Partida Rol por web

¡Fenomenal! Labor de escolta. Se supone que con equipo de combate completo, ¿no?, interviene Maggie. ¡Guay del Paraguay!, remata con ironía.

Kendrik apaga el MP3 y se dirige, aún asqueado, pero ahora con cierta curiosidad, hacia el supuesto comedor. "Mi Sargento preferido" se repite, mientras dibuja una mueca de asco "Que te den por culo, gilipollas". Se presenta junto a los demás, y escucha las órdenes. Su expresión va variando, según Jackson, o mejor dicho, el Sargento, escupe las palabras de su jodida boca de negro. Al principio es de asco, luego de indiferencia, luego de impaciencia y finalmente de puro y sincero cabreo. Ahora tocará hacer de niñera, eso puede aguantarse. Pero lo que más le jode es que tocará hacer de niñera para un puto reportero, un demócrata de mierda, que probablemente les freiría a preguntas, y grabaría todos y cada uno de sus movimientos para luego convertirlos en alguna clase de crítica, que mostraría en casa, en un cine lleno de mariconas demócratas como él. Y tenían que protegerle. 

-Pues vaya puta mierda.- Miró a todo el mundo, y luego clavó la vista en Jackson. -Señor.- Añadió. 

James se sienta en su lugar y cierra el libro, aunque lo mantiene entre sus manos, mientras Jackson le recomienda su nueva misión. Al contrario de la reacción que tienen sus compañeros, a él le da bastante igual, no encuentra mucha diferencia entre arriesgar el culo por la “gloria” de un periodista que por la de un político con sus dedos metidos hasta el fondo en aquella mierda y lo que este buscando en ella. Ademas, tampoco es que en lo que va de su estancia allí haya hecho otra cosa, de hecho, aquella parece ser la misión mas compleja que le han dado hasta el momento, aunque parece ser el único en notarlo. Presta atención a los detalles, aunque le molesta un poco el pseudo discurso que lanza Jackson, nuevamente, sobre lo que es ser un Marine. Ya a esa altura mas por lo redundante que por el contenido en si, aunque no puede evitar pensar – pura mierda – para si mismo. Hasta le hace extrañar las épocas del entrenamiento, cuando lo máximo que acompañaba a una orden era un insulto y ya.

Por un momento parece que esta por acotar algo, pero lo único que sale de su boca es una tos seca, mientras se cubre con el puño de la camisa.

Maggie empieza a calcular mentalmente a toda velocidad, y después indica: Entonces vamos a necesitar un intérprete. Con las cuatro palabras que nosotros hablamos de árabe nos da para decir a la gente que se aparte, pero si ese tío quiere investigar tendremos que interrogar a la gente, y eso requiere alguien que hable el árabe fluido. El batallón tiene tres o cuatro iraquíes nacidos en los EEUU, bajo contrato, que van de uniforme como nosotros y que se ocupan de eso.

Luego, piensa algo más y sonríe aviesamente. Por cierto, continua, es de suponer que el periodista en cuestión estará alojado en uno de esos hoteles con piscina y buffet libre de la Zona Verde, ¿no? No le van a meter en una FOB a comer rancho. Eso implica, sargento, que para poderle proteger convenientemente nosotros deberíamos estar también alojados allí, ¿no? En aras de la efectividad y todo eso.

Luego hace una seña a Tyrone para que hagan un aparte.

Tú decides, pero yo pediría el intérprete vía el teniente, y lo del alojamiento se lo dejaría caer como de pasada al propio periodista. Si es una petición suya, el mando habrá de tragar, pero si nosotros pedimos un hotel nos darán una patada en el culo.

No había ido desencaminado. Las órdenes que habían recibido eran un montón de mierda. Mierda especialmente peligrosa, y expuesta a cualquier tipo de azares. Se había mantenido en silencio, aparentando profesionalidad, y se quedó con los brazos cruzados cuando Maggie habló.

