Partida Rol por web

Escupir sangre era malo. Hasta un zoquete como John lo sabía. Miro a Carol tragando saliva, estaba claro que pronto tendrían otro funeral.
Se sintio impotente al comprender que no podría hacer apenas nada pero Elaine era más importante en ese momento.
Se acerco a ella por detras y puso sus manos en sus antebrazos, queriendo consolarla, trasmitirle un poco de calor.-Elaine, escucha. Tu madre necesita que ahora seas muy fuerte...Si te ve en este estado se preocupara y preocuparse es lo ultimo que necesita ahora... Mira, no puedo prometerte gran cosa pero vere si puedo conseguir alguna medicina para ella ¿De acuerdo?- Le susurro intentando que no se desplomara dejandose llevar por el desanimo.
limpiate un poco, respira hondo. Tu madre esta viva ahora y te necesita.

Veo que Elaine esta destrozada, pero lo primero era buscar a la Doctora, con las luces aun apagadas comienzo a buscarla con la buena suerte de ver como se acerca a donde la madre de Elaine esta acostada - DOCTORA VAMOS LA MADRE DE ELAINE LA NECESITA - pa guio lo mejor posible apartando a los nerviosos pasajeros del vagon por el apagon, por el freno del tren y por el agonizante grito de Elaine que solo habia traido desesperacion a su alrededor, algo muy normal. 

Dejo a la doctora con ella y cuando aparece John, comienzo a buscar algo de agua limpia y unas toallas o paños o algo con lo que ayudar a la doctora y a Elaine. Encuentro una pequeña botella de agua mas o menos potable y unos trapos y vuelvo con Elaine y la Doctora.

- Ya estoy aqui Doctora, necesita algo?  - pregunto por si puedo ayudarla en algo, cuando veo que John intenta consolar a Elaine, pero los vacios y perdidos ojos de Elaine me hacen entender que ella esta muy lejos donde nada ni nadie puede llegar con facilidad, pero yo queria intentarlo, por todas las veces que ella me habia rescatado de mis demonios y de la celda de mi corazón.

Separo a Elaine un poco de su Madre - La doctora necesita algo de espacio para poder ayudarla, y te neceita fuerte OK?, asi que, vamos mirame, centrate en este momento, asi no puedes ayudar a tu madre, ni a la Doctora - con un poco de agua y el trapo le limpio las manos y un poco la cara de la sangre de su madre - Vuelve Eliane, te necesitamos, respiera hondo, calmate - estaba perdida en sus pensamiento nefastos y tenia que hacer que volviera a mi, tenia que ayudarla despues de las veces que ella lo hacia para mi, e intentaba hacer lo que ella era para mi, un ancla en esta realidad - Vamos Elaine, seguro que John puede traer algun medicamento que ayude - muevo a Elaine hasta un sitio donde podia estar con su madre sin molestarla en sus tratamiento y la siento en una silla destrozada, pero que aun servia fiel a su labor y la tapo con una pequeña manta, para terminar, cojo una de sus manos como apoyo para ella y quedarme a su lado esperando a que reaccionara a mis palabras , durante la colocacion del asiento y demas, miro a John, como pidiendo de que fuera inmediatamente por esa teorica medicina que decia que podria conseguir.

Kaidan se sobresaltó tanto como Olya ante la reacción de esta, aunque la entendía perfectamente, allí dentro no se veía nada y aquello que podías vislumbrar estaba bañado en aquella luz rojiza que le daba a todo un tono macabro cuanto menos. Aún así, no tardaron en entenderse. Se encogió de hombros ante sus palabras, entre el barullo de la gente y la falta de visión no había encontrado otra manera de llamar la atención de la profesora.

Se movían a trompicones entre la multitud, apenas conseguían avanzar y para asegurarse de que no volvían a seprarse Kaidan mantuvo agarrado el brazo de Olya - Tienes razón, pero en todo este meollo dudo que se nos pueda escuchar lo suficiente... - intentaba pensar en una solución, pero entonces John intervino en ese momento, calmando momentáneamente a la muchedumbre y dándoles unos momentos de respiro.

