Partida Rol por web

Null se mantenía ojo avizor para mantener cerca la moto que quedaba y que no se le perdiera Grimgor, mientras intentaba mantener distancia cercana con las lanchas para que sus compañeros las pudieran atacar, pero sin que les emboscaran. Maniobrar con suavidad era la mejor forma de que las balas dieran en su objetivo y no acabara nadie en el agua.

—¡Que a nadie se le ocurra caerse ahora!—gritó, más como un deseo que como otra cosa.

Tras el "frenazo" de Null y que la enana cayera al suelo incorporándose de inmediato, solo el loco grito de batalla de Ironskin parecía resonar en todo el canal. El orco saltó, literalmente, a una de las lanchas y comenzó a repartir puñetazos y patadas.

Ettin por su parte dejó su atalaya en la parte alta del barco y cogió su ametralladora, que había permanecido apoyada en las cajas de munición este tiempo.

K utilizó el fusil que Null le había pasado, pero la distancia y el movimiento eran demasiado grandes para darle a una pequeña moto de agua.

Los pandilleros, después de la sorpresa inicial, reaccionaron. Las lanchas se separaron de la vuestra en direcciones contrarias. Mientras que en una se recrudecía la mortal pelea que tenía lugar en ella, la otra se separaba preparando el terreno para cuando sus amigos llegaran. Aún así, una muestra de la famosa 9mm parabellum enviada desde sus subfusiles se incrustó en los cristales de la cabina, que de no ser por su blindaje, habrían acabado impactando en la enana y vuestro piloto.

Sin duda los pandilleros querían acabar pronto y la mejor forma era liquidar al piloto, pero las palabrotas brotaron de sus bocas cuando se dieron cuenta de que el cristal estaba blindado.  

Bueno, uno menos.

Al menos, la cosa se iba poniendo mejor...

Miré a mi alrededor y busqué un segundo objetivo, a ser posible, uno de los que llevaban armas largas.

Cargue, confiado en el hecho de que había estado más veces en la misma situación. Las armas de fuego son especialmente útiles cuando tienes distancia, pero en el cuerpo a cuerpo, la velocidad de reacción y el movimiento eran más importantes.

Confiando en tu antigua chaqueta blindada, repites el movimiento que tan bien conoces. Un paso abajo, un golpe a la mandíbula, y esperas que le salte algún diente al tipo del arma, y que se caiga por la borda.

Por desgracia, el impacto no es tan bueno como esperas, pero esperas que le haga perder el equilibrio

Arena mantenía el hechizo activo. Decidió mantenerlo más tiempo, viendo el exitoso resultado del mismo.

Mentalmente instó al Vigilante a manipular de nuevo el motor de la lancha retrasada: si la avería era mecánica, podría usar el karma en otros objetivos.

Sacando su Uzi, se incorporó, apuntando a la lancha no ocupada por su compañero orko, teniendo cuidado de no abandonar la cubierta protectora de la cabina, que tan bien la había cubierto.

Apuntó con todo el cuidado del que fue capaz y disparó...fallando miserablemente. Era evidente que las armas de fuego no eran lo suyo.

Con un gruñido de satisfacción, el troll se había inclinado para recoger la ametralladora apoyada contra los cajones. La sopesó entre sus manazas mientras, en su rostro, se dibujaba una mueca que podía pasar por una sonrisa malintencionada. Entonces empuñó el arma en ristre, la alineó contra la lancha más próxima, en la que no estaba Grimgor, y explotó.

- ¡Capullos, captad el mensaje y desapareced!¡Pringados!

El rugido en stacatto del arma al disparar ahogó la imprecación de Ettin mientras una lluvia de balas se abatía sobre la embarcación objetivo.

Cornelius se daba cuenta de lo delicado de la situación.

Las dos lanchas de los lados estaban esperando a que las otras llegaran para atacar todas juntas. Era importante intentar acabar con ellas mientras aún estaban en solitario. Grimgor estaba en una de ellas y poca ayuda más se le podía prestar, pero si conseguía acercarse a la otra —o al menos conseguir que no se separara demasiado— quizás los disparos de Ettin serían más efectivos.

—Voy a intentar acercarme a la lancha donde no está el orko, para dejarla más a tiro— les grito con un poco de culpabilidad, desde la seguridad de la cabina.

