Partida Rol por web

Sekai no Yuusha

Cumple con tu deber. - Terror de las Bestias.

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05/06/2021, 02:36

¡Una nueva mañana comenzaba, y con ella otro día! Nerviosismo, emoción, ambición, expectativa... ¿O tal vez ninguna? ¡Já! Eso último sí que sería un tanto más complicado. Después de todo, era difícil no sentir nada en el primer día de universidad pues para muchos jóvenes significaba un paso más hacia adelante en sus vidas, el inicio de un nuevo comienzo y el tener finalmente una dirección clara en la que seguir. Una decisión, un punto de quiebre que señalaba un cambio transversal en todo lo que había vivido hasta el momento, dejando atrás su niñez de forma definitiva...

Sus madres le despertaron aquella mañana con un desayuno espléndido, haciéndose tiempo pese a sus horarios apretados para que tomase este día con todas las energías necesarias. Era, a fin de cuentas, una fecha a celebrar y algo cercano a un logro compartido. Ambas se despidieron de Aiko llenas de orgullo antes de que esta se marchase camino a la universidad y ellas finalmente tomasen el camino a sus respectivos trabajos, no sin antes pedir disculpas una y otra vez por el hecho de no haber podido llevarle ellas mismas. Quizá... Sí que la sobreprotegían un poco y aún no lograban aceptar del todo que dejase de ser una niña, ¿Pero qué madre no lo haría? Después de todo Aiko era su única hija, y una chica que había sufrido bastante a causa de ellas.

Ya sin nada más que la retuviese, Aiko simplemente tenía que seguir el camino hacia la Universidad. Un bus, el metro... Y finalmente habría llegado a su nueva casa de estudios sin mayores inconvenientes, donde daría los primeros pasos para convertirse en una profesional, conseguir un trabajo y vivir una vida tranquila. Sí, definitivamente todo pintaba bastante bien. Pero... Desgraciadamente no todo sería un campo de rosas para su desgracia pues, luego de subir una larga escalera de piedra que lleva hasta la universidad, se encontraría casi de frente con una figura formaba parte de un pasado mucho menos agradable y solitario.

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Ohara Himari, la muchacha que... Básicamente comenzó aquel ciclo de desprecio en su escuela, una muchacha fría, despreocupada e increíblemente vil que en su momento parecía empeñada en volver su vida más despreciable que el día anterior. Y allí estaba, sentada a un lado de la entrada de la Universidad con gesto aburrido, como si esperase a alguien... Pero su mirada se iluminó enormemente al ver a Aiko, como si recibiese una sorpresa increíblemente grata que no se esperaba. -Vaaaaayaaaaa... ¿Pero qué tenemos aquí?- Comenta directamente acercándose a la chica, con una sonrisa de oreja a oreja. -¡Si es la ratilla de laboratorio! Me sentí muy triste cuando te escapaste, engendro. Después de todo lo que he hecho por ti...- 

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05/06/2021, 15:23
Aiko Ayamiya

El despertador sonó temprano, más de lo necesario, pero no le importaba. Quería darse un tiempo para asimilar lo que estaba a punto de ocurrir. Aquel era el día en que pisaría por primera vez la universidad. Estaba muy emocionada por poder al fin estudiar lo que siempre había querido, Informática. Había sido duro elegir un camino concreto, pero al final, tomando todos los factores en cuenta, decidió que lo mejor sería decantarse por ese grado. Su familia la apoyaba completamente, más aún siendo que de esa forma seguiría un poco el camino de Kumiko, que se dedicaba a la Big Data y a la Bioinformática. No podían estar más orgullosas de ella.

Aprovechando que había puesto el despertador un poco antes de lo preciso, comenzó a preparar su mochila. Los primeros días siempre eran de adaptación, más aún cuando tenían que dar un salto tan grande como era del instituto a la universidad. Por eso no se esmeró demasiado, poniendo un par de libretas y un estuche con un par de bolígrafos para poder apuntar lo importante. ¿Qué clase de compañeros tendría? Estaba realmente nerviosa por ello. Le había dolido dejar atrás a sus mejores amigos en la escuela, que no habían sido muchos, por otra parte. Sin embargo, los cambios también eran buenos, y más aún en su caso.

Disfrutó el desayuno, y se despidió rápidamente de sus madres, completamente hecha un flan. Quería llegar rápido a la universidad, y ver por sí misma lo que le esperaba durante otros cuatro años, al menos. Estaba algo lejos, pero el paseo no le importaba, así podía disfrutar del ambiente de la ciudad, que no le desagradaba. Sin formar parte de ello, le gustaba ver cómo se desarrollaba el flujo de una urbe como era Yokohama: la gente caminando por la calle, con un rumbo fijo; los andenes de metro, repletos de personas que como ella iban a sus puestos de trabajo o a sus centros educativos; las tiendas y supermercados, llenos a rebosar de gente haciendo las compras diarias; los pequeños establecimientos de ocio, que por las mañanas no estaban demasiado llenos, pero que siempre invitaban a entrar y disfrutar un poco del tiempo libre...

Sumida en sus pensamientos fue que se encontró de cara con las escaleras de piedra. El rostro se le iluminó de la ilusión, mostrando una enorme sonrisa de oreja a oreja. Allí estaba por fin, deseando tener un nuevo comienzo, con nuevas personas a las que conocer, y cosas nuevas que aprender. Enfiló la subida con energía, casi saltando los escalones de dos en dos, cuando arriba del todo se detuvo en seco, como si se hubiera estrellado con una pared invisible. Su sonrisa desapareció al instante.