Ahora era él el que sentía la presión de los dedos de Olya sobre su mano, sonaba realmente preocupada - Que va, debe de ser algo temporal, enseguida volverá todo a la normalidad, ya lo verás - no sabía si decía esas palabras para tranquilizarla a a ella o a él mismo, pero intentó que sonaran todo lo convicentes que fuera posible. Como si lo hubiera invocado, las luces de siempre volvieron a encederse provocando un instante de ceguera entre los del vagón, hasta que los ojos volvieron a acostumbrarse a la luz. El tirón los hizo trastabillar un poco pero no fue nada grave, parecía que todo volvía a la normalidad, incluida la velocidad del tren. El frío y el hielo tendrían que esperar a otro día.

John de nuevo trató de calmar los ánimos y luego fue a comprobar que había sucedido más atrás. Puede que fuera uno de los guardias, pero al menos se comportaba como un ser humano con los de tercera, que ya era mucho más de como lo hacían el resto. Lo malo de que se fuera es que los dejaba únicamente con Henry y este ya había demostrado ser de los que llevaban el dedo al gatillo con facilidad. Al menos con la vuelta a la normalidad no debería haber más problemas, o eso esperaba.

Seguía sin poder ver a Alan, pero había visto a CJ correr hacía la parte trasera, donde Elaine había proferido su grito. Roland también se había dirigido hacía allí, de modo que dudaba sobre que hacer. Con tan poco espacio, ir allí solo supondría un estorbo para todos. Mejor hacer algo útil de verdad. Se giró hacia Olya - Será mejor buscar a todos los niños y tenerlos controlados para que no se asusten y se escondan por el vagón. Te ayudaré a reunirlos y a mantenerlos entretenidos hasta que se aclare todo y sus padres los recojan - era lo mejor que podían hacer en momentos como ese, poner sus mejores habilidades en acción.

Suspiré con alivio cuando las luces volvieron a encenderse, y fue sólo entonces cuando solté el brazo de Kaidan, observándole de reojo.

-Gracias -musité. Aunque había sido breve, me había tranquilizado la presencia del chico en medio de aquel caos.

Respiré hondo, escuchándole a medias.

-No -negué, haciendo un gesto con la cabeza- eso es una locura. Hay demasiados niños, y la mayoría ya estarán con sus padres. Esto... la gente sigue muy nerviosa.

Echo un vistazo a mi alrededor. Mantengo lo que he dicho, me parece que por hoy, todos nos hemos paseado bastante. Necesitamos un poco de disciplina...

John ya se ha marchado, pero Henry sigue por aquí. Doy un par de zancadas en su dirección, aparentando más seguridad de la que siento.

-¡Eh! -Exclamo, para llamar su atención, mientras me aproximo- Deberías decirle a todo el mundo (de forma pacífica, si es posible), que regresen a sus camas, por hoy. Esto es un completo caos, y si vuelve a irse la luz, podría haber una verdadera estampida. Es un peligro, y a ti se te oirá mejor que a mí. 

Miro a mi alrededor. Le daría la bofetada que me he reservado antes al tío que ha gritado que nos deteníamos, ¿qué pretendía? ¿Crear un estado de histeria generalizado? Esas cosas no se dicen, joder.

Todo parecía irreal, por que le estaba pasando eso a su madre, por que a ellas, si nunca habían hecho daño a nadie.

No era justo, ni tampoco que los de primera se saliesen con la suya. No merecían morir de aquella forma, ni la señora Giggs ser icinerada para servir de combustible al sagrado motor.

Elaine lo sabía, siempre lo supo y si algo le pasaba a su madre, los de primera se iban a enterar. La debilidad que ahora la arrastraba hacia el abismo por el dolor que sentía y sangraba su madre, daría paso a una fuerza imparable, una sola hecha realidad por el vínculo inquebrantable que unía a la hija y la madre, leona y cachorro, eso lo sabía.

