Partida Rol por web

Será un objeto que desentone con el estilo egipcio tradicional de la exposición - añado a la explicación - Por supuesto, es de vital importancia que ninguno de ustedes intente forzar o abrir en modo alguno el receptáculo. Puesto que nuestro historiador y guía ha desaparecido, tendremos que ingeniárnoslas para localizarlo por nosotros mismos. Poseo alguna formación en historia y antropología, y además he estado leyendo bastante acerca de esta exposición. Así que supongo que podría intentar encontrarlo ¿Algo que añadir antes de que nos pongamos en marcha, señor Merryweather?...

Se me escapa una sonrisa que termina transformándose en una corta carcajada al escuchar la insinuación acerca de mi intuición. Ansiento a lo que dice el otro caballero.

-Yo he estudiado algo de historia, pero no está entre mis especialidades, así que me temo que tendré que ser la que utilice el sexto sentido femenino...

Asentí a las palabras de la señorita Grant y el señor Knight. No era persona de intuiciones pero en mi pasado me quedó claro que aquel sexto sentido al que hacía referencia Grant no era ninguna tontería, nosotros, con nuestros arranques de virilidad dolida e impaciencia tendíamos a dejar pasar pequeños detalles. Tanto mi madre como mi abuela eran capaces de adivinar si alguien había muerto en el pueblo atendiendo a determinadas flores que volabana en el aire o al quejido de un grajo fuera de lugar, por mi propio género y por la furia de la guerra, yo era sordo a ese mundo. aparte, ya había tenido demasiada muerte para una sola vida. Me cuadré como si esperase órdenes, seguía sin saber cómo podría ayudar a esta peculiar cuadrilla pero supongo que ya formaba parte de ella.

El señor Merriweather asintió a la intervención del señor Knight y sonrió nuevamente a la señorita Grant. -Me parece que sería todo, señor Knight. Estimaba que tendríais máximo unas dos horas para resolver este asunto, pero luego de escuchar el adormecedor discurso del señor Lanske, creo que tendréis un margen de mínimo unas cuatro horas para regresar.- Con estas últimas palabras, el señor Merriweather se dirigió a la puerta de servicio y la abrió, dando paso a la pequeña comitiva hacia el ala norte del Crystal Palace.

Al atravesar la puerta, la imagen de aquella majestuosa pieza de arquitectura era capaz de dejarlos sin aliento incluso sin más iluminación que la luz de la luna filtrándose por sus paredes y techo cristalinos. Es un gigantesco pabellón de vidrio y acero, de dos pisos de alto, que podrían llegar a comparar con el fantasioso invernadero de algún gigante. Tanto espacio producía una sensación de vértigo. Frente a ellos, muchos metros más adelante podrían entrever el inicio de los puestos de bazar donde en un día común se podrían ver gente vendiendo recuerdos y baratijas. Más adelante, más paredes de cristal dividían las distintas exhibiciones, pero a esa distancia no podían discernir donde estaba qué.

Hacia la derecha se encontraba una gigantesca fuente interior de tres pisos, la cual emanaba agua en tres direcciones distintas desde su tope; en aquel silencio el ruido es casi ensordecedor. Pasando la fuente se encontraba la entrada principal del ala norte, que daba a los jardines exteriores que rodeaban el palacio. Hacia la izquierda había una serie de cuartos más pequeños, una escaleras que ascendían aunque en ese momento tenían una cinta con la nota de "Acceso sólo para empleados." Más adelante podían ver un punto de luz tenue en lo que parecía ser un puesto de vigilancia.

El ruso no comprendía la reacción de los extraños varones a sus alrededores; claramente llamar la atención parecía ser lo que menos querían pero quedaba claro que iban a llamar la atención. Sin embargo parecía que había tocado algún punto hiriente por lo que decidió que era mas sabio dejarlo correr.

Asintió a la cabeza al señor Merriweather, después de todo sus aptitudes solían ser conocidas, no sabía si sus distinguidos acompañantes las conocían pero en todo caso ya surgirían. No obstante como estudioso el objeto suscitó su interés sobremanera y su mente empezó a elucubrar sobre que contendría el sarcófago, era mas fuerte que él después de todo. No intentaría abrirlo no, era un hombre de palabra, pero la curiosidad siempre estaba ahí.

Tomó nota de las respuestas de sus compañeros buscando hacerse una idea del perfil psicológico de cada uno, era algo que resultaba útil a la par que le distraía de curiosidades innecesarias y fue solo cuando el señor Merriweather dijo que tenían dos horas y se encontraron en el asombroso pabellón que salió de su mutismo con su marcado acento ruso en un susurro algo nervioso -bien, he de decir que no se como proceder, ¿alguno sabe como se actúa en estas situaciones?

¿Sigilo? ¿Intrusión? ¿Extracción? Asumía que alguno sabría porque el propio Alexey se sentía como pez fuera del agua mientras miraba a todos los lugares a la vez, o lo intentaba por lo menos, con movimientos algo rígidos y envarados.

