Partida Rol por web

—Si no vamos a ir por el otro lado, será mejor seguir el plan, porque es el camino más recto. Si nos van a estar buscando nos van a encontrar, que el ancho del canal no es tan grande como para poder esconderse. Pero vamos, mejor salir ya y que la enana acabe sus rollos por el camino.

Si no fuera un trabajo, hubiera sido divertido ver las expresiones confusas cuando nadie recibía los planos de la misión. El troll examinó la ruta programada. Al menos, quien la diseñase no era un completo majadero. Aun así, planteaba algunos problemas.

- Aventurarse por el oeste no es aconsejable. Son las partes más estrechas del río. - Ése era su temor inicial, que la ruta establecida atravesara canales. - Podemos ceñirnos a la trayectoria, aunque hay que refinarla. Aquí, en el cabo de Tacoma, en Broane Point, podemos tener el primer problema. Habrá que desviarse más hacia el oeste hasta superar el cabo. Si no pasa nada, enfilar por el centro del Pullayup. La parte más peligrosa del trayecto será al acercarse al Downtown, a la altura del estrecho en Portage y el cabo de la 172. Habrá que alejarse todo lo posible de tierra para poder ver y reaccionar con tiempo si otras embarcaciones aparecieran desde cualquiera de esos puntos y tratasen de interceptarnos. Otro posible punto conflictivo estaría antes de acercarse a la bahía del Downtown y la propia bahía. Aparte de eso, creo que podemos usar la ruta general, pero marchando por el centro del río para tener tiempo de reacción si avistamos embarcaciones sospechosas. O algo susceptible de ser apoyo aéreo.

Después, tras levantar la mirada del comm, le hizo una señal con la cabeza al elfo. Por lo que a Ettin concernía, podían arrancar ya. Si el elfo se ceñía a sus correcciones, debería ser un viaje relativamente seguro. Pero, por si las moscas, el troll dejaría aquella posición junto al cargamento para apoyarse en el techo de la cabina y usar la mira del Barret. De ese modo, podría otear las orillas durante el trayecto. Tan pronto como Null internó la embarcación en la corriente del Pullayup, Ettin se incorporó, aferró el fusil antimaterial, lo conectó a su cable de datos y lo apoyó sobre el techo de la cabina, con su ojo pegado a la potente mira telescópica del monstruoso arma.

Los apuntes de Ettin eran razonables, pero como había dicho Cornelius, el canal no era tan ancho. Si alguien nos esperaba nos iba a encontrar. Esperaba que no fuera así y que pasásemos desapercibidos...

Habría que estar atento por si acaso. Me preparé en mi puesto, vigilando cualquier amenaza.

Cornelius pensó que las anotaciones del troll eran todas bastante juiciosas. El camino que les habían marcado se acercaba más a zonas en principio menos habitadas, pero también les daba menos posibilidades de maniobrar en caso de una emboscada desde tierra. Ir por el centro del canal tampoco les haría perder tanto tiempo. Esperar una hora, en cambio, era demasiado.

En vista de que parecía haber consenso con la partida arrancó la lancha y comprobó que los controles funcionaran correctamente. A ver de lo que era capaz y cómo le afectaba el peso de la carga. Desde fuera no tenía mala pinta, y al menos el color gris no destacaba demasiado.

—Agárrense que salimos...

Con mucha suavidad fue dando velocidad a la embarcación dirigiéndose al centro de la bahía.

Le echó un vistazo a Arena, para ver cómo llevaba el movimiento. Esperaba que la enana estuviera acostumbrada a hacer sus rollos mágicos con fiesta a su alrededor.

Los motores gemelos ronronearon al arrancar. El ruido no era el esperado para una lancha de esa categoría, diseñada para diversión y recreo, rugiendo y alardeando de potencia ante las miradas de otros usuarios con similares intereses. Era una embarcación que la habían pintado de gris, cambiado los motores para que hiciera el menor ruido posible y la ruta seleccionada los alejaba de zonas transitadas. Era una embarcación de contrabando, para pasar desapercibida a cambio de algo de potencia.

