Partida Rol por web

- Hemos hecho lo que hemos podido pero era una pelea seria, nos hemos jugado la vida, pero es una lástima que haya pasado esto.

Aparte se vuelve hacia el camarero y el guardia que siguen vivos.

- Bien malhechores, ya veis de lo que somos capaces, mejor colaboráis y nos decís donde está la medicina que necesita la hija del pobre tendero, o queréis que sigamos con lo que mejor hacemos?

Pero... ese... ese señor es parte de la guardia de la ciudad, no? Por qué le llamas malechor? ¿Ha hecho algo malo? - Pregunta Gaster, confuso. Avanza hacia el guardia, goteando aún sangre de la herida profunda de su pecho.

Disculpe los modales de mis compañeros, buen hombre - Gaster se acerca a menos de un metro del guarda con una sonrisa sincera, que ofrecía un contrapunto al estado en el que se encontraba. Vera, nosotros solo queríamos hablar con la señorita Lura, pero la cosa se ha... complicado. Quizá usted pueda hacernos el favor de ayudarnos a hacer lo que nos trajo aquí. Por supuesto, me encargare de curar a su compañero a cambio de su ayuda...- Si sigue vivo, claro...-

Cuanto antes encontremos la medicina, antes nos iremos de aquí. Y quizás pueda apropiarse los meritos de la "Detencion" y "limpieza" de este antro... Alarga su mano hacia el guardia -¿Qué me dice?

-Gaste ¿Cuando tengas un momento me puedes un par de varitazos?- Dice Saladino sacando su varita de curación y señalando las heridas que reibió durante el combate.

Saladino no le quitaba el ojo al camarero y a los guardias, estaba esperando para ver quién hablaba primero y si lo que decía era sincero.

Levantando la cabeza, el guardia de la entrada se dirigió hacia Gaster aún asustado.

¡Yo... Yo no tengo ni idea de que habláis! Mi trabajo era tan solo encargarme de vigilar quien entraba a este sitio y obviamente creo que he fallado... ¡Por favor, no me matéis! Eso... Esos perros estaban rabiosos, ¡no sabía que eran vuestros! Porque lo eran, ¿verdad? O igual me estoy volviendo loco... ¡Dejadme ir, no diré nada! ¡Lo juro!

Al contrario que los este individuo, que rezumaban lágrimas, unos ojos asomaban por encima del mostrador, aliviados pero sin miedo. Era el camarero.

Como si el asunto no hubiera sido con él, se levantó y comentó a la vez que se sacudía las rodillas.

Vaya vaya vaya, no esperaba que nadie en esta ciudad tuviera el valor de venir al mismísimo Círculo de Sangre a encargarse de Lura. Obviamente no sois de por aquí, los tenéis bien pues...

Como una exhalación, Faysal intervino antes de que pudiera terminar. Pese a que fuera pequeño, la presencia de Anochecer le daba aún más autoridad. Su semblante cambió radicalmente.

De... De acuerdo, diré tan solo las palabras precisas. Una medicina... Algo he oído mencionar entre risas a Lura acerca de un trato con un desdichado alquimista y de como la mantenía en una de las cajas fuertes bajo el mostrador. Tenéis las llaves, ¿cierto? Dadmelas y os la entregaré. Bueno, haremos un trato, os vais y aquí no a pasado nada a cambio de ella, ¿está bien?

Probó todas las combinaciones posibles hasta encontrar la adecuada, una llave con forma de trébol y de color cobrizo. Del interior de la caja fuerte sacó un pequeño frasco ocre con un liquido viscoso en su interior, lo posó en la barra y con un paño comenzó a darle brillo.

Ahí lo tenéis. Largaos cuanto antes. No os preocupéis por los borrachos, nunca recuerdan nada al día siguiente. Señalando hacia la entrada con la barbilla. Vamos, ¡fuera!

Gesler es posible que por la edad o por el combate andaba algo despistado, por suerte no le han dado y ha superado esta pelea, pero habrá que echarle un ojo no se meta en problemas.

Mientras el guardia era inútil, el camarero era un canalla veterano, lo bastante listo para atendernos y dar lo que necesitábamos, así que ahora tocaba moverse.

- Bien ya tenemos lo necesario, mejor largarse y continuar con nuestras tareas.

Lo secundo, ¿pasamos antes a entregar la medicina o  vamos al siguiente objetivo?

Saladino parecía querer salir de aquí presto.

Llevemos pronto la medicina. No quiero que se muera nadie porque lleguemos tarde...

Gaster sonrió al guardia, le hizo una reverencia y salio por la puerta.

Ah, se me olvidaba...

Tirando de su manga, su ropa volvio a su estado normal y los desgarros manchados de sangre desaparecieron como si nunca hubieran estado ahi

Continuemos, caballeros. Escoltad mi camino!

No tan rápido amigo, has dicho en "una de las cajas fuertes debajo de la barra" y muy inteligentemente has sacado lo que necesitamos y te apresuras a echarnos. Sal de detrás de la barra despacito y no hagas ninguna tontería que quiero echar un vistazo por ahí dentro
Sedrik espera a que el camarero salga de detrás de la barra y ocupa su lugar entre las botellas de licores extraños y vasos a medio limpiar. Echo un vistazo a conciencia (elijo 20) y busco en la caja fuerte que hay abierta y si hay alguna más escondida.