Allí estaba ella. De todas las personas que había conocido en la escuela, quizá sería la que más había influido en Aiko, y no precisamente para bien. Era una chica popular, allá entonces, probablemente por su ligereza con las palabras y su atractivo aspecto. Aún recordaba esas notas pegadas en el casillero de su pupitre, donde aquellas palabras que salían de su boca ahora mismo se repetían una y otra vez. Ohara se había encargado de hacer que su paso por la escuela fuera un infierno, y había sido la artífice de que otros muchos se sumaran a las burlas y al odio. Sintió un nudo en la garganta y los ojos húmedos al recordar todo aquello de un plumazo. ¿Qué hacía allí? ¿Acaso estudiaría en la misma universidad que ella? No podía haber tenido tan mala suerte. Inspiró hondo, tratando de tranquilizarse. Lo mejor sería dejarlo pasar, saludarla como si nada, y continuar su camino. Sí, eso sería lo mejor.

— Buenos días, Ohara. Me alegro de verte -comentó en voz baja, forzando de nuevo una sonrisa en el rostro.— Disculpa, pero llego tarde a clase. Es el primer día y me gustaría llegar a tiempo -dijo, pasando por su lado con algo más de prisa de la que había querido mostrar en un principio.

Notas de juego

Perdona si quedó un poco largo (o no, no lo sé), como era un poco introducción pensé que sería buena idea dar más detalles.

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06/06/2021, 04:41

La reacción de aquella chica llamada Mizuki era tal cual la podías recordar, como si los años no hubiesen hecho cambio alguno en ella. Te miraba con desprecio, el desprecio único de una persona juzgando algo que apenas llegaba a comprender, algo que no le parecía bien, pero además mantiene una sonrisa un tanto alegre y complacida de sí misma, como si lo disfrutase, como si estuviese impartiendo una clase de justicia increíblemente retorcida. Era exactamente la misma que recordabas, tal que probablemente no te debió de parecer extraño cuando una de sus manos se posó sobre tu pecho, cortándote el camino hacia el interior de la Universidad y obligándote a retroceder un par de pasos en base a la fuerza. 

-¿Eeeeh? ¿Acaso planeas irte tan pronto y dejarme plantada?- Preguntó con un tono de voz desagradable, sobreactuado, tratando de aparentar cierta preocupación por ella mientras que al mismo tiempo dejaba más que en claro que no le importaba en lo más mínimo. -Eres una perra malagradecida… ¿Después de todo lo que he hecho por tí?- Niega para sí misma con reproche mientras chasquea repetidamente la lengua. 

La chica clavó detenidamente la mirada en tí, ensanchando ligeramente aquella sonrisa de víbora y dando un paso hacia adelante, obligándote a retroceder un poco. -Además, lo dices como si yo no tuviese nada que hacer… ¿Cuán desconsiderada puedes ser?- Pregunta mientras una de sus manos sube hasta tu hombro, sosteniéndolo de forma firme. Definitivamente es una escena poco grata de experimentar, incluso de ver… La mayoría de chicos y chicas que van llegando parecen no darse cuenta de la situación, más existen aquellos que sí. Alumnos de distintos cursos, un par de profesores… Y nadie pareciera interesarse demasiado en lo que ocurre entre las dos, tal como ocurrió en la escuela hace algunos años. No había héroes que le liberasen de aquello.

-Como sea.- Dijo de pronto, suavizando el agarre sobre su hombro y sonriendo de una forma genuinamente dulce… Y, por tu experiencia, la faceta más aterradora que podría poseer. -Me has pillado en un mal día, pero ya lo discutiremos luego, ¿Sabes…? También tengo clases, están por comenzar.- Pareciera que todo iba a acabar allí de momento. Qué aliv... -No llegues tarde.- Y sin siquiera venir a cuento, el agarre sobre tu hombro se volvió a apretar y te empujó contra la escalera. Era… ¿Una broma? ¿Una forma “inofensiva” de hacerla sufrir? ¿Qué es lo peor que podría pasar?... Fue en ese momento en que la gente recién parecía interesarse en lo que sucedía. Varias cabezas voltearon, incrédulos… Y la mirada de Mizuki pronto pasó de ser una expresión engreída y orgullosa a una llena de aquel horror propio de las personas que acaban de transgredir los límites de forma no intencionada...

Caíste, sentiste tu cuerpo golpear contra los escalones... Y entonces tus ojos se cerraron... ¿Para siempre?

Notas de juego

¡Sin problemas! Yo... Soy bastante irregular con la longitud de mis posteos, así que a veces pueden haber algunos cortos o largos. No me molesta que te extiendas si lo ves necesario, si eso lo contrario. Les dejé espacio para que pudiesen definir algunas cosas, así que me alegra que lo aprovechases. 

Btw! Cualquier sugerencia o queja es bien recibida, siempre se puede mejorar~

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07/06/2021, 14:30
Aiko Ayamiya

Por supuesto, aquella estrategia no funcionó. Habría sido demasiado fácil que la dejara marchar sin más, pero Ohara no era así. Era como una cazadora siempre en pos de su presa, y eso no había cambiado un ápice, al parecer. Sintió una opresión en el pecho mucho más grande de lo que la mano de su antigua compañera de clase estaba ejerciendo, fruto de la ansiedad que comenzaba a aflorar en Aiko. Acusó el golpe de sus palabras con la mirada perdida, recordando perfectamente todos esos momentos en su cabeza, en bucle.

— Yo... Lo siento, Ohara - se disculpó, esperando que así la chica se relajara, aunque fuera solo un poco.

Miró alrededor, pero nadie parecía verlas. Después de todo, no parecía estar pasando nada malo. Solo la había tomado del hombro, algunos incluso pensarían que estaba saludando a una amiga. Pero en sus ojos podía ver que no podía estar más alejado de la realidad. Sintió miedo, pensando que podría repetirse todo. Ohara se encargaría de que todo el mundo supiera su condición, abanderando a capa y espada que se trataba de un engendro, como un monstruo... ¿Tendría razón?

