer cumplir las ordenes del Daimyo para reconstruir caminos y arreglar desperfectos a lo largo y ancho de la provincia.
Por suerte, tus aposentos y oficinas estaban dentro de la muralla de Palacio, en un pabellón anexo llamado La Casa del Oro. En el Salón de Recepciones, tras la tarima donde recibes a los Oficiales, se encuentra el Koban de Okinawa, una magnífica pieza de oro con la que el Emperador en persona pagó una pareja de caballos de Narayama al antiguo Daimyo, muchos años atrás.
Tras unos días de intenso trabajo, la calma parece ir aposentándose en tu hogar. Poco a poco la nieve se retira de las montañas, dejando sólo las canosas cimas de los montes del norte coronadas de eterno blanco. Estás revisando un cargamento de tinta y papel recién llegado, importante ahora que tienes que dispensar los salvoconductos a viajeros y comerciantes para cuando se abran los caminos, cuando uno de tus sirvientes se acerca corriendo, el rostro desencajado y una herida en el hombro que se agarra con la mano. Al llegar a ti hace una profunda reverencia y, sin levantar la vista del suelo, habla con tono entrecortado.
- Endo-Sama, un joven Samurai quiere veros de inmediato. Se encuentra en la Puerta de la Garza.
Hay un momento de silencio en el que el único sonido que se escucha es el goteo de la sangre sobre las piedras del patio.
Endo Yuto sopesó las palabras con cuidado, primero la guerra inminente y ahora un samurai, joven, sin duda sabía que quería. -Haz que te limpien la herida y la curen.- Respondió a su sirviente.-Después informa a Rudoka-sama debe estar al corriente.-Dando tiempo así, para que no llegara demasiado pronto ni demasiado tarde.
Yuto siguió revisando el cargamento, la experiencia era la mejor arma contra los jóvenes, cuanto más se impacientara peor concentracción, más desequilibrio en la mente, en el manejo de la espada, pues esto es lo que Endo Yuto creía que quería el joven samurai, un duelo, sin duda.
Acabó de revisar el cargamento y se ajustó el kimono y la hakama, colocó cuidadosamente la katana en el obi y se dirigió hacia la puerta de la garza con paso firme y sereno.
Que tal así? No sabía si querías que empezara el diálogo con el joven samurai.
Frente a la Puerta de la Grulla, un sirviente limpia la sangre que mancha la grava blanca del patio. Los guardias del Daimyo, con las armas apunto, fijan su mirada en el joven que espera, muy recto, frente a la puerta, vestido con una antigua armadura que le queda demasiado grande, y cuyos colores te traen recuerdos que creías haber olvidado ya.
El samurai es casi un niño, pero luce en su cinturón el daisho.
Yuto se planta a pocos metros de él, le mira a los ojos detenidamente estudiando su actitud y su armadura asegurando su proxima respuesta. Permanece impasible, como una estatua ante la mirada de Yuto.-No hay honor en herir a un sirviente, joven samurai.-Expresa delicadamete, sin prisa como si conversara de filosofía con un amigo.-
El joven adelanta el pie, en posición de ataque. Sus manos suben hasta la empuñadura de la katana, mientras gira la saya hacia arriba. Preparado para atacar.
- Soy Murakami Hiroaki, del Clan Mori. He venido a vengar a mi familia. ¡Te desafío, Endo Yuto!
[En Guardia]
-El clan Mori,-Yuto entrecerro los ojos, los recuerdos que tanto quería olvidar volvieron al instante. Los colores de la armadura del clan Mori aparecieron ante él pero en un lugar y forma distintos, en la batalla por la supervivencia del clan Isimura, su antiguo clan.
-En aquella batalla Yasuke Mori, daimyo del clan fué abatido por mi espada, su hijo me retó en duelo para vengar a su padre perdiendo el duelo y la honrra de su familia, aunque arrasaron el clan Isimura y me abandonaron a mi suerte.-
-Tu familia murió con honor, no creas lo que dice tu corazón sino tu deber, pero si es lo que deseas te lo concederé.-
Yuto desató el sageo del obi. Lentamente posó su mano sobre la empuñadura de la katana.