No había conseguido dale a la moto. Teníamos dos lanchas encima y en una de ellas estaba Ironskin, así que decidí que lo mejor era ayudarle en la distancia, con un poco de suerte podíamos acabar con una lancha de forma rápida y tener nosotros una lancha más para maniobrar.

Así que apunté con el fusil y disparé a alguien de la lancha de Ironskin, preferentemente a alguien que estuviese alejado de él.

Ettin comenzó a disparar con su ametralladora en modo automático, aunque el movimiento de la lancha hacía que fuera difícil acertar, por lo menos si consiguió que se les pusieran de corbata a los pandilleros de la lancha a la que disparaba, y comenzaran a practicar maniobras en zig zag.

Por otro lado la enana comenzó a aportar su granito de arena disparando al cielo, para, suponéis, amedrentar a los pandilleros viendo que había más armas a bordo, y K comenzó  a disparar para ayudar a Grimgor, que de momento se las apañaba bien, desencajándole la mandíbula a otro tipo y por la propia inercia de la lancha, quedando fuera de cubierta en otro chapuzón en el Puget.

Null comenzó entonces una maniobra de acercamiento a la segunda lancha, la que hacía zig zag, para ponéroslo más fácil, a ellos y a vosotros. Pero la situación comenzaba a ser alarmante. Las dos lanchas os cercaban a los laterales mientras otras dos (porque la tercera se estaba desviando) y una moto se acercaban peligrosamente por detrás.

Entonces comenzó la lluvia de balas.

Los proyectiles impactaron contra la cubierta y las cajas de mercancía provocando desgarros en la lona y saltando astillas de las cajas que cubrían. Uno de los disparos entró por la puerta abierta de la cabina impactando contra el cristal cerca del elfo. El agua salada os salpicaba cada vez que una bala se hundía en el agua provocando pequeñas explosiones de agua. Parecía que los recién llegados jugaban con otras reglas donde las balas explosivas tenían cabida. 

El golpe no se lo esperaba, distraido como estaba con los otros pandilleros, y tuvo que encajarlo.

No era la primera vez que encajaba un puñetazo, pero era cierto que habitualmente no sobre una lancha en movimiento.. esperaba no acabar nadando.

Aunque la granizada de balas no había llegado a alcanzar a nadie, los pandilleros de la lancha ya se habían percatado de que, tal vez, estaban intentando morder más de lo que podían abarcar. Mientras zigzagueaban, Ettin aprovechó rápidamente para conectar los cables del enlace inteligente. Tan pronto como el arma estuvo conectada a la interfaz mente-maquina, el troll repasó la información que el microprocesador del arma le proporcionaba, cambió mentalmente el modo de disparo a ráfagas y apretó una vez más el gatillo.

Esta vez procuraría no malgastar munición alegremente rociando a sus objetivos, si no que centró el fuego de la ametralladora en el pandillero armado de la misma lancha.

Parecía que Ironskin se las estaba apañando muy bien, además Null Credit nos había acercado a otra lancha, así que cambié de objetivo y decidí devolver el fuego a la lancha a la que nos estábamos acercando.

Apunté con el rifle prestado y disparé a mi nuevo objetivo.

Arena maldijo, frustrada, su pésimo intento de disparar, debía haberlo sabido, eso no era lo suyo, dejando a un lado su Uzi y considerando que el conjuro de Caos ya había puesto la lancha enemiga lo bastante lejos se preparó para manipular de nuevo el karma.

Poniendo cuidado de nuevo de no abandonar la seguridad de la cabina, apuntó a la lancha no ocupada por Ironskin.

Un rayo surgió de los dedos de la enana, impactando en su objetivo, iluminando el rostro del afectado. Arena sonrió satisfecha al llegar a ella brevemente el olor a chamuscado.

Cornelius intentaba mantener ojos en todas direcciones, buscando la manera de mantener a raya a los agresores y, al mismo tiempo, comprobando si el orko pasaba dificultades en su solitaria tarea, para acudir en su ayuda.

Una vez que nos habíamos acercado un poco intentó mantener distancias para que el fuego de nuestras armas resultara efectivo.

Todo parecía ir mal.

