Partida Rol por web

-Espero que aún sepas correr. ¿Urahara? Dime donde están.

Tras su respuesta, lo que hago antes de partir es darle mi haorí a Hisagi.

-Te nombro capitán en funciones de la novena división.

Un capitán puede ascender a un teniente, u otro shinigami pero es mucho más raro, a capitán en funciones si el capitán de la división que se asigna ha muerto y  se trata de tiempo de crisis. Aunque deberá ser ratificado más tarde por los demás, durante la crisis al menos no hay una división "sin cabeza". Eso es así desde la crisis de Aizen, me esforcé en que se pudiera hacer para que no ocurriera lo que ocurrió entonces.

Lo curioso del asunto es que el capitán de la novena no ha muerto.

Sin tiempo a más, sujeto a Aizen y comienzo a correr a toda velocidad a base de shunpos.

- Oi... que tengo que prepararme primero... ¿a qué tanta prisa? Si están muertos, no se moverán. ¿No? Y Kotse no se puede mover o todo se irá al garete y estoy seguro de que no quiere eso. Dos días Reena Shihöin. Para prepararme.

-Nada de eso. Vamos ya. Ahora mismo.

No parece muy sensato contradecirme, como si haberme quitado el haorí hubiese quitado algún tipo de freno a mi ira.

Niega con la cabeza.

- Como quieras. Pero tu temperamento solo trajo problemas... Demasiado impaciente para ser capitana. Mucha fuerza, pero sigues siendo una cría.

Al fondo escuchas el aullar de Atila.

-Claro que te supusieron problemas, derroté a todo lo que me mandaste y a tí mismo.

Aprieto el puño.

-Tienes lo que queda de día hasta el anochecher. Ni un minuto más. Haz lo que tengas que hacer...Nos veremos aquí en ese momento. Más te vale estar aquí.

No añado que pasará si no aparece.

De hecho podría hacer otra cosa en ese tiempo. Voy a mi despacho.

Aizen asiente y no pierde más tiempo. Tiene que ir a por los utensilios que podrían servir. ¿Por qué lo hace? Obviamente que no por amor al arte.

Ya en el despacho, Atila camina hacia ti, lloriqueando como si notase la tristeza en la atmósfera. Sin mover la cola y sin levantar la cabeza. Quiere sentir tu calor.

Le pongo la mano en la cabeza y le acaricio un poco. Pero no tengo tiempo para consolarlo. Termino dandole un abrazo.

Pero me separo y me pongo a escribir. Tres cartas.

"Soi Fong, capitana de la segunda división y comandante de las fuerzas especiales pertenece de ahora en adelante a la familia Shihöin en calidad de heredera de Reena Shihöin."

Firmo la carta y la sello con lacre y mi marca personal.

"Mamá, papá. La otra carta que hay en este sobre no debéis abrirla a menos que Se notifique mi muerte o desaparición. Os quiero mucho, lo sabéis. Y no quiero que sufráis, pero debéis saberlo...quizá esto es lo último que sabréis de mi en mucho tiempo. O para siempre. Si antes de un mes no he ido a veros...hablad con Soi Fong. Ella os lo explicará todo. Os quiero.

PD: Cuidad de Atila por mí."

Firmo la carta y la meto en un sobre, junto al sobre anterior. Lo sello con mi marca.

"Soi Fong, en caso de que fracase en traer de vuelta a Yoruichi serás la heredera de la familia Shihöin a partir de que se me declare muerta o desaparecida, le pese a quién le pese. Todo lo que sería de oruichi es tuyo. Sé que lo harás bien. Tu tatuaje te lo garantizará, así como esta carta. Y otra que me he ocupado no puedas destruir."

La firmo.

El sobre que va dirigido a mis padres se lo pongo a Atila en el collar.

-Pequeño...lleva esto a mis padres. Sé que puedes hacerlo. Y quédate con ellos, protégelos. Sé que lo harás.

Le doy otro abrazo y me pongo en pie. Con unas palmadas lo insto a irse. Y voy a la segunda división a ver a Soi Fong, quiera o no, entro por su ventana. Con la otra carta en la mano, y un bote de tinta para tatuajes y aguja en la otra.

La dejo ko de un golpe en la nuca antes de que se de cuenta de que estoy allí, y hago en el centro de su espalda el tatuaje de los Shihöin.

Dejo la carta a su lado antes de acudir al lugar de encuentro con Aizen.

Aizen ha aprovechado para cambiarse y ponerse una ropa más acorde con el viaje que vais a realizar. Como el traje de shinigami pero en azul. También lleva una mochila bandolera colgada.

- ¿Todo listo? Pues vamos allá.

Comienza a caminar tranquilamente, pero en cuanto empieces a correr te seguirá el ritmo.

-Es curioso que tu propia familia te moleste, ¿verdad?. Nunca me gustó tu tío, pero era y está siendo útil.

Ni respondo, claramente hablar con él no me apetece nada de nada, solo acelero más y más.