Tirada: 3d6
Motivo: sabiduría
Dificultad: 10+
Resultados: 2, 6, 2
Exitos: 0
Tirada: 3d6
Motivo: combate
Dificultad: 10+
Resultados: 2, 3, 4
Exitos: 0
Intento primero invocar sabiduría para convencerle un poco de que no hay deshonor en una batalla, tengo 3 dados por simpatizar y luego intento disuadirle con la amenaza alzando la espada preparado para defenderme con otros tres dados.
Creo que no lo estoy haciendo bien y ahora que lo he releído me doy cuenta, sumimasen master. Olvida esto último y la tirada. Me preparo para defenderme sin sacar la espada.
tengo 4 dados de violencia apuesto 1 y tiro tres. Te hago otra tirada que sería la válida.
Los pies del joven hacen ruido sobre la grava, mientras pasa su peso de uno a otro.
- ¡Tu muerte es lo que deseo! ¡El honor de mi familia sólo puede ser devuelto con la muerte!
Ojo, ninguno de los dos ha dicho nada de atacar. La tirada sólo se realiza cuando ataques. Hasta ese momento, nada.
Yuto entrecierra los ojos, observa los movimientos de su rival, no es la primera vez que se bate en duelo y conoce el protocolo, los movimientos, la concentración del enemigo, cada movimiento de las manos, la postura de ataque y elegir rápidamente la técnica perfecta para acabar de un golpe. Pero ese joven se encontraba perdido, sin concentración ni técnica, solo se movía de un lado a otro. -El joven samurai está nervioso-Piensa-Si tantas ganas tuviera de matarme ya habría atacado.-Endo Yuto veía una manera de ganar el duelo sin derramar sangre y a la vez, obtener información.-Te has esforzado mucho buscándome-Yuto hace una pausa-Cruzar las tierras del clan Ouchi estos días puede ser muy peligroso, a menos que te hayas unido a ellos como yojimbo.-
Entendido.
- ¡Cállate! ¡Yo no me he unido a nadie! ¡Sólo debo lealtad a mi familia! ¡Prepárate a morir, asesino!
Endo miró al joven como a un reflejo de si mismo hace años, muchos años.-Deber y lealtad son conceptos que casi nunca se cruzan aunque seas joven para comprenderlo.-Yuto hizo una ligera pausa adoptando una actitud relajada pero observando los movimientos de su oponente.-Si no tienes miedo sigueme y te lo mostraré, luego podremos continuar con lo nuestro.-
- ¡No! ¡Exijo mi derecho a enfrentarme al asesino de mi padre! ¡Prepárate a morir!
El joven adelanta el pie, en posición de ataque.
DESAFÍO: 4 Dados
-Siempre tan impulsivos los jóvenes.-Piensa Endo Yuto mientras permenece impasible, erguido ante el joven samurai.-
Desafío: 4 dados.
No se si duelista de rango 1 te beneficia con un dado extra.
Yuto observa a su oponente-Calma-Piensa mientras tensa los músculos de las piernas flexionandolas ligeramente,-Rapidez-La mano se aferra a la katana inclinándola un poco haciendo su salida más efectiva-Destino-....
Entonces....
Desafío: 5 dados
como soy el que más dados tiene paso a ser el primer duelista, elijo hacer dos apuestas.
Tirada: 2d6
Motivo: Duelo [2 Apuestas]
Dificultad: 10+
Resultados: 5, 6
Exitos: 0
6+5=11 -> ÉXITO
Hay que poner la tirada sin desglosar :-P
Tirada: 3d6
Motivo: duelo
Dificultad: 10+
Resultado: 5 (Fracaso)
Mira que quería asegurarme el exito aunque no ganara gloria, que se le va ha hacer los jovenes sustituyen a los viejos.
La carrera es corta y fugaz. Las espadas giran en el aire y se mueven como si no encontrasen resistencia.
La sangre salpica la grava blanca recién rastrillada de la Puerta de la Garza.
El joven se tambalea sólo un segundo, antes de que la sangre le llene la boca. Mientras cae al suelo, murmura:
- Padre...