Partida Rol por web

Saladino se acerca a los combates y disimuladamente empieza intentar ver quién esta armado y quién no.

Sedrik tras años en su oficio se sentía como pez en el agua en habitaciones con mucha gente y mucho ruido, era el mejor sitio para pasar desapercibido y poder recabar información que la gente no era consciente que estaba revelando... por tanto en cuanto entro en la sala se alejo de sus compañeros y se mezclo con el gentío, tomando buena nota de todas las entradas, salidas, colocación de los enemigos potenciales, la capacidad de combate de estos y la ubicación de los posibles botines que pudiera sacar de una distracción...
Sedrik, no pierdas de vista el motivo que te ha traído aquí, LURA Al momento se centro en esta fascinante mujer y en lo mas importante en esa gema que titilaba en su frente y en la de la gigante de al lado... eso tiene pinta de ser algún tipo de enlace entre esas dos mujeres... ¿que pasaría si a uno de las dos se le arrancase de la frente?

Footsteps se queda un poco rezagado tras sus compañeros, algunos dirían que maquinando un plan, otros que pensativo, pero la realidad es que estaba haciendo todo eso y más, ya que tenía que controlar la insaciable sed de sangre que sentía cada vez que veía a Lura, emanando por todos los costados de su cuerpo, para tratar de tranquilizarse y pensar.

No le ayudaba en este ardua tarea haber entrado en semejante antro, abarrotado de inservibles humanos y con animales jugándose el pescuezo por diversión, pero Footsteps no era tonto, se quedó atras porque entrevió las intenciones de sus compañeros, lo mejor era crear cierta distracción para despejar el sitio y poder ver las visceras de Lura y su fornida acompañante colgando de su inerte cuerpo, también le llamo la atención la gema. -Un bonito recuerdo para llevarme si consigo arrancárselo de su cuerpo, me da igual que el recipiente este frío o caliente.- Pensó.

Poco a poco y con andares que intentó fuesen despreocupados se acerco a las jaulas de los animales que aún no estaban luchando, un relámpago de tristeza recorrió su mirada, totalmente imperceptible para todo el mundo salvo para las bestias y para él mismo, pues no quería que compartiesen el mismo destino que las que estaban ahora en la pecera, dejándoles entrever su situación y la necesidad de liberlarlas que sentía solo con una mirada y un gesto de nuevo imperceptible para todos, solo comprensible para sus interesados (las bestias, como siempre).

Simplemente se preparó para la batalla sin que nadie lo notase tensando todos los músculos de su cuerpo y se quedó observando el panorama, proponiéndose dejar a Lura para el postre. Lo más divertido siempre para el final.

Decidís esperar a que se disperse la muchedumbre y observar. Gente viene y gente va. Unos solo vienen a por lo que se suministra allí dentro y no les importan las apuestas. Otros todos lo contrario: el dinero vuela de sus bolsillos y la incertidumbre de lo que podrá pasar es su droga. No olvidarse de los que vienen a ambas y a mucho más. 

Lura se mantiene ajena al alboroto observando el gran acuario. No le interesa cual de las dos criaturas se llevará la victoria, tan solo sonríe mientras se mantiene de brazos y piernas cruzadas y balancea la sandalia de su pie derecho. Los Pathfinder que decidieron adentrarse en el local evitando ser vistos pasan desapercibidos salvo Sedrik y Saldino, que tropiezan con un grupo de borrachos. Los que no, a primera vista para ella parecéis la típica gente que viene a este sitio. 

Gaster tiene la edad y la sabiduría suficiente como para mezclarse entre bullicio de la forma más gentil posible, interesándose incluso por el combate. Lura ignora sus palabras, pero dos personas a unos metros de él contestan 

¡¿Viejo, acaso no ves los nombre en las pizarras?! ¡Están escritos por toda la sala! Malditos viejos, sois... Continuó con su monólogo hasta que su acompañante le paró los pies. No haga caso al imberbe este, no se le da bien beber ni nada de lo que hace. El bicho con pinzas es un chuul y el pescado un tiburón dientes de sierra. Está algo floja la pelea de hoy...

