Partida Rol por web

Durante unos instantes el guardia se queda mirando a la sacerdotisa, los que estaban alrededor vuestro se acercan estrechando el círculo, el guardia agacha la mirada y os dice  de acuerdo podéis pasar, pero tendrán que dejar sus armas en la entrada, si no es así que pase solo usted, dice directamente a Shibolé haciendo un gesto con la mano para que le acompañes

De acuerdo, mucho mejor así, no es tan difícil ser cortes, ¿verdad?. Iremos todos a ver a tu señor y exponerle el sustancioso negocio que tenemos para el. Seguro que te premiará por traer tan buenas noticias e ingresos. Comenta la elfa.

Mirando al grupo fijamente comenta, Sigamos las normas de la casa y vayamos a hablar con el anfitrión del pozo. Dejad las armas como os piden.. Al hablarles sube ligeramente la cabeza hacia el tejadillo y mueve los ojos hacia arriba, tratando de llamar su atención, algo trata de decir a la comitiva.

Tras ello se gira y con un pequeño guiño, indica a Rizzen. Tu quédate cerca de mi, me das seguridad.

Así se hará, Señora... - respondo dubitativo - Así se hará...

Malditas sean Lloth y todas sus estúpidas sirvientes... - pienso para mis adentros mientras entrego ballesta y cimitarra, sin hacer mención de la daga hábilmente oculta en mi bota - Menudo lugar que ha elegido para dejarnos desarmados a todos, no tendremos ninguna posibilidad...- continúo mis refunfuños mentales mientras echo otro vistazo arriba para confirmar que son cuatro los armados con ballestas que nos vigilan.

Naturalmente, no digo nada en voz alta. Discutir una orden de la Sacerdotisa, y más aún delante de extraños en un sitio como este podría tener consecuencias sumamente indeseables.

Con un leve suspiro de resignación, miro a la sacerdotisa ¿con respeto? ¿incomprensión? ¿dudas? mientras me llevo la mano al cinturón para desabrocharlo y sujetarlo con una mano mientras con la otra cojo la ballesta.

No debería de pasar nada, es solo las costumbres de todos los comerciantes que habitan esta traicionera ciudad. Solo queremos hacer negocios, y eso es bueno para ese puto goblin.

Además, ni con nuestras armas tendríamos posiblidades de sobrevivir ante semejante ejército, y eso es solo lo que hay por las calles, que dentro tendrá sus guardaespaldas, seguro.

Mientras dejo las cosas, mi mente vuelo, tanto para justificar la actuación de la sacerdotisa como para tranquilizarme, pues se que en estos sitios los nervios te puede jugar una mala pasada.

Yilmaz no para de mirar a todo el mundo, a regañadientes entrega su arco y su lanza…

Procuro, disimuladamente, saber cuál sería la forma más rápida de recuperar las armas, se fija donde colocan las armas de sus compañeros y las mias…

Miro hacia arriba, tal y como nos ha indicado Shibolé, pero también estudio a los guardias, armamento, situación…

Ya me contaras si veo algo que debas comentarme…

El guardia, sin añadir nada más entra con vosotros en el edificio y deposita vuestras armas en unos de los muchos armarios que allí se encuentran, tras darle la llave a la sacerdotisa se pone en cabeza del grupo y comienza a andar.
Camináis por un corredor de unos 10 pies, el pasillo va girando levemente, intuís que sigue la forma de la zona de combates, hasta que llegáis a una escalera podéis ver que hay guardias apostados en el interior cada pocos metros, algo raro está pasando en este lugar, las medidas de seguridad son exageradas para un sitio en el que la gente viene sólo a divertirse, y que a vuestro entender, no tiene más tesoro que sus luchadores.

Mientras avanzáis os preguntáis como un miserable goblin ha sido capaz de montar y mantener este tinglado, os avergonzáis de cómo algunos drows, en su propia ciudad, sirven bajo las órdenes de esa escoria de piel verde.

