Partida Rol por web

Seda y Acero

Primavera: Toku

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04/07/2012, 01:39
Director

La primavera había escalado poco a poco el valle de Narayama. La comitiva había recorrido el camino trabajosamente con el deshielo, entre caminos embarrados que comenzaban a ser transitables, cruzando los riachuelos y los bosques de la provincia. Tras cuatro semanas, agotados y embarrados, los samurais encaminaron la cuesta hacia el pabellón de invierno del Daimyo. Desde el camino, pudieron contemplar las piscinas escalonadas que rodeaban el manantial brumoso, el riachuelo corriendo sobre las piedras pulidas y brillantes. El sol y el follaje reverdecido se reflejaban en las piscinas, nubladas por el vapor.

Las puertas de madera que daban acceso a los edificios del Pabellón de Invierno les recibieron. La grava gris pálido, recién rastrillada, crujía bajo los cascos de los caballos, mientras los hombres y mujeres del Pabellón se inclinaban respetuosamente desde la galería, vestidos con sus mejores kimonos de seda.

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05/07/2012, 01:08
Tetsu Hayashi

Mientras su caballo avanzaba lenta pero decididamente, la mente del joven Tetsu vagaba muy lejos de allí, distraído. Terminado el sepukku de Toshinori y retirado su cuerpo, uno de los sirvientes había recogido, limpiado y enfundado el wakishazi antes de devolverlo con reverencia al joven, que lo había recibido con aparente indiferencia, pero cuyo tacto había estremecido la más honda de sus fibras.

Las palabras que le había dedicado al ahora difunto guerrero resonaban en su mente, y empezaba a pensar que no tenía tan claro si se había tratado de una bendición o una condena. Con los años, a veces se daba cuenta de que casi había olvidado el verdadero objetivo por el cual estaba al servicio del Daimyo, y a menudo se cuestionaba si realmente aquello era tan malo, tenido en cuenta que jamás había logrado avanzar para resarcir el honor de su familia. Pero ahora una nueva promesa le ataba a aquel destino: había jurado resarcir el honor del Daimyo del clan Ogawa por medio de aquel sepukku. Y lo había hecho con el wakishazi que no había podido servir a su legítimo señor. No podía, por lo tanto, cumplir una promesa sin cumplir la otra. Si en algún momento se había sentido tentado de abandonar su venganza y dar paso a su nueva vida (por falsa que esta fuera), se había reconducido a sí mismo a su antiguo camino casi sin proponérselo.

Y resultaba un sentimiento de lo más agridulce.

El sonido de la grava devolvió al joven al momento presente, que se sorprendió ligeramente al darse cuenta de que por fin habían llegado a su destino. A su alrededor los baños termales invitaban a los recién llegados a limpiar sus cuerpos y relajarse después del largo y fatigoso viaje.

"Si no estuviéramos aquí por que venimos a parlamentar con quién quiere aniliquilarnos..." pensó para si, volviendo a su impasiblidad habitual, contemplando a los sirvientes rendirles honores y preguntándose (casi por instinto) quienes de todos aquellos hombres y mujeres serían espías al servicio del clan Uesugi. Cuanto antes les localizara y pudiera "conversar" con ellos... tanto mejor.

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05/07/2012, 16:24
Yuto Endo

La muerte de Toshinori había sido algo necesario, tanto para ellos mismos recordándoles el precio de la derrota, como para los demás hombres que juraron fidelidad al clan Ichirei rindiéndose a la comodidad de obedecer las funestas órdenes de aquellos que raptaron a su señor.
Pero de eso se ocuparía más tarde, ahora otros asuntos más importantes le urgían. Mientras entraba en Toku, Yuto observaba calmadamente como distrído en el paisaje, anotando mentalmente la fuerza de la que disponian y su número. Si bien era verdad que no exibirían ni una tercera parte del potencial del que disponían y seguramente las armas de asedio fueron camufladas. Pero Yuto era perro viejo y sabía que donde había que mirar no era a las personas o los soldados, sino los edificios y chabolas donde por su capacidad y amplitud, se podría calcular el número de tropas que contenían.

Al detenerse el caballo frente a la casa donde les esperaban, Yuto se mantuvo un poco en la silla, observando pacientemente complacido por el exquisito recibimiento. Sin exagerar el tiempo de demora (pues habría sido un insulto tan grande como haber ignorado la bienvenida) Yuto bajó de la silla a fin de que sus hombres pudieran imitarlo y se dirigió hacia la entrada del pabellón de invierno.

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30/07/2012, 11:24
Director

Un hombre de aspecto solemne, vestido pulcramente con un kimono negro con el Mon del Clan Ichirei, salió al encuentro de los Samurais en cuanto estos se acercaron a la puerta. Con gran reverencia, y sin una palabra, les dio la bienvenida y les guió, en silencio, por las estancias del Pabellón de Invierno. A su paso, los sirvientes, alineados a las puertas de las distintas estancias, se inclinaban como correspondía a la presencia de los enviados del Daimyo.

El hombre de negro les indicó unas estancias de la segunda parte, con acceso a una amplia balconada con vistas a las piscinas termales. Todo estaba dispuesto dentro de las estancias para los invitados, y discretamente tras los paneles de soji esperaban los sirvientes para atender a los fatigados viajeros.

