Como todos los sentidos del detective le habían advertido, aquel sel iluminado era un falso mesías. Debajo de su falsa apariencia yacía una horrible criatura, como demostró el aglaophotis.

Pero ese ser era mucho peor que los otros engendros a los que se habían enfrentado a lo largo de aquella interminable noche de locura y sangre. Con sendos rayos dejó fuera de juego a dos de sus compañeros. Ya solo quedaban en pie los dos militares, James y él.

Harry no tenia claro como proceder contra ese ser cuando vio como su tocayo le impactaba con el revolver, y el ser empezaba a rezumar sangre en forma de fuego.

Así que se te puede herir, ¿ eh? Si puedes sangrar, puedes morir.

El detective alzo de nuevo a su vieja amiga Tommy para que soltase su discurso de despedida escupiendo plomo.

El coronel abre el libro, y pasa las hojas, el coronel reconoce retazos de griego, hebreo antiguo y latón, el coronel todavía recuerda algo de esos idiomas de la universidad de historia.

Buscando algo donde ponga como expulsar al demonio, mientras tanto el coronel recuerda como un golpe a su memoria:

“Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.” [Apocalipsis 20:2-3] 

El coronel levanta un segundo los ojos y mira a James: -Rápido, puede que ese sello sea el mismo que ya ató a Satanás tiempo atrás, grita: “En el nombre de Jesús yo te ato y te expulso”. Quizás sea así, mientras quizás encuentre algo más aquí...-

- Deben huir. El legado tiene que continuar. Toma esto y sal por la puerta del fondo. –

Las palabras de Dhalia no ofrecían ninguna explicación.

James estuvo tentado de preguntar, objetar...pero no lo hizo. A estas alturas ya sabía que Dhalia no estaba allí para contestar preguntas. Sera cual fuere su función en aquel momento y lugar, no era responder preguntas. Así que asintió. Perdió tan solo un instante en volver al vista atrás. Allá los que habían sido sus compañeros en aquel viaje infernal mantenían una lucha infernal. Cada cual a su manera, cada cual por separado. Unos con las armas, otros con las palabras y otros entregando su propia alma. Todos y cada uno había pasado por una experiencia terrible antes de llegar aquí. Una experiencia de la que se sentían culpables, al igual que él. Y sin embargo, James había visto el lado humano de cada uno de ellos. La generosidad, el sacrificio, el amor, la pasión...eran personas enfrentándose a sus propios miedos.

Él tenía su propia batalla. Había ganado la primera parte, enfrentándose a su padre y salvando a su madre. Y ahora, debía tomar una decisión que cambiaría su vida para el resto de sus días.

Asintió y siguió andando a paso rápido. Tan rápido como su madre fue capaz de asumir, hasta la puerta del fondo, la abrió y la cruzo.

Revelación 5:1

Y vi a un ángel fuerte que proclamaba con voz fuerte -¿Quién es digno de abrir el sello del Paraíso y desatar su castigo?- Pero ni en el cielo ni sobre la tierra ni debajo de la tierra había siquiera uno que pudiera abrir el sello o mirar en él.

Y vi de pie en medio del trono y de las cuatro criaturas vivientes, y en medio de los ancianos, un macho cabrío como si hubiera sido degollado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales significan los siete espíritus de Dios que han sido enviados por toda la tierra. Y él fue y en seguida tomó de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.  Y cuando tomó el Sello, las cuatro criaturas vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Macho cabrío.  

Y la lluvia de rayos acabo con Evelyn, quien yace sin vida aparente; también envió lejos al muchacho que había enfrentado al Dios, ahora a medias inconsciente entre bancos de madera despedazados.

El subfusil de Harry nuevamente provoca daño en la criatura, y su sangre inunda la estancia, expulsando la oscuridad por el fuego divino de su sangre ígnea… las llamas de la purificación consumen poco a poco la iglesia que dio nacimiento a Dios.

Luego la acción de Aaron llamo la atención de Dios, quien dirigió toda su ira al Pecador tras recitar un fragmento del libro sagrado.

El robusto hombre escapo de dos relámpagos color bermellón al zigzaguear entre las columnas de la iglesia pero un tercer rayo lo alcanzo de lleno junto a una columna de madera en la cual se ocultaba. El daño fue tal que la columna y parte del palco superior cayeron sobre el desgraciado coronel.

Quizás sea la última oportunidad para ambos Harrys de acabar con el Dios-Demonio…

Asintió y siguió andando a paso rápido. Tan rápido como su madre fue capaz de asumir, hasta la puerta del fondo, la abrió y la cruzo.

James se despidió en silencio de las personas que lo habían acompañado hasta el final de todo, hasta su destino.