Tónicos Rulkep se encuentra de camino entre el Cículo de Sangre y vuestro nuevo objetivo. 

Cuando entráis por la puerta, Senxer os recibe primero sorprendido y segundo de la forma más efusiva con la que lo ha hecho jamás cuando ve la medicina. Salvo a Footsteps. A él se limitó a darle la mano. Y no por miedo, sino por respeto. Por fin su deuda está saldada y su hijo podrá recuperarse, por lo que promete que volverá a contactar con sus antiguos clientes, incluyendo aquellos amigos tan influyentes de los que habló. 

Los Almacenes Cartahegn controlan la gran mayoría del comercio de alimentos y otros víveres aquí en Bloodcove. Cuando llegáis a su recinto, podéis observar varias edificaciones antiguas de dos y tres pisos que conforman el emporio y anchos canales utilizados para transportar la mercancía. Y además algo que os resulta peculiar: Una masa de ciudadanos y mercaderes rodea uno de estos edificios, gritando algunos y otros apenados, a una mujer joven y bien vestida. 

Escucháis un discurso por su parte.

Ya os lo he dicho, todos los recursos de nuestros almacenes son necesarios para combatir el problema en la azucarera. Al acercaros observáis que está subida sobre una caja de madera.Todo se encuentra cerrado hasta que encontremos una solución. Lamentamos las molestias. Por favor, volved a vuestras casas o negocios. Recibiréis una notificación por nuestra parte. 

Cuando terminó, la marabunta de gente comenzó a dispersarse entre insultos y quejas. 

Saladino miró profundamente a la mujer durante su discurso, intentando percibir si de verdad se lo creía su propio discurso o si era una fachada para ocultar un problema mayor.

Que raro, cada vez que intentan dar un paso algo sucede para que no sea sencillo, ahora los almacenes también tienen problemas...

- Así que todo está cerrado? Bien necesitamos ciertas cosas, si nos decís como solucionar lo que pasa, lo haremos y podremos seguir nuestro camino, es lo que se nos está dando bien últimamente.

A Footsteps tras la pelea le tenía ensimismado la gema que, como había dicho antes, había arrancado de la frente del cuerpo aún caliente pero sin vida de Lura, solo hacía que darle vueltas en su mano y observarla, parecía un gato con un ovillo nuevo, nadie después de ver la curiosidad de este pequeño salvaje podría imaginar la ferocidad con la que antes había atacado, podría ser producto de lo satisfecho que había quedado tras la pelea, no porque fuese una gran pelea sino por el significado que esta había tenido para él. Solo salió de este trance para darle la medicina a Senzer.

Tras la marcha hacía los almacenes y las primeras palabras de Faysal decidió no abrir mucho la boca y simplemente limitarse a observar entre la turba de aldeanos que era lo que estaba pasando, se alejó un poco de sus compañeros y prosiguió el rumbo de la multitud.

Gaster se habíá quedado ensimismado, y cuando quiso darse cuenta vio que la marabunta se había ido y que sus compañeros estaban en medio de una conversación. Intentando no quedar muy mal, se acerco para decir algunas palabras amables y apoyar a sus compañeros.

Al ver que os interesa la situación, se aproxima hacia vosotros. Con un vestido azul cobalto y una expresión de picardía propia de su edad, pues es muy joven para estar al cargo, comienza a lamentarse de repente y lo bastante alto para que la gente que se está marchando pueda oirla.

¿¡Que vamos a hacer?! ¡Esos monstruos lo están destruyendo todo! Hemos perdido una gran cantidad de recursos por su culpa, tanto humanos como materiales. ¡Si esto sigue así, las hormigas acabarán con todo!

Cuando los pocos que quedaban hubieron marchado, su expresión cambio totalmente, dejando a un lado las lagrimas e incluso llegando a sonreír.

Vosotros no sois de por aquí, ¿cierto? He visto a mucha gente ir y venir pero nunca a un grupo tan dispar. Rió. Por lo que le oído decir al chiquitín se os da bien realizar trabajos. Es cierto que tenemos una plaga de hormigas y que andamos bajos de personal para encargarse de ellas, pero a vosotros se os ver fuertes, bueno, salvo al anciano. No me malinterprete, se encuentra usted estupendo, pero... Bueno, por algo irá con vosotros. ¿Qué os parece si os encargáis de ellas? Podemos llegar a un acuerdo de algún tipo si así lo hacéis. Recordó de repente algo. ¡Esperad aqui!

Se introdujo en el edifico desde donde había estado dando el discurso y salió portando una caja de madera.

Esto es "polvo de langosto"... Bueno, un insecticida. Nos ha llegado hoy, pero no tenemos a nadie que se atreva a utilizarlo. Si lo esparcís en el hormiguero principal seguro que esos asquerosos bichos no vuelven por aquí. ¿Aceptáis? Venga... Si es fácil...