Otra Elaine despertaría y buscaría venganza, contra quien tuviese la culpa directa o indirectamente permitiendo que gente como ella sufriera tanto en la zona de cola.

Sintió a John acercarse para darle calor, palabras de consuelo y hacerla recapacitar, pues su madre seguía con vida y aunque no podía ver, escuchaba todo.

Si, era verdad, pero su cabeza no procesaba el mensaje para encauzar la situación de forma calmada, quería, porque sabía que su madre captaba su dolor y empeoraba las cosas, pero el shock era más grande y la había descontrolado.
Sus manos seguían temblando.

Escuchar la voz de alguien que realmente era cercano a ella y vivía como los demás en tercera la ayudó a salir de aquel trance en el que se había sumido, paralizando su capacidad de reacción.

- ¿Roland? - preguntó confusa. Cuando éste la apartó de su madre Elaine extendió los brazos con fuerza hacia ella, sollozando como una niña pequeña mientras la separaba de lo más preciado que tenía en la vida. - No... me necesita.

La doctora requería espacio libre para trabajar y organizarse con John si finalmente iba en busca de la medicina que ella le indicase para Ellen.

Elaine se centró en los ojos de Roland, respirando poco a poco como le dijo, intentando acompasar el ritmo de su respiración, mientras su amigo buscaba agua potable para limpiarle la sangre de la cara y las manos.

Al notar el agua fresca sobre su piel un gesto de alivio interior apareció en sus ojos.

- John, por favor, trae ese medicamento. - dijo por fin, cuando recupero un poco la cordura, aunque sin saber muy bien lo que decía o como sonaba su voz y se veía su rostro desencajado. Roland la guió hasta una silla para que se sentase y la tapó con una manta, poco a poco el temblor de las manos de Elaine iba calmándose. Ayudaba sin duda sentirse arropada por Roland mientras le tomaba de la mano mostrándole su apoyo incondicional.

-Hare todo lo posible, lo prometo.- dijo John viendo que la chica iba calmandose poco a poco.
-La doctora tendra que decirme que precisa exactamente, asi que vamos a dejar que la examine... Puede que sea menos grave de lo que parece... La sangre es muy alarmante pero...no siempre implica que sea algo horrible, veras una vez se me hizo una herida en la garganta y al toser se abrio, sangre bastante pero no fue nada.- dijo inventandose una historia que podía sonar creible, solo para tranquilizarla mientras esperaba el resultado de la doctora.

-Aquí no voy a poder hacer una mierda-musité pensando en que el vagón de tercera tenía nulo acceso a cualquier sistema importante de tren, los problemas eléctricos eran fáciles de arreglar y gracias a Alan había aprendido mucho sobre el tren y sus reparaciones, aunque muchas no habían llegado a hacer falta, hasta ahora.

Estaba claro que si la velocidad aminoraba, el fallo principal podía encontrarse en el propio motor situado en el primer vagón, pero sin tener más información ni acceso, poco podía hacer desde allí ahora mismo, me encontraba sumido en mis pensamientos apoyado sobre una mampara cuando las luces volvieron a encenderse y el tren recuperó su velocidad habitual, notando como la inercía me empujaba ligeramente contra el duro metal a mi espalda, en ese momento miré a mi al rededor y ví que los ánimos parecían calmarse, aunque el gesto de tensión y miedo seguía dibujado en los rostros de todos y cada uno.

-¿Qué ha podido pasar? Piensa Jake, piensa-susurré mientras mi cerebro recabando recuerdos e información sobre el tren, mientras buscaba con la mirada de nuevo a Alan-¿dónde estás amigo?"-barrunté separándome de la placa metálica con clara intención de buscarle cuando oí a John solicitar nuestra atención-No hay problema-dije dando unos pequeños y cautos pasos hacia él-Por nada del mundo me gustaría que éste tren nos dejase tirados-Era contradictorio lo que decía pero era cierto, quería salir de esa tumba metálica, ser libre, pero sabía que escapar de allí sería una muerte segura. Aclaré mi mente olvidando de momento el tema para centrarme en John y Henry, mirando de tanto en tanto el resto del vagón buscando a Alan, empezaba a preocuparme, esto no era normal en él y mucho menos separarse de su niña.