Los dos salieron por la puerta trasera de la iglesia, que comenzaba a echar humo por el tejado y el campanario. El fuego del interior ganaba la batalla en medio del combate desigual… pero eso era harina de otro saco. James y su destino esperan por él afuera.

El destartalado automóvil de difunto alcalde se encontraba afuera, y junto a la limosina Alan Krebs montaba guardia con un subfusil bajo el brazo. El misterioso mayordomo tenía manchas de sangre en sus ropas y un corte leve en una de sus mejillas.

- Este trasto apenas funciona y el viaje hacia la playa es largo. Suban ya… - Alan actuó según ordenes desconocidas para James. Algo había sucedido a espaldas de todos los Pecadores y James solo había descubierto una ínfima parte.
- ¿No hay nadie más? Qué pena… - comenta el hombre peinado con gel para el cabello.  

La niña, como de costumbre, habia vuelto a desaparecer. Quizás jamás salió de la iglesia... pero a Krebs no le preocupaba nada de eso...

Johan se levantó a duras penas del suelo observando la escena. Había recobrado el conocimiento en el momento en el que el coronel había salido volando debido a uno de esos rayos demoníacos. Eso le había dado cierto valor al muchacho ya que aquel aguerrido hombre ya le había salvado la vida una vez y tendría que intentar hacer lo mismo.

Moviendose con cuidado entre los bancos, se dirigió hasta el libro que el hombre había estado portando. Era posible que hubiera alguna pista o algun tipo de escrito que les ayudara a desterrar aquella horrible criatura del mundo. Ya había estado preparado para morir unos minutos atrás y su determinación no había cambiado. No estaban ni Jules ni Helen en su vida. Ya no le quedaba otro motivo para seguir caminando que el de salvar a aquel hombre que se había arriesgado por el asustadizo muchacho, las jóvenes que le pidieron ayuda y mas importante. El legado de Jules

¿Alan Krebs?

James parecía confundido de encontrarse allí a aquel individuo desagradable, esperando por él. Esperando por ellos. Pero lo cierto es que no tenía ningún sitio a donde ir, ni medio de transporte, ni sabía qué podría esperar del mundo, después de lo sucedido en la Iglesia. No creía que lo que hubiese hecho hiciese cambiar las cosas. Pero más allá de sus propias creencias expectativas, había algo indudable. Alguien pensó que él y quizá alguno más de sus compañeros estarían allí en aquel preciso momento. Y ese alguien debería de saber qué estaba sucediendo. Así que no tenía muchas opciones.

James ayudó a su madre a subirse al automóbil antes de hacer lo propio. Ambos ocuparon las plazas traseras del vehículo.

-No, parece que el resto decidieron seguir otro camino-contestó James, no sin que cierto sentimiento de culpa le recorriese el cuerpo-.

Pero realmente había sido así. Cada uno eligió su propia forma de enfrentarse a aquella situación. No sabía si él había escogido la más apropiada. Probablemente no lo supiese nunca.

-Bien...agradezco el aventón, señor Krebs pero...¿nos va a decir a dónde nos lleva o es una sorpresa?

Harry siguió apuntando a la criatura, preferiblemente a la cabeza, ya que imaginaba que otras partes del cuerpo estarían mejor cubiertas, o quien sabe si simplemente tenia órganos aquella cosa.

¡¡Al infierno contigo!! Disparó, mirando al diablo con rabia, conteniéndola... 

Aaron salió despedido y se estampó contra la pared, notó que su cuerpo crujía, el pecho le ardía donde el rayo había golpeado, traspasando la madera que le había protegido de lo peor del impacto, aun así el dolor era atroz. El coronel intenta respirar, lo consigue a duras penas. Intenta moverse, pero todo le duele. Eso es bueno, no me he roto la columna, pero como tenga una hemorragia interna...

El coronel por ahora se contenta con respirar durante unos momentos e intentar recuperar algo de fuerzas, mientras observa la escena.

Esa criatura era imparable, en un momento todos sus compañeros yacían en el suelo, muertos o moribundos. Solo los dos Harrys quedaban en pie. Pero el detective no iba a ceder, levanto la humeante Tommy, y siguió apretando el gatillo, con los brazos ya doloridos.

-Cae, bestia inmunda!

Al instante que James y su madre con el pequeño bebe subieron a la limosina, Krebs pisó el acelerador como si el mundo fuera a terminar. El destartalado Vauxhall corrió cuesta abajo por el sendero de granza y adoquines importados de Inglaterra en el siglo XVIII. Todo allí era antiguo, incluso el pavimento de las calles, típico del Londres inicial a la era industrial.

