Partida Rol por web

Semper Fidelis

El Plumilla (Capítulo 5)

Cargando editor
17/05/2010, 01:23
James Kaczynski

James se encuentra bastante aburrido mientras va de un lado a otro en la zona que le encuentra patrullar. No sucede mucho (cosa que agradece) y parece que así seguirá la cosa hasta que termine su turno. No se queja, no tiene sueño y prefiere estar ahí que encerrado en una habitación mirando al techo.

Mientras esta revisando la hora de nuevo, viendo lo que todavía le falta para terminar el turno, uno de los policías locales se acerca y le alcanza un cigarro. James, mas por cortesía, pues tiene sus propios cigarros (y de la misma marca), acepta el ofrecimiento mientras dibuja una sonrisa forzada y hace un gesto de agradecimiento con la cabeza. Curiosamente, había comenzado a fumar mas que de costumbre en sus estancia en el ejercito, aunque eso no es decir mucho.

- Gracias – dice, tratando de hacerse entender, mientras busca el mechero en su bolsillo. En cualquier otro momento lo guardaría para después, solo para evitar que algún oficial cruzado de cables se cabree, pero aquel lugar ahora parece tan muerto que le da igual.

Cargando editor
21/05/2010, 22:34
Tyrone Jackson

Dejo mis cosas ordenadas y a mano en la habitación. Parece mentira que ahí afuera haya una guerra y que esa ciudad se llame Bagdad. Si no fuera por mis pertrechos militares, podría imaginar que estoy en cualqueir hotel elegante de Estados Unidos. Aunque jamás frecuenté esta clase de sitios.... Joder, nunca me lo hubiese podido permitir. Una infancia de mierda y una juventud descarriada no son sinónimos de estancias en hoteles lujosos. Y ahora, enmedio de este infierno, un desgraciado como yo tiene la oprtunidad de ver como vive la gente con dinero... Glorioso Cuerpo de Marines.

Alguien llama a la puerta. Sosteniendo la pistola en la cintura, abrí la puerta con cautela. Ahí estaba uno de esos tipejos que llevaban escrito en la frente "mercenario". Le saludé con discreción estrechando su mano. Vi su tatuaje. Un Marine.

"-Buenas noches - le respondo educadamente - ¿Primera de Reconocimiento? - pregunto de forma retórica  mientras asiento con la cabeza - Mucho gusto. Soy el Sargento Jackson. Tyrone Jackson. Usted dirá...."

Cargando editor
24/05/2010, 21:40
Director

Cordero, siempre puto cordero.

Estaba un poco hasta los huevos de esa mierda. En Irak solo puedes comer dos tipos de carne: pollo y cordero. Y no es que no le molara el cordero, pero cuando llevas más de un año en Bagdad, y de ese año la mitad o más de los días te los has pasado probando cordero en alguno de los platos principales, terminas aborreciendo al jodido animalito de los cojones.

Sea como fuere, él y Webster ya se habían apalancado, en una mesa libre, y dejando más sillas por si alguno de la escuadra le daba por bajar y unirseles. Pero de momento, eso no ocurrió. Les pusieron el jodido menú de la cena, que obviamente incluída cordero halal, de los putos cojones.

Lo más interesante de la comilona fue cuando uno de mercenarios de la mesa de afuera, entró a echar un meo y les vió. Al salir del servicio, se acercó a ellos con una sonrisa en los labios. Era un chaval blanco, con perilla sin bigote y unas gafas de sol en el cuello de la guerrera.

-Ey, cabezabotes -dijo- ¿Disfrutando de la noche? Si os apetece, hemos pillado unos litros de birra, y siempre es un placer compartirlo con compañeros.

Se subió un poco la manga de la camiseta, mostrando el biceps. Tenía un tatuaje con las letras USMC.

-No existen los ex-marines, o eso me decía mi sargento.

Cargando editor
24/05/2010, 21:49
Jonas Fendrew

Fendrew se limitó a mirarla cuando, afanosamente, cogió el colchón de la otra cama y empezó a despojarlo de la sábana y el cobertor. Parecía gracioso, incluso medio divertido, viéndola hacer. Ya estaba arrastrándolo cuando carraspeó, señalando un dato bastante revelador.