Parpadeó ligeramente confundida, sin embargo, cuando pareció dejarlo estar. ¿Iba a quedar todo ahí? No, por supuesto que no. Bajo esa falsa sonrisa, Ohara estaría ya maquinando su siguiente paso. Al menos de momento había quedado libre, pero no era más que una libertad perecedera, que desaparecería en el momento en el que aquella chica endemoniada comenzara a destruir su vida de nuevo. Echó el pie adelante para comenzar a caminar, viendo que todo parecía haber terminado de momento, y quizá por eso fue que perdió el equilibrio cuando la empujó de improviso. Manoteó en el aire para intentar agarrarse a algo, pero no había nada a lo que aferrarse. Todo sucedió muy deprisa después. El cielo azul sobre sus cabezas, los gritos de algunas personas que sí se habían dado cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir. Aiko ni siquiera estaba procesando lo que estaba ocurriendo, solamente trataba desesperadamente de mantener el equilibrio cuando su cuerpo se precipitaba ya por las escaleras.

Sintió un golpe en la nuca, un dolor extremadamente intenso durante apenas una fracción de segundo, antes de que dejara de moverse y su visión se tornara borrosa. Apenas notó los siguientes golpes, como si ya no estuviera en su cuerpo. Escuchó desde muy lejos los gritos iniciales de la gente a su alrededor, antes de que sus sentidos se vieran enmudecidos por completo. No sentía nada, no podía pensar nada. Aiko había reflexionado muchas veces sobre cómo sería la muerte. Algunos decían que se veía una luz, como si se estuviera en un túnel donde se viera la salida a lo lejos. Otros decían que tu vida pasaba en apenas unas fracciones de segundo, recordando todo en apenas un instante.

Sin embargo, para Aiko no había habido nada de eso. Para Aiko, todo terminó en absolutamente nada. No supo lo que pasó después. No supo de Ohara, que se quedó en el sitio, observando cómo con aquella broma tonta había terminado por provocar la muerte de Aiko. No supo de los intentos inútiles por llamar a una ambulancia de un par de chavales que subían cuando Aiko se desplomó como un fardo sobre los escalones. No supo nada de nada. Su vida, de repente, había terminado.

Notas de juego

Una pregunta. ¿La chica se llama Ohara o Mizuki? En el primer post no aparece ese nombre, pero en el segundo sí.

Y no, ninguna queja por ahora, aunque si tengo sugerencias en algún momento no dudaré en comentártelas ^^. Por ahora ha sido una buena introducción.

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09/06/2021, 08:18

Los ojos de Aiko se cerraron para no volverse a abrir...

 

... O al menos eso es lo que siente que debía de haber sucedido. Sin embargo, por más que espera ese momento de dejarlo todo atrás, de simplemente encontrar ese descanso de las preocupaciones de la vida, por varios segundos nada parece suceder. Ya no siente dolor al menos, sin embargo se siente en una suerte de vacío interminable, como si flotara, y definitivamente parece estarse moviendo a través del mismo. Es una sensación relajante y placentera, en la que no pareciera tener ninguna otra responsabilidad más que dejarse arrastrar por una corriente invisible. 

Pasarían varios segundos antes de que un atisbo de luz surgiese en aquel vacío oscuro, un destello de luz suave que trajo consigo sensaciones que por un segundo pareciera haber perdido. Tacto, aroma, oído… Pronto es capaz de sentirse rodeada de agua, de oír el suave sonido de un río que fluye, el aroma de los bosques entremezclados con la humedad del ambiente… Parpadear una vez más le permitiría ver la corriente de agua a su alrededor, peces saltando junto a ella, árboles y plantas crecer. Todo su entorno adquiere una vida repentina, dando lugar a una armonía bastante pacífica y relajante pese a que ella se encontrase en medio de las aguas… Dan ganas de simplemente quedarse allí y dejarse llevar, más aquello simplemente no sería posible.

Un enorme ave sobrevuela el río, mientras que violentamente te arranca de este y te eleva por los cielos y entonces, desde las alturas, pareciera abrirse ante tí un mundo infinito de biomas maravillosos. La jungla en la que te encuentras llega a parecer pequeña ante los océanos, montañas y prados que ves desde tu posición privilegiada. Sin darte demasiado tiempo a apreciarlo de todos modos, el ave pronto descendería hasta su nido donde un montón de avecillas hambrientas, mucho más pequeñas, esperan tu llegada. Te sueltan hacia ellos… Y entonces todo desaparece y se transforma en un vacío totalmente blanco, en el que no pareciera haber absolutamente nada y durante varios segundos así permanece, sin ruido más allá del de tu propia voz si es que llegases a hablar. Pero pronto…

Deja de ser la presa.

Dice una voz… Suave y compasiva. No era posible identificar si se trataba de un chico o una chica y parece provenir desde lo más recóndito de aquella infinidad blancuzca. El silencio se produce nuevamente como si esperase una reacción de tu parte, sin embargo antes de que pudieses responder (o directamente interrumpiendote, si era el caso) la voz volvió.

Dale un buen uso.

Y sin mayor preámbulo, una luz dorada se manifiesta en frente de ti, dando forma a una daga de aspecto increíblemente simplista. No llamaba mucho la atención, aunque el súbito cartel que la acompaña tal vez podría cambiar casi de inmediato dicha perspectiva.

 

Notas de juego

... Eeeh... Perdón, error mío. La chica se llama Himari Ohara (Ohara Himari con el toque japonés de usar el apellido com onombre) y... Bueno. Al principio iba a llamarse Ohara Mizuki, pero le cambié el nombre porque lo preferí para otro npc y... Bueno, me terminé enredando con el nombre. Es un error feísimo, pero prometo que no pasará otra vez.

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09/06/2021, 09:36
Frederick von Umvit

Antes de que alcanzases a hacer nada, instantes después de que aquel ominoso mensaje apareciese, el mundo a tu alrededor comenzó a cambiar de una forma mucho más abrupta y desorientadora que antes. Sentía como si la succionasen desde algún sitio y le bastó con parpadear un mero instante para que, al abrir los ojos, se encontrase en una zona completamente diferente. Lo primero que nota es que finalmente pareciera haber tocado tierra firme, sintiendo por primera vez el suelo luego de... Quien sabe cuanto rato. Tarda un poco en acostumbrar sus ojos a la luz para distinguir el resto de detalles, aunque el mundo a su alrededor poco a poco se va revelando, mostrándole a Aiko un sitio que jamás ha visto en su vida. Se encuentra rodeada de una suerte de círculo mágico complejo, algo que vería normalmente en novelas de fantasía y videojuegos, sin embargo esta vez algo le hace sentir que no se trata de un simple dibujo sino que de algo más. Pronto comienza a distinguir el suelo de mármol, los grandes pilares, ventanales gigantescos por los que entra la luz del atardecer...