No creo que haya más de un vigilante en el puesto. A fin de cuentas la exposición está cerrada al público y toda la atención está centrada en el concurso. El señor Falkenhorst podría encargarse de distraer al vigilante, si acaso ayudado por alguien más mientras el resto busca el objeto en cuestión - repaso mentalmente la información de la que dispongo - Veamos. Creo que el señor Popov no debería tener demasiados problemas para reconocer nuestro objetivo, mientras que la señorita Grant sabrá ocuparse de algún posible sistema de seguridad - Dejo en el aire la posibilidad de que seamos Paxton o yo mismo quienes ayudemos a Falkenhorst a distraer a los vigilantes - La excusa debería ser de lo más sencilla posible. Nada complicado. Algo tipo visitantes perdidos o demasiado curiosos ¿Y bien? ¿Más ideas?...

La sugerencia del británico se me hacía simpática, puede que el arte dramático no fuese lo mío pero si como bien decía bastaba con preguntar una dirección y curiosear un poco sobre los emplazamientos del Crystal Palace, no había por qué mentir ¿No?

Me encogí de hombros, risueño y afirmé con la cabeza. 

- Ok, de acuerdo. Que me acompañe quien se pueda sentir ducho para algo así ¿Alguien sabe dónde están loa aseos más cercanos para crear una coartada o esa ha de ser la excusa?- Chasqueé la lengua y sonreí en espera de ver quién daba un paso al frente.

Sonrío de nuevo y me encojo de hombros con un movimiento fluido. 

-Supongo que si nos cogen siempre podremos echarme la culpa a mí y a mi curiosidad femenina que no entiende de barreras ni de cosas cerradas de noche. - Mi miro las uñas y sonrío de medio lado.- Ustedes se disculpan y yo sonrío y me pongo roja, y seguimos a lo nuestro en cuanto se giren...Sugeriría abandonar la idea del aseo puesto que una muchacha vería su reputación en detrimento ante esa posibilidad, espero que me comprendan...

- Muy bien.- Sonreí a la dama, comprendiendo su inquietud y comprobando el peculiar sentido del humor de aquella tropa, en la que la homosexualidad y el sexo furtivo en lugares públicos ya había hecho su aparición en menos de 20 minutos tras conocerlos. - Pues localicemos la entrada y sus posibles vigilantes para ver cómo nos organizamos.- Estaba deseando ver cómo nos compenetrábamos en aquella pequeña aventura. Hice un gesto a los otros tres sujetos invitándolos a continuar mientras preparábamos la escaramuza.

Dwight había permanecido callado en la exposición del señor Merriweather acerca del trabajo encargado por este. Ahora le empezaban a encajar las cosas, no todas, pero algunas sí. Se quedó pensativo hasta decidirse a intervenir, honestamente aquello de jugar en equipo era novedoso para él. Siempre prefería aquello de hacer las cosas solo. Especialmente cosas como aquella.

—Colarme en sitios es lo mío —dijo al final con una sonrisa sutil —. Quizá pueda echar una ojeada preliminar, comprobar el terreno. Ya saben.

Observó a sus compañeros de fatigas, aunque no iba a negar que brindaba una sonrisa más pronunciada a la señorita Grant, más cuando se demostró ser algo más que una cara bonita.

—Le acompañaré en su afán explorador, señor Falkenhorst. Si no le importa mi compañía, claro está —apuntó mientras se disponía a ponerse a la vera del alemán.

Revisando la situación en que estábamos me giré hacia el resto.

- Bueno, creo que más que explorar nos tocará entretener de alguna manera a quien esté en ese puesto de vigilancia que tenemos en frente o crear algún tipo de distracción que permita a otros avanzar.- Recapitulé.

El ruso escuchaba mientras asentía para sus adentros, desde luego todos tenían ideas donde él estaba perdido y sin tener muy claro como actuar.

Imaginaba que le tocaría ser parte del grupo que "avanzaba" y deseaba que sus articulaciones rígidas no decidiesen emitir muchos chasquidos delatadores. No era un hombre ágil ni ducho en eso de pasar desapercibido.

Aparte de eso se dedicó a pensar en las raíces subconscientes de las motivaciones que podían llevar a sus compañeros a actuar como lo estaban haciendo.

¿Sentiría Terry un complejo de inferioridad y por eso se había situado como el cabecilla? ¿O quizá poseía una natural confianza en si mismo? ¿Entrenamiento formal? ¿Actuaba así Emmaline para evitar sentirse intimidada ante tantos hombres? ¿O era una reina de las nieves?

Donde los demás hablaban Popov se atusaba el bigote, observaba y escuchaba. Ya diría algo si era interpelado.