Todo pasó muy rápido. Primero el grito de Elaine que fue lo primero que me hizo reaccionar por instinto corriendo hacia su voz, pero apenas se apagó la luz acto seguido, me apoyé en la primera zona de camastros para guiarme a través de estos. No pasó desapercibido en mi atención el ruido del tren así como el impacto de impulso que nos hacía estar en armonía con el movimiento del tren, así pues mi objetivo cambió de Elaine a mi camastro donde guardaba las herramientas.

Sarah estaba con Kaidan y Oly fue estaba también allí, además sabía que Jake la protegería. Lo único que me quedaba era ayudarme de los camastros para saber a donde iba y no tropezarme con nadie. Lo siguiente fue la luz roja - ¡Emergencia! Pero es imposible que nos hayan desenganchado del tren... las historias que el viejo me contaba eran prueba de ello, aunque nunca entendí esa historia. - Seguí hacía mi camastro ahora pudiendo ver, aunque casi menos de un palmo. Llegué a mi camastro y saqué una bolsa que contenía ciertas herramientas y una caja con otras herramientas más sensibles la cual la metí con la bolsa. Una vez comprobado esto me colgué la bolsa y de vuelta al barril con Jake y los guardas, por suerte Jake tenía sus herramientas en sus bolsillos.

En el camino topé con quien creía era Roland - ¿Qué diantres? - Un tanto más alante me "crucé la mirada" con CJ, si acaso ella me vió - Espero que Elaine y su madre estén bien.

El trayecto final era peor debido a que la gente ya estaba alborotada pero finalmente llegué casi al instante que las luces se encendieron de nuevo y el tren dió ese golpe ganando de nuevo velocidad, cosa que hizo tropezarme un poco, pero por suerte me apoyé en el hombro de Jake al llegar, allí estaban Oly y Kaidan - ¿Eh? ¿Donde está Sarah? - Le pregunté seriamente a Kaidan con quien la había dejado - ¡¿Está bien?! - Me alteré un poco pero antes de montar un escandaló esperé una respuesta de donde estaba - Por favor, no la perdais de vista, ahora con el tumulto a saber que puede pasar. Jake y yo nos encargaremos de los temas de mantenimiento.

Y fue entonces cuando me centré en Jake, pero John quien parecía haber estado alarmado por algo que habían dicho fue a poner orden en el vagón - Me imagino que habrás pensado lo peor, ya que también lo has notado ¿Cierto? - Negué rápidamente con la cabeza y busqué donde apoyarme recobrando el aliento de la ida y venida - No nos han desenganchado, bueno ahora es obvio, pero no pueden hacerlo. Por otro lado y quitando ese lado Jake, piensa, que motivos principales hay para que un tren pierda velocidad, a parte de que el conductor aminore. - Le miré a los ojos mientras le dije aquello, era un buen pupilo y aprendía todo con rapidez, aunque a veces se atorara, solo necesitaba un poco de calma y se encauzaría para ver que era más probable, y en este caso solo había dos posibilidades, la energía o el mal funcionamiento de alguna de las piezas y Jake lo sabía, pero necesitaba ver que el también lo veía posible - ¿Lo sabes verdad? Hay que repararlo, y si John se va al final tendremos que hablar con Henry para hacer que nos manden a trabajar.

Por fin encontramos a Alan, pero tanto nos habría dado encontrar al duende de la Navidad. 

-Tu hija está escondida en una de las literas. Histérico -respondo, aún sintiendo en la mano el calor de la bofetada que no he dado.