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Y, por otro lado, un grupo de alrededor de cinco personas encapuchadas la rodeaban, distribuidas en cada punto de ese círculo mágico. Además, una veintena de soldados se encontraban repartidos por la estancia... Y los ojos tanto de ellos como de las encapuchados parecieran estar puestos directamente en ella, observándola con atención y una suerte de silencioso respeto. Ninguno de ellos se atreve a romper el silencio, sin embargo Aiko pronto podría sentir a sus espaldas los pesados pasos de una armadura sobre el mármol que lentamente se aproxima a ella. Un muchacho de cabellos rubios y ojos azulados se hace presente en el lugar, con cierto aire autoritario a su alrededor que dejaba en claro que, quien sea que fuese, él mandaba en aquel sitio. Lo curioso es que apenas parece estar en sus veintitantos años.

 

Saber (Gawain) - Fate/EXTRA - Image #3261636 - Zerochan Anime Image Board

-Así que tenemos una heroína...- Murmura suavemente antes de esbozar una sonrisa suave. -¡El ritual ha sido un éxito!- Exclama con un tono alegre, desvaneciendo un poco ese aire de autoridad y luciendo aún más juvenil y alegre. -Es un honor recibirla en nuestro reino, Heroína de la Cacería. Bienvenida a Umvit, la esperábamos.Y sin más... El hombre hinca una rodilla en el suelo y hace una reverencia ante de ella. Pronto le seguirían los soldados y aquellos hombres encapuchados, todos rindiéndole respeto y pleitesía.

... ¿Dónde coño ha ido a parar?

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11/06/2021, 12:48
Aiko Ayamiya

La muerte no era lo que esperaba, eso seguro. Pronto sintió de nuevo. Se quedó completamente anonadada al encontrarse en aquel lugar de fantasía, ese lugar que había explotado de vida a su alrededor. El agua, el bosque, los animales salvajes... todo lo que la rodeaba era demasiado distinto a lo que estaba acostumbrada. Sintió pavor al verse en aquel paraje, sin estar rodeada de edificios y gente. Era un lugar totalmente inhóspito, pero al mismo tiempo precioso y exótico.

Gritó cuando sintió el tirón de aquel ave tan enorme, aún más fuerte cuando se elevó por los aires y la llevó con ella. No se sentía intimidada por las alturas, pero jamás antes se había visto en las garras de un pájaro gigante, sobrevolando un terreno completamente desconocido para ella, a varios cientos de metros de altura. El paisaje quitaba el aliento, pero tampoco tuvo tiempo para ver mucho, de todas formas, pues pronto descendieron, y vio cómo aquella ave la lanzaba al nido... y después blanco.

Parpadeó sorprendida, escuchando una voz. Miró hacia todos lados para ver de dónde venía, y quién era el que hablaba, pero no vio nada. Solamente una daga había aparecido frente a ella, como si la hubiera estado esperando. La miró, pero no vio nada especial en ella, a pesar de la información que la acompañó después.

— ¿Arma... legendaria?

Sintió un súbito tirón, que la hizo gritar de la sorpresa. El lugar había cambiado de nuevo, y esta vez se hallaba en una habitación muy pomposa. Y no estaba sola. Multitud de personas la rodeaban, todas ellas clavando sus miradas en ella. Notó un escalofrío en la espina dorsal, y el vello de la nuca se le erizó. ¿Qué diablos estaba pasando? Tenía que ser todo un sueño. No había otra explicación posible. Oyó sin escuchar realmente a aquel chico rubio, cerrando los ojos para serenarse. Dentro de poco, cuando abriera los ojos, descubriría que estaba en su cama, despertando de aquel odioso sueño. Ni había salido de casa, ni había visto a Ohara... ni la habría tirado por las escaleras. Contó hasta tres, y entonces abrió los ojos.

Por supuesto, nada cambió. Vio que el rubiales había hincado la rodilla ante ella, y que lentamente los demás hacían lo mismo, rindiéndole culto. Sintió un nudo en la garganta, y sus pensamientos emborronados. No podía creer que aquello fuera real. No podía serlo. Se levantó de un salto, sin darse cuenta de que la daga ya pendía de su costado, como si siempre hubiera sido suya. En aquel momento lo único que quería era correr, y alejarse de toda aquella locura. Y eso hizo, correr hacia cualquier parte, para alejarse de aquellas personas que decían que ella era una "heroína". No podía ser, simplemente.

Notas de juego

Sin problema, no te preocupes. Solo me extrañó el cambio de nombres, pero un despiste lo tiene cualquiera, no tiene importancia ^^.

 

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15/06/2021, 06:25

Aquel hombre de cabellera dorada tarda unos cuantos segundos en darse cuenta de la situación pues tanto él como el resto de la multitud estaban demasiado ocupados con florituras y reverencias como para haberse percatado a tiempo de que la muchacha no parecía estar en sintonía con ellos. Fueron sus pisadas apresuradas las que la delataron, aunque el hecho de que nadie se esperase que un héroe "escapara" por las buenas hace que todos tarden más de la cuenta en reaccionar, y no es sino el mismo rubio de aspecto regio quien alza la voz y la mano hacia ella. -¡Héroe! ¡No puedes irte, te necesitamos!- Exclamaría el sujeto alarmado, mientras instaba a todos los soldados a que fuesen a buscarte. No tenía aspecto de que te fuesen a dejar marchar tan fácil. Sin embargo, ya les habías sacado buena ventaja de momento.