-Oye, y digo yo. ¿No piensas que hay que bajar a cenar? ¿O es que nos vamos a comer las MRE que llevamos sudadas y sobadas en el petate y que siempre se llevan por si las moscas?

Notas de juego

Pnjotizado

Cargando editor
24/05/2010, 21:55
Director

El irakí le dió el cigarrillo, sonriendo. Luego se lo prendió con un mechero de plástico, un mechero de usar y tirar cutre y típico, que podía encontrarse desde en los callejones del Bronx hasta allí. Luego, manteniéndose a su lado, miró la calle con los brazos en jarras, el derecho libre para poder dar caladas. Parecía reflexionar sobre algo en particular. Dios sabe qué.

-Oye amigo. ¿Tu casado? -preguntó- Casado ser bueno, a veses dolor de cabesa mujer, ñañaña, ya sabes. Pero ser bueno.

Sacó una cartera de su pantalón y le enseñó unas fotos.

-Mira, mujer Raisha, presiosa. Mis hijos...

Empezó a dar nombres, señalándole la foto. Realmente era una mujer regordeta de su edad, vestida con cierto aire retro, con unos hijos de 20 y tantos de aspecto más moderno, e incluso un pequeño nietecillo con el chupete en la boca. En ese momento, el plumilla había salido a la terraza, con AJ, y parecía estar buscando un sitio donde sentarse y pedir la cena.

Notas de juego

Una tirada de descubrir, porfa.

Cargando editor
24/05/2010, 22:02
Kurt Wallander

El mercenario sonrió un momento, amistoso. Decían que no existían los ex-marines, y entre cabezabotes siempre era fácil entenderse. Estaba claro que estaban allí por algo, que tenían unas órdenes. No era algo que fuera a cuestionar.

-No se el grado de disciplina que habrá puesto a sus hombres, pero mientras estemos aquí no deben preocuparse. Mis hombres están a su disposición para lo que haga falta, ya sabe. Zona protegida dentro de zona peligrosa. Siempre hay algún insurgente que se encuentra con esto y piensa que es el lugar perfecto donde llevar a cabo el atentado o el secuestro de turno, de cara a ganar audiencia. Dios no lo quiera, pero cosas más raras se han visto.

Se rascó la patilla, reflexivo.

-Y en otro orden de cosas, me tiene usted intrigado. ¿Que hacen los motivadores en este hotel? Creía que desde que en 2003 se les fuera la mano con lo de aquel tanque y el cámara en el Palestina, los marines no estaban muy bien vistos en hoteles para periodistas.

Cargando editor
24/05/2010, 22:08
James Kaczynski

James negó con la cabeza al tipo, dibujando una leve sonrisa, aunque un tanto falsa. No es que le molestara la compañía, ni mucho menos. Mira la foto, mas por compromiso, aunque de vez en cuando también lanza una mirada a la calle, aunque también por compromiso, no quiere que lo atrapen eludiendo el trabajo, aunque eso parece imposible. Por otro lado, lo ultimo que necesita es ver fotos familiares en aquel lugar y en ese momento, como para darle mas vueltas al asunto, necesita dejar descansar la cabeza un poco, o al menos intentarlo.

Da una calada al cigarro mientras vuelve a mirar el panorama del lugar de manera disimulada, mientras el policía parece seguir diciendo mil nombres.

 

Cargando editor
25/05/2010, 13:59
Jonathan Kendrik
Sólo para el director

Kendrik come aquello. Obviamente, la comida normal siempre es mejor que el rancho o, peor aún, las raciones de supervivencia. Pero echaba de menos el comer un buen filete con puré de patatas, en vez de aquello, que parecía comida rápida. "¿Y desde cuando hay animales sagrados? Los animales se comen, joder, para eso sirven..." Pensaba, comiendo aquello. 

-¿Pero de los putos moros no era el cerdo?- Dice, gritando, dándole absolutamente igual que le oiga o no algún moro. De hecho, si le oían mejor, le alegrarían la noche. -¿Que coño tienen en contra de la ternera?- Se queja, aunque se lo come. Casi una vez el plato esta vacío, se acerca un tipo, un mercenario, que por lo visto sale a "cambiarle el agua al canario", pero que cambia de dirección hacia ellos, según los ve. Kendrik le clava su bien ensayada mirada de mala leche, hasta que este le muestra el tatuaje, y le dice la palabra "birra". Eso son palabras mágicas en sus oídos.