El hombre, tras asegurarse de que todos estaban instalados, hizo un gesto con la mano, y un joven le acercó una tabla de madera lacada. Con mano rápida y diestra, el hombre escribió:

"Bienvenidos a Toku, nobles señores. Espero que el viaje haya sido agradable. Esta tarde podrán recibir a los invitados, si lo desean, para la ceremonia del té. De nuevo, les doy la bienvenida al Pabellón de Invierno."

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31/07/2012, 01:37
Yuto Endo

Yuto no hizo el menor gesto pero le sorprendió saber que el hombre que les había recibido fuese mudo, o eso parecía. Leyó en alto lo escrito para que todos pudieran oírlo y se inclinó en una reverencia.-El viaje ha sido agradable, gracias.-Las imágenes del mensajero y el muchacho haciendo seppuku volvieron durante un instante a su mente.-Preparad unos baños con agua caliente para asearnos. Deseo recibir como es debido a nuestros invitados a la hora de té.-De nuevo acompañado por una cortés reverencia, e indico a uno de mis sirvientes que prepare ropa seca y cómoda.

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15/08/2012, 23:34
Director

El revoloteo de los sirvientes fue como una brisa fresca que despojó a los samurais del cansancio del camino. Kimonos nuevos fueron puestos a su disposición, sus magulladuras tratadas, sus espaldas masajeadas y sus cabellos peinados con esmero.

Las grandes piscinas interiores del Pabellón se llenaron de agua perfumada para que los representantes del Daimyo pudieran relajarse en las aguas ferruginosas del manantial.

Notas de juego

Y a todo esto... ¿Tetsu qué va a hacer?

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25/08/2012, 15:30
Tetsu Hayashi

La orden de Yuto puso en movimiento a todo el personal del pabellón de inmediato, que se afanó sin dudar a disponer, para los viajeros, de todo cuanto pudieran necesitar, algo que sin duda todos debían estar esperando tras tan largo viaje.

Pero ese era siempre un momento violento para el joven Tetsu. Estaba tan cansado como cualquiera de sus compañeros, deseaba como el que más poder asearse y descansar. Por lo general siempre que el daimyo lo enviaba en una misión en la que tuviera que alejarse de su hogar, se hacía acompañar por Sakura, la cual se encargaba de todos los pormenores. Pero esta vez había tenido que prescindir de ella, había sido imprescindible dejarla al cargo de sus asuntos en Osento y en su lugar había acudido Natsuki. Sakura decía confiar plenamente en ella, asegurando que podría cumplir perfectamente con los todos cometidos que Tetsu esperaba de su asistenta personal. Pero era la primera vez que tenía que confiar en otra persona que no fuera Sakura y eso le incomodaba ligeramente, aunque durante todo el camino hasta allí la joven había mostrado un desempeño ejemplar. Por lo tanto, procedería como en cualquier otra problemática ocasión. No en vano llevaba años cultivando una personalidad claramente solitaria y reservada.

- Natsuki, ocúpate de los preparativos, por favor. - Solicitó, escuetamente. La muchacha se inclinó brevemente antes ponerse manos a la obra. Tetsu se dirigió al hombre que les había recibido. - Le ruego que me disculpe, señor, pero tengo que pedirle que retire a los asistentes a mi servicio. Natsuki es a la única que necesito para este fin y cualquier otra persona sólo perturbará el silencio que en este momento necesito. El largo viaje me ha imposibilitado atener como es debido ciertos asuntos personales y debo ocuparme de ellos sin demora y con tranquilidad. Espero que no sea un problema...

Tetsu esperó a que el hombre asintiera, preguntándose aún si realmente era mudo o sólo lo pretendía. Tendría que averiguarlo. Complacido, se dirigió a Yuto y los demás, los cuales estaban a su vez aleccionando a su propio servicio para que les atendieran.

- Me reuniré con vosotros para la hora del te, compañeros.

Notas de juego

Tetsu va a hacer lo que siempre hace: meterse en su habitación con la excusa de tener que trabajar y dejar que su asistenta personal, particular y única se encargue del resto. Es un asocial y sus compañeros lo saben, así que por lo menos ellos no deberían sentirse extrañados xD

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11/09/2012, 23:04
Director

Refrescados y liberados de los rigores del viaje, por fin los Samurais pudieron descansar y prepararse adecuadamente.

En la pequeña sala del Té, una tetera de hierro silbaba sobre los carbones ardientes cuando Tetsu apartó el shoji y entró en la reducida habitación de paredes de cedro. Yuto ya se encontraba allí, sentado pacientemente junto al juego de tazas de porcelana.

Al otro lado del patio que limitaba con el pabellón del té, un monje tocaba una flauta de bambú.

Los invitados esperaban en la Sala Dorada. Y esperarían lo que hiciera falta a los enviados del Daimyo.

Notas de juego

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Como sólo estáis dos, os pongo a los dos. Cuando alguien se incorpore, que entre.

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14/10/2012, 18:47
Yuto Endo

Yuto observó a Tetsu entrar en la habitación. Estaba arreglado, limpio y descansado, como siempre. Yuto le sirvió un poco de té.-Los delegados del clan Uesugui vienen a comprar caballos para la batalla.-Dejó unos segundos para recomponer la pregunta. -Tenemos una obligación para con nuestros invitados, pero no podemos cederles terreno y darles caballos. El clan Ouchi querría lo mismo y estaríamos en una precaria situación. ¿Que opinas?.-