La verdad se que el salón es... Grande y largo, además de que el tono anaranjado del atardecer le entrega un aire mucho más calmo e incluso lúdico. Posiblemente en otro momento habría sido utilizado como un bellísimo salón de fiestas, más ahora... De poco le sirven las exquisitas decoraciones a Aiko. Ella busca una salida, y la verdad es que resultan haber un montón de ellas disponibles. El salón parece dar a un jardín por los ventanales, por lo que si estaba dispuesto a reventarlos se encontraría directamente fuera. Por otro lado, también un gran portón de madera parece marcar la salida más evidente y civilizada del lugar. Tiene tiempo de alcalzarla y de escapar si es que decide hacer caso omiso a las súplicas de aquel caballero, y a las del gentío que pronto se les unen.

-¡Vayan a por ella, es peligroso que salga!- Exclama instando a sus soldados a que apresuren la marcha y se esfuercen aún más por... ¿Capturarla, tal vez? La verdad es que es difícil definir la situación en la que se encuentra. No parece estar prisionera tampoco.

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16/06/2021, 02:11
Aiko Ayamiya

Aiko no respondió ni se dio la vuelta cuando aquel hombre rubiales la llamó. En su mente no cabía otra cosa que aquello fuera un sueño, una especie de pesadilla vívida de la que no podía salir. Corrió y corrió, casi sin fijarse en los bellísimos ornamentos de aquel edificio. Desde luego no era algo que hubiera visto nunca, era regio y exótico al mismo tiempo, muy cuidado. ¿Serían ricas aquellas personas? Tampoco es que prestara demasiada atención a aquello, solamente quería salir de allí.

En momentos así, cuando Aiko había pasado dificultades, siempre había algo que la devolvía a la realidad. Muchas veces se había visto en esa situación de incredulidad, como si lo malo que le pasara no pudiera estar pasando realmente. A pesar de ello, era más sencillo volver a la "realidad" cuando quien la estaba hostigando era un chiquillo o chiquilla malhablada, y no un grupo de guardias y de desconocidos que la perseguían por un lugar desconocido, después de que lo último que recordara fuera el cielo... y el golpe en las escaleras.

Su golpe de realidad esta vez fue un traspié en una de las alfombras del suelo, a la altura del salón de estar. Perdió el equilibrio y calló de bruces sobre el suelo. Por fortuna no se hizo daño, pero la vaina de la daga que antes había visto en esa alucinación repicó estridentemente al golpear el piso. Abrió mucho los ojos, levantándose de nuevo, viendo cómo los guardias la habían estado a punto de atrapar incluso antes de que cayera. Se encogió sobre sí misma, sintiéndose completamente fuera de lugar. Más que una heroína, parecía solo una chiquilla asustada. Alzó la voz con cautela, con timbre tembloroso. Se sentía perdida y sin escapatoria.

- ¿D-dónde estoy?

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21/06/2021, 01:20
Frederick von Umvit

La verdad es que a pesar de aquella ventaja inicial de Aiko y la pesada armadura que portan los guardias, es más que evidente que poco a poco nada de eso significará mucho. Dentro de todo, a pesar de que le llamasen "heroína", la chiquilla no solo carece del valor, sino que además de las aptitudes físicas digna de una, cosa que queda más que en evidencia cuando de remate tropieza con uno de los pliegues de la alfombra. No tardaría en verse rodeada por los guardias, siendo capaz de notar en ese momento sus miradas de... Desconfianza e incertidumbre. La fé ciega que parecen tener hace escasos segundos los guardias parece haberse desvanecido por completo, y en cambio tan sólo la observaban de una manera que conoce bastante bien. La juzgan en silencio.

-¡Ya está!- Exclama de pronto el hombre de cabellos rubio, sonando increíblemente molesto y arisco, al tiempo en que se abre paso entre el círculo de soldados de forma un tanto más brusca que antes. Luce... Molesto, decepcionado inclusive, y mantiene durante un largo rato esa mirada sobre la chica. Son segundos que pasan en silencio hasta que por fin decide levantar la vista hacia sus guardias, sin cambiar de expresión. -Todos. Largo. Nuestra héroe necesita algo de espacio.- Ordena a todos los presentes quienes luego de una mirada rápida entre ellos, como si se preguntasen qué han hecho para molestar tanto a su señor, acabaron por marcharse por aquella enorme puerta y dejando a aquel caballero rubio a solas con la muchacha. El salón de pronto parece mucho más grande y vacío ahora que no se encuentra repleto de gente, y... En el fondo puede notar que no está hecho para eso. Transmite una sensación de pena un tanto curiosa.

Ya a solas, el hombre no tardaría en respirar profundo, masajearse la sien y... Simplemente agacharse a la altura de Aiko para ofrecerle una mano, acompañando aquel gesto con una sonrisa cálida que contrasta bastante con la expresión que portaba hace tan solo unos segundos. -Siento que tuviese que ser así todo esto, señorita.- Le dice el hombre de manera amistosa e incluso empática. -La mayoría de gente no comprende la verdadera naturaleza de los héroes y... Verla en ese estado les ha sacado de lugar.- Niega para sí mismo. -Se encuentra en el Reino de Umvit. la más próspera de las tres naciones. Ha sido invocada aquí por nuestro llamado. La necesitamos.- Explica a la muchacha, manteniendo siempre un tono suave y respetuoso, tratando de evitar que vuelva a alterarse tanto como antes. -Por favor, relájese. Nadie aquí busca dañarla.-

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22/06/2021, 13:18
Aiko Ayamiya

Sin saber por qué, de repente, Aiko se sintió realmente mal por aquel hombre rubio. Parecía ser el que más renombre tenía allí, a juzgar por la ropa y por cómo impartía órdenes con tanta naturalidad. A Aiko le recordaba a los típicos personajes de RPG que había jugado, príncipes y reyes, que estaban siempre por encima de los demás. Agradeció no obstante que la dejaran a solas. No era muy cómodo estar rodeada de guardias armados, todos mirándola con esa cara que tan bien conocía.