Como si ambas bestias hubiesen escuchado lo que aquel tipo acababa de decir, de repente comenzaron a intercambiar ataques por ver quien salía victorioso. El tiburón se lanzó hacia el chuul, y con si mandíbula consiguió arrancar una de las pinzas del crustáceo, si así puede considerarse. El color rojo comenzó a teñir el acuario a la vez que se retorcía por el dolor. El chuul no era menos, así que con su extremidad restante apresó el cuello del escualo. Gruñidos, chillidos y golpes se transformaron en la banda sonora del combate. Parecía que el herido llevaba las de ganar, sin embargo, quizá fuese por la perdida de sangre, al tiburón no le fue difícil escapar y de una destellada arrancó de cuajo la cabeza de la aberración. En este momento era imposible discernir lo que estaba ocurriendo dentro de la pecera, más nadie dudaba de que la contienda había terminado, principalmente por el silencio repentino que se había producido.

Desde luego el chuul era el favorito de la gente, pues el disgusto podía verse en a cara de los que habían apostado por él. Por otra parte, la minoría que suponía el bando contrario estaba eufórica. Los tipos que se habían dirigido a momentos antes Gaster volvieron a hablar.

¡Maldita langosta hedionda! ¡Lo he perdido todo por tu culpa! ¡Todo! ¡Juro que no volveré a este sitio! La otra persona se jacto de su situación. Pero si siempre dices lo mismo... No te he visto ganar ni una vez y aquí estás religiosamente todos los Día del Bienestar. Vámonos, anda...

Al cabo de una hora u hora y media el sitio quedó prácticamente vacío. Solo algunos desgraciados hasta arriba de estupefacientes se esparcen, casi literalmente derramados, por las mesas y la barra, en la cual el camarero hace recuento del dinero ganado tras haber estado limpiando el mismo vaso desde que empezó el espectáculo. Ninguno representa una amenaza. Uno de los perros continúa ladrando, no obstante los otros dos parecen prestar atención a Footsteps.

Lura mira al chamán con desprecio y procede a levantarse del asiento.

Cabe destacar también de que nadie se acerca al acuario, ni para ver el estado de la criatura superviviente ni para limpiar los restos.

Os percatáis de que además de la entrada principal podría haber dos salidas más: una se consideraría de "emergencia" y la otra es casi imperceptible cerca de la posición donde se encuentra la dueña. 

Saladino, preocupado por aparentemente haber llamado la atención con los borrachos, para hacer parecer que su motivo para estar aquí era otro pidió una pinta al camarero y preguntó.

Disculpe, había oido que este bar era de peleas, pero yo me esperaba que fueran con personas en vez de bestias. ¿Sabe usted dónde habría peleas con más puños y menos garras?

El camarero levanta la mirada y con desinterés contesta a Saladino.

Esas las dejamos para días especiales, porque aunque sean fáciles de organizar, lo difícil es librarse de las "sobras". Espero que entienda a que me refiero. Aquí tiene su cerveza.

-Cámarero, pongame algo de beber. Cuando pueda.  -No se por qué pero ver tanta sangre me ha dado sed...

Lura de repente de levanta, y Gaster nota la mirada que le lanza. Indignado, se levanta y dice: Señorita, tiene algún problema conmigo? Creo no haberla ofendido en ningún momento. - Camina tras ella

Faysal estaba en posición ventajosa ahora que Gaster estaba distrayendo, tenso los músculos listo para atacar.

No le dio tiempo a avanzar, las palabras de Gaster la frenaron en seco. Como una serpiente volvió la cabeza hacia el anciano, que se había levantado y se dirigía hacia ella con paso lento pero firme. Con una voz profunda que reverberó en todo el local contesto.

Me pregunta este caballero que qué es lo que tengo en su contra. Viene a mi Círculo de Sangre, y sin ningún tipo de pudor se atreve a dirigirse a mí con ese tono cuando el ha sido el que no ha respetado ni a mí ni al protocolo. ¡¿Cómo tiene usted tan poca decencia?! 

El camarero se percató del estado de Lura y, como si estuviera siendo atacado directamente, se escondió tras la barra cuerpo a tierra.