NullCredit sacó la lancha poco a poco del embarcadero, no quería rozarla a la primera de cambio, y la enfiló hacia la salida. La puerta detectó automáticamente la salida elevándose desde el nivel del agua hasta bastante altura. En cuanto hubo hueco para pasar, el elfo aceleró hasta una velocidad conveniente, suficiente deprisa para el río Pullayup sin que entorpeciera los rituales de la chamán enana.

Enseguida alcanzasteis la desembocadura y un balanceo algo forzado os informó de que el río había dejado de existir uniéndose a las aguas saladas del océano. El Puget se extendía a lo largo de Fort Lewis, Tacoma, Down Town y Everett hasta desembocar en aguas abiertas. Al otro lado se encontraban las tierras tribales y casi salvajes del Consejo Salish-Shide, los auténticos descendientes de los primeros americanos y en el medio Outremer, formado por un conjunto esparcido de islas e islotes en medio del canal.

A medida que avanzabais el cántico en la cabina iba cobrando mayor frecuencia y volumen. Se acercaba el final del ritual. Las aguas estaban tranquilas y no se veía actividad sospechosa por ningún lado. Durante media hora más avanzasteis por la ruta designada hasta que Arena terminó. A simple vista no había ningún cambio apreciativo en la embarcación, aunque la magia no siempre podía verse o sentirse. 

El aire de la bahía era refrescante y nada pasaba. Como os habían dicho, iba a ser un paseo.

La enana terminó su ritual de manera satisfactoria, echando un breve vistazo a la creación atada a su voluntad, cambió de parecer: si bien en un primer momento había pensado usarla como oteador, veía la rapidez de la embarcación en la que montaba por vez primera. No creyendo que fuese capaz de mantener el ritmo, la mandó, provisionalmente, como par de ojos y oídos extra al frente de la lancha, con instrucciones de alertarla a la señal de peligro. Ya cambiaría sus instrucciones más adelante.

Con una sonrisa alegre, se giró hacia el elfo -¿Todo bien? ¿Cuánto crees que nos queda, Null?- Verdaderamente estaba disfrutando el viaje en lancha -Ya podrían ser todos los runs así de cómodos- pensó -Aunque aún no ha terminado, ya veremos-.

Cornelius se encontraba realmente muy a gusto manejando esa barca imponente en medio de una noche tan tranquila.

—Tres horas o tres horas y media— contestó, dirigiéndose a la enana, que acababa de salir de su trance. —Todo en función de lo que nos encontremos, pero parece que este bicho va realmente bien.

Había veces que la cosa era así, uno se daba un paseo en barca y encima le pagaban. Pero en la experiencia de Null Credit este tipo de días eran la excepción y no la regla, así que seguía con todos sus sentidos en máxima alerta.

Cada poco activaba su visión telescópica y mejorada para intentar detectar alguna luz o silueta que pudiera significar "problemas".

Agazapado (si es que realmente un troll podía permitirse tal nivel de inclinación en semejante vehículo) sobre la cabina, Ettin oteaba de tanto en tanto las orillas del Puget a través de la mira del Barret, especialmente aquellos puntos donde una embarcación pudiera permanecer emboscada. Hasta el momento, el viaje era tranquilo pero también sospechaba que aun no se habían alejado demasiado de lo que podría ser una zona segura para su empleador.

- Lo interesante será saber cuan bien se comporta este bicho cuando empiecen a silbar las balas. Ésa será la prueba de fuego. - El troll no se confiaba. Aquella tranquilidad sin duda era pasajera y los problemas les estaban esperando más adelante. No existían los shadowruns "chupados" y cualquier johnson que intentase venderte uno como tal bien merecía un balazo del .50 en la entrepierna sólo por pretenderlo.