— G-gracias... - dijo, tendiéndole la mano a su vez para levantarse. — Umvit...

Aquel nombre no le decía nada, ni aquel extraño muchacho rubio. Parecía buena gente, sin embargo, por cómo la estaba tratando. Quizá él fuera capaz de decirle qué estaba pasando, y por qué de repente había aparecido en aquel lugar. Pero eso que contaba... ¿Que había sido invocada? ¿Qué quería decir eso? ¿Por qué insistía en llamarla heroína?

— Lo último que recuerdo... es caer. Caer en unas escaleras, y un golpe en la cabeza. Después de eso... Una jungla. Y un nido de pájaros. - Aiko comenzó a recordar en voz alta, buscando así quizá poner en orden sus pensamientos. — Y después esto- dijo finalmente, señalando el cuchillo de caza que tenía en el cinto. 

Alzó la cabeza, buscando en los ojos de aquel hombre las respuestas que anhelaba. Apenas lo conocía pero ya había sido el único que se había preocupado realmente por ella, así que decidió confiar en él. 

— Dígame qué está pasando exactamente, por favor.

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10/07/2021, 04:58
Frederick von Umvit

Frederick tomó con firmeza la mano de Aiko, soltando a su vez un breve suspiro de alivio al ver que finalmente la muchacha comienza a recomponerse y va saliendo de ese cuadro de nerviosismo en el que estaba. Entretanto, Aiko podría notar por el agarre que... Se trata efectivamente de alguien fuerte y rígido, digno de un soldado o de un noble de crianza estricta. No es difícil percatarse de que ni la armadura ni la espada están ahí por mero postureo, a diferencia de la daga de la chica.

-No tiene qué agradecer, héroe.- Responde el hombre con amabilidad, quien acaba retrocediendo un par de pasos luego de ayudar a Aiko a levantarse. -Después de todo, es atendiendo a nuestro llamado el por qué de su presencia en nuestro reino.- Confiesa con calma, mientras le hace un pequeño gesto con la mano para indicarle que le acompañe. -Le guiaré a su habitación, continuaré con la explicación en el camino.- Y entonces, si es que Aiko decide seguirle, Frederick se pone en marcha. Eso sí, cabe mencionar que no ha pasado desapercibido el relato de la muerte de Aiko, aunque el hombre no ha hecho más que levantar una ceja y asentir, sin llegar a mencionarlo.

-Existe una antigua leyenda que relata las vivencias del héroe de la cacería. Años atrás, este habría llegado desde un mundo lejano con la Herramienta Legendaria y habría acabado con las bestias que buscaban consumirlo.- Hace una breve pausa para frotarse la barbilla, pensativo. -No estoy del todo seguro qué simbolizarán esas visiones. Pero puedo entregarle las respuestas que busca: está aquí porque la hemos invocado.- Aiko siente de inmediato la mirada de Frederick sobre ella, quien se encuentra atento a su reaccionar... -O bueno, no precisamente. Ejecutamos el ritual de invocación... Pero es el arma quien finalmente elige a su portador. Necesitamos de su ayuda, yo y todo mi reino. Necesitamos que una vez más el Héroe de la Cacería salve a este mundo.- 

El hombre no deja de mirarla, serio, realmente preocupado por lo que podría responder, por la decisión que podría tomar, como si se tratase de un asunto de vida o muerte... Y posiblemente lo fuese, a juzgar por su mirada. No parece tener intención de resultar amenazante, al menos, no busca intimidarla después de todo... Pero sí que tiene pinta de ser algo importante.

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10/07/2021, 05:50

Entranto bla, bla... Aiko pudo notar un pequeño detalle destacando en la esquina inferior derecha de su mirada. Era una... ¿Mosca? Eso parece al principio, aunque cuando la mira con mayor detenimiento ve una miniatura de una personita, al menos un breve segundo, pues casi de inmediato hace que se despliegue en frente de ella una suerte de "ventana" semitransparente con diversos datos y valores.

Notas de juego

Se ha desbloqueado el acceso a la sección "Ayuda"
Puedes acceder a tus atributos en la ficha. Tendrás siete puntos a repartir entre los atributos, máximo 3 en uno salvo DEX, el cual puedes subir hasta 4.
Puedes acceder a tus talentos en la ficha. Tendrás nueve puntos a repartir entre los talentos, salvo puntería y sigilo que podrán subir al 4.
Es normal tener atributos en 0. No te asustes.
Los talentos empiezan en "D" que equivale a 0. Pensé que se vería más lindo, pero ponlo con números si te es más cómodo.

Las estadísticas las iré arreglando yo manualmente y no debes preocuparte mucho por ellas. Están más por flavor que por otra cosa. Pueden ser simplificadas enormemente si no acaba de convencer los números "altos".
¡Cualquier duda, en offtopic!

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11/07/2021, 02:55
Aiko Ayamiya

Aiko asintió imperceptiblemente, dispuesta a seguir a aquel muchacho rubio a lo que, según él, serían sus aposentos. Aún estaba muy desubicada, y por supuesto no entendía nada. ¿Por qué todo parecía tan antiguo y regio? ¿Acaso había algún palacio así en Yokohama? No, estaba segura de que no, o lo recordaría. Una estructura tan imponente como aquella tendría miles de visitantes al día, y sería una atracción turística. Además... no parecía en absoluto un monumento antiguo. Miró por un ventanal, intentando identificar el lugar en el que estaba, pero el paisaje que la recibió, si bien hermoso, no era para nada familiar.

— ¿Una... leyenda? ¿Invocación? - preguntó, frunciendo el ceño. — No comprendo. ¿Cómo pudieron traerme ustedes desde la universidad? ¿Y cómo lo han hecho para... salvarme la vida?

Aiko negó con la cabeza, alejando de su mente el recuerdo del intenso dolor que sintió al recibir el golpe en la nuca, y la sensación de desconexión que experimentó instantes después. Todo aquello era demasiado difícil para procesarlo tan de repente, y por supuesto no lo aliviaba para nada el hecho de ser traída sin previo aviso a un lugar desconocido, ser llamada Héroe de la Cacería y haber experimentado ese extraño sueño. 