Una vez que el mayordomo puso distancia entre la horrible iglesia fue capaz de articular una especia de dialogo. El vehículo literalmente saltaba de un lado a otro al cruzar sobre un bache. – Los llevo al mar, a la costa. Allí nos espera un bote para salir de la isla. Debemos llegar pronto ya que la marea sube y nos urge preparar la embarcación para zarpar.- y cuanto termino su breve explicación la costa se avistaba por entre la niebla y los arboles. En la distancia, sobre la una playa de diminutas rocas yace una pequeña embarcación de una vela, parcialmente inclinada a la espera de ellos.

Y por cierto… encantado de servirle, Jefe. – agrega Krebs tras llevar un poco e tabaco de mascar a su boca. EL mayordomo sonríe por segunda vez para James, y su sonrisa no deja de ser inquietante.  

Revelación 6:1

Y vi cuando abrió el sello, y ocurrió un gran terremoto; y el sol se puso negro como saco de pelo, y la luna entera se puso como sangre, y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como cuando una higuera sacudida por un viento fuerte echa sus higos aún no maduros. Y el cielo se apartó como un rollo que se va enrollando, y toda montaña y toda isla fueron removidas de sus lugares.  Y los hombres de la tierra se escondieron en las cuevas y en las masas rocosas de las montañas.  Y siguen diciendo a las montañas y a las masas rocosas: “Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero, porque ha llegado el gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede estar de pie?”.

Johan contra todo pronóstico recuperó el último aliento de vida, con la única finalidad de acabar la tarea del coronel. Emplear el libro contra el ser demoniaco.

Aunque el muchacho no mostraba heridas visibles, él sufría de hemorragias y contusiones además de fisuras y fracturas. Solo la voluntad lo mantenía en movimiento.  Nuevamente el oscuro libro caía en manos de un Pecador y ello generó reacciones negativas sobre el Dios. Ahora su atención se posaba en el muchacho con el libro.

Casi al mismo momento, y en medio de caos reinante, Evelyn exhaló un poco de aire y su respiración se reanudo con dificultad, de forma casi imperceptible. Es posible que su cuerpo se opusiera a terminar de esa forma, aunque las heridas mortales de su cuerpo la inmovilizaban por completo.

El teniente combate por última vez una guerra, solo que las proporciones son inmensurables. Su arma no busca eliminar un soldado cualquiera, ni siquiera un ingenio mecánico como un Panzer o una fortaleza como un bunker. Nada de eso.

En su lugar, el enemigo es la encarnación de la promesa celestial, la puerta al “Paraíso en la tierra”. El hombre dispara mientras no deja de moverse para no terminar fulminado por un rayo del Dios-Demonio.

Las balas muerden la carne del ser superior y más fuego brota de las heridas de éste. Con cada impacto la iglesia tiembla un poco más y las llamas pronto engullirán todo. El Dios-Demonio sufre, sangra y se debilita…

Aaron no se encontraba acabado pero su estado no le auguraba nada bueno. Sin atención medica él y los demás no tendrían ningún futuro… por el momento se contentó con estabilizar su respiración y contemplar todo en busca de algo que lo ayude.

Quizás ahora que la atención del Dios se encuentra sobre Johan, tal vez Aaron tenga alguna posibilidad con las ultimas balas de su recamara.

Por último Harry Slaughter derriba a Dios con sus disparos. La criatura encarnada golpea el suelo con violencia, quedando de rodillas ante sus alas heridas y sus extremidades sangrantes. Pese a todo el Dios-Demonio vuelve a atacar con sus rayos a los dos Harrys y al muchacho con la biblia negra.

Y con las últimas energías, el Dios-Demonio acaba con Johan y el libro negro al incinerar al muchacho por medio de sus rayos letales. En cambio el teniente de policía y el compañero militar esquivan por centímetros la muerte…

La situación seguía siendo desconcertante para James y el circunspecto Krebs no parecía tener ninguna intención de aclararla. Quizá diese por hecho que tenía que estar al tanto o más probablemente, no le importase lo más mínimo. El caso es que allí estaban, en manos de un demente sin saber a dónde les conduciría ni porqué.
Había que reconocer cierta licencia poética en todo aquello. Lo que había empezado en el mar, debía terminar en el mar. Pero no acertaba a saber en qué manera, modo y lugar.

-El placer es mío-contestó James recuperando su habitual y encantadora sonrisa-Pero dígame,...¿a dónde iremos en ese bote?¿Quién ha dispuesto que nos recogiese y nos trajese aquí y porqué?

La bestia cae ante tal cantidad de plomo, pero sus rayos siguen haciendo estragos en el equipo. Esta vez es el joven Johan otra vez. Él y el libro negro son incinerados sin piedad.

Por suerte, los dos Harrys consiguen esquivar el ataque por poco. Harry se sorprende que la criatura demoníaca aún aguante. Pero el detective no va a cesar, su objetivo es sacar a todos los que pueda con vida.

-¡Cae bestia inmunda! Si somos capaces de superar nuestros pecados, ¡tú no eres nadie para frenarnos!