Morirá. Y tú morirás si intentas algo. Lo juro.

Seguís avanzando a base de shumpos. No habláis. Aizen suele hacer algún que otro comentario pero no se deleita mucho.

Pasada media hora Mizu se coloca a tu lado. Parece muy exhausta bien porque aún no se recuperó de cuando le has salvado y también porque ha hecho un gran esfuerzo por alcanzaros.

- Taicho, yo voy contigo.

-No, Mizu. Vas a regresar ahora mismo. Por que Hisagi va a necesitar  mucha ayuda. Él es tu taicho ahora. Puedes irte por las buenas o puedo dejarte ko y avisarlo, tú eliges. Aprecio tu gesto per es inútil. Vas a ser un estorbo para mí. Cualquiera lo será. Ya sabes como combato...es mejor no tener aliados cerca.

No freno.

- Pero taicho...

Te sigue unos metros pero al final suspira.

- Está bien, taicho. Pero vuelve.

Y sin más para. En centésimas de segundos la habéis dejado atrás.

Aizen:- ¿Quién iba a decir que una cría como tú llegaría a inspirar a tantos?

-Ahora mismo hay más que me odian que otra cosa.

De nuevo, no digo más hasta que estemos cerca.

-¿Qué planeas?

- ¿Planear? Ya está todo planeado. Evidentemente si tuviese mi zampakûto todo resultaría más sencillo, pero bueno, no podemos quejarnos. Para empezar necesitaremos a nuestro guía. Alguien que ha estado encerrado dentro del agujero desde entonces. ¿Se te ocurre quién?- Está claro que él sí lo sabe e intuye que te pudiste encontrar con él dentro de alguno de los portales.

Ya estáis cerca. A lo lejos se ven las cuatro casas de la nobleza. Parece mentira, pero ya has hecho este viaje 3 veces y cada vez lo realizas con más rapidez.

Detrás de las montañas debería poder verse la isla a la que os dirigís.

-Jaggerjaw.

Silencio, obviamente espero a que siga hablando.

- Exacto. Él podrá guiarnos por ahí. Aunque antes tendremos que reunirnos con él. Le indiqué el lugar donde tendría que esperar si todo esto ocurría y él salía de allí. Seguro que ha obedecido. Al fin y al cabo yo le traje de nuevo a la vida. Esa segunda dimensión es de lo más útil, ¿no crees? Lástima que tengamos que destruirla.

Pasais la montaña y ahí está, a lo lejos, la pequeña isla desde donde tu tío ha ido moviendo todos los hilos. Aizen para.

- Antes de continuar quiero que me asegures de que quedaré libre. Ya tenía un trato con Katsu y quizás no me convenga romperlo.

-No puedo asegurarte que no te vayan a perseguir o encerrar, ya no petenezco al Gotei 13. Lo que sí te puedo asegurar es que voy a matar.- parece una palabra demasiado leve con el tono que la digo- a mi tío y todos sus aliados. También a tí, si se te ocurre alguna otra tontería como la otra vez. En esta ocasión no habrá juicio ni nada. Así que, lo que te puedo asegurar, es que te conviene ayudarme ahora y todo lo que puedas.

Sonríe nuevamente.

- Me vale. Vayamos entonces, porque no creo que nos dejes descansar un rato, ¿verdad?

Comienza a correr sobre el agua provocando leves ondas cada vez que coloca el talón en la superficie. Avanzais un largo trecho, hasta que de pronto para y te hace parar.

- Aguanta la respiración y sígueme.

Os sumergís en el frío y profundo océano. Comenzais a nadar en dirección a la isla aunque cada vez de manera más profunda. Así, hasta que termináis por entrar en lo que parece una pequeña cueva sumergida, al lado de lo que es la isla principal. Entráis, subís unos metros y emergeis bajo un pequeño techo rocoso. Ahí justo está Grimmjow.

Grimmjow:- Ya era hora, Aizen-sama. Odio el pesado.

Sigo sus instrucciones...aunque no bajo la guardia ni un momento.

Seco mis ropas al salir del agua.

¿Qué tendrá de especial esta cueva?

Los observo a ambos.

- Vaya. Y eso que esperaba no volver a encontrarme contigo. Prefiero vivir, ¿sabes?

Aizen:- Grimmjow. Céntrate. ¿descubriste dónde se encuentran los otros?

- Si. Pero no es sencillo. Y la mayoría están muy heridos. Aunque solo habría que sacarlos de allí.

Aizen:- Eso no importa. Ya lo tengo todo preparado.

- Bien. Entonces lo complicado es entrar ahí. Katsu debe colaborar. Ya sabes cómo va eso. La criatura solo le hace caso a él.

Aizen:- Y a mí.

- Eso ya no lo sé. Como sea. Ninguno debe morir si queremos recuperar a los demás.

Aizen:- ¿Qué me dices, Reena-san? ¿Salvar a los demás o matar a Katsu?

- Siempre se podría...

Pero Aizen le hace una señal a Grimmjaw para que se calle, y permanece mirándote.