Ella fue a hablar con el negro a solas, y él aportó algo de su cosecha.

-Nosotros hemos trabajado con un traductor, un tal Ahmed, pero todo el mundo lo conoce como RJ, porque le da un aire a Ron Jeremy. Es un tipo de fiar, aunque se que a veces trapichea pasando drogas a quien se las compran.

Escucho las sugerencias y reacciones de los chicos. Evidentemente cada uno se lo toma a su manera. Maggie es la más entusiasta con cualquiera de las cosas que se le plantean y parece pensar siempre con exceso de velocidad, pero no por ello va desacertada. James parece ausente, como siempre; aunque jamás fue la alegría de la huerta, desde que el chaval pedió a su madre, algo en él también desapareció. De Kendrik surge la reacción que esperaba. El tío odia al mundo, y eso no va a cambiar.

Intérpretes; estancias en hotel.... suena bien, pero el Teniente no creo que lo haya tenido en cuenta. Además, ese periodista parecía tener mucha seguridad en si mismo y sin duda tiene resuelto el problema de la comunicación. De no ser así es poco probable que hubiese llegado tan al fondo de la cuestión como afirma haber hecho. Y lo del hotel... joder, ya me gustaría; pero seguramente no sonará la flauta.

"-Tendré en cuenta eso del intérprete. Si el Teniente no lo tiene previsto, nos buscaremos la vida, ya sea con el tal RJ o rebuscando en una alcantarilla. Quizá el plumilla tenga resuelta esa cuestión, al fin y al cabo el que tiene que parlotear y pagar sobornos será él si quiere conseguir información - les manifiesto - Y, francamente, Maggie - le digo con una sonrisilla - dudo que nos manden de vacaciones al hotel de ese periodista. Nuestro sitio está aquí, y el trabajo de niñera creo que lo contemplan de puertas hacia afuera de su lujosa habitación. En todo caso no les levantaré el dedo - digo haciendo la señal del pajarito con el dedo medio de mi mano derecha - si nos invitan a alojarnos por allí"

Maggie abrió los brazos con las palmas de las manos hacia arriba en una excelente imitación de lo que mejor sabían hacer los iraquíes, acabando con el consabido: ¡Inch Allah!*, pero con una sonrisa malévola en la cara.

Las órdenes estaban dadas, y cada cual sabía lo que hacer. Brooks fue a por los de su grupo de fuego, a darles la "buena nueva", y a decirles que prepararan todo lo necesario. Pasaron por intendencia, e hicieron las peticiones oportunas. Nadie pidió un Panzer IV, ni nada parecido, aunque a Kendrik le hubiera molado, sobretodo quizá por la reminiscencia aria que destilaba ese carro de combate.

A las 13:45 horas estaban todos listos, comidos y preparados, formados en el patio de armas y frente a sus vehículos, el nuevo y flamante Cougar y el Maxx Pro de la otra escuadra. Jackson estaba allí para pasar revista. No hubo rastro del plumilla entretanto, ni se le pudo localizar. Según el teniente, "había salido a conseguir nosequé".

14:10. El retraso comenzaba a tocarles los cojones, bastante. Los marines habían comenzado a hablar gilipolleces entre ellos, y algunos fumaron para pasar el rato, apoyados en los vehículos. Tyrone consultó la hora una vez más, y el reloj seguía contando. 14:15:23 exactamente cuando vieron entrar por el checkpoint de la puerta al plumilla, acompañado de un tipo con aspecto musulmán, pero que vestía un uniforme americano con un viejo chaleco interceptor, aunque no iba armado más que una 9mm.

Ambos hombres se acercaron, hasta llegar a la altura del sargento.

El plumilla llevaba unas gafas de sol ray-ban, y un chaleco de color terroso, bajo el que vestía un chaleco antibalas de civil. No parecía el tipico periodista que lleva el chaleco por fuera y las letras "PRESS" escritas, de esos que se escudan en ser periodistas para que los yihadistas no les peguen un tiro en Ciudad Sadr.