La Tommy vuelve a llenar el ambiente de humo y casquetes.

El coronel tose sangre a la mierda todo, tengo un pulmón perforado o algo parecida, de esta no salgo, pues tú te vienes conmigo hijo de puta. 

El coronel se tumba bocabajo, como un francotirador. Y saca su revolver, aún le quedan balas. Su estado es malo, pero la buena posición le ayuda a tener un tiro mejor.

-Padre nuestro que estás en los cielos.- Digo mientras levanto el arma -Venga a nosotros tu reino- con la mano izquierda preparo el arma para hacer uno de mis últimos disparos *click*  -Hagase tu voluntad, tanto el la tierra como en el cielo.-  Apunto, el ser es grande, no es difícil.- No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal - Disparo. -Amén.

El coche detiene su marcha al pisar el ripio y la arena. Finalmente había llegado a la playa oculta por bruscos acantilados y arboles. Krebs fue el primero en bajar con el subfusil en mano, atento a cualquier criatura que pudiera salir de la niebla eterna.

Todo pronto acabaría y para entonces debían salir de la isla, o jamás lo harán…

- Yo. Todo fue planeado por mi, en caso que Martinson fallara en su estúpido juego de líder. En ese bote iremos al continente, a su mansión y usted volverá a su vida y criará a ese bebe como a un hijo, porque el legado debe continuar. No olvide que un poder superior vela por su destino y a cambio hay que hacer “pequeños favores”. Vamos, hay que preparar el bote…- Entonces Krebs saca de su bolsillo el medallón de Metatrón y se lo da a James.

El nuevo mayordomo y guardián de James se aleja de la limosina para comenzar a preparar el bote para la marea alta. - ¡Apúrese, no hay tiempo! – ladró Krebs a James, en señal que la marea tocaba sus tobillos.

Y en la distancia una sirena, la más horrible sirena, comenzaba a chillar...

Preludio a la Oscuridad

"El miedo a la sangre tiende a crear miedo a la carne."

“Existe un lugar más oscuro que la noche, más rojo que la sangre y más desconocido que el universo infinito. En él todo lo imposible se hace posible, en él lo bueno puede transformarse en algo malo, y lo malo mutar, de igual forma, en algo bueno. No tiene forma definida, ni peso, tampoco volumen, pero existe... ese lugar es la mente humana, y en Bar Harbor los Pecadores han encontrado una forma de expresión casi perfecta''.

Promesa

 Pero entonces a Dios se le acabó
 la fuerza, y Ella se desplomó.
 Todo el mundo lloró por este
 desafortunado acontecimiento,
 pero Dios exhaló el último aliento
 de Ella. Ella regresó al polvo,
 prometiendo volver otra vez.

Y así fue como el hombre negó a Dios su voluntad y el Paraíso fue expulsado de la tierra, hasta el siguiente ciclo.

Los últimos disparos de Harry y el moribundo Aaron remataron al ser divino, y su sangre corrió como ríos por toda la nave, y sus llamas lo devoraron todo. Rojo y negro por doquier, calor y purificación al mismo tiempo.

El techo finalmente cedió cuando las llamas lamieron las pesadas vigas de maderos. Y todo se desplomó formando una tumba incineradora.  Al mismo tiempo la oscuridad y la luz se comprimen bajo el estridente sonido de la sirena maligna. La misma sirena que anuncio la pesadilla en el hospital de Bar Harbor.

Aquellos que todavía podían caminar hicieron lo posible por escapar, mientras la oscuridad surgía desde el ardiente cuerpo de Dios y comenzaba a tragar el mundo entero.

Los dos mundos languidecen y pronto dejarán Bar Harbor. La balanza comienza a restablecerse…

-Entonces...ha fallado. Dhalia no lo consiguió...no lo conseguirá. A pesar...ella dijo que debería...¡que el legado debía continuar!

Estaba confundido. No entendía de que lado estaba la muchacha, pues era obvio que quería que el ritual fallase. De lo contrario, no le habría intentado convencer de que salvase a su madre. Pero entonces, ¿porqué debía continuar el legado?

Él había tenido su oportunidad...y había fallado. No estaba preparado. La ceremonia...la ceremonia debía haberse completado, pero no sucedió. Luego interrumpió el sacrificio de su madre, quien había elegido sustituirle. Así que la ceremonia...tendría que repetirse cuando llegase el momento...y ese niño, que ni siquiera tenía un nombre, debía ocupar su puesto. Dentro de...¿cúanto tiempo?¿Sería capaz de hacerlo?¿Sería capaz de criar a un niño para luego entregarlo a un poder superior?¿No sería mejor dejar este lugar y no volver nunca jamás?

James pensaba en todo esto mientras ayudaba a Krebs a preparar el barco para su partida.