— No soy ningún héroe. O heroína, en mi caso. Mi nombre es Aiko... Aiko Ayamiya.

La joven se inclinó formalmente, al más puro estilo nipón, presentándose por su nombre. Instantes después cayó en la cuenta de que aún no había preguntado el nombre de su interlocutor.

— ¿Y usted es...?

Al levantar de nuevo la cabeza vio mediante su vista periférica un pequeño recuadro. Era muy pequeño, pero al parecer al fijarse en él este se hizo más grande de repente, mostrando como si fuera un holograma toda clase de información. Aiko dio un pequeño respingo, sobresaltada por lo repentino de aquella visión, y aún más extrañada por los datos que se le ofrecían. ¿Acaso estaba en un videojuego de realidad aumentada, o algo por el estilo? No había muchas otras explicaciones posibles, dado todo lo que había pasado. Solo para comprobarlo, Aiko se frotó la cara, intentando así quizá notar algún tipo de dispositivo sensorial. Por supuesto, no hubo resultado alguno.

La joven se mordió el labio, observando con ojos asustados a Frederick. No sabía lo que se le estaría pasando por la cabeza, pero seguramente no estaba dando muy buena impresión. Aun sin saber realmente lo que estaba pasando, y esperando descubrir más en adelante, Aiko preguntó finalmente, con voz temblorosa.

— ¿Q-qué he de hacer ahora?

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17/07/2021, 09:53
Frederick von Umvit

El hombre soltó un pesado suspiro en respuesta a las constantes dudas y preguntas de la muchacha, un tanto exasperado. No es difícil notar que está comenzando a perder la paciencia con ella, aunque por lo menos sigue tratando de comportarse de la manera más educada y amable posible, de entenderla. Aunando fuerzas y paciencia, el rubio traqueteó con los dedos la empuñadura de su arma mientras esperaba que Aiko terminase, para acabar cerrando los ojos cuando acabó.

-El ritual de invocación.- Dijo con un tono serio pero tranquilo, lento, como si le estuviese explicando a un niño pequeño algo elemental. -Creado hace años por los magos más poderosos de este reino. Eso fue lo que te trajo a través de las barreras de los mundos. Sobre por qué a ti en específico... El ritual simplemente elige a la persona más apta para llevar a cabo la labor del héroe.- Termina aquello con otro suspirillo breve, aunque pronto cambiaría su expresión un tanto agotada por una sonrisa cargada con afecto. -Es usted, heroína de la cacería, la más apta para este trabajo.- Finaliza con un tono determinado e inclusive ominoso. Definitivamente parece tenerla en alta estima.

Mientras tanto, pese a la confusión evidente de Aiko, el hombre no habría vuelto a detenerse en el camino. Simplemente avanzaba, guiando a la muchacha a través de pasillos decorados candelabros dorados, cuadros de caballeros y bellas damas y diversas alfombras y tapices azules con ribetes dorados. Todo parece ser ostentoso y por sobretodo caro, obviamente buscando impresionar a quien se acercase. Además, al asomarse por los ventanales podría haber visto que se encontraban sobre una especie de colina la cual se encontraba rodeada de distintos edificios y unas enormes murallas blanquecinas que la separaban del exterior. Además era capaz de ver el puerto, el cual se encontraba atiborrado de barcos y puestos de comercio.

-Sobre sus otras preguntas... Mi nombre es Frederick von Umvit, príncipe de este reino. He sido quien ha insistido en la necesidad de su invocación. Lamento los inconvenientes que eso pueda causar.- Él por su parte también hace una pequeña reverencia bastante formal, llevándose una mano al pecho inclusive. Obviamente tenía ciertas diferencias con las formalidades japonesas... Pero en otras cosas puede que tampoco tanto. -Es un honor conocerla, Aiko Ayamiya, heroína de la cacería. Por ahora lo único que debe hacer es descansar y, si lo desea, asistir a la fiesta en su honor. Ya mañana... Debería comenzar con su viaje para poder extraer el potencial completo de ese arma.- Señalaría con un pequeño gesto de la mano a su cuchillo, para después detenerse frente a una puerta rosada de doble hoja. La misma parecía tener una inscripción en la zona delantera, aunque parece haber sido intencionalmente borrada y es imposible de leer. 

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17/07/2021, 10:14

Frederick no tarda en abrir la puerta y Aiko sería capaz de notar el indiscutible aire femenino que irradiaba aquella habitación, quizá a un punto algo exagerado. Tenía un balcón, una cama enorme, armarios y un enorme tocador, además de algunos libros, peluches e instrumentos musicales. Aunque por supuesto aquello que más destacaba era el predominante color rosa con distintas tonalidades en el suelo, paredes, cama y algunos muebles. 

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Parece la habitación más cercana al estereotipo de princesa que podría haber, y la verdad es que lleva a cuestionar si habrían tenido lo mismo preparado en el caso de que fuese un "héroe" en lugar de una heroína. 

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19/07/2021, 12:38
Aiko Ayamiya

Aiko decidió guardar silencio al ver el hastío del príncipe de Umvit. A pesar de que tenía aún muchas preguntas, no quería que el hombre se cansara de ella, o que decidiera no ayudarla más. Necesitaba desesperadamente entender qué estaba pasando, y por ahora parecía que el único que sabía algo era él. Escuchó con atención sus explicaciones, intentando procesar lo que le estaba contando.

Por una parte, estaba claro que ya no se encontraba en Yokohama. Además, recordaba claramente haber caído por las escaleras. Podría haber pensado que era un sueño, pero el dolor había sido demasiado real. Definitivamente Ohara la había empujado, y definitivamente se había dado un golpe mortal en la nuca. Entonces... ¿por qué seguía viva?

