Partida Rol por web

Silk & Sword

◇ Shokunin Tadashi ◇

Cargando editor
21/04/2018, 17:22
Tokio

岡崎  –  O k a z a k i  -  T o k i o

Cargando editor
23/04/2018, 13:42
Shokunin Tadashi

 

Primavera de 1862

 

El entrenamiento con Nao-san y Natsumi había terminado por hoy y, como empezaba a ser costumbre, a Tadashi le dolía la mitad del cuerpo. Recientemente había comenzado a trabajar con su padre como aprendiz, con algo de reticencia por su parte, y resultaba ser un ejercicio físico extenuante. Y los entrenamientos con su mentor y su amiga no le ayudaban a recuperarse. La chica se había convertido en una excelente guerrera y, a pesar de la diferencia de altura y peso, conseguía golpearle la mayoría de las veces, por lo que había terminado los últimos entrenamientos con más de una contusión. Pero no era eso lo más que afligía a Tadashi. 

En su interior se libraba una lucha. Desde que era niño había soñado en convertirse en uno de esos grandes guerreros del clan Honda a los que veía practicar y admiraba. Uno de esos guerreros cuyo nombre quedaba en las leyendas y su historia seguía contándose muchos años después de su muerte. Pero cuando entró por primera vez al taller de su padre como aprendiz, algo había cambiado dentro de él. En el calor de la forja y el moldeo del hierro había sentido algo diferente, como si de alguna manera su alma hubiera encontrado su verdadero hogar. Tal vez no pudiera ser uno de esos grandes guerreros, pero podía ser parte de todos a la vez. A fin de cuentas, como le había explicado Fudo, el espíritu de todo samurái reside en su espada.

Por ello, dos partes de su mente se encontraban en conflicto y ninguna conseguía imponerse sobre la otra, con lo que había decidido encomendarse a la guía de la persona en quién más confiaba tras sus padres, su maestro Nao-san, un hombre, a su parecer, honorable y sabio. En parte temía defraudarlo, y que pensara que le había hecho perder el tiempo entrenándolo para nada, pero llevaba demasiado tiempo con el dilema interno y necesitaba hablar con alguien. Por lo que ese día se armó de valor, y tras despedirse de Natsu, se quedó a solas con él. 

- Nao-san. Usted... - comenzó dubitativo, pero tras unos instantes se lanzó y volvió a hablar con más confianza - ¿Siempre ha sabido que quería ser un bushi? ¿Nunca ha tenido dudas? 

 

Cargando editor
23/04/2018, 14:55
Yasahiro Nao

Nao había visto que Tadashi se quedaba rezagado ayudándolo a recoger todo, en lugar de la ligereza con la que habitualmente Natsumi y él se movían para seguir jugando un rato más en la calle y dedicarse a las importantes tareas que todo niño de 12 años tenía. Para el joven, samurai era evidente que el niño quería hablar con él, de modo que también retrasó un poco su partida. Con delicadeza, cogió a la pequeña Suzume que dormía en una pequeña cuna y la meció. Saori se encontraba mal y, en lugar de dejar que llamase a alguna vecina, Nao había decidido llevar a la niña con él. Adoraba a a la pequeña y sabía que ni a Tadashi ni a Natsumi les importaría. Con aquel pequeño ser en brazos, era la viva imagen de la felicidad

–¿Dudas?– Nao sonrió recordando como, con apenas nueve años, el maestro Goro Hotaka, había decidido que aquel niño, el cuarto hijo de una viuda a la que ni siquiera conocía, se iba a convertir en algo así un hijo. Nao nunca había soñado con ser samurai o con llevar una vida distinta de la que habían llevado sus padres en el campo. De hecho, el niño estaba convencido que Hotaka escondía intenciones más perversas cuando lo llevó y le había molestado que su madre aceptase tan rápido para librarse de él.  El joven se sentó, con la niña aún en brazos y con un gesto de la cabeza invitó a Tadashi a sentarse a su lado– Todos tenemos dudas en algún momento, es lo que nos distingue de los ignorantes. En cuanto a las mías... bueno. Hasta que Hotaka no me llevó con él nunca me había planteado tomar este camino. Y una vez iniciado, muchos intentaron que las tuviese y muchos otros las tuvieron sobre mí, por mi origen, por mi carácter... Y yo también dude. 