Pero prácticamente antes de que termine de explicarle, se va corriendo a hablar con Jake. Aprieto los labios. No, ni de coña. Avanzo con dificultad tras él, esquivando a la gente y los trastos que hay por todas partes. Le doy un golpecito en el hombro.

-Disculpa -expreso, llamando su atención- tu hija está escondida y asustada. El tren ha seguido su camino, no vamos a morir congelados esta noche, ¿no te parece que deberías aprovechar para ir a tranquilizarla, por lo menos? En la cabeza, como siempre, lo tendrán todo bajo control. Poco podéis hacer desde aquí, -observo tanto a Alan como a su compañero- así que ¿qué tal si hacéis algo útil y ayudáis a calmar a la gente para que todo el mundo se vaya a su puta cama y deje de estorbar por los pasillos?

Jadeo, después de mi perorata.

-Y cuando todo el mundo esté tranquilo, entonces veréis si podéis hacer algo por los cabrones de primera clase.

Vaya, quién lo iba a decir. A lo mejor la que se lleva la hostia soy yo.

Alan y yo estábamos cambiando impresiones y posibles orígenes del fallo mirando a los guardias de reojo cuando aparece Olya hecha una energúmena echándonos la bronca, a Alan por dejar a Sarah y luego a ambos, cosa que me encendió, la miré con enfado, dejándola de lado un momento para mirar a Alan.

Obviamente no me iba a inmiscuir en lo referente a Sarah pues Alan era su padre y suficientemente responsable como para dejarla a cargo de alguien en un momento como éste, pero fué más allá-Alan, si quieres de momento vete con Sarah, estará más tranquila contigo, yo me encargo y cuando nos digan algo te aviso ¿Te parece bien?-le pregunté dándole una palmada en el hombro y sonriendo amistoso. Luego miré a Olya endureciendo la mirada.

-¿Perdona? ¿Acaso tú sabes cómo funciona éste tren? ¿Tan segura estás de que no va a volver a ocurrir? Que yo sepa tú no tienes ni pajolera idea de mecánica ni electricidad-dije con furia contenida mirándola con ira y me acerqué a ella para que no me escuchasen los guardias-¿Acaso crees que pensamos en arreglar estas averías por los de primera? ¡Lo hacemos por todos nosotros! ¡Si el tren se avería moriremos todos! Y si puedes ver, la gente ya se está tranquilizando, si quieres puedes hacerlo tú, tan lista que eres-finalicé seco, para mirar luego a Alan, cogiendo aire y expulsándolo de nuevo para intentar tranquilizarme.

Jake se me encara. Tsk, como si su aspecto imponente y su altura -no exagerada, pero bastante mayor que la mía- pudieran impresionarme.

Pues sí. Retrocedo un paso, cruzándome de brazos de forma protectora, pero sin perder el semblante serio.

-Para que lo sepas, "Chispas", mi padre era ingeniero -me defiendo, ante sus acusaciones de no tener ni idea de mecánica. Bueno, no son del todo falsas; mi padre era ingeniero pero jamás me enseñó una mierda sobre el funcionamiento del tren. 

Aun así. Tiene razón, la gente parece estar algo más tranquila. Yo no. La verdad es que me he asustado como nunca, sólo de pensar que podrían habernos desenganchado y dejado morir de frío... me estremezco, apretando mi auto abrazo.

-El tren no se va a averiar -insisto, pero en mi cabeza sueno como una niña que defiende la existencia del hada de los dientes. Carraspeo para recuperar la voz- tú lo has dicho, si se detiene, moriremos todos. Incluidos los de Primera. Ellos tienen el motor allí, y todas las herramientas, y la gente lista. Desde aquí... no hay nada que... -titubeo- ¿hay algo que se pueda hacer?

Abrí los ojos como platos al escuchar el apelativo-parece mentira que nosotros mismos estemos discutiendo por estas gilipolleces- pensé soltado una risotada, ¿debería de haberme enfadado? No, al fin y al cabo, en el fondo lo era-Bonito mote-dije apagando la risa, se amedrentó aunque intentaba ocultarlo con esa cara pétrea de tía dura.

-Si tu padre fue ingeniero, entonces ayuda un poco en vez de criticar lo que hacemos los demás- continué. No debía seguir esta estúpida pelea, pero por alguna razón, Olya me había tocado la fibra, la muerte de la señora Giggs nos había afectado mucho más de lo que creíamos.

-Ojalá tengas razón y ésta lata de sardinas siga andando o nos podemos dar todos por jodidos y aunque el motor está adelante, no tiene por qué venir de ahí el fallo y nos necesitan. Son listos, pero no tan inteligentes como para resolver las averías, no te equivoques, nos necesitan y no serían tan estúpidos como para dejarnos morir ¿Quién haría el trabajo sucio entonces?- pregunté haciéndola entender la situación-de todas formas en algo tienes razón desde aquí no podemos hacer nada, pero dudo que tarden mucho en llamarnos para que descubramos qué coño ha pasado, esto no había pasado antes que yo sepa-dije con cara de preocupación.

Sujeto con fuerza la mano de Elaine, intentando que se relaje y que la doctora acabe de curar a su Madre.

- elaine, ya estas mas calmada?? - te doy un suave beso en la cabeza, notando lo tensa y desconcertada que estas ..., 

respira hondo y seguro que la doctora encuentrea el problema.-

Mientras que la consuelo, pienso que habia haber sucedido con el tren, era raro, no imposible pero si raro 

Lo que le dijo John podía engañar a una niña, pero no a alguien de su edad. Aún así, algo en su interior quiso creer que fuese posible, tal vez la fé. La sangre no implica necesariamente la muerte de mamá, aunque sea un factor grave... ¿Tiene solución, verdad?

Asintió al guarda de seguridad, esperando que Carol le diese las indicaciones necesarias para conseguir un medicamento efectivo que ayudase a Ellen, si no curarla, al menos que le alargase la vida, pensaba su hija. Volvió a concentrarse en calmarse, mirando sus manos, una de ellas sujetada por Roland.

Cálmate, cálmate. - ordenaba al temblor de sus manos.

- Si. - replicó volviendo a la normalidad. - No sé que haría sin ti, Roland. - se levantó de su asiento y le dio un abrazo.

Abrazo fuerte a Elaine, sabiendo que estaba debil e inconsolable - tranquila tu madre se mejorara, Carol hara todo lo posible para que tu madre este lo mejor posible - Estaba preocupado por el tren, pero sabia que lo mas importante en el tren no era el motor, ni las ruedas ni que se moviera sino las personas que estan en el ayudandose, colaborando y apreciandose en los momentos dificiles.

- Tu respira, y tranquila, OK?, la mira a los ojos, algo tristes, pero intentando transportar lo maximo posible del positivismo que tenia dentro -

Olya tenía razón, la mayoría de niños debían de haber estado junto a sus padres desde el principio, pero Kaidan no podía evitar preocuparse por los pequeños de todas maneras. No obstante, ella era la que los conocía mejor, por lo que en ese asunto seguiría sus indicaciones. Claro, que la cosa era que a que se dedicaba ahora. No quería ser uno más de los que deambulaban por el vagón desorientados esperando que alguien tomara el control de la situación y les dijera que hacer, pero tampoco se le ocurría ninguna manera en la que pudiera resultar de ayuda. Podía aprovechar el caos para ajenciarse cuanto quisiera, sí, pero él solo lo hacía con los guardias, no con sus compañeros de penurias, y en ese momento solo estaba presente Henry, en modo de alerta total y un arma cargada en las manos. Decididamente no el mejor de los objetivos.

Decidió seguir a Olya, puestos a ir de un lado a otro mejor hacerlo al lado de alguien que conocía. No tuvieron éxito tratando de hacer que Henry reaccionara, desde luego si de aquella manera esperaba ganarse el pan pronto se encontraría de nuevo en el vagón de cola, pero esta vez como pasajero de tercera. Y no es que los colistas le tuvieran mucho aprecio precisamente. Por suerte, por fin apareció Alan acompañado de Jake, bastante alterado al no encontrar a su hija con quienes la había dejado - Tranquilo Alan, Sarah está en un lugar seguro y esperando que vayamos a por ella. Es una niña lista, sabe que no tiene que moverse hasta nos vea aparecer a alguno de nosotros - más tranquilo por la información, empezó a discutir con Jake sobre la razón de que el tren hubiera tenido aquél fallo, por suerte momentáneo. Kaidan escuchaba atento, pero sin realmente saber de que hablaban los manitas del grupo, él no entendía de esas cosas. En su experiencia, si algo no funcionaba como era debido era porque aún no le habías dado suficentes golpes.

Olya, más apegada a los niños, no tuvo tanta paciencia y fue detrás del par de mecánicos a decirles lo que pensaba. La verdad es que daba algo de miedo ver como la amable profesora podía convertirse en una furiosa tormenta con el chasquido de un dedo. Jake al principio pareció conciliador pero pronto se volvió hacia Olya con un tono aún mas duro que el que ella había empleado. Aquello se estaba saliendo de madre pero Kaidan no se atrevía a intervenir, no fuera que al final fuera él el que acabara recibiendo - Vamos, vamos, estamos todos alterados por todo lo sucedido en el día de hoy, pero recordad que estamos todos en el mismo bando, ¿vale? - no sabía cómo pero últimamente todo lo que hacía era mediar en peleas, cuando lo que él siempre hacía era evitarlas en la medida de lo posible - Tenéis razón, seguramente os estén llámando de un momento a otro, pero mientras no lo hagan, creo que deberías ir con tu hija, Alan. Y si luego tenéis que ir a cualquier lado a hacer vuestras cosas de mecánicos, nosotros nos encargaremos de cuidar a Sarah hasta que volváis. ¿De acuerdo?

Puso una mano sobre el hombro de Jake y la otra sobre el de Olya, para intentar tranquilizar a ambos - No podemos estar echándonos al cuello de los demás, no entre nosotros al menos. Las cosas ya nos son bastante difíciles como para que encima tengamos que convivir con hostilidad. La cosa se esta calmando, hacedlo vosotros también - no sabía si eran sus palabras o que ya habían dejado salir la frustración de su interior antes, pero parecía que Jake y Olya empezaban a destensar sus músculos y a relajar el tono con el que hablaban. Daba igual, se lo anotaba como logro personal.

 Pero dudo que tarden mucho en llamarnos para que descubramos qué coño ha pasado

Alzo la mirada al escuchar esas palabras. Alarmada, miro a mi espalda, hacia la puerta por donde nos traen los suministros cada día.

-No, no, no, no -niego, alzando ambas manos hacia Alan y Jake, como si así pudiera detenerles- No podéis dejar que se os lleven. Si os vais por esa puerta, no volveréis jamás. Eso es lo que hicieron con mi padre hace unos siete años. Se lo llevaron, y no he vuelto a saber nada de él.

Dirijo una mirada preocupada hacia Alan.

-Si se te llevan, ¿qué va a pasar con Sarah? No, no podéis iros. Esta mierda de tren tendrá que seguir funcionando sin vosotros.

Siento la mano de Kaidan sobre mi hombro, y la palmeo, amistosa.

-Tranquilo, no le voy a pegar -aclaro mientras le dirijo una sonrisa de medio lado, más tranquila ahora que el miedo ha sido sustituido por preocupación- mírale, le dejaría la cara hecha un asco.

Kaidan llegó como caído del cielo para apaciguar los ánimos con sus buenas palabras y apoyando sus manos en nuestros hombros, lo que nos devolvió algo de razón, consiguiendo que la ira dentro de mí fuera apagándose poco a poco mientras miraba a Olya. Fruncí el ceño algo extrañado con ese cambio tan repentino, hace un momento despotricaba contra nosotros y ¿ahora se preocupaba por nuestro bienestar? su rostro tenso al menos eso reflejaba.