No sé quienes serán esos amigos suyos que le han recomendado venir aquí. Lo que si sé es que no le conozco, por lo que cual a sido su razonamiento para, primero, atreverse a sentarse en mi mesa sin tener la cortesía de preguntar o presentarse; y, segundo, atreverse a dirigirse a mí con esas maneras. He visto drogadictos en este sitio con mejor educación que la suya. Ya que parece que necesita una respuesta, se la daré: Sí, no es usted bienvenido en mi local. Por suerte para usted, a la gente que no es bienvenida se le da un trato especial. ¡Habrase visto, persona tan impertinente! ¡¿Cómo tiene la osadía?! Bellu, ya sabes que hacer.

Como si de dos personalidades diferentes se tratase, el tono con el que pronunció esas últimas palabras era calmado y dulce, a diferencia de las voces con las que había inundado el sitio. 

Un resplandor, como el de una telaraña a la que le llega momentáneamente la luz del sol, pudo percibirse en dirección a la puerta principal. Acto seguido, los dos guardias que se encontraban en la entrada la abrieron a trompicones y se introdujeron en la sala con la armas desenvainadas.

Bellu, la enorme criatura acompañante de Lura, se acercó hacia Gaster para encargarse del alborotador cuando...

Faysal y Anochecer cargan hacia la zona de la mujer, el lobo da un gran salto mientras la lanza supera a la sorprendida rufian.

- Alto ahí, aún podéis rendiros!

La orden de Lura hacia Bellu provoca que Faysal, atento como un depredador, comande a Anochecer a la carga. 

Con una gracilidad asombrosa, el cánido logra sobrepasar la mesa que se interponía entre ellos y el objetivo. A mitad del vuelo. No, la caída con estilo, el wayang logra ensartar con su lanza el muslo derecho de Lura, que sorprendida, no consigue articular otras palabras que no sean las de dolor. 

Bellu se detiene en el último momento y gira lentamente la cabeza hacia el pequeño rufián que acaba de atacar a su maestra.

Gaster no estaba seguro de que ese ser gigantesco tuviera buenas intenciones. Esa espuma que le salía por la boca y la mirada asesina no eran propios de alguien cortés y educado. Cuando se abalanzó sobre él, con un poco de pánico, buscó en sus bolsillos algo con lo que defenderse....

Solo encontró purpurina.

Ah, ya??? Voy voy... Ignus apuró la bebida y se levantó

Voy a hacer arder al grandullón, ¿¡alguien puede echarme un cable con los guardias!?

Concentró su poder y lanzó la bola de fuego más grande que había visto en mucho tiempo...
 

El ataque de Ignus, pese a su gran tamaño y poder, no logró herir al ser de manera proporcional, que lo apartó como si de un insecto se tratara. Eso sí, provocó que su desconcierto creciera aún más al no ser capaz de centrar su atención en ninguno de sus ahora enemigos. Lura, que observaba la situación con ira, se ocultó tras las espaldas de su acompañante y le susurró algo al oído antes de  dirigirse hacia vosotros: 

¡Cómo es posible que alguien se atreva a atacarme a mí en mi propio local! Esto no es un aviso: ¡No saldréis de aquí con vida! ¡Acaba con ellos!

Bellu, aprovechando que dos de sus objetivos se encontraban delante, descargó un golpetazo a cada uno que no logró conectar, seguramente por el repentino revuelto. Para colmo, Gaster la sorprendió lanzándole un polvo brillante a la cara que provocó que gruñese con disconformidad.

Mientras tanto, lo guardas de la entrada trataron de avanzar hacia el tumulto deteniéndose a la altura de las jaulas. Algo les había hecho parar. 

Saladino, en cuanto vió cómo escaló la situación, saltó de la silla y en un instante cruzó la sala para ponerse tras Lura y arrearla un puñetazo cargado con toda su fuerza, pero tropezó, mandando a volar, una silla y falló el golpe con algo de margen.

-Casi... - Dijo con una sonrrisa en el rostro.

Faysal transmite ha Anochecer sus intenciones para atacar y el lobo salta ágilmente para ponerse delante del grandullón.

- Yo soy tu rival! El gran Faysal te enviará al infierno!

Sin dar tiempo a reaccionar Faysal da una buena estocada.