-Semper fidelis, tío.- Le dice al "ex-marine". -Nunca está de más una birra. ¿Vamos?- Dice, mirando a Webster.  

Cargando editor
25/05/2010, 22:24
Tyrone Jackson

Escucho al mercenario y su perorata sobre la seguridad. Lo que ya no me gusta es que meta sus narices en los motivos que nos traen al hotel.

"-Le agradezco que mencione lo de la seguridad y la tranquilidad que podemos tener con la presencia de sus hombres - le respondo sutilmente para desviar el tema - Sabemos que los Marines no somos bien recibidos en determinados sitios y que el riesgo de que atenten contra instalaciones civiles en los que hay presencia militar es alto; pero en algún momento tenemos que salir de nuestra rutina. Tenemos un permiso de dos días y queremos aprovecharlo... Y ahora si me disculpa, quisiera terminar de instalarme y reunirme con mis compañeros..."

Con discreción y con una sonrisa empujo suavemente la puerta para cerrarla en las narices del tipo. Algo en él no me gusta, y que meta sus narices en los motivos de nuestra presencia me ha dado mala espina. De forma instintiva, coloco mi mano sobre la empuñadura de la pistola, cubierta por la camiseta, antes de cerrar del todo la puerta.

Notas de juego

Máster, el post del Jonas Pnjotizado me lo has dirigido a mi. Supongo que era para Maggie.

Cargando editor
02/06/2010, 11:24
Maggie Fitzgerald

Cita:

-Los marines no proporcionan bañadores para este tipo de misiones. Es una lástima, porque tenía ganas de probar la piscina.

¿Bañadores? ¿Qué mariconadas son esas?

En mi pueblo nos bañábamos en el río en pelota picada, y te juro que el agua estaba bien fría.

Cargando editor
02/06/2010, 15:26
Jonas Fendrew

Jonas se hechó a reir:

- Pues debo de tener una imaginación perfecta, por que o estoy imaginando el agua helada o el culito modelo Lady Marine, pero se me ha puesto el cuerpo como una piedra. - Dijo abrazándola desde atrás y susurrando a su oido.- Ahora, pensemos en cómo hacer que no nos vuelen en pedazos mientras disfrutamos del baño.

Cargando editor
02/06/2010, 16:48
Maggie Fitzgerald

Mmmmm, ¿baño? ¿Quién piensa en bañarse cuando hay tanto que hacer aquí?, dice Maggie, mimosa.

Cargando editor
02/06/2010, 16:57
Jonas Fendrew

Jonas sonrió y la abrazó aun más:

- Pues tu dirás, valiente, pero si nos pillan "limpiando" aqui, nos frien un rato... O se descojonan durante toda la campaña.

Cargando editor
07/06/2010, 10:57
Maggie Fitzgerald

Veamos, dijo Maggie pensativa. Lo primero que hay que hacer es averiguar el esquema de guardias, para ver cuándo nos dejarán en paz y podremos cerrar la puerta para que no nos molesten.

Luego, sonrió, ronroneando como una gata ante las caricias de Jonas, y enredando los dedos en su pelo, veremos si has mejorado tu técnica desde la última vez.

Cargando editor
07/06/2010, 21:56
Jonas Fendrew

Sonrió y acarició su pelo:

- Nena, somos caballeros de la muerte, angeles del fin, lo nuestro es ser los mejores, en todo, sea disparando, despejando playas o... - agarró el culo de ella con suavidad pero firmeza.- Esto.

Cargando editor
08/06/2010, 18:01
Maggie Fitzgerald

Notas de juego

Master: desmarca los que no están de los dos últimos mensajes, porfa, que a nosotros no nos deja.

Cargando editor
09/06/2010, 17:28
Maggie Fitzgerald

Una vez averiguado el esquema de guardias, Maggie y Jonas consiguen encontrar un rato en el que no es probable que nadie les moleste, al menos que Al Quaeda decida bombardear el hotel precisamente entonces, en cuyo caso estar menos que vestidos será el menor de sus problemas.