Ya en el piso de arriba el guardia avanza por otro corredor y se detiene frente a una puerta custodiada por otros dos drows, haciéndoos un gesto para que le esperéis, llama a la puerta

- ¿quién es?  pregunta una voz bastante estridente
- Dumois contesta el guardia
- pasa de una vez contesta la voz con un deje de impaciencia

El guardia entreabre la puerta y rápidamente se cuela en la habitación, cerrando la puerta tras él y sin daros una oportunidad para echar un vistazo.

A los pocos segundos se vuelve a oir la misma voz estridente
- te he dicho que no quería visitas
- …
- ¿les has registrado?
- …
- eres un puto inútil, que pasen... pero quiero estar seguro de que entran desarmados, regístralos a todos.

El guardia sale y le dice a Shibole sacerdotisa, he de registrarla a usted y al resto de su grupo, cuando acaba de hablar le hace un gesto a uno de los guardias para que cachee a los varones mientras se coloca tras la sacerdotisa y con manos expertas le palpa todo el cuerpo, tras el cacheo, en el que sin sorprenderse mucho os encuentran las dagas ocultas, os hacen pasar.

Entráis, una enorme mesa preside la estancia de forma rectangular, unos de sus lados es una enorme ventanal que se abre sobre la arena de combate, en otro lado de la habitación se encuentra una enorme mesa, tras la que se encuentra sentado un fornido goblin con cara de tener alguna enfermedad de estómago, a su lado, de pie y apoyado en una estantería, se encuentra el drow más grande que habéis visto nunca, hasta ahora Airenus os parecía alto, pero este drow le saca fácilmente una cabeza, y posiblemente pese unas cuarenta libras de músculo más que vuestro compañero.
 

En el lado opuesto a la mesa otros dos guardias permanecen de pie y os observan con gesto amenazante, uno de ellos sostiene una varita en su mano, con la que juguetea hábilmente.

El goblin le indica a Shibole que tome asiento no os conozco, quienes sois y qué queréis por lo que parece el tono de impaciencia no lo usa sólo con sus empleados.

Antes de entrar, entrego la daga escondida con un leve encogimiento de hombros, como diciendo ¿qué esperabáis? eso es como mi polla, va siempre conmigo.

Al ver y oir al miserable globin, me adelanto rápidamente esquivando al enorme drow para, con una mano, coger la cabeza del puto goblin y estrellarla contra la mesa una vez, y otra, y otra, hasta que sus sesos comeinzan a esparcirse por la mesa.

Eso pasa fugazmente por mi cabeza durante unos breves segundos, hasta que mi sentido común prevalece Estaría bien, aunque es una fantasía inútil pienso con una sonrisa.

Rápidamente, me olvido de mis pajas mentales y miro a la sacerdotisa con cara de advertencia Espero que sepas cuál es tu lugar aquí y que no esperes que te chupen los pies según vas caminando. No solo porque no tengamos armas, sino que aún con ellas sería inútil hacer nada. Una vez que me aseguro que nuestras miradas se cruzan, miro criticamente a Azogue, Debe de ser un rival nada desdeñable. Ya solo para que un puto goblin sea capaz de sobrevivir como gladiador es de admiración, pero llegar hasta esta posición.....tonto no debe de ser, a parte de hábil en la lucha. Si no fuera un goblin, quizás hasta le admiraría. Y hablando de hábiles, ummm vuelvo mi cabeza hacia el enorme drow, evaluandole, pensando en cómo sería ese animal combatiendo.

Levanto una ceja cuando el guardia encuentra mi daga oculta en la bota, algo muy natural por estos lares, pero una mueca que bien podría ser una sonrisa se me pinta en el rostro al ver a la Sacerdotisa manoseada. Seguramente nunca la habían humillado de esa manera, y eso me hace sentir feliz...

La sacerdotisa se muestra visiblemente incomoda y no puede evitar dar algunos tirones de sus musculos cuando la cachean.

Visiblemente ofendida, traga saliva y accede a hablar al repugnante Goblin.

