Partida Rol por web

Los años a partir del ataque de las tres zampakûtos de hielo han pasado. Pocos meses hicieron falta para que recuperases tu escuadrón y desde entonces fuiste aún más dura con los tuyos. Decidiste desde el principio que tu escuadrón debía de ser más que fiable. El más fuerte de todo el Seireitei y así ha sido.

Dejaste un buen plan a seguir mientras te ausentabas, una vez todo volvió a la normalidad, hacia la mansión principal Shihöin, donde vive tu bisabuelo, en una zona extrema del lugar. Más allá de la Sociedad de Almas, en lo alto de una montaña, junto a las casas del resto de las familias nobles, la mansión Shihöin vigilaba desde lo más alto, con vista a la Sociedad de Almas al frente, y con vistas al infinito océano por detrás.

Te presentaste ante él, sorprendiéndole con la información que le traías. Tu bisabuelo, un hombre de buena apariencia pero con más arrugas que el comandante en jefe Yamamoto, confesó haber tenido siempre debilidad por ti, aunque tú no recuerdes que él haya ido a visitarte en ningún momento. Te prometió que encerraría a tu tío después de hacerle pasar la más absoluta de las vergüenzas. Y así fue. Antes de que te marchases te invitó a presenciar cómo tu tío era despojado de su título Shihöin por atentar contra la familia y, con ropas de bufón se vio obligado a marcharse del lugar, condenado a vagar por la Sociedad de Almas en los peores lugares del Rukongai.

Al volver todos te reciben de manera especial. Sobretodo Hisagi, con quien te vuelves a acostar a pesar de que él intentó evitarlo. Pero tus encantos y virtudes le nublan la vista y le encanta cuando gritas su nombre en un tono de lo más placentero y orgásmico.

Entrenas duro durante años. Siempre queriendo mejorar. Demostrando que aún no has llegado a tu límite. Tus hombres y mujeres shinigami son fuertes y muy experimentados. Han mejorado a pasos agigantados, siempre guiados por tu liderazgo. En especial, Mizu, quien te admira fervientemente, mejoró de manera muy satisfactoria. Logró dominar el shikai. Mejoró su velocidad y sus ataques. Y solo tú sabes que ya posee el bankai. Una chica fuerte que quiere hacerse un hueco en la élite. Como tu quisiste y lograste.

A parte de algunos hollows, la Sociedad de Almas vive en paz desde lo ocurrido con las tres zampakûtos que destrozaron todo cuanto conocías. Momentos de paz. Instantes precedentes a una tormenta que no tardará en reaparecer.

El nuevo día amanece. Hisagi está a tu lado. Profundamente dormido después de una alocada e increíble noche.

Es una pena para él que sea tan bueno en la cama...quiere una mayor relación pero yo no...igual debería dejar de acostarme con él...

Me levanto y ducho antes de vestirme.

Bueno vamos con los papeles de estos dias, que se me acumulan...

Me los llevé a la cafetería para desayunar mientras los leía y firmaba.

El olor a café recién hecho de la cafetería, las tostadas... todo es perfecto.

Al rato de que estés desayunando llega Mizu y se coloca ante ti.

Mizu:- ¡Buenos días, taicho!

Por detrás, al fondo, aparece Hisagi, aunque como es costumbre, no se dirige a ti después de haberse acostado contigo. Quizás se piensa que así la gente no se dará cuenta. Algo que es un secreto a voces.

-Buenas, Mizu.- sigo con los informes. -¿Todo bien en las patrullas nocturnas?

Muerdo un gofre con chocolate.

-¿Algo que reportar?

Mizu:- Todo en orden taicho. La guardia no nos dio problemas y como estamos en primavera no hacía mal tiempo. Pero...- se rasca la nuca y te esquiva la mirada- Me gustaría pedirle un favor... t-taicho... Verá... necesito el día de hoy libre.

Y te mira de reojo. Está algo sonrojada.

-Ajá...¿Puedo saber por qué? ¿O cómo se llama él?

Paso la página del informe, tomando un sorbo de café en esta ocasión. Cuando acabo uno de los puntos del informe, la miro del todo.

La cara de la chica se enrojece aún más.

- N-No sé de qué está ha-hablando taicho. Solo quiero un... ¿día de descanso?

Ha sonado poco convincente hasta dentro de su cabeza. Suspira. Mira hacia otro lado.

- Hisagi kotaicho me pidió que si le ayudaba en algo. No sé en qué.

Sonrío. Le indico que se acerque y le susurro al oido.

-Dile "kotaicho"- orgasgimo- al oido, en ese tono...verás que reacción.

-Sin problemas, tomate el día. ¿Había algo importante que tuvieras que hacer hoy?

Se enrojece mucho más y mueve enérgicamente los brazos.