Nao miró ahora con preocupación al joven. Él había tenido a Hotaka, un hombre con experiencia, habilidad y que le trataba como a un hijo aunque no le hubiese dado el apellido. Pero Tadashi solo lo tenía a él para resolver aquel conflicto, fuese el que fuese. Y ya no era ningún niño que se le pudiese calmar con sencillez. Había algo que le carcomía por dentro, muy profundo, y necesitaba soltarlo, pero se le veía reticente. Como si temiese oír la respuesta a la pregunta que quería hacer.

–Es normal dudar de uno mismo, Tadashi. Es normal dudar de tus habilidades e incluso de tus deseos.– con delicadeza, el guerrero le dejó la niña encima de Tadashi, que se revolvió, abrió los ojos un momento y los volvió a cerrar, agarrándose esta vez al aprendiz. Era poco probable que el chico hubiese cogido muchos bebés en brazos, pero confiaba plenamente en él. – Mírala... De cara es idéntica a su madre, pero tiene mis ojos. Cuando Saori quedó en estado, te confieso que, al principio, tuve miedo. Me sentí más vulnerable que en ocasiones en las que ha peligrado mi vida. Pero a la vez, cuando pensaba en lo que iba a venir... me sentía en paz y lleno de felicidad.

Por un momento, Nao se quedó sorprendido consigo mismo. Nunca había contado aquello a nadie, pero apreciaba mucho a Tadashi y había surgido solo. Sin pretenderlo. Simplemente había querido poner algún ejemplo que pudiese extrapolar.

Cargando editor
26/04/2018, 13:52
Shokunin Tadashi

Sentado junto a su maestro, Tadashi se miraba los pies mientras lo escuchaba en silencio. Si incluso Nao-san había tenido dudas, ¿cómo no iba a tenerlas él?... Cuando se lo pidió, levantó la cabeza y miró a Suzume. Nunca le habían gustado los bebés, parecían muy frágiles y no soportaba cuando lloraban, pero ver a la pequeña niña con su padre le hizo esbozar una sonrisa. Nao parecía tan feliz...

- No... No sé si... - dijo atolondrado mientras se la ponía encima, con evidente cara de preocupación. Tenía miedo de que se le cayera al suelo y se hiciera daño, pero se tranquilizó cuando la niña se agarró a él y le pasó un brazo por encima para sujetarla mejor - Es muy bonita, Nao-san - acabó respondiendo tras unos segundos. Era cierto que tenía los ojos de su padre. 

¿Qué pensaría él si su hija decidiera seguir su propio camino? ¿Estaría igual de feliz y orgulloso entonces?... Mientras la miraba pensaba en como expresar las dudas que le agobiaban, hasta que tras unos instantes acabó por levantar la cabeza hacía Nao:

- Mi padre quiere quiere que siga sus pasos. Pero yo no lo sé... - dijo con algo de preocupación en su voz. Si sabía que no quería defraudarlo, pero tampoco era capaz de ignorar sus propios deseos. Sus ojos volvieron a la niña que tenía encima - ¿Seguirías queriendo a Suzume si ella no te obedece? 

Cargando editor
26/04/2018, 17:06
Yasahiro Nao

–Siempre. Los hijos deben honrar y obedecer a los padres, pero los padres no podemos no querer a los hijos. No es una cuestión de "deber"– Nao sonrió acariciando la cabeza de la pequeña. Entendía la turbación de Tadashi aunque las situaciones de ambos eran muy diferentes. Al fin y al cabo, él no pertenecía a un clan que se remontase hasta el mismo origen del Imperio. – A veces, nos cuesta comprender y no respetamos las decisiones de los demás. Toma por ejemplo a Kiyoshi, ¿crees que no ama con todo su corazón a Natsumi?

Las dos figuras permanecieron unos segundos inmóviles. Nao no se engañaba. Sabía, desde el momento en el que había comenzado a dar clases que ese momento llegaría. El momento en el que el joven Shokunin tuviese que decidir camino, y sabía que, escogiese lo que escogiese, sería doloroso para el muchacho. Aún sabiendo aquello, Nao había aceptado a entrenarlo. Ni el mismo samurai tenía muy claro el motivo aunque lo intuía. Una mezcla de la antigua rebeldía, el deseo de enseñar el camino y, sobre todo, el de ayudar a quien lo necesitaba, como le habían ayudado a él de niño. Aunque nunca se lo había contado a Tadashi, Nao había tenido que dar explicaciones por aquellas clases no solo a Fudo, sino también al mismísimo daimyo. Al fin y al cabo, era el único heredero del artesano y no podían permitirse perder aquella estirpe. Si no había un Shokunin ¿quién forjaría las espadas?

