Partida Rol por web

Encontrar la caja que buscaban comenzaba a parecerse más y más a buscar una aguja en un pajar. Dwigth podría sospechar donde encontrar objetos de valor, como en el Salón de Electricidad. ¿Cuantos pequeños tesoros científicos podrían hallarse allí? Habían muchos salones para escoger, y donde sus rápidas manos podrían ser útiles...

Encontrar la caja que buscaban comenzaba a parecerse más y más a buscar una aguja en un pajar. ¡Demasiados salones, sin duda! Si tan sólo contaran con alguna fuente de luz, no solo las lámparas de aceite y el curioso artefacto de Popov, aunque eran útiles. 

- Estoy confundido, no sé... No encuentro o veo nada. ¿Alguien si?- pregunto un tanto indignado, me siento impotente cuando soy un tío de acción, y está situación se aletarga al punto de la exasperación. - Tenemos que mover, esto es demasiada quietud. Joder. - bufo desesperado, ese reflejo me pone nervioso. 

Con su calva pálida reflejando la escasa luz Alexey miró a los demás algo ceñudo, no porque estuviese enfadado, simplemente concentrado. Su temor había dado paso al ferviente trabajo de su cerebro que analizaba con detalle lo que veía hasta que al final dijo -el objeto no creo que se encuentre en ninguna de esas estancias - dijo señalando las varias salas del sur -no tendría ninguna lógica.

No era un encargado de museos ni un historiador, aún menos egipcio, pero tenía una mente aguda y brillante que le permitía analizar cosas que a otros se le pasarían por alto y, a pesar de que había añadido un "creo", sonaba bastante convencido de lo que decía. Claro que era la misma persona que aseguraba que había "algo mas" con ellos.

Estar aquí parado y discutiendo sólo consigue ponerme más nervioso, máxime después de la revelación de Falkenhorst. En cualquier caso el objeto no está aquí y toca seguir buscando. Pero antes...

Voy a echar un vistazo - Me cambio la linterna de mano y vuelvo a desenfundar el revólver. Me dirijo hacia la caseta del guardia intentando hacer el menor ruido posible...

El señor Knight se separó un momento del grupo, avanzando rápido y silenciosamente a través del pasillo del museo. Con una luz a la mano, era mucho más sencillo moverse, incluso a pesar del denso ambiente que parecía respirarse alrededor. No tardó en llegar hasta el puesto del guardia, y al asomarse de manera que no pudieran percibirlo, vio que la caseta estaba vacía. No tardó en ubicar al hombre, sin embargo. Se hallaba cerca de la entrada, de espaldas hacia Terry, mirando la pared de cristal con la lámpara apagada, alzada, como si intentara ver al exterior.

El señor Knight se separó del grupo, dejándolos ahora sólo con la lámpara del señor Von Faulkehorst y la del señor Popov. El resto de los participantes de aquella exploración se mantenían en un precario silencio, siguiendo los movimientos de la luz que el señor Knight llevaba, aunque la oscuridad que habían en el lugar parecía amenazar con engullir incluso esa fuente de luz. Las sombras de los cuatro se extendían bajos sus pies, alargadas por la cercanía a la luz.

Vieron de pronto, por el rabillo del ojo, movimiento al otro lado de la fuente. Parecían ser al menos tres personas, todas de espaldas, reunidas como si conversaran entre ellos en susurros.

Me detengo y reduzco la intensidad de la luz al mínimo. Sea lo que sea lo que haya escuchado Falkenhorst tiene que haber sido otra cosa. Sin embargo, y sólo por si acaso, echo un vistazo a la situación antes de volver con los demás...

Manteniendo la luz baja para no llamar la atención del guardia, Terry se acercó un poco más, hasta ver su propio reflejo en el cristal junto al guardia. Éste, sin embargo, no pareció percatarse de la presencia del señor Knight, pues continuaba con la vista fija en el cristal mirando su... ¿Dónde estaba el reflejo del guardia?

Quizás fuera por la misma oscuridad, y el hecho de que tuviera la lámpara apagada, pero en el cristal Terry sólo podía verse a si mismo... y a nadie más.

Por suerte el señor Knight había visto muchas cosas en su vida, sabía de superficies acristaladas, trucos de feria, que por alguna circunstancia no servían para reflejar. Igual también tenía que ver con la oscuridad que los envolvía... Lo cierto era que habían muchas más razones lógicas sobre por qué aquel cristal hacía trucos en su vista. De todos modos, el guardia parecía demasiado concentrado en lo que fuera que mirara, como para notar la presencia de Terry.