Tuvo que interrumpirse, sin embargo, cuando vio la habitación. Por una parte era espectacular, con todos los lujos posibles que jamás había soñado siquiera con tener. Sin embargo, el hecho de que fuera tan claramente orientada a una personalidad "femenina" la decepcionó un poco. ¿Acaso importaba si era un hombre o una mujer? Parecía que para ellos sí.

— Yo... Supongo que descansaré un poco, señor Frederick. Quizá después vaya a esa fiesta, aunque antes de eso me gustaría ver el resto de este lugar, más tarde. - Aiko hizo una pausa, tragando saliva y mirando a Frederick a los ojos. — Y... gracias por todo - dijo antes de entrar a la habitación y sentarse sobre la cama.

No tenía claro si tenía que estar agradecida o no. Por una parte la habían traído sin su consentimiento a un lugar desconocido, dándole una responsabilidad que no quería y, al parecer, mucho más peligrosa de lo que imaginaba. ¿Por qué tendría un arma, si no? Además, eso significaba que no vería a su familia de nuevo... Mientras estaba acompañada había conseguido mantener un poco el tipo, pero cuando se encontró sola sintió cómo se le humedecían los ojos, recordando a Kumiko y a Gina. Probablemente ya no las volvería a ver, nunca.

Lloró durante un rato, desconsolada por la mala suerte que había tenido. Su mundo se había venido abajo en apenas unos instantes, y ahora se sentía más perdida que nunca. Todo era culpa de Ohara, siempre había sido ella. Y, sin embargo... ¿por qué no podía odiarla? Cuando pensaba en todo lo que le había hecho, Aiko solo podía pensar en que le daba... lástima. Abrazó la almohada de la cama, enterrando los párpados en ella para seguir llorando en silencio.

Un rato más tarde, Aiko finalmente levantó la cabeza. Fue al tocador para ver cómo sus ojos se habían hinchado y se habían enrojecido por el llanto. El espejo le devolvió su reflejo, devastado por los últimos acontecimientos. A pesar de todo, tenía que hacer algo, no podía lamentarse eternamente en su miseria. Trató de arreglarse un poco el pelo con las manos, y esperó a que su cara fuera algo más presentable antes de salir a inspeccionar el lugar.

 

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23/07/2021, 09:56

Frederick pareció comprender la necesidad de Aiko de tener un momento a solas, por lo que sin llegar a decirle nada a la muchacha simplemente asintió y realizó una pequeña reverencia antes de marcharse y cerrar la puerta detrás de si. Aiko entonces habría quedado... Completamente a solas, sobre una cama increíblemente mullida y suave al punto de parecer una suerte de nube, encerrada en esa habitación sin mayor compañía que la de sus pesares. Sus pensamientos hacia Ohara la llevarían a recorrer un pasado cuanto menos amargo, el cual posiblemente habría desarrollado una personalidad autodestructiva y nociva en la mayoría de personas. Odio.

... Sin embargo con Aiko la situación fue distinta, pues incluso en su tristeza, en su supuesta muerte y en un momento tan amargo... No le odiaba, sino que se apiadaba de ella. En medio de su llanto, pudo ver la súbita aparición de una pequeña ventana justo en frente de su rango de visión...

Primera Restricción Eliminada: Rama de Virtud.

 

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23/07/2021, 10:17
Adrianne Auclair

Una vez que Aiko termina de arreglarse y logra recomponerse lo suficiente como para salir, justo a la salida de su habitación se topa con una mujer que parecía estar rondando sus veinte, vestida completamente de armadura y apoyada contra uno de los pilares del castillo. Se le ve un tanto cansada, quizá incluso somnolienta e incluso luego de abrir los ojos y ver a Aiko tarda lo suyo en reaccionar como corresponde. 

Katalina from Granblue Fantasy | Female characters, Female knight, Warrior  girl

-¡Héroe de la Cacería!- Exclama con un tono de voz auténticamente respetuoso, al tiempo en que hace una reverencia. -Siento... Eso.- Se sonroja un poco, algo avergonzada de haber tardado en reaccionar y procurando el disculparse antes de que dijese nada. -Soy Adrianne Auclair, mujer caballero del reino de Umvit. El príncipe me ha designado para ser su acompañante.- Se mantiene firme, con ese toque de rigidez marcial que todo soldado suele tener, al menos uno que tome en serio su trabajo. Y... Algo le decía que esta mujer era de la clase de soldado que sí que toma en serio su trabajo. Ergo, parecía que el único sitio en el que podría estar sin chaperón sería al interior de la habitación misma.

Luego de la presentación... La mujer simplemente se mantiene ahí, mirándola, expectante ante cualquier orden o comentario.

 

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06/08/2021, 13:19
Aiko Ayamiya

Aiko miró con curiosidad aquel mensajito que, de nuevo, había aparecido. Seguía pareciéndole demasiado extraño todo lo que estaba pasando, pero poco a poco había empezado a recuperarse. Aún estaba muerta de miedo, y todo a su alrededor la hacía sentirse completamente desubicada, pero al menos había conseguido dejar de llorar. Tras salir, lo primero que se encontró fue a una mujer con armadura resplandeciente. Escuchó la presentación de la muchacha, que no sería mucho mayor que ella, antes de sonreír.

— Encantada de conocerla, señorita Au...clair. - Le costó un poco pronunciar bien el apellido, pero esperaba que lo hubiera entendido sin problemas. — Me alegra ver que las mujeres también pueden optar por un puesto como el suyo. Esperaba... otra cosa. En cualquier caso, yo me llamo Aiko Ayamiya. Preferiría el nombre como tal.

Aiko permaneció en el sitio, removiendo el pie en el suelo un tanto incómoda. No sabía qué tendría que hacer o decir, ni sabía cómo debía comportarse una supuesta "heroína". Tenía claro que ella no era nada de eso, pero aquellas personas parecían reverenciarla como si fuera una salvadora caída del cielo... Aunque según su historia, casi había pasado eso de forma literal.

— Me gustaría ver los alrededores. Me han dicho que hay una fiesta o algo así, pero antes querría saber dónde estoy. Además, las vistas son preciosas.