- ¡No podría hacer eso! ¡Taicho! - suspira e intenta volver a la normalidad aunque necesitará una valeriana- En fin, taicho... hoy solo tenía que hacer guardia en el cuartel hasta que se fuese el sol. Solo eso. ¿Puedo irme?

-Debes hacer eso...ahora quiero verte hacerlo.- bromeo con malicia. -Y sí, puedes marcharte.

Sonrío, aguantándome la risa mientras acabo con los papeles. Llamo a alguien de descanso para colocarle la guardia.

Tras eso me estiro con ganas y cojo la carta de Yoruichi. Voy a ver a Soi Fong.

Mizu te fullmina con la mirada antes de marcharse.

Cuando vas a ver a Soi Fong, esta acaba de terminar de entrenar a su gente y sale de la ducha. El pelo le ha crecido bastante en los últimos años, pero las trenzas siguen siendo su marca de personalidad.

Soi Fong:- ¿Qué ocurre, Reena?

Te comenta mientras se seca el pelo con la toalla.

La abrazo desde detras, pellizcando sus pezones, para darle mi calor y secarla y depaso...que le de "calor".

-Estás muy sexy con el pelo tan largo ¿Sabes? Nada, venía a decirte que mi hermana viene a vernos. Aunque seguramente te haya mandado más cartas que a mi. Y con fotos, que lo sé bien.- río.

-¿Le preparamos una buena cena?

Da un salto que casi os tira a las dos cuando la pellizcas. Aunque es verdad que pronto se seca.

- ¡Oi! ¡Respeta un poco! -se masajea los pezones para ver si se le quita el dolor.- Sí. Sé que va a venir. Y para preparar la cena mejor que no te encargues tú o cuando llegue no habrá nada que comer.- sonríe con malicia.- Has engordado un poco, ¿no crees?

-Nop, es solo la ropa...hace tanto que no hay nada que hacer en serio, que me pongo esta, que es más cómoda. ¿quieres comprobar que mis tetas siguen igual?

Me empiezo a abrir la ropa.

Como un rayo llega a ti y te tapa mientras mira a otro lado, cerrándote el traje.

- ¡Las Shihöin no cambiáis! No hace falta que te quites nada para demostrar que estás más que bien dotada, baka exhibicionista.

Y se da cuenta de que tiene una mano rozando tu pecho. Rápidamente se separa de ti.

Odio que me pongan nerviosa.

-Sabes... porque eres de mi hermana, que si no ya te habría llevado a la cama alguna vez.- río.

-Bueno, entonces te encargas tú de la cena. Guay ^^. Nos vemos pues.

SI no me dice nada más, me marcho a dar un paseo por el Seireitei.

Según bajas, la oyes desde el balcón gritarte.

- ¡¡YO NO SOY DE NADIE!!

Se nota que sigue muy molesta con Yoruichi porque se marchó de nuevo con Urahara.

En tu paseo no te encuentras con nadie. Al parecer todos tienen cosas que hacer. De fondo puedes ver a Mizu e Hisagi, este último riéndose divertido. Por otro lado, Renji y Rukia están sentados bajo el árbol de más a la derecha, descansando mientras él le hace caricias en el brazo.

Por ahí Nanao y Lisa dan una vuelta y por otro lado Ukitake y Kyoraku pasean.

Hitsugaya sale huyendo de Ukitake porque quiere darle caramelos. Matsumoto debe de estar viendo a Ichimaru.

Río con ganas ante los gritos de Soi Fong, tentada de decirle "¿Eso es que quieres que te lleve a la cama?"

Saludo a todo el que veo, pero poco a poco me voy molestando.

Es algo...no sabría definirlo. Todo está demasiado bien. Demasiado tranquilo.

Va a pasar algo...no sé el qué pero...va a pasar algo.

Regreso hacia mi escuadrón.

Kenin está en el gimnasio entrenando con Kensei, que se pasa más tiempo en tu escuadrón que en cualquier otro sitio. Ambos parecen llevarse muy bien y gracias a Moguruma, su hijo ha mejorado muchísimo.

Kizuku está entrenando a los demás. Pelea con uno, le vence y le enseña su error, pelea con otro, le vence y le enseña su error... así siempre. Tal y como hiciste tú en su momento con todos.

Algunos están en su hora de descanso y están en los jardines que se hicieron a raíz de la destrucción del antiguo cuartel de la novena.

La verdad es que quedó mucho mejor todo...ya estaba algo viejo y lo hicimos más modernos...y les hice sudar de lo lindo para que hicieran más de lo necesario.

Al menos salió algo bueno de la destrucción del escuadrón.

Recordar eso me hace pensar que igua lpodría tomarme un par de meses e ir a ver a las tres del hielo...pero con esa sensación de que algo pasa, lo descarto.

Me tumbo a tomar el sol, por lo que estoy desnuda del todo, en mi jardincito privado. No es que me importe demasiado, pero ahí nadie me ve sin entrar por mi cuarto primero.