Parecía que la misión estaba siendo un paseo en barca. No convenía fiarse, pero era una buena noticia.

La enana acabó el ritual, así que parecía que éramos uno más. Eso siempre estaba bien. Me mantuve en mi puesto observando a nuestro alrededor. Iba alternando la mirada del espacio real y al astral. La verdad es que teníamos la superficie bastante cubierta. Esperaba que no hubiera nada debajo del agua.

Usar el sonar podría llamar la atención, pero no sabía si la lancha tenía algún sensor pasivo para vigilar debajo del nivel del agua. Supuse que al estarla ciberpilotando lo vería con claridad, pero, aún así, me asomé ligeramente por la borda (solo un poco, con seguridad) y miré las oscuras aguas con preocupación.

A ver si había suerte y todo seguía como hasta ahora.

Puget Sound, Seattle.
0400 horas.

La embarcación seguía a buen ritmo mientras la noche continuaba su curso. NullCredit os avisó de que habíais rebasado el cabo de Alki, donde se encontraba la playa Alki, famosa por ser un destino turístico de la alta sociedad. 
A vuestra derecha se alzaban las megatorres de Downtown, zonas, lugares y recintos donde se guardaban los mayores secretos del mundo. Algún día os contratarían para entrar en alguna de esas torres altas y luminosas, aunque muchos runners también han perdido allí su vida, o algo peor. De momento hacerse un nombre entre las sombras era lo principal, conseguir nuyens ayudaba a hacerse ese nombre, a comprar contactos e información, a ser alguien de fiar.

El ferri hacia Bermenton-Seattle inició la maniobra estipulada para llevar a los pasajeros hacia Bermenton, mas allá de Outremer, mientras sus luces iluminaban las aguas del Puget. Pero no todo era color de rosa en las sombras y pronto apareció la amenaza. Tres lanchas salieron desde un punto situado entre los rompeolas de la playa de Rockaway. Null, K y Arena, por medio de su ojeador fantasmal, las detectaron casi al instante. Se acercaban en formación triangular y a gran velocidad. Ettin encaró la mira de su Barret .50 hacia ellos. Pudo distinguir un patrón entre ellos, una calavera blanca pintada en el morro de las embarcaciones.

Todavía estaban lejos, pero se acercaban rápidamente.

En cuanto el troll comunicó la insignia que portaban, te vino enseguida a la cabeza la información que poseias acerca de esa banda. Los Calaveras Blancas eran una banda que operaban de noche, cerca de la costa y sobre embarcaciones privadas con poca protección. Sus miembros no pasaban de la veintena, y sus recursos eran limitados. 

Era tan posible que hayan estado esperando a que pasarais tanto como que sea una casualidad.

- Calaveras blancas.

El troll avisó al resto del grupo del motivo pintado en la proa de las embarcaciones que se acercaban. Quien quiera que se anunciase de aquella forma tenía dos razones para hacerlo: era muy poderoso (y peligroso) y confiaba en su reputación para amedrentar a sus víctimas o era un estúpido y un incauto y estaba pidiendo a gritos que le hicieran un agujero adicional en la cabeza.

Con la magnificación visual del Barret, Ettin aprovechó para localizar al piloto de la embarcación a la derecha de la formación. Era el primer candidato para probar un poco de plomo.

El “viajecito” continuó con tranquilidad, hasta que se acabó la tranquilidad. Tres lanchas se acercaban a gran velocidad y Ettin dijo que portaban calaveras blancas. Desenvainé mi pistola, aunque estaban, evidentemente, fuera de mi alcance, así que me cubrí por si acaso. -Son una banda de poca monta que suele asaltar embarcaciones poco protegidas. Si ven que esta está bien defendida es posible que se vayan. Creo que lo mejor sería un disparo de advertencia y sin matar a nadie, no sea cosa que les cabreemos y hagan alguna tontería.- Dije para todos, pero en particular para el troll.