El grupo de investigadores decidió separarse en dos grupos: mientras el señor Von Falkenhorst y la señorita Grant avanzaban hacia la caseta de vigilancia, los señores Popov, Paxton, y Knight avanzaron un poco dentro del ala norte, manteniéndose en la cercanía de la fuente. Los pasos del señor Von Falkenhorst y el señor Knight eran prácticamente imperceptibles incluso para quienes los acompañaban.

La oscuridad sin embargo le estaba jugando malas pasadas al señor Popov, e incluso el señor Paxton estaba encontrando difícil moverse entre aquel área desconocida. Cuando habían empezado a moverse, se escuchó la voz de un hombre proveniente de la caseta de vigilancia. -¿Quien va allí?- Escucharon en su dirección. Para suerte de los tres caballeros, la señorita Grant se tropezó en ese momento ruidosamente con unas cajas atravesadas en el camino, haciendo que la atención del guardia recayera sobre ella, quien se acercó hacia su dirección con una lámpara en la mano. -¿Qué ocurre aquí?-

Tras dividirnos y ver cómo se desplegaba la escena, con Paxton, Popov y Knight deslizándose en el ala norte pero con evidentes problemas para moverse en una zona que desconocen, observo como mi compañera en el crimen, la señorita Grant, comienza la pantomima tirando unas cajas. Momentáneamente me quedo en las sombras, pensando en abordarlos si el guardia levanta su atención de nuestra compañera demasiado pronto.

Bien, de momento todo va según el plan. Falkenhorst y Grant van a distraer al guardia mientras el resto seguimos adelante. Me dirijo hacia nuestra derecha con la intención de alejarnos lo más posible de la caseta del guardia, atento por si hubiera más vigilantes patrullando el enorme pabellón...

Mientras aun trataba de ponerse en situación, Dwight observó el lugar con detenimiento. La actitud disoluta cambió sutilmente, concentrado en la faena que tenía entre manos. Dejando que Klaus y Emmaline distrajeran al guardia, Dwight siguió el rebufo de Terry consciente de que tampoco existían demasiadas opciones para infiltrarse. Una vez dentro ya se separarían, tenía una descripción aproximada de lo que estaban buscando y, al fin y al cabo, su trabajo era la de sustraer cosas que no habían pedido ser sustraídas por sus dueños.

Primero miró aprensivo a Emmaline y Klaus, después de todo tenían que lograr cubrir su propia torpeza. Después miró aún aprensivo a Dwight y Terry casi deseando que cometieran una torpeza, después de todo prefería no ser el culpable de no ser descubiertos.

Así pues y con movimientos envarados y rígidos siguió a sus dos compañeros intentando no hacer ruido, algo que sin duda no se le daba bien, pero que además sabiendo que no tenía que hacer ruido le resultaba aún mas difícil sintiendo que cada crujido de las suelas de sus zapatos era como un trueno en un cementerio. Casi ni miraba a donde iba, más preocupado por no hacer ruido y se limitó a intentar seguir a Terry que parecía saber a donde iba y lo que había que hacer.

Recorro acompañada de uno de los caballeros un corto trecho, siempre con un ojo puesto en el otro grupo de..."expedicionarios". Muy pronto me doy cuenta de que algunos de ellos tienen problemas para andar sigilosamente, y que corren el riesgo de que el guardia los escuche. Al oír al guarda suelto un leve suspiro y me acerco a unas cajas, dándoles un leve empujón para que se caigan y componiendo una sonrisa entre inocente y avergonzada cuando la atención del vigilante se centra en mí.

-Le ruego me disculpe...- Me quedo un momento callada y bajo la vista, azorada. Me muevo ligeramente para que el guarda deba encararme a mi y darles la espalda al otro grupo.- He venido a presentar a mi adorable Bismuto al concurso pero...el discurso del caballero era muy...muy...agotador. Así que me he tomado la libertad de dar un paseo para estirar las piernas, y al ver esta zona he sentido curiosidad...- Pongo mi mejor cara de lástima y sonrío al guarda con gesto inocente.- ¿Está prohibida...?

Espero que mi pantomima permita a mis compañeros avanzar sin ser vistos... 

La treta de la señorita Grant pareció surgir efecto. El guardia sostuvo su lámpara en alto, relajándose al escuchar a la señorita. -Ah, usted es una de las señoras del evento de los gatos.- Dijo el guardián, sacando un pañuelo con el que se sacudió la nariz. -Perdonad usted, pero no soy precisamente fan de los gatos. Hacen horrores a mis alergias- 

Volvió a guardar el pañuelo en su bolsillo. -Me temo que este ala no puede ser transitado en este momento, señora. Con tantas cajas y en esta oscuridad os sería difícil moveros si no conoce el sitio...- En ese momento el guardia notó por el rabillo del ojo, entre el baile de las llamas, la figura grande y mal escondida del señor Von Falkenhorst. -¡Oiga! ¿Quién anda allí?- Dijo, frunciendo el ceño y levantando la lámpara en la dirección que viera la sombra.