Venía comentando algo con el irakí, riéndose. Eso terminó de tocar un poco más la polla a Tyrone, lo cual era evidente a esas alturas. Además, el plumilla venía mascando chicle, como si se las diera de tipo duro.

-Disculpe la tardanza -dijo, quitándose las gafas- Tuve que ir a la zona verde de nuevo a por mi traductor, aunque me ha dicho que ya ha trabajado para su compañía antes. RJ, creo que le apodan. Ahmed Omer. Antes de la guerra trabajaba en un call center para una empresa multinacional. Desde 2003 ha ejercido de traductor para las fuerzas de la coalición, y somos viejos conocidos.

El tal RJ era perro viejo. Se limitió a asentir con la cabeza, y no hizo ninguna tontería como intentar darle la mano al negro. A esas alturas sabía de sobra que para hacerse amigo de un marine tenías que comer, dormir y cagar en la misma trinchera que él durante varios días. Y si había combates de por medio, mejor que mejor. Entretanto, uno era siempre "el traductor" o "el moro ese". Los marines eran así, y él ya se había aprendido la lección.

Cochran miró la hora en su elegante reloj de aventurero de la sabana.

-¿Todo listo para partir?

Maggie, desde su puesto junto a la puerta del conductor del Cougar, vio llegar al periodista y al traductor sin mover ni una ceja.

Consciente de que tenía que ser Tyrone quien llevara el peso de la conversación, se esforzó por concentrarse en las cosas importantes y en repasar mentalmente el equipo.

Por lo demás, permaneció en posición de "descanso" a la espera de órdenes.

Kendrik ve llegar el transporte, con la cara de asco que ya suele ser habitual en él. Escupe al suelo y recoge a Molly, que estaba apoyada en el coche, sin dejar de clavar la vista en el periodista, que parece que va de tipo duro... Peor para él. Observa el alrededor, el Cougar, el Maxx pro*. Al menos esta vez Webster irá con ellos, en otro grupo de fuego, pero con ellos al fin y al cabo, y eso es bueno. Alguien de confianza, alguien a quien conoce. 

La puta estrella del rock n'roll tiene los huevos de presentarse tarde a la cita. No solo le hacemos de guardaespaldas y taxistas, también tenemos que andar al ritmo que a él le sale de los cojones. Por lo menos, a juzgar por el moro que le acompaña, ha resuelto la cuestión del intérprete. Él a lo suyo, y nosotros a lo nuestro.

"-Sí, estamos listos para salir - le respondo - Pero antes le agradecería que me facilitara los detalles del itinerario. Bagdad no es un bazar en el que pasear libremente; hay zonas controladas, zonas hostiles y zonas directamente prohibidas. Y pasearnos en esos dos bichos - digo señalando los vehículos - por la ciudad va a llamar la atención. Antes de salir, tenemso que saber adónde vamos a ir. Y eso, es innegociable."

El plumilla asintió, quitándose las gafas. Luego sacó de la mochila un plano doblado que tenía señalado con varios puntos, de la ciudad de Bagdad y alrededores, y le enseñó.

-Son cuatro paradas, en principio, aunque la cosa se puede complicar. Dos de ellas son en la zona verde, por las que quería comenzar hoy. Otra está en un sector industrial a las afueras de la ciudad, y la cuarta en un pueblecito cercano, en un barrio residencial.

Le miró, esperando que le diera su opinión.

Echo mano de un mapa, lo extiendo delante del plumilla y le señalo las zonas.

"-Indique excatamente los puntos a los que tenemos que ir - le solicito - antes tendremos que preparar una ruta y comprobar que no haya habido disturbios que compliquen las cosas..."

Me giro hacia Maggie y con la mano la invito a acercarse. "-Brooks, acérquese usted también y eche una ojeada - le solicito entonces al cabo."