Dejando preparados ropa, chalecos de protección y armas a un lado por si hay que cambiar de "labor" rápidamente, Maggie se quita la ropa, se tumba en la cama y da una palmada a su lado a la vez que dice: Ven, Jonas, que tenemos mucha energía negativa que liberar.

Cargando editor
10/06/2010, 01:28
Jonas Fendrew

Jonas se desviste y se tumba a su lado en la cama, la abraza y la besa:

- Crei que yo nunca liberaba nada negativo en tí... ¿Me equivoco? - Sonrie.- Bueno, esta vez, dejaré que seas tu la que tome la iniciativa, ya que eres mi superiora y todo eso. - Dice riendo.

"Aun espero no despertarme y ver que ha sido un sueño y estoy en medio de un bombardeo, en una guerra sin sentido y solo en medio de mi locura..."

Cargando editor
13/07/2010, 14:42
Director

La piscina emitía, desde su fondo, una oscilante y tranquilizadora luz de tonalidad suave, que mecía hipnóticamente a la figura solitaria que montaba guardia en la puerta principal que daba al hall y el ascensor. El aburrido recepcionista hacía rato que se había largado, a hacer lo que fuera donde fuera. En ese momento, a Jonathan Kendrik le importaba una mierda el particular. Ya estaba muriéndose de asco, allí de pie, montando guardia con las gafas de visión nocturna.

El último gemido de Maggie coincidió con un espasmo muscular de su cadera, relajándose ahora. Jonathan emergió de entre sus muslos, sonriente, limpiándose la barbilla con el dorso de la mano. La boxeadora tenía los ojos entrecerrados, y una sonrisa lánguida y sensual en los labios. Acarició su rostro, y le atrajo, invitándole a reptar subiendo por la cama, a fundirse en uno.

Tyrone dormía placidamente, desterrados ya los temores de la presencia de los mercenarios cuando se fueron, hacía unas horas, del hotel. A su lado, Janet se había arrojado a los brazos de Morfeo, con la cabeza apoyada en su pecho. Más allá, en la ventana, la imprecisa e hipnótica luz de la piscina se filtraba, perezosa, a través de las rendijas de la persiana.

James no se había quedado dormido, sentado como estaba con un cigarrillo en la mano, mirando por la ventana en silencio y en mangas de camiseta. Hacía mucho tiempo que dormía mal, y que cada vez que lo hacía, le asaltaban imágenes de muerte y dolor, despertándole con un sobresalto. Él pudo escuchar, mejor que nadie, los pasos del pasillo, los pasos de Santos, el otro soldado de guardia, el chicano chulito que hacía más de un año les había dado su particular recibimiento en Al-Asad. Nunca había terminado de caerle bien.

Kendrik vió a una mujer, una mujer árabe, con uniforme del hotel, llegar al hall con un marcado taconeo. Se la quedó mirando un momento, levantando las gafas de visión nocturna. Pensó que era el reemplazo del recepcionista en el horario de madrugada, pero eso fue lo último que pensó. Algo impactó contra su pecho, una especie de gancho. Tuvo el tiempo justo para girar el rostro antes de una enorme descarga de electricidad recorriera su cuerpo, provocándole la pérdida de control en sus miembros, y haciéndole caer al suelo. Antes de caer en la inconsciencia, pudo ver que dos sombras se deslizaban entrando por la puerta de servicio de la piscina. Llevaban carabinas M4A1.

Cargando editor
13/07/2010, 14:59
Director

La colilla ya reposaba en el cenicero, y una bocanada de aire fresco entró por la ventana, haciendo removerse en la cama al cabo Brooks, aunque sin despertarle de su sueño. James lo observó durante un momento, aunque sin verle. Estaba perdido en sus propios pensamientos, pensamientos de muerte y dolor. Todavía le quedaban 2 años de compromiso con el cuerpo, en aquella basura de país.

Entonces, sucedió algo extraño. Escuchó afuera la voz de Santos, como si estuviera llamando a alguien. Luego, con claridad, escuchó un disparo de fusil de asalto, y a este le siguió una ráfaga corta de tres balas, desde la posición de Santos. Este había comenzado a blasfemar, casi a voz en grito.