Me presentaré, Soy Shi’nayne Du´assed, regente de una casa comercial y estos son mi guardia personal, venimos de la derruida ciudad de Ched Nassad, y estamos intentando abrir rutas comerciales muy ventajosas para quien sepa ver el negocio.no me extraña que aun no hayas oído hablar de mí, o de mi casa.

Aun nerviosa y bastante indignada, sigue hablando al ser inferior.

No traigo problemas y no quiero perder mi tiempo ni hacértelo perder a ti, me han hablado de tu Pozo y de tus habailides para el comercio y te traigo una oferta muy interesante para ti, a mi entender.

Deja que la casa crezca y veras lo rápido que acabare contigo, veré como me sirven tu verde cabeza en una bandeja de madera lujosa, de un árbol lunar elfo. Te voy a patear las entrañas cerdo miserable.

Piensa para si, mientras lanza su espiche.

entre los muchos contactos que tenemos en la casa, hay uno que me proporcionaba animales exóticos de gran valía, como bestias y criaturas mágicas terribles que pueden servir como mascotas, simples guardianes de estancias o tesoros y como elementos exóticos en un foso de arena, enfrentándolo a tus mejores gladiadores y guerreros, eso te haría ganar dinero y prestigio ¿no crees?. es un lujo que bien vale las monedas que cuesta.

Observando al piel verde, recupera su altivez y se atusa el pelo, diciendo:

La cuestión es ¿te interesaría participar en este negocio?. Por otro lado, quería saber si vendes esclavos caso de ser necesitados por la casa o si solo los utilizas para diversión de las masas y no salen de tus dominios.

Cuando empieza a hablar la sacerdotisa, quito la mirada del drow para atender a sus palabras. Según la escucho, voy asintiendo imperceptiblemente, agradeciendo que, por una vez, se haya tragado su orgullo y haya prevalecido nuestro objetivo.

El goblin escucha a Shibolé con gesto atento, y cuando esta calla se echa para atrás en su silla y medita unos instantes mientras clava su mirada en la sacerdotisa, sus mezquinos ojos de mirada odiosa parecen taladrar a la joven como si pudiera ver en su interior y buscara una mentira en su discurso o cualquier debilidad en su carácter.

Cuando comienza a hablar su voz vuelve a rasparos los oídos no se pude negar que habéis tenido valor al venir por aquí tal y como están las cosas, valor o ignorancia quizás… pero en cualquier caso aquí estáis desarmados y proponiéndome negocios…el goblin vuelve a echarse hacia atrás pensando sus palabras

Se me plantea un problema, si sabes lo que está pasando y vienes por aquí quiere decir que o bien necesitas con urgencia el dinero o bien que trabajas para Tordiel, el goblin hace una pausa tras decir ese nombre mientras os mira buscando una reacción si necesitas con urgencia el dinero eso me pone en situación de ventaja en una negociación, y si trabajas para Tordiel no hace falta que te diga que morirás, no sin antes tener una larga conversación conmigo en una sala menos confortable que esta, añade con una malvada sonrisa.

Los dedos del goblin tabletean sobre la mesa  también hay otra posibilidad, y es que realmente no sepas que sucede por aquí, pero esto tampoco sería muy bueno para ti, porque no me gusta hacer negocios con gente que no sabe por dónde se anda. ¿tú qué opinas? le pregunta al enorme drow que se encuentra a su lado.

El gigante se encoge de hombros antes de decir con una voz sorprendentemente suave míralos, no parecen estar muy asustados, o no saben nada o les podrías contratar como actores termina levantando las manos y moviéndolas en un gesto indefinido, al hacer este gesto podéis ver que sus manos tapaban un par de empuñaduras que sobresalen detrás de sus caderas, imagináis que su cuerpo tapa el resto de las armas y que estas deben estar sujetas por un raro arnés de desenvainado invertido.

El guerrero cambia de pie de apoyo y al moverse, la librería cruje, no podéis evitar pensar que se está quejando por soportar el exceso de peso