–Tadashi-kun–dijo finalmente con un tono serio –Tengo dos preguntas para tí. La primera de ellas: ¿Qué es el bushido?

Cargando editor
29/04/2018, 23:14
Shokunin Tadashi

El chico se quedó unos momentos pensativo ante las palabras de Nao. Era cierto que nunca se había parado a intentar comprender. Siempre había visto a Kiyoshi como un mal padre; muchas veces no dejaba a Natsumi salir a jugar con los otros niños, se ponía de mal humor cuando los veía entrenar con el bokken, y se enfadaba cuando la niña decía que quería ser samurái... Aunque tal vez no era un mal padre, sólo que no quería que se hiciera daño. Era su manera de protegerla.

Tal vez sus padres sólo querían protegerlo a él también. Si Tadashi fuera un gran guerrero podría cuidar de ellos y de todos, de Nao, de Suzume, de Natusmi, de Yûka...  Pero el fuego ardía en corazón, y él era el único que podía seguir con el trabajo de su padre y sus ancentros. ¿No podría cuidar de ellos de alguna otra manera? 

Permaneció en silencio junto a su maestro hasta que este volvió a hablar y se giró hacía él para escuchar su pregunta, reflexionando unos segundos antes de responder. Nao les había hablado de ello más de una vez:

- El bushido es el camino del guerrero - respondió con un tono de incertidumbre en su voz - Todo bushi debe respetarlo - añadió al final, dudando de si la pregunta era una especie de prueba. 

 

 

Cargando editor
30/04/2018, 21:39
Yasahiro Nao

–Eso es solo una parte– respondió – Es el camino que los samurais debemos seguir... aunque ambos sabemos que no todos lo hacen.

Nao cogió en brazos a su hija de nuevo y se quedó unos segundos en silencio. A lo largo de la historia, muchos samurais habían abusado de su poder, especialmente en tiempos de guerra. Incluso ahora, que muchos campesinos les consideraban una carga, en lugar de intentar mantener su espíritu puro, algunos samurais seguían con comportamientos deshonrosos.

–Pero bueno, dejemos eso a un lado. El bushido, como sabes, se basa en las Siete Virtudes: rectitud, coraje, compasión, respeto, honestidad, honor y lealtad. No hace falta empuñar un arma para seguir esos principios. Cualquier hombre o mujer de honor los sigue, ya sea un señor feudal o un campesino. –Dándose cuenta de que se iba por las ramas, el samurai se centró y decidió ir al grano–Tu padre no va a dejar de quererte si decides tomar el camino de las armas. Puede que se sienta algo confuso al principio, pero lo superará y le colmarás de orgullo con tus actos. Y mientras sigas fiel a las siete virtudes, mientras seas honesto, especialmente contigo mismo, yo me sentiré orgulloso de ti. Hagas lo que hagas, portador o forjador, te consideraré un hermano. Y esa decisión te pertenece solo a ti. Ahora bien, la otra pregunta. 

Si tu deseo es ser samurai, ¿cuál es la motivación principal? ¿Por qué ese y no otro modo de servir y proteger estas tierras?

Cargando editor
01/05/2018, 17:00
Shokunin Tadashi

Mientras lo escuchaba, Tadashi no pudo dejar de preguntarse si Nao era uno de esos hombres de los que hablaba. Pero prefería no saber la respuesta. Siempre había visto a su maestro como un ejemplo a seguir, un hombre de honor como él soñaba en convertirse... Y si la respuesta era afirmativa, no sería lo mismo. Prefería pensar que no. 

Recordó mentalmente las siete virtudes a medida que Nao las nombraba. Las había repetido en su cabeza durante mucho tiempo y las conocía y recordaba perfectamente. E intentaba respetarlas, aunque no siempre las había entendido y no le resultaba fácil. Era difícil portarse bien y decir la verdad todo el tiempo, pero tenía que hacerlo si quería convertirse en un hombre respetado. Siguió escuchando en silencio y con atención a su maestro, y cuando le respondió a su siguiente pregunta lo hizo con vergüenza:

- Quiero protegeros a todos y que no os pase nada malo - bajó la mirada de nuevo a sus pies, mientras los movía alternativamente arriba y abajo, hasta que pasados unos segundos volvió a hablar - Me gusta el trabajo de mi padre, pero si soy un artesano no podré defenderos. Tengo que ser un guerrero. 