El señor Paxton, que hasta el momento había intervenido muy poco, su mente enfocada en lo que debía hacer, se removió inquieto. -Veré si puedo hallar el objeto de este lado.- Dijo, señalando hacia el lado contrario por el cual se había ido el señor Knight, perdiéndose en la oscuridad.

Relatos y leyendas de vampiros y fantasmas cruzan fugazmente por mi cabeza hasta que suelto un gruñido por mi estupidez. Si no veo el reflejo del guardia debe ser porque no estoy en el ángulo adecuado. En cualquier caso, el hombre se encuentra bien, así que me doy la vuelta sigilosamente y vuelvo hacia donde estaban mis compañeros...

En contra de todo lo que he leido en los libros de aventuras y terror de mi infancia al parecer les resulta una idea apetecible eso de separarse. Me remuevo, inquieta, al constatar que al parecer hay gente charlando a escasos metros de nosotros. Miro a los dos caballeros que aún me acompañan.

-Quizás deberíamos ir a buscar a otro lado...si no quieren moverse yo voy a seguir al hombre que tiene una pistola.- Miro a ver si vienen o no.- Por seguridad...

Alexey no comprendía porque los demás no reaccionaban. ¿Quizá sólo el podía ver a esos tres? ¿Y que hacían tres en un sitio prohibido al que ellos habían accedido con dificultad?

Señor Knight, vuelva aquí por favor - dijo con urgencia antes de levantar solo un poco la voz y decir -y ustedes buenos señores, ¿han debido de equivocarse de camino? Aquí está prohibido estar.

Puso toda la autoridad y la cara dura que puso intentando culpar a esos tres de hacer lo mismo que ellos hacían. Con suerte eran tres personas que se habían perdido de verdad y todo se resolvía echándole cara.

- Pues, en mi caso siento que damos vueltas en círculos y no encontramos nada. ¿Que sugieren?- respondo ya ofuscado, totalmente perdido en medio de este lugar. Somos un grupo que gira en punto ciego y no damos ni de cerca con el lugar. ¿Será que somos incapaces de ver más allá? La realidad es que me exaspera tanta vuelta, quizás alguno de los presentes con más avidez que yo, logra dar con el clavo. 

Al momento que la señorita Grant comenzó a hablar, los que allí se encontraban pudieron escuchar como de las tres figuras surgía también una voz, plana y difícil de identificar. _{-...en moverse yo voy a seguir al...-} Sonó como un eco a las palabras de la dama. Cuando el señor Popov intentó llamar la atención de aquellas extrañas figuras, no parecieron reaccionar a ello, cual si fueran estatuas que quizás habían pasado por alto hasta ese momento.

Podían ahora detallarlos mejor: sus ropas parecían pasadas de moda, al menos por unos veinte años o más. Dos de las figuras eran masculinas, uno de ellos más bajo que el otro, y la tercera figura, femenina, con el cabello largo hasta más abajo de sus hombros. Al hablar el señor Von Falkenhorst, de esas mismas tres figuras surgió de nuevo otra voz, más oscura pero igual de plana. _{-...amos vueltas en círcul...-} En ningún momento, las tres figuras se dieron la vuelta, manteniéndose de espaldas a los investigadores.

Al regresar sobre sus pasos, el señor Knight pudo ver al los otros investigadores que había dejado atrás, notando también que estaba faltando uno de ellos. Mientras se acercaba, pudo ver como la señorita Grant comenzaba a avanzar hacia su dirección, al tiempo que el señor Popov se dirigía a tres figuras a las que no podía ver bien, ubicadas al otro lado de la fuente.

Sólo una cosa si pudo notar de estas figuras inmóviles: las tres estaban de espaldas a ellos.

Unos pasos muy leves les advirtieron de alguien que avanzaba con rapidez hacia su dirección, y pudieron ver la figura del señor Knight acercándose. De pronto, un grito de terror puro se escuchó del lado contrario a donde se encontraban, por donde habían visto perderse al señor Paxton; un grito, que fue silenciado tan repentinamente como empezó.

¿Dónde está el señor Paxton? - es lo primero que pregunto al notar la ausencia. Sin embargo la respuesta más que explícita hace que me baje un escalofrío por la espalda.

Señora Grant, le ruego que no se separe y venga detrás de mí - Sujeto el revólver con las dos manos y echo a correr en la dirección de la que procede el grito, aunque no tanto como para dejar atrás a Emmaline con sus tacones*

Esto está empezando a ir mucho peor de lo previsto...