Grimgor recibió una patada que lo hizo doblarse sobre si mismo mientras los dos pandilleros de la lancha se abalanzaban sobre él. K parecía no tener suerte con un rifle que no conocía y Ettin, con su tamaño, parecía tener problemas para mantener el equilibrio sobre la lancha.

Pero un rayo salido desde la puerta misma de la cabina golpeó a uno de los pandilleros, llegando a quemar un poco la cubierta donde estaba situado. Su cuerpo convulsionado cayó al agua, hundiéndose en las oscuras aguas.

Claramente los pandilleros se vieron afectados, pues gritaban entre ellos, señalando a la enana, y escondiéndose donde podían. Pero el botín era demasiado suculento como para dejarlo escapar, y continuaron la persecución cambiando de táctica, se acercaron para abordar la embarcación. Aunque ahora Arena había desvelado su poder, siendo un objetivo principal de los pandilleros. 

Mientras tanto las balas seguían surcando el aire, e impactando contra el agua, la cubierta o los cajones de la mercancía. La moto de agua se acercó por la derecha, aprovechando el hueco de la lancha donde luchaba Grimgor. Las otras dos que os perseguían desde hace rato procuraban cubrir el ataque de abordaje de sus compañeros, obligándoos a agachar la cabeza.

La lluvia de balas os obliga a cubriros detrás de las cajas de mercancía. Realmente esperabais que fueran resistentes, pues estaban recibiendo más castigo del previsto. Una bala impacta a través de la lona en la caja haciendo saltar astillas. Maldecís intentando quitaros las astillas cuando otra de las balas corta la eslinga soltando parte de la lona que cubría el cargamento. A través de la lona podéis ver el trozo de caja destrozada, y a través de esa esquina, una marca inconfundible, el logotipo de Ares. 

Además Ettin sabe distinguir perfectamente el modelo de subfusiles que hay dentro de la caja, los mismos que los pandilleros están usando para intentar dejaros como un colador.

Grimgor tenía a dos tipos encima.

Por suerte, su chaqueta había aguantado. Pero lo había sentido.

Rápidamente, reaccionó empujando al que tenía más cerca del borde fuera de la lancha, mientras trataba de colocarse por el interior del otro.

Si los dejaba en el agua, estaban fuera de juego...

"Malditos corporratas..." Ver lo que se ocultaba bajo la lona, las cajas con el logo de Ares, el código que identificaba las armas. La casualidad de que los pandilleros emplearan el mismo tipo de subfusil... Nadie esperaba aquel cargamento en el punto de destino: aquellos pandilleros debían interceptar el cargamento y quedárselo.

- ¡Es un jodido "extravío" de cajones!¡La típica jugarreta de mercancía perdida durante el transporte!

Y, para colmo de males, la lancha volvía a acercarse, seguramente con ánimo de abordarles. Parecía que los pandilleros eran tontos de remate si aun no habían entendido que el fuego de ametralladora quería decir "Pírate, descerebrado. Estás de sobra". Esta vez, el troll apuntó el arma hacia el piloto de la lancha y disparó una nueva ráfaga.

Cornelius observó como la táctica de la lancha la que se habían acercado cambió y ahora trataban de abordarlos directamente. Viendo su superioridad numérica no parecía que esa fuera una buena opción para nosotros, así que intentó maniobrar para mantenerla a distancia.

—¡Nos quieren emboscar! Voy a tratar de mantenerlos separados.

No eran buenas noticias si lo que decía Ettin era cierto. En ese caso nadie los esperaría vivos en el punto de destino y si se llevaban la carga los tratarían como ladrones. No parecía haber una buena salida en ningún caso. Pero ya se ocuparían de eso, si podían, más adelante.

Los pandilleros se acercaban peligrosamente, y las balas volaban a nuestro alrededor. Por suerte no nos daban (parecía que tenían la misma puntería que yo). Pero la caja no tenía tanta suerte y saltaron astillas dejando ver parte de su carga. ¿Armas? Eso no encajaba con lo que nos habían dicho… Ya tendríamos tiempo de eso luego. Ahora había que defenderse.

Por un momento pensé en volver a cambiar el arma a Null Cretit, ya que estaban más cerca y, seguramente, me iría mejor con mi pistola, pero pensé que mejor era disparar, así que apunté y disparé. Si volvía a fallar cambiaría de arma...