Le tranquilizaba pensar que su padre y él estarían orgulloso de igual manera, y sabía que Nao decía la verdad como siempre hacía. Su corazón le decía una cosa y su cabeza otra, y sólo podía confiar en su guía. 

Cargando editor
01/05/2018, 21:44
Yasahiro Nao

–No subestimes el valor de vuestra artesanía, Tadashi, ni el poder que tenéis. Vuestra familia ha forjado las espadas que han protegido estas tierras, sin ellas, o con otras de peor calidad, podríamos haber caído. Además...–en aquel momento, Nao sonrió. Se sentía el hombre más afortunado del mundo. Tenía un buen señor, una esposa cariñosa, una hija encantadora y dos pupilos que luchaban por encontrarse a sí mismos...y que lo estaban consiguiendo. Tenía una buena vida y deseaba que Tadashi encontrase también la suya. Eligiese la que eligiese. – ¿Todo el que pide una katana a tu padre consigue que se la forje? Tu familia nos protege no solo haciendo las mejores espadas, sino también sabiendo a quien se las vende. Los sanadores, los sacerdotes... todos tienen un papel protegiéndonos. Creo que todo hombre ha de saber defenderse y defender a los suyos, pero también creo que arriesgar al sanador en una batalla es estúpido. Por cada mil guerreros hay diez médicos...y un maestro armero. Hay muchas formas de proteger a los que amas, pero aunque dominases todas, no podrás evitar que ocurran cosas malas.

Cargando editor
03/05/2018, 18:34
Shokunin Tadashi

Tadashi trataba de comprender las palabras de Nao, sabiendo en su corazón que tenía razón. Su padre no forjaba armas para todo el mundo, sólo a petición de aquellas personas en las que confiaba y eran dignas. Tal vez esa era su manera de protegerlos, poniendo buenas hojas en manos de guerreros hábiles y honorables. Ahora se daba cuenta. 

Y el muchacho sabía que su padre no aceptaría a otra persona como aprendiz. Su amigo Saburo había empezado a trabajar también el taller como ayudante, pero Tadashi notaba la diferencia de trato. El arte de los Shokunin sólo se podía transmitir de padres a hijos, como su padre le había enseñado, y mientras lo pensaba casi puedo sentir que todos los espirítus de sus antepasados tenían sus ojos puestos en él. Pasó unos instantes en silencio mientras daba vueltas a las palabras de Nao, convenciéndose cada vez más, y una pequeña llamita crecía en su interior hasta convertirse en un incendio. 

- Tienes razón, Nao-san - dijo finalmente poniéndose en pie y volviendo a mirar a su maestro con renovada determinación. Por un momento se imaginó forjando para Nao la mejor espada que hubiera visto, un arma como las de las leyendas, y volvió a hablar con una sonrisa enorme en la cara - Mi familia siempre ha cuidado del clan y yo haré lo mismo. Pondré mi alma en cada espada y así siempre estaré cerca para protegeros - añadió con una mezcla de alegría e inocencia, ajeno a los futuros acontecimientos que sacudirían al clan Honda y a su maestro. 

Cargando editor
07/05/2018, 21:12
Yasahiro Nao

Nao sonrió con la pequeña en brazos. En parte le dolía perder a Tadashi como aprendiz, pero se sentía satisfecho con la decisión del muchacho. Estaba escogiendo el camino que le marcaba el corazón, y eso era importante. Además, aunque dejase el entrenamiento, le había enseñado durante mucho tiempo. En su familia nunca faltaría arroz, gozaban de una posición desahogada y estaban en época de paz. Las guerras e invasiones quedaban lejos y lo máximo a lo que podía enfrentarse el muchacho con la espada era a algún ladrón o algún camorrista. Y con lo que sabía, no tendría problemas para vencerlo rápidamente. Estaba a salvo, protegido y, con su arte, también protegería al clan y su historia.

Pero Nao era también era joven, y la vida aún tenía duras lecciones que enseñarle.