-Creo que es improbable que sepan lo que llevamos, como mucho alguien los podría usar de distracción.- No estaba seguro, pero no convenía bajar la guardia.

-Null Credit ¿puedes comunicarte con ellos? Igual, después del disparo de advertencia, les podrías decir que mejor busquen otra presa...-

Por si acaso no contestaban a la llamada del ciberpiloto y ya que a esta distancia mi pistola era poco eficaz, saque mi ciberterminal y me preparé para entrar en la Matriz.

Estaba claro, todo no podía ser tan bonito. Las tres lanchas representaban un peligro claro, aunque según K. eran unos pandilleros de poca monta. Quizás un pequeño susto podría hacer que se lo pensaran mejor.

—Ettin, dispara rápido, que voy a intentar mantenerlos a distancia y que no se nos acerquen. Así que: agárrense fuerte.

Cornelius esperó a que se produjera el disparo del troll, para virar y tratar de mantener a las lanchas a distancia. Intentaría entonces advertirles por radio de que este bocado era muy grande para unos peces chicos como ellos, pero no esperaba tener mucho éxito en la comunicación.

La enana se mantenía en la cabina, disfrutando del viaje, confiada en el par de ojos astrales la alertarían de ser necesario. En esas estaba, pensando cuando daría el "salto" y tendría un gran trabajo en las altas torres cuando recibió el temido aviso: lanchas, lanchas con símbolos de calaveras blancas pintadas en ellos.

Miró a sus compañeros, viéndolos prepararse: el troll con su arma larga, K con su ciberterminal, Null Credit usando sus habilidades al volante al máximo. Ella no iba a ser menos, mirando en dirección a las tres embarcaciones, echó un vistazo al plano astral, tratando de discernir si había otros chamanes o magos a bordo. De no detectar presencia mágica a bordo, ordenaría al vigilante sumergirse e inutilizar el motor de la lancha central. De haber presencia arcana, le instaría a mantenerse al frente de la embarcación y vigilar por si se acercasen otras lanchas desde otras direcciones.

Tras esto, y tras asegurarse de que su UZI estaba preparada, mantuvo la mirada fija en la lancha que se acercaba a ellos a toda velocidad más a la derecha de las tres -Chicos- comenzó -Voy a tratar de confundir los sentidos del conductor de la lancha a nuestra derecha-. Una vez comunicadas sus intenciones, comenzó a prepararse para conjurar, todavía estaban lejos, por lo que empezó a concentrarse, ampliando el área del hechizo que pretendía lanzar, confiando en tener tiempo suficiente para afectar al mayor número de blancos posible.

Con todos los cables en posición y el cañón del fusil descansando sobre el bípode apoyado en la cabina, Ettin oteaba al objetivo a través de la visión magnificada mientras, a su alrededor, el grupo aportaba sus impresiones.

- Deberías dejar de ver trids de acción. En el mundo real no se hacen disparos de advertencia; tú disparas al aire, al hacerlo revelas tu posición o que estás armado y el objetivo te dispara a ti. Así que mejor disparas directamente al objetivo y un cadáver es mucho mejor aviso de lo que puede pasarle al resto.

Reflexionó en voz alta cuando K sugirió un disparo de advertencia. Por eso, la reacción del elfo le arrancó una sonrisa al troll. Hasta la enana parecía más convencida de que las tres lanchas iban a ser un problema y se preparaba para la ofensiva. Pero...

- Ese objetivo que nombras está en la retícula de mi mira. Sería conveniente que afectases a la lancha de la izquierda. Lo más probable es que traten de abrirse en abanico para envolvernos y, de ese modo, cortarnos la mayor cantidad de rutas de escape posibles.

- ¡Fuego!

Con esto avisaba a Null de su disparo y el elfo podía proceder con su maniobra. Aunque la distancia y el vaivén de la lancha sobre las olas del río hacían que fuera un disparo difícil.