Después de echar una ojeada al plano, Maggie comenta: en la zona verde no deberíamos tener ningún problema, hace días que, por no haber, no hay ni tiros de mortero. Pero depende de dónde esté esa zona industrial, será un lugar caliente. Anteayer, a los del 2-16 les atacaron en tres sitios diferentes a lo largo de Predators Road, cerca de Rustamiya. Ese el territorio de Moqtada al Sadr y su Jaish al-Mahdi. En teoría mantienen una tregua, pero hay EFPs a diario.

En el pueblecito, bueno, podemos tener suerte.

El plumilla señaló las calles exactas, y el cabo miró un momento sobre el mapa, haciendo luego unas preguntas tipo "¿Esto es lo que queda al lado de la fábrica nosecual?". Cochran respondió a sus preguntas, y el cachas se tocó el mentón un momento, considerando los datos.

-No lo veo mal. Las dos primeras son de hecho bastante fáciles. La primera es una zona céntrica, y según dice el plumilla se trata de hablar con algunos ex-empleados del museo, que ahora trabajarán en otro lado. La segunda dirección es un hotel para periodistas, también frecuentado por algunos contratistas de seguridad privada, que lo usan como lugar de descanso o para alojarse. En principio no habría problemas si no nos metemos con los chicos de Blackwater. En cuanto a la del sector industrial, no me gusta. Aquella zona está cerca de Ciudad Sadr, y es un territorio de paso. A veces pasan cosas, y a veces no pasa nada. Es como echar la lotería, básicamente. En cuanto a la última, ni idea. Se que es una ciudad-dormitorio relativamente pequeña y no muy lejos de Bagdad. No he oído nunca nada malo de ese sector, pero la verdad es que a nosotros no nos informan de esa zona, que por jurisdicción pertenece al ejército iraquí y a nuestra infantería.

Estamos de acuerdo, pues, asiente Maggie al oir a Brooks. A ver, tenemos potencia de fuego suficiente como para salirnos de un follón si nos metemos en él accidentalmente, pero si pisamos algún callo y vienen a por nosotros, sería mejor tener un par de Apaches en stand-by, por no decir un enlace de radio con nuestras unidades más cercanas.

Coincido en las coclusiones con Brooks y Maggie. Es evidente que la probabilidad de problemas aumenta en las zonas menos controladas y cerca de Ciudad Sadr, pero cuando llegue el moemento de ir allí, pediremos informes al Teniente y  los chupatintas que controlan el cotarro de la desinformación.

"-Bueno, la cosa no pinta mal - añado - por lo menos al principio. Luego ya tomaremos más precauciones - les aclaro - No meteremos nuestros traseros en zonas desconocidas o descontroladas sin antes tener informes y garantizar apoyo. Por lo demás, cuando estési listos podemos empezar a movernos..."

Antes de salir comunico al Teniente la ruta sugerida por el plumilla y me tomo la molestia de enterarme de las últimas noticias que lso chupatintas hayan recopilado, sobretodo si alguna de ellas influye en nuestro trayecto o nuestro destino. Si nos dan luz verde y nada sugiere que nos esperan problemas en la puerta, nos dirigiremos al primer punto de destino.

James se mantiene en silencio mientras Jackson y el periodista hablaban, arreglando los últimos detalles y “conociéndose”. James mira un poco al periodista, aunque no le llama mucha la atención, aunque parece estar seguro de lo que hace, puede ser solo una imagen, es difícil saber como se va a comportar uno realmente en aquel lugar. Pero le da igual, el va a seguir ordenes, tratar de no estorbar, y hacer lo posible para que no lo maten si se da esa oportunidad. Ser un buen soldado.

Después de que Jackson y el periodista terminan de arreglar los últimos detalles, James finalmente sube al vehículo que les toca, echándose el fusil al hombro y mirando una ultima vez por sobre el hombro.