Quizás en otro lugar se podría haber dicho que estaba como una regadera, pero dado sus antecedentes era lógico que estuviese preocupada, se llevaron a su padre y nunca más se supo, obviamente, sus conocimientos de ingeniería serían más valiosos en Primera que pudriendose en Tercera, eso marca a cualquiera-No digas tonterías, hasta ahora todas las veces que hemos salido por esa puerta a arreglar averías hemos vuelto, ésta vez no tiene por qué ser diferente-dije despreocupado-y éste tren no puede funcionar sin nosotros-miré a Alan-Si tuviesen mecánicos y técnicos especializados en Primera ¿por qué iban a recurrir a nosotros? sería absurdo-preguntó intentándo hacerla razonar.

Era la única que tenía la capacidad para enseñar a los niños del vagón, suponía que su cabeza racional lo entendería, así que mantuve mi gesto ceñudo. Hasta que se hizo la graciosa, como si fuese una niña pequeña.

-Atrévete a tocar mi cara y yo te cortaré esas greñas que llevas con mis tijeras de pelar cables-dije amenazante, torciendo el gesto ahora algo más amigable.

Cuando llegué me encontré con algo que o había previsto.

Encima después del susto del apagón, no era la única que estaba con los nervios a flor de piel. Elaine estaba muy preocupada pro su madre y no era para menos. Escupir sangre no era algo que indicara un buen estado de salud pero... ¿como? Ayer no parecía estar tan mal.

Miré a los demás, asintiendo a las palabras de Roland y John. Tenia que hacer mi trabajo y necesitaba algo de espacio. Tome a Hellen por las manos y hablé con ella mientras intentaba examinarla sin alarmar a nadie.

-Hellen! Tranquila, soy Cj. - Dije de forma calmada.- Necesito verte un segundo para saber que te ocurre. ¿Vale?

Dicho esto, miré el cuello, la boca, los ojos... Con un palito miré la garganta y descubrí pequeñas manchas negras en el interior de la garganta. ¿Que era eso? En mi cinturón tenía un estetoscopio casero, y la mejor forma de oir los pulmones era por la espalda. Así que con ayuda de John hice que Hellen se diera la vuelta y subí su jersey. El principio no vi nada, pero al poner el estetoscopio en su espalda, justo bajo la linea del jersey lo encontré.

-¿Pero que...?-Me acerqué ligeramente para observar aquella zona un poco mejor.

Era una zona, no muy amplia, no mas de un puño de grande que podría haber pasado por un moratón producido por un golpe. Pero al mirarlo detenidamente me di cuanta que no era un moratón. Era un coágulo!

Miré a los que estaban allí con cara de preocupación. Luego me volví hacia Hellen y la volví a vestir. La recosté y la tapé con sus mantas. - Tranquila Hellen, descansa y duérmete. ¿Vale? Enseguida volvemos. Es solo... un catarro mal curado. Descansa.- Mentí.

Al levantarme les hice un gesto para que me siguieran a otra zona algo mas despejada de gente, para evitar curiosos. Me paré delante de Elaine y como mejor pude expliqué la situación.

- Elaine, yo... Tu madre puede que tenga un efisema pulmonar. Esa mancha en la espalda, a la altura del pulmón, me dice que se ha roto un vaso sanguíneo y sus pulmones se están llenando de sangre. Es... como una hemorragia interna. A veces, con cosas como la gripe o un constipado, al hacer un esfuerzo y toser se dan cosas así. Pero no a este nivel. Es algo mas grave.

Cogí una de las manos de ella para tranquilizarla lo máximo posible.

- Necesitamos medicinas. Anticoagulantes para que se cierre la herida interna antes de que vaya a mas.- Miré fugazmente a John. Necesitaba apoyo pues esto nunca había pasado antes. - Pero hay algo mas. Las manchas de su garganta... Elaine. La han envenenado.