Partida Rol por web

Ninguna de las ideas convencía a "Montana" pero aun así decidió seguir al metahumano.

-Que sea lo que Dios quiera... -se dijo a sí mismo.

-Prefiero a Draco, me gustan mas los reptiles. La mamba negra es mas letal que un leon, un solo mordisco y bam muerto. - le miro y sonrio suspirando mientras el resto de los que pasa alrededor es como si para mi no existiera.

-Tranquilo Montana, no creo que ninguno dejaria que te pasara algo. Ire yo con Vortex, este frio no es nada comparado con lo que puedo pasar en casa - se que me voy a arrepentir cuando este fuera pero - ¿como verias entrar acompañado de un bonito fogonazo? tu eliges el color, pero rojo oscuro te quedaria perfecto o puedo hacer que parezcas Gandalf el Blanco.

Una voz resuena en todo el ala donde os encontráis:

- ¿Podéis dejaros de cháchara y entrar? La puerta está abierta...

En ese momento una de las puertas que tenéis cerca se abre y podéis ver una luz rojiza tintineante, seguramente procedente de una chimenea o algo similar. La luz proviene de una habitación a la que se llega tras recorrer unos pocos metros de pasillo. El pasillo es normal y corriente aunque no sabéis si hay trampas.

- No hay trampas en el pasillo. Por favor, entrad de una vez y hablemos. A ver si puedo convenceros para que os unáis a mi bando...

Parece que quiere negociar o al menos intentar convenceros de cambiar de bando. Parkour decide entrar el primero, parece que lo suyo no es la paciencia y os hace gestos para que vayáis entrando.

Un cálido fuego ilumina la estancia, que notáis que es más grande de lo que a simple viste parecería. Serán dos habitaciones unidas. Las ventanas están tapadas con cortinas de color negro aunque escucháis el aullar del viento a esa altura, eso sí muy atenuado.

Hay un sillón enfrente del fuego y en el mismo hay un hombre sentado, aunque todavía no le veis la cara. La estampa es totalmente teatral, como si estuviera preparado incluso. 

- Sé que veníais porque los guardias de seguridad me llamaron tras observar vuestra entrada en el edificio. Creo que el sigilo no es vuestra especialidad. Perdonad que apenas haya mobiliario, me mudé recientemente y aún no he podido reformarlo a mi gusto. Si queréis tomar algo, hay un minibar muy bien surtido a la derecha de la entrada por la que habéis accedido. Podéis serviros libremente.

Con la cercanía veis que aunque su dicción en inglés es perfecta posee un ligero acento centroeuropeo.

La habitación en la que estáis entrando ha sido alterada mágicamente, en ella seguramente las leyes físicas no funcionarán como la tierra ya que depende de lo que la persona que ha generado esa estancia quiera.

Seven también lo detecta por lo que ves en su rostro pero de momento no dice nada.

Si pensabamos que la sorpresa era algo que teniamos de nuestro lado, me parece que no es asi por que como no las entradas cuentan. Me calo la capucha para murmurar algo en mi idioma mientras pongo los ojos en blanco y sigo a Parkour al interior de la guarida del lobo. Definitivamente el que vive aqui es mago, asi que solo sigo el olor de la magia que llega hasta mi.
No habra trampas, pero cuando llevo estas ropas siempre floto por encima del suelo unos centimetros salvo que anulen mi magia, cosa que no parece en este lugar.
Mi capa flota a mi alrededor por el efecto de mi levitación mientras noto el calor de la chimenea. Adoro las chimeneas, siempre estan rodeadas de buenos recuerdos. 
Me quedo donde estoy mirando al hombre en la penumbra y estoy segura que esa voz, conozco esa voz por que me ha erizado la piel como si me hubiera susurrado al oido.
-Personalmente siento muchisimo la mala impresión que podemos haberle causado con nuestra entrada. Ir tantos juntos no suele permitir el sigilo necesario para una cosa como esta. - miro hacia donde esta el minibar de reojo y carraspeo levemente- No suelo beber, pero si tuviera Punsch, Mackmyra o Aquavit, aunque esto no sea una celebración.

La oscuridad de mi capucha me permite observar, pero si es tan buen mago como pienso, puede que no me sirva tanto como con los del centro comercial.

- ¿Veis? Mi plan de llamar a la puerta era bueno. – les dijo señalando la puerta con ambas manos abiertas mientras le señalaba a Vortex la ventana por la que iba a salir con la cabeza, por si aún quería dividirse.

Siguió de cerca a Kris, sobre todo por el instinto de que siendo maga sabría cómo manejar la situación o al menos sacarlas del apuro llegado el caso, ¿verdad?

- Yo estoy bien, gracias. – le contestó, pero tomando su aspecto normal como señal de paz. Tampoco es que sus dos aspectos fueran tan diferentes como para no poder reconocerla cuando pasaba de uno a otro.

- ¿Cuál es su bando? – le preguntó mientras inspeccionaba con la mirada toda la estancia, que no dejaba de tener cosas interesantes.

─Maldición, siempre me chafan los planes de aparecer atravesando paredes o techos... ─comentó la entidad oscura seguramente en tono jocoso.

Una chimenea era algo que no tenía precisamente cualquier piso. La "escasa" decoración no era tampoco de las baratas, eso estaba claro. Aquel olía a un sancta o comoquiera que le llamen a las viviendas de los magos. Casi le extrañaba que no hubieran extraños diagramas, estrellitas y objetos raros por aquí y por allá. La mudanza, claro, el sombrero elector y el cilindro de lava piscodélico estarían todavía cerrados en las cajas. 

Vortex aligeró su peso hasta algo asumible por aquel tipo de suelo y avanzó hacia el interior del lujoso piso.

─Bando... e identificación, ya que estamos. Y podríamos presentarnos todos, ya que estamos. A mi me llaman Vortex, soy más o menos nuevo en la ciudad.

Se levanta de su asiento y podéis ver al elemento en cuestión. Viste elegantemente y os saluda con una leve reverencia. Luego fija sus ojos en Kristjana, ya que parece conocerla de antes.

- Sospeché que eras tú cuando pediste esa bebida, no conozco a nadie más en la faz de la tierra con esos antojos. - dice sonriendo para luego mirar a Fae y contestar a su pregunta - Mi bando es el mejor. Dinero, lujo, poder... Sé que seguramente se muevan por viejos ideales como el honor, el bien y el malo. Pero en pleno siglo XXI esas líneas son difusas...y no todo lo malo es malo.

Luego centra sus ojos en Vortex.

- Interesante...¿accidente nuclear? ¿Suero gamma? - pregunta interesado. - ¡Ah! Sí, las presentaciones. Mi nombre es Jürgen Von Drachen, Conde de Augsburgo, Barón de Aquisgrán y un largo etcétera que seguramente no les interesa. Aunque esto sí, si sus intenciones son funestas, delegado comercial del Reino de Latveria.

Chasquea los dedos y aparecen una serie de cómodos sillones para que podáis sentaros. Con otro chasqueo la chimenea se agranda para que todos disfrutéis de ellas.

- Por favor, tomen asiento. Y recuerden que son mis invitados en este mi humilde hogar.

Dicho y hecho. Un sillón cómodo no se desprecia. Total, si nos quiere atacar lo hará igualmente y confiaba en que si trataba de atraparlos con los sillones Vortex se pondría en plan Hulk negro superpower.

- Osea, que eres de los malos, ¿no? – dijo sin rodeos – Si te parece, pasamos a la parte en que intentas sobornarnos y nosotros te mandamos a paseo, y así podemos llegar a la parte en que hablamos de todo el tinglao este que has montado con tus coleguitas, que estáis planeando y porqué lo estáis haciendo, ¿eh? Porque espero que sea por algo más que por robar una cantidad absurda de dinero…

Me quedo flotando y cuando le veo, me habla cierro los ojos. Tenia que ser él, aun recordaba la pelea con mi padre y como termine perdiendo para hacer lo que el queria.

-Para mi ya sabes que tenias otro nombre - replico  manteniendome flotando, acercandome para quedarme suspendia frente a el echando mi capucha hacia atras - Ni todo lo bueno es malo, ni todo lo malo es bueno. Tuvimos esta conversación antes de..., bueno ya sabes Jürg.

No te preocupes, no te atacaremos. Es tu sanctorum, tus reglas y normas - levanto las manos en señal de paz sin dejar de mirarlo y también para que todos los no magos sepan que podria pasar. - Asi que Latveria, el destino es inescrutable. ¿De los malos? digamos que tiene un sentido un tanto difuso de esas líneas, sera por que estudio derecho. Pero a mi también me interesa, por que se lo sutil que puedes llegar a ser con la magia y todo esto, no te pega...

Le bordeo mientras sigo levitando poniendome a su espalda y acercandome hacia donde estan las ventanas, un vistazo no hara daño a nadie. A menos que vea dragones volando o angeles o dioses asgardianos y aun asi malo no tiene que ser.

- Malos, buenos...algunas veces ambas cosas se dan al mismo tiempo. - comenta de manera tranquila y sosegada Jürgen. - Lo importante ahora es, qué puedo hacer por vosotros para que desistáis de ponernos las cosas difíciles. Me han comentado que habéis tenido un encontronazo con uno de los subcontratados para la operación. La verdad es que dudábamos de contratarlo, es una persona bastante inestable...lamentamos las bajas causadas, la verdad es que no es mi estilo y tampoco el de mis socios. Las familias serán compensadas adecuadamente, si es que hay una forma adecuada de hacerlo por las pérdidas causadas.

No notáis demasiado arrepentimiento a lo realizado. Intuis que lo ve como una transacción económica.

- Claro, sí, se mezclan y lo que tú quieras, pero si no nos cuentas que es lo bueno y lo malo de lo que estáis haciendo y lo que pretendéis hacer no sé si querré ponerte las cosas difíciles o fáciles… - le expliqué sin ambages porque no nos había dicho nada a pesar de usar tantas palabras.

-¿Qué quiere sacar Latveria de todo esto? -preguntó Montana extrañado. Ese pequeño país dictatorial, una potencia tecnológica gracias a su líder, se había cruzado un par de veces en su vida como arqueólogo.

"Nada bueno desde luego" -se dijo para sus adentros.

Siempre con esa manera de hacer que las cosas sean mas de lo que aparentan y diciendo cosas a medias. Me giro mirandole mientras habla y luego miro a mis compañeros.
-Algunas veces hay que tomar partido de un lado o de otro - replico mirando a otro lado y girandome para que no vean como contengo todo lo que esta viniendo. Siempre lo dicen soy demasiado sentimental. - Una muerte no puede compensarse, se rompe el equilibrio de las cosas y es dificil recuperarlo.

Vuelvo a repetir que todo esto no te pega. El apartamento si, te gusta esto pero lo demas que esta pasando en la ciudad. No me pega contigo y no creo que hayas cambiado tanto en este tiempo - suspiro y oculto mis manos bajo la capa para que no se vea el temblor. La pregunta de Montana también me la hago no le veo haciendo esto por nada.

-¿Cuanto llevas en la ciudad? -es lo primero que sale de mi mente cuando consigo llegar a la puerta de la suya, golpeandole casi con rabia. Me duele en cierta manera que no me buscara al venir, se que mi padre se opuso a todo pero si solo hubiera dicho algo, si solo..., me hubiera buscado cuando me prohibio verlo - Espero que no pensaras que iria a lanzarme a tus brazos Dragon, nada mas verte. ^¿por que? 

Una lagrima sale de uno de mis ojos en esta proyección y en el mundo real, en ninguna nadie la vera por que me estara ignorando. 

Latveria, hay que joderse ¿No era el Doctor Muerte de ahí? Aunque claro, no ha dicho que sea de allí y aunque lo fuera, un régimen tiránico no convierte a sus sometidos en tiránicos, sino en tiranizados... Demasiada filosofía de salón.

Vortex se cruzó de brazos y se sentó, en el aire. Aquella era probablemente la habilidad más práctica que le había encontrado a sus poderes. Simplemente fijaba su situación y levitaba.

─¿Por qué no deberíamos patearte el culo? ─inquirió con su voz distorionada habitual─ ¿Eres tú el controlador de mentes? ¿Qué sabes de lo que está pasando? ─añadió refiriéndose, claro está, a la gran tormenta que azotaba la ciudad.

Aunque sus compañeros no parecían dudar en tomárselo con calma, se suponía que iban contra reloj. Si aquel mago no era el malo que estaban buscando el que sí lo era seguía suelto y era muy peligroso. Cuanto más tiempo concedieran a aquel cabronazo, más difícil sería pararlo.

Von Drachen sigue tranquilamente sentado

- ¿Latveria? Mis acciones son a título personal. - le comenta al audaz arqueólogo - Aunque las leyes internacionales me protegen de cualquier intento de asalto contra mi persona... - dice mirando de soslayo a Vortex para luego añadir - Podéis intentar patearme el trasero, pero también te aseguro que con un simple parpadeo puedo haceros mucho daño, al fin y al cabo estáis en mi hogar y controlo absolutamente todo lo que pasa en estas estancias.

Su amenaza es concisa pero no parece querer haceros daño.

- Si buscáis al controlador de mentes, no está aquí. Por mí podéis acabar con él, al fin y al cabo no cumplió con lo estipulado y se sobrepasó...cosas de contratar por internet sin hacer entrevista previa. - luego regresa al tema de la tormenta - La tormenta no la ha provocado nadie, es natural. Contábamos que se produjera tarde o temprano una situación similar para llevar a cabo nuestros planes que no pienso desvelaros pero que os adelanto que ya se han realizado, ahora está en proceso la parte final que es la que os interesa...

Se regodea en sus palabras, le encanta escucharse a sí mismo.

- La parte final...es la que vuestro querido controlador de mentes está llevando a cabo. - saca un reloj de bolsillo y lo observa unos segundos - En breve empezará la acción, así que para hacerlo más interesante os pondré sobre la pista que necesitáis. Atentos ya que se trata de una sola palabra: EROC y el nombre de vuestro villano es Iván Kuznetsov. 

Parece que ya os ha dado dos pistas, pero ¿qué significa EROC?

- Llevo tres días solamente. No sabía que estabas en la ciudad, no te veía...desde hace tanto tiempo. - te dice con cierto tono de lamentación - ...no contaba con eso aunque me encantaría que lo hubieras hecho. ¿Qué haces con ellos? ¿Por qué no te unes a nuestra iniciativa? No queremos hacer daño a nadie, sólo lograr ciertos objetivos que sinceramente la parte que me atañe personalmente ya está cubierta. Al fin y al cabo